LAS VACACIONES QUE CAMBIARON MI VIDA

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"LAS VACACIONES QUE
CAMBIARON MI VIDA"
La historia que os voy a contar ocurrió en el verano de 2013.
Es la historia del principio de un cambio inesperado en mi vida, algo que ni en
mis peores pesadillas me podía imaginar. Algo que me costaría años asimilar e
intentar superar por todos los medios.
Mi familia y yo, íbamos a ir en vacaciones por primera vez en años. Decidimos
entre todos ir en tren, ya que era el modo más fácil y rápido, sin tener que
preocuparse por el coche o donde aparcábamos.
El día anterior, preparamos las maletas. Yo estaba muy nerviosa y me costó
conciliar el sueño.
Al día siguiente me desperté cansada cansadísima, ya que al final anoche
apenas descansé. Después de desayunar rápido fuimos en un taxi a la
estación de trenes. Ya teníamos los billetes para el AVE, ya que era más rápido
y seguro. Teníamos que hacer un cambio de tren en Madrid, ya que desde
Valladolid no iba ninguno a Galicia.
Era la primera vez que cogíamos el AVE, y para mí y mi hermano pequeño era
una aventura, ya que a nuestra edad todo lo nuevo era, para explorar y
divertirse.
Estábamos admirando el paisaje y se escuchó un estruendo, el tren empezó a
moverse descontroladamente. Mis padres saltaron de los asientos y nos
agarraron muy fuerte y nos dijeron que nos tumbásemos en el suelo. Se tiraron
encima de nosotros para protegernos, aunque nosotros no sabíamos lo que
ocurría en realidad pero; aun así, a pesar sé que ha pasado tanto tiempo desde
aquello, recuerdo que mi hermano y yo empezamos a llorar asustados y
preguntábamos entre sollozos que era lo que pasaba. Mi madre nos contestó
asustada, que no sabía lo que pasaba pero, no era nada bueno.
Fue lo último que escuché de mi madre, porque el ruido se volvió
ensordecedor, el tren de sacudió violentamente. Sentí un tremendo golpe y
todo se volvió negro.
Estoy escuchando susurros a mí alrededor y los sollozos de mi madre. Sentí
que me sacudían y que estaba en movimiento.
Mi padre decía, mi niña no por favor, mi pequeña no, mi desorientación estaba
pensando, quien era la pequeña de papa y que le pasaba. Intenté abrir los ojos
pero mis parpados no me pesaban demasiado, intente decirle a mi padre que
estaba bien y que no se preocupara pero; mis cuerdas vocales no me
obedecían y mis labios no se abrieron.
El cansancio pesaba sobre mí y al final me rendí a él, volviendo a caer en
aquella oscuridad de paz y tranquilidad.
Mucho más tarde, los sollozos de mi madre y la fuerte voz de mi padre lograron
atravesar esa oscuridad y llegar hasta mí.
Luché contra la pesadez de mis parpados y conseguí abrir los ojos, apenas una
rendija, todo lo que tenía a mi alrededor era de un blanco cegador que apenas
me dejaba ver nada, aun así me di cuenta de que no estaba tumbada en una
cama que no era la mía y que alrededor de ella estaban mis padres y unos
desconocidos vestidos de blanco, intente hablar pero algo me lo impedía, me
dolía la garganta y me asusté, detrás de mi escuche un ruido ensordecedor
como el de un despertador y pensé, llego tarde al colegio.
Mi madre me miro de repente y grito, está despierta, esta despierta, y empezó
a correr hacia mi intentando abrazarme, los desconocidos de bata blanca, que
me había dado cuenta de que eran médicos alejaron a mi madre y me dijeron,
que estuviese tranquila unos minutos y que después podría hablar, me dijeron
que me tenían que sacar un tubo que yo tenía en la garganta para ayudarme a
respirar.
Cuando pasaron esos minutos me la quitaron y, lo primero que quería hacer es
preguntarle
a mi madre que era lo que me pasaba y porque estaba aquí. Estuve unos
minutos asustada, pensando que esto era un sueño pero, por desgracia no lo
era. Mamá me contó que en el accidente algunas sillas se cayeron en mis
piernas y que papá y ella no lo pudieron impedir. Por lo que, yo ya no podría
andar.
Observe la habitación más a fondo y a mi lado vi, algo que no me podía
imaginar ... iUna silla de ruedas! Me asusté mucho, me frote los ojos para ver si
era una alucinación pero, por segunda vez ... No lo era.
Un rato después, vinieron unos médicos y hablaron con mis padres y por lo que
pude escuchar no era nada bueno, les contaron que no podían operarme y que
me quedaría así para siempre. En lo único en lo que podía pensar era en mi
vida diaria desde ahora.
No sabía qué hacer, mi mamá me decía que fuera optimista pero, no podía
serio, era lo peor que le podría pasarle a alguien ...
Al día siguiente los médicos me despertaron y me dijeron que me iban a
enseñar a, montar en silla de ruedas. Yo no estaba muy ilusionada la verdad ya
que, no me hacía mucha gracia lo de la silla de ruedas. Bajamos a la calle, a un
lugar que el hospital tenía reservado. Era un lugar lleno de hierba, regada por
aspersores y llena de flores; también se podía oler la hierba recién cortada por
el cortacésped.
Mis papás me acompañaron a la calle junto con los médicos, y se pusieron a
enseñarme.
Era muy difícil, eran muchas cosas. Primero me enseñaron lo básico que era
hacer girar las ruedas, sé que parecerá fácil pero no lo es, te cansas muy
rápido y al día siguiente acabas con agujetas ... y un montón de cosas más,
muy aburridas y complicadas.
Después de unas horas terminamos el entrenamiento y, no se me daba mal.
Los primeros días son los más difíciles pero después de haber terminado el
entrenamiento me pareció muy fácil como si llevara haciendo esto toda la vida.
Más tarde subimos a la habitación para ir a comer y, cuando terminé los
doctores dijeron que me daban el alta y, por fin volvíamos a casa.
Cuando llegamos a casa tuvimos un gran problema y es que, en nuestro
edificio no había ascensor y las escaleras eran muy estrechas así que mi
madre cogió la silla y mi padre me llevó en brazos. Ya en casa yo me acomodé
y mi madre hablo con el presidente del edificio para que arreglaran las
escaleras o pusieran un ascensor ya que si no tendríamos que hacer lo de hoy
un día tras otro pero, el presidente dijo que eso no era tan fácil, que costaría
mucho dinero y que no quería poner un ascensor solo porque una persona lo
necesitara. Así que mis padres lo pensaron mucho y vieron que lo mejor era
mudarse y buscar un edificio que tuviera accesibilidad para su hija. Al día
siguiente todos salieron en familia a buscar un piso que no fuera muy caro,
qued fuese grande y ancho y que tuviese ascensor. Buscaron en todos los
lados, en la inmobiliaria de enfrente de su casa, en otra unas calles más arriba
incluso en casas anunciadas en carteles que estuvieran en su barrio pero lo
único que encontraron fue un piso situado en el barrio vecino. Era grande, tenía
los pasillos anchos, tenía ascensor pero tenía dos pegas, no estaba en su
barrio y se pasaba del dinero que podían pagar. Al final optaron por esta casa
ya que era la que mejor estaba.
En las últimas semanas del verano se inició la mudanza y en apenas unos días
ya se había terminado porque los antiguos vecinos ayudaron a la familia, uno
les ayudo a transportar los muebles con su furgoneta, otro se quedó con los
niños mientras los padres colocaban los muebles en la casa y algunos, hasta le
prestaron dinero para pagar la nueva casa, sin duda eran muy solidarios. Ya en
la nueva casa dos días antes de que empezara el colegio los niños hicieron la
mochila para tenerla preparada. Después de prepararla me senté en mi cama y
me puse a pensar; ¿Qué dirán mis compañeros, se reirán los niños de mi
colegio de mí, no me aceptaran y estaré sola en los recreos? No hacía más
que pensar en cosas negativas y, me entro el miedo. Pensé que me iban a
rechazar, que se iban a reír y me entraron los nervios y en lo único en lo que
podía pensar era en eso. Cuando se lo conté a mi madre me dijo que estaba
diciendo tontadas que todo iba a ser igual pero yo le conté, como me iba a
duchar, como iba a subir las escaleras como iba a hacer gimnasia en el
colegio. Y mi madre me dijo que, de alguna manera iba a hacer que mi vida
fuera lo más normal posible.
El día de inicio del colegio estaba muy nerviosa y tenía miedo. Yo, antes del
accidente iba sola al colegio pero ahora mamá no me dejaba porque temía por
mi seguridad y tenía que acostumbrarme al recorrido con silla de ruedas. Al
llegar me asusté todos me miraban, los niños, los profesores incluso los
padres. Mi madre me acompaño hasta la fila y allí me quedé quieta y asustada
al rato fueron llegando mis compañeros y, me preguntaron que me había
pasado y yo les dije, he tenido un accidente en tren, y ellos me contestaban,
pobrecita, ojala le hubiera pasado a otra y luego me decían que si alguien se
metía conmigo que se lo dijera y que no tuviera miedo. Cuando llegaron mis
amigas me dijeron, oye si quieres que te lleve a algún lado me lo dices, y las
demás, no yo también quiero y se inventaron un sistema para lIevarme por
turnos a donde quisiera. Mi profesora me dijo que si se me caía algo, si tenía
que tirar algo a la papelera o cualquier cosa con la que tuviera que moverme
me ayudaba. Incluso cambio la colocación de la clase para que fuera accesible.
No me lo podía creer yo pensé que todo iba a ser un infierno pero, todo lo
contrario. Cuando se terminaron las clases salí y mi madre estaba en la puerta
del colegio esperándome para Ilevarme a casa. Se lo conté y se alegró mucho
por mí.
Al llegar a casa comí y me puse a hacer los deberes y cuando los termine llamo
mi amiga Gadea, que vivía en el edificio donde estaba antes, Gadea era mi
mejor amiga, era la única con la que me contaba secretos, fantasías y muchas
más cosas. Nosotras hablábamos todos los días ya que no íbamos al mismo
colegio y ahora debido a la mudanza vivíamos muy lejos. Hoy nos pusimos a
hablar y estuvimos 2 horas, fue una de las veces que más me divertí hablando
con ella y además comprendía mi problema mejor que nadie, era la que más
me ayudaba y apoyaba, sin duda era la mejor.
Pasaron unas semanas. Y me ocurrió algo horrible, algo que sin duda
cambiaria los recreos en mi colegio para siempre. Mis amigas de repente han
pasado de mi, ya no me hablan y me dan de lado este recreo fue así por lo que
las mande un watsap preguntándolas que porque me daban de lado y me
cambiaron de tema. Al día siguiente se lo volví a preguntar y me dijo, que la
agobiaba, siguiéndola a todos los lados pero ...
iES lo que hacen las amigasi le respondí pero ella ni caso, me cambio de tema
y me dijo que estaba enfadada porque el otro día dijo algo de lo que no quería
que me enterara pero ... no entendía nada ¿Que había echo yo?
Paso un día y ya no podía aguantarlo más, de lo conté a mi madre y ella me
dijo que no se lo podía creer, que no lo entendía, me contó que las niñas eran
muy envidiosas y que como yo era más inteligente que ellas tenían envidia. Me
dijo que lo mejor que podía hacer era pasar de ellas porque, para tener que
estar en mala compañía mejor estar sin compañía. Me lo pensé y decidí que
era lo mejor y aquel día renuncie a mi amistad y acepté la soledad hasta el
momento en el que empezase el instituto. Aquel día cené y me fui a la cama
dándole vueltas a la situación ...
Ya por la mañana desayuné, me vestí, me lavé los dientes y fui al colegio.
Como yo era de las más puntuales no había nadie y decidí quedarme con mi
madre hasta que viniera algunas de mis amigas, otras que también eran
buenas amigas. Cuando una de ellas llegó, me fui con ella a la fila y nos
pusimos a hablar. Más tarde llegaron mis "ex amigas" que ni siquiera dirigieron
a mi un "hola" por lo que yo todavía me sentía peor porque pasaran de mí. Di la
clase con normalidad, como cualquier día a pesar de mi "enemistad" cuando
quedaban apenas 5 minutos de la última clase antes del recreo, me asuste, me
quería echar a llorar pero, resistí y me dije a mi misma que todo iba a ir bien ...
Cuando sonó la campana trague saliva, cogí mi abrigo, mi bocadillo y me
marché. Por desgracia tenía mucho miedo por estar sola así que me metí en el
peor lugar en el que podía meterme ... En el baño, se que suena muy raro pero,
tenía miedo a estar fuera, que la gente me viera y pensase, que pringada esta
sola jajajajaja ... así que eso es lo que decidí. Los primeros minutos eran coser
y cantar pero, cuando ya llevaba 10 minutos se empezó a complicar pues ya
estaba muy aburrida y no sabía que hacer, además no tenía mi reloj y no podía
saber la hora. Lo más interesante que ocurría era que, de vez en cuando
llamaba a la puerta algún niño o niña preguntando siempre lo mismo, ¿hay
alguien? Y yo siempre respondía lo mismo, "si". Pensé algo, si alguna persona
viniese 2 veces al baño se daría cuenta de que yo seguía allí y sería capaz de
chivarse a un profesor, así que decidí salir del baño e ir a los lavabos a lavarme
las manos y después acercarme a un radiador y estar un ratito caliente.
Mientras estaba allí en el radiador entro una de mis "ex amigas" y, ini me dirigió
la palabra! No me lo podía creer, ni un "hola" o un "que tal". Cuando se marchó
entraron dos niños, compañeros de mi hermano. Cuando me reconocieron uno
de ellos le dijo algo al otro, algo sobre mi ... Algo me decía que no podía ser
bueno ...
Cuando sonó la campana, estaba muy contenta. Salí del baño y me dirigí a la
fila y no me lo podía creer, por segunda vez ni un "donde has estado" sin duda
eran las peores personas que conocía. Cuando llegué a clase una de mis
amigas, de las de verdad, me preguntó que donde había estado y la profesora
dijo algo y se le olvidó, isalvada por la campana! La verdad es que no quería
que nadie se enterara así que me vino bien el comentario de la profesora. Solo
quedaba 1 hora y media para terminar el colegio y estaba muy triste, creo que
se me notaba la cara bastante, intenté concentrarme en las clases pero no lo
conseguía. Cuando pasó ese rato que se me hizo eterno, salí del colegio y hay
estaba mi madre y mi padre con el coche, lo que me venía bien para contarle
todo a mi madre con un poco de privacidad. Cuando se lo conté me dijo que no
estuviera triste pero, no era tan fácil, tenía ganas hasta de llorar. Mi madre
mostró empatía y me dijo que solo me quedaba este año, que el año que viene
iría al instituto y haría nuevas amigas. Cuando llegamos a casa mi madre me
dijo que no entendía porque no querían ser mis amigas y yo le enseñe mi silla
de ruedas, me preguntó si era por la silla de ruedas y yo la expliqué que era por
mi problema, todo el mundo te desprecia por ser diferente ...
Aquella noche le pregunté a mi madre que haría todo el recreo sola, y ella me
lo dijo sin rodeos. "Ponte a leer" a mí me parecía bien, me encantaba leer así
que cogí un libro que me estaba leyendo y lo metí en la mochila. Me fui a
dormir y espere a que un día nuevo comenzara, un día nuevo y espero que
mejor que el anterior.
Al día siguiente me desperté con más ánimo y con ganas de ir al colegio como
cualquier día desayuné, me vestí, me lave los dientes y fui al colegio. Como
siempre llegué al colegio y fui la primera así que espere a alguna de mis
amigas, cuando llegaron charle con ellas y entramos a clase. Las 3 primeras
horas fueron normales, con una excepción, había examen, un examen que
había elaborado la profesora de prácticas de este año Judith, Judith era muy
maja, además era joven y nos comprendía mejor porque hace nada fue una
niña. Judith era muy buena profesora y nos puso un examen fácil en mi
opinión, ya que había estudiado ... Cuando llegó el recreo tuve mucha suerte,
ya que tenía que cambiar el libro de la biblioteca, junto con una "ex amiga"
cuando cambie el libro descubrí que eso era una tapadera, que mi profesora y
mi "ex amiga" estaban haciendo un regalo para Judith y yo me apunte a ello
por lo que solo tuve 4 minutos de recreo ...
En general tuve un día bueno. Cuando llegue a casa estaba tan enfadada que
comí y cogí mi móvil, borre a todas mis "ex amigas" de contactos y las eche de
un grupo de watsap. Pasó un rato y una de ellas me mandó un mensaje
¿porque nos has echado del grupo? Yo le dije la verdad, os he echado para
que os hagáis uno nuevo sin mí. Ella me empezó a contar historias de cosas
diversas y hasta me faltó al respeto, yo no me lo pensé dos veces, la borre, no
seguiría aguantando más faltas de respeto.
Pasó la tarde cené y me fui a la cama ...
Al día siguiente pasó lo mejor que me podía pasar en estos momentos, algo
inesperado, algo que no me
podía creer. Empezaron las clases, yo estaba algo triste por lo ocurrido pero
intente poner buena cara. Nuestra profesora nos anunció que había llegado
alguien nuevo al colegio, cuando lo dijo no me alegre mucho la verdad, aunque
podría ser mi amigo o amiga. Cuando entro, no me lo podía creer, ella grito
iiiCRISTINA!!! y yo iiiGADEA!!! No me lo podía creer, mi mejor amiga en mi
colegio, ya no tendría que estar sola nunca más ...
Cuando llego el recreo me explicó que convenció a sus padres para cambiarse
de colegio y les dijo mi problema y que estaba sola y sus padres la dejaron
quedarse aquí.
i¿QUE!?!¿Dónde estoy? No me lo puedo creer, ¿Todo ha sido un sueño? Eso
significa que yo no estoy en silla de ruedas, que no me he mudado, que sigo
teniendo amigas pero, Gadea no está en mi colegio. Da igual, sigo teniendo
amigas, no voy en silla de ruedas y no me he mudado, no importa que Gadea
no vaya a mí colegio, sigue siendo mi amiga.
Desde aquel momento decidí ayudar a todas las personas que lo necesitaran,
desde personas con pequeños problemas a personas discapacitadas.
Fin.
3.292 palabras
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