Jesús las ministraba en sus necesidades

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Casa Publicadora Brasilera
Comentarios de la Lección de Escuela Sabática
III Trimestre de 2016
El papel de la iglesia en la comunidad
Lección 9
(20 al 27 de agosto de 2016)
Jesús las ministraba
en sus necesidades
Dr. Wagner Kuhn
Mg. Eraldo Guedes da Costa 1
El ministerio de Cristo se concentraba en las personas y en sus necesidades. Jesús
encontraba a las personas donde ellas estaban. Aplicaba variadas maneras de abordar y ministrar sus necesidades. Y las suplía en los aspectos físicos (Mateo 14:1420), social (Juan 2:1-5), emocional (Juan 4:4-12) y espiritual (Juan 3:1. 2).
A través de esos ejemplos, percibimos que Jesús tenía acceso al corazón de las
personas porque su foco estaba en las personas, no en sí mismo.
Interrupciones: oportunidades inesperadas para ministrar
Muchos no reaccionan bien a las interrupciones. Algunos prefieren planificar cada
día, semana, mes o incluso al año. Y cuando las interrupciones surgen, se sienten
frustrados. Tal vez tú seas así. Es fácil exhortar a otros a trabajar para Dios, para
transformar las interrupciones en bendiciones, pero lo difícil es hacer ¡sacrificios
personales!
Aunque, por lo general, las interrupciones sean consideradas una incomodidad,
David Roper, considera a las “interrupciones” sufridas por Jesús como “intervalos
benéficos”. Repasemos algunos de ellos:
Interrumpido por un toque: Mientras Jesús caminaba para atender a las necesidades
del jefe de la sinagoga, surgió una interrupción y Él la transformó en un “intervalo
benéfico” (Marcos 5:22-43).
1 Wagner Kuhn es profesor de Misión y Estudios Interculturales en la Facultad de Teología de la Universidad
Andrews (EUA), así como decano del Doctorado en Misiología y de Posdoctorado en la misma Universidad.
Eraldo Guedes es Licenciado en Teología. Actuó como pastor distrital durante diez años en Brasil, obteniendo
una Maestría en Misiología. Actualmente cursa el Doctorado en Religión en la Universidad Andrews.
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Interrumpido por las tradiciones: Mientras Jesús enseñaba en Galilea, llegó una
comitiva de fariseos y escribas. Sin reparo alguno, interrumpieron a Jesús preguntando por qué sus discípulos comían sin lavarse las manos. Jesús transformó aquella
interrupción hostil en un intervalo benéfico, enseñando importantes lecciones acerca
de las tradiciones creadas por los hombres (Marcos 7:23).
Interrumpido por una petición: Jesús se retiró hacia las tierras de Tiro y Sidón y “no
quería que nadie lo supiera” (Marcos 7:24). Una mujer se postró ante sus pies y rogó
para que sanara a su pequeña hija poseída. Jesús transformó esa interrupción en un
intervalo benéfico (Mateo 15:21-28; Marcos 7:24-30).
Interrumpido por las multitudes: Al salir de Tiro, se dirigieron a una región desierta
(Marcos 7:3). Una vez más, allí fue interrumpido: “Allí le trajeron a un sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera su mano encima” (Marcos 7:32; Mateo 15:30). Cristo
transformó aquella interrupción en un intervalo benéfico. 2
En muchos casos, una interrupción es una oportunidad ofrecida por Dios para que
ministremos. Por eso, cuando seamos sorprendidos por una interrupción, debemos
aprovechar la oportunidad para transformarla en un intervalo para bendecir al prójimo.
¿Cómo puedo ayudarte?
Las preguntas de Cristo involucraban mucho más que la mera salud física: “Qué
quieres que te haga” (Marcos 10:51); “¿Quieres se sano?” (Juan 5:6). “La sanación
es una experiencia integral y no solo apenas un ejercicio secular como muchos argumentan. Nótese, por ejemplo, Juan 9:1-12; Mateo 9:27-31; 20:29-34; Marcos 7:3137; 8:22-26”. 3 A través de sus preguntas, Cristo quería rescatar la dignidad y la
integridad interior de los desafortunados.
En el caso de Bartimeo, el relato bíblico dice que Jesús escuchó el pedido de socorro
por encima del barullo de la multitud (Marcos 10:49). A pesar de su cargada agenda
y contrariando a los muchos que le ordenaron a Bartimeo callarse (Marcos 10:48),
Jesús mandó llamarlo. El Maestro lo hizo así porque lo amaba, porque entendía
quién era su prójimo, porque le importaban sus necesidades.
¿Estamos llamando a las personas que necesitan ayuda? ¿Cuántas veces mandamos llamar a alguien para que satisfaga nuestras propias necesidades? En ese caso,
somos ciegos a las necesidades de otros. Ante nuestra comunidad e iglesia, ¿qué
tipo de preguntas acostumbramos hacer? ¿Las que alimentan las críticas o las que
aportan datos que nos muestren cómo servir a las personas satisfactoriamente?
Las necesidades más profundas
De acuerdo con Adam Clarke, en Marcos 2:1-12 no hay sólo uno, sino tres milagros:
el perdón de los pecados del hombre con parálisis, la revelación del pensamiento
secreto de los escribas y la sanidad física del paralítico. 4
David Roper, A Verdade para Hoje.
Kuhn, p. 64.
4 Adam Clarke, Commentary On The Bible, 1831, sobre Mateo 9.
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Las personas que estaban allí quedaron impresionadas, sorprendidas y ofendidas al
ver que la primer cosa que Jesús encaró fue la condición espiritual del paralítico. Él
había perdonado a los pecados del hombre. Aunque veía la miserable condición
física del pobre paralítico, la verdadera cuestión involucrada era la culpa que este
hombre sentía. Y Jesús pronunció las palabras adecuadas: “Tus pecados te son
perdonados” (Marcos 2:5).
Elena G. de White declaró: “Sin embargo, no era tanto la curación física como el
alivio de su carga de pecado lo que deseaba. Si podía ver a Jesús, y recibir la seguridad del perdón y de la paz con el Cielo, estaría contento de vivir o de morir, según
fuese la voluntad de Dios”. 5
En nuestra sociedad, somos enseñados a esconder lo que realmente sentimos. Tal
vez sea por eso que tenemos tanta dificultad para comprender los sentimientos de
los que sufren. Sin embargo, como imitadores de Cristo, somos incentivados a imitar
a Jesús, demostrando empatía (1 Pedro 3:8).
A veces, olvidamos que, para tener empatía por los que sufren, no es necesario
pasar por las mismas circunstancias de la otra persona. ¿Jesús tuvo empatía por los
enfermos? ¡Sí! ¡Pero Él nunca estuvo enfermo! Sin embargo, por amor, Él llevó sobre sí nuestras enfermedades y nuestros dolores (Isaías 53:4). Cuando mayor sea
nuestra sensibilidad a los sentimientos de los que sufren, más facilidades tendremos
para poner en práctica 1 Tesalonicenses 5:14: “También os rogamos, hermanos, que
amonestéis a los ociosos, que alentéis a los tímidos, que sostengáis a los débiles, y
seas pacientes con todos”. 6
Dorcas en Jope
Dorcas era una verdadera hija del Padre celestial, que ponía su vida al servicio del
Señor. La vida de alguien en las manos de Dios puede producir frutos maravillosos y
ser una bendición para la vida de otras personas. Al reflexionar sobre Dorcas, debemos sentir lo que significaba para ella las palabras “discipulado”; “servir”, y “ayudar”.
Ese ejemplo marcará la diferencia en nuestro modo de vivir el discipulado, de mirar a
las demás personas y en lo que hacemos por ellas.
Dorcas fue una mujer que, con una aguja, cosió su nombre en las páginas de las Escrituras. ¿Dónde habrá aprendido ella a coser, a hacer ropas para los pobres y a convertirse en una notable mujer debido a sus obras de caridad? Tal vez en un hogar piadoso, donde aprendió a usar sus manos y otros recursos para aliviar a los necesitados.
Algunos piensan que otros se van a hacer cargo de determinado ministerio, pero
Dios nos escogió a cada uno de nosotros. Él tiene un plan para tu vida, y tiene personas esperando tu ministerio. Hay muchos afligidos que nos esperan. “Jesús no
sólo sanó a aquellos que fueron hasta Él o que fueron llevados ante Él, sino que en
muchas ocasiones demostró su amor al ver a una persona en necesidad”. 7 Las
Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 233.
Ver también Romanos 12:5
7 Kuhn, p. 63.
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personas anhelan alimento espiritual, pero también ropa que envuelva sus cuerpos, y
alimentos que sacien su hambre.
La iglesia en acción
¿Cuál es el propósito de la iglesia? ¿Para qué nos reunimos sábado tras sábado?
Nuestra misión, como parte del cuerpo de Cristo, implica la participación de todos en
la restauración de la comunidad en la que vivimos. Pero todos esperamos que alguien, quizá el pastor o un líder, o tal vez un hermano, haga ese trabajo. Pasamos el
tiempo culpando a otros porque los cambios no se han producido en la iglesia, cuando cualquiera de nosotros podría haber comenzado a hacer algo para que ese cambio ocurriera.
La iglesia tiene un propósito y una misión. Debemos saber quién somos para saber
qué hacer. El evangelio es, básicamente, “buenas nuevas. La “iglesia en acción” es,
por lo tanto, el acto de transmitir el Evangelio. El pastor Ted Wilson, destacó: “Esta
es la hora y el tiempo para que los adventistas del séptimo día muestren al mundo,
por medio del poder del Espíritu Santo, lo que significa tener esperanza en la capacidad divina de realizar cambios en nuestra vida y en la sociedad”. 8
“La iglesia de Cristo en la tierra se organizó con propósitos misioneros, y el Señor
desea verla en su totalidad concibiendo maneras y medios para llevar el mensaje de
verdad a los encumbrados y a los humildes, a los ricos y los pobres. No todos son
llamados a un ministerio personal en el extranjero, pero todos pueden hacer algo
mediante sus oraciones y ofrendas para ayudar la obra misionera”. 9
Dr. Wagner Kuhn
Profesor – Dir. de Posgrado
Universidad Andrews
Estados Unidos
Mg. Eraldo Guedes da Costa
Doctorando en Religión
Universidad Andrews
Estados Unidos
Traducción: Rolando Chuquimia
© RECURSOS ESCUELA SABÁTICA
https://news.adventist.org/es/todas-las-noticias/noticias/go/2016-07-11/appeal-to-seventh-day-adventistsworldwide-from-ted-wilson/
9 White, Testimonios para la iglesia, tomo 6, p. 37.
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