Comentario: La historia entre griego y latín de una vieja

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Comentario: La historia entre griego y latín de una vieja metáfora
clavícula
[clavicle, collar bone]
f. (Anat.) Cada uno de los dos huesos situados en uno y otro lado de la parte superior
del tórax; se articulan por dentro con el esternón y por fuera con el acromion del
omóplato.
Wikipedia
clāu(em) lat. 'llave' + -cula(m) lat. 'pequeña'
Leng. base: lat. Antigua calco del gr. En lat. clás. clauicula(m) significa 'llavecilla' y
también 'clavija', 'pieza que encaja en otra' (esp. clavija es la evolución semiculta de
lat. clauicula(m)); aunque se suela afirmar que fue Gerardo de Cremona en su
traducción de Avicena del ár. al lat. quien introdujo el término en lat. con el significado
anatómico de nuestra definición, se puede encontrar clauicula(m) en uso anatómico en
lat. tardío y en la lat. mediev., aunque casi siempre con el valor de 'astrágalo' a partir
del significado de 'clavija' señalado antes; con el significado de 'clavícula' procede del
diminutivo gr. kleídion κλειδίον que tenía ya en gr. el significado de 'clavícula', aunque
en general referido a partes anatómicas semejantes de animales más pequeños, como
los peces, de ahí el uso del diminutivo que era conocido en lat. (así en Plinio, s. I d.C.)
en la forma transliterada clīdion; sin embargo, la palabra habitual para 'clavícula' en gr.
era el término no diminutivo kleís κλείς, que desde Homero, s. VIII a.C., añadió al
significado de 'llave', 'cerrojo', el de 'clavícula', por la forma en "S" que tiene el hueso
semejante al de las llaves antiguas. Docum. en fr. en 1541 y en esp. en 1598.
Como se señala en el comentario etimológico de clavícula, el término
latino clauicula(m), diminutivo de claue(m) „llave‟, da lugar en español a dos
palabras, clavícula, la forma culta, y clavija, la forma semiculta, parcialmente
evolucionada. Pensamos que el significado „clavícula‟ es un calco del griego mientras
que el de „clavija‟ era propio del latín y no tiene que ver con el griego; en efecto, el
primer significado procede de la adaptación al latín del también diminutivo
griego kleídion κλειδίον, que aparece en latín por transliteración en la forma clīdion y
significa exactamente lo mismo que en griego es decir, „clavícula‟. Es fácil justificar el
uso del diminutivo: tanto en griego (documentado en Ateneo, s. II-III d.C.), como en el
primer autor latino que usa el término clīdion (Plinio , s. I d.C.), se aplica a la parte
anatómica más o menos equivalente a la clavícula en los peces, es decir, donde encaja la
cabeza con el resto del cuerpo. Por cierto, ambos, Plinio y Ateneo, destacan lo sabrosa
que es esa parte en los atunes. Hemos podido, además, documentar en griego el
diminutivo que comentamos referido a la clavícula humana (cosa que ignoran los
diccionarios), así en un escolio aristotélico (Bekker p. 4, l. 166a17i) se afirma
que kleídion κλειδίον “significa articulación del hombro que sujeta el brazo”. Estamos
de acuerdo en que no es una definición muy académica del término que nos ocupa pero
está claro que se refiere a personas y no a peces. El equivalente latino clīdion se
documenta con este significado en latín tardío o altomedieval (GLOSS. III 23, 47) como
señala elThesaurus Linguae Latinae. Evidentemente son usos raros porque el término
latino habitual para 'clavícula' es iugulum y el griego es la forma no diminutiva de la que
hablamos más adelante.
A partir de J. Hyrtl y su influyente Onomatologia Anatomica se atribuye a la
traducción, del árabe al latín, del s. XII del Canon de Avicena atribuida a Gerardo de
Cremona la introducción en latín de clauicula(m) con el significado de „clavícula‟ por
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traducción del término árabe Alchiab que sería polisémico en árabe al usarse tanto para
„clavícula‟ como para „astrágalo‟ o 'articulación del pie' (C. Vázquez Benito y Mª T.
Herrero Los arabismos de los textos médicos latinos y castellanos de la Edad Media y
de la Modernidad, p. 12.) Esa polisemia tenía también en latín medieval clauicula(m) o
formas derivadas, véase el diccionario de Du Cange, s.v. cavile con los dos significados
anatómicos que comentamos, uno por calco del griego y otro por evolución semántica
en el propio latín (el fr.cheville 'tobillo' mantiene este uso). Es decir, Gerardo de
Cremona eligió un equivalente perfecto del término árabe pero no estaba inventando
nada.
Una vez establecida la historia de la palabra podemos pasar al estudio de la metáfora
que encierra.
No es fácil entender la relación entre la clavícula y
una „pequeña llave‟ que es el
significado del término en
latín. Las clavículas, como se
aprecia en la imagen, no se
parecen demasiado a nuestras
llaves actuales, desde luego;
pero tampoco a las de hace un siglo que ahora está de moda
coleccionar. Tampoco a llaves todavía más antiguas, como ésta
medieval (a la dcha.), ésta altomedieval (abajo)
o estas romanas (una del s. III d.C.,otra del s. I d.C.) (abajo).
El uso metafórico de designar a la clavícula como llave está documentado en griego
desde el s. VIII a.C. en Homero, en sus descripciones anatómicas al hablar de las
heridas del combate de las que es tan amigo. Así en el canto V de la Ilíada leemos
“golpeó al otro con su gran espada en la clavícula, junto al hombro, y separó el hombro
del cuello y de la espalda.” (vv. 145-147).
El término empleado por Homero es kleís κλείς „llave‟, „cerrojo‟. Por tanto, para
entender la metáfora hay que preguntarse cómo eran las llaves en época de Homero.
Pues bien, en el viejo y admirable diccionario de Ch. Daremberg y E. Saglio
(Dictionnaire des Antiquités grecques et romaines, París 1877-1919) tenemos
un eruditísmo artículo, s.v. sera, sobre las cerraduras y las llaves en la antigüedad en el
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que se puede aprender
mucho sobre el tema y del
que hemos extraído algunas
imágenes para ilustrar el
problema, así esta llave (a
la izda.) es más o menos
contemporánea de Homero,
también esta otra (a la
dcha,). Es verdad que estas
llaves (que sencillamente
servían para desplazar el pestillo desde el exterior y
empujar un pequeño pasador vertical que lo bloqeuaba)
no acaban de encajar con la forma de la clavícula que es
la de una “S”, mientras que estas llaves tienen dos
ángulos rectos. Como es bien sabido, el texto homérico
encierra información que puede remontarse en algunos
casos a época micénica, ss. XV-XI a.C., muy anterior al s. VIII a.C., fecha que hoy día
se da para la versión que tenemos de estos textos. Pues bien, en el siguiente esquema
puede verse la reconstrucción de una
cerradura egipcia de los siglos XI o X a.C.
que aquí vemos realizada en madera.
En este dibujo (abajo)
observamos una cerradura y llave
asiria de la época. Como vemos,
estas llaves reconstruidas de madera
no tienen ángulos rectos sino una
curva que probablemente se
completaba con otra en sentido
contrario para accionarla con mayor
comodidad.
Que las llaves antiguas tenían
forma de “S” como la clavícula lo
comprobamos por otro objeto que se designa también con el término clauis o clauicula y
que sirve, en el juego del aro, para dirigirlo.
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Aquí a la izda. vemos un dibujo de un
niño romano con su aro y clauis
trochi (Daremberg-Saglio s.v. trochus)
y aquí (a la dcha) el detalle de este
objeto (tomada de la página de términos
anatómicos de A. Carey Carpenter) que coincide
completamente con las clavículas que mostrábamos al
principio.
Tras hacer este recorrido por las imágenes, no parece necesario recurrir a la
explicación de que estos huesos reciben este nombre porque cierran la caja torácica,
como señala F. Skoda en su, por otra parte, magnífico libro Médecine ancienne et
métaphore, París 1988.
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