el arte de escuchar a los demás liderazgo juvenil y trabajo en

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EN
©
EL ARTE DE
ESCUCHAR
A LOS DEMÁS
Renato Joya / Jorge Ramírez Caro
LIDERAZGO JUVENIL
Y TRABAJO
EN EQUIPO Renato Joya
TÉCNICAS DE
FACILITACIÓN
JUVENIL Renato Joya
REPRODUCCIÓN DE ESTA EDICIÓN CON EL AUSPICIO DE
únete por la niñez
EL ARTE DE
ESCUCHAR A LOS
DEMÁS
Por
Renato Joya
Jorge Ramírez Caro
EL ARTE
DE ESCUCHAR A LOS DEMÁS
«Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Marcos 7,16
Quien escucha oye más
Muchas veces oímos, pero no escuchamos. Y en consecuencia no hay
comunicación.
1.
Conviene plantearse las preguntas sobre la diferencia entre oír
y escuchar:
o
o
¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar?
¿Qué actitudes debe poseer quien escucha?
Objetivo:
-Diferenciar el oír del
escuchar.
-Reconocer la importancia de aprender
la destreza de escuchar.
2. Imaginemos la siguiente situación:
o
o
o
o
o
Nos metemos con un campesino en el bosque a capturar sonidos. Cada quien
trata de ponerle nombre a esos sonidos. Después intenta relacionar esos sonidos
con aquello que lo produce.
¿Quién acertará más?
¿Por qué?
¿Cuál es la ventaja que tiene quien acierta a dar nombres correctos a los sonidos
y a relacionarlos con aquello que lo produce?
¿A qué se debe esa ventaja?
3. Realice un cuadro en el que establezca la diferencia entre oír y escuchar y las
actitudes de quien oye y de quien escucha.
Oír es:
Quien
oye
se
caracteriza por:
Escuchar es:
Quien
escucha
caracteriza por:
se
Diferencias entre oír y escuchar
En español tenemos dos verbos (procedentes de los latinos audire y auscultare) con
significados diferentes: oír y escuchar. Según el diccionario, oír significa “percibir con el oído
los sonidos” y escuchar “aplicar el oído para oír algo, prestar atención a lo que se oye”.
Para oír no se requiere la voluntad, para escuchar sí. Para no oír basta taparse las orejas,
para no escuchar no prestar atención. Para oír es suficiente un oído sano y un sonido
perceptible; para escuchar una actitud atenta, interés y motivación.
1
Oír y escuchar son dos actitudes totalmente distintas. Cuando oímos no prestamos atención a
lo que nos dicen. Escuchar, en cambio, es una actitud perceptiva en que la otra parte se siente
acogida y respetada, tomada en cuenta y aceptada. Oír es percibir los sonidos que nos rodean,
escuchar es captar su sentido. El arte de escuchar está basado en tratar de entender lo que nos
dicen y lo que no nos dicen.
Escuchar supone callarse, donar tiempo,
aguardar, acoger, querer entender, preguntar,
sugerir... y de nuevo callarse. Por ello escuchar
es equiparable a un arte de exquisita belleza o
a un ejercicio de considerable pericia y
esfuerzo... Dejar de escuchar es empezar a
repetirse. En cambio, escuchar con sabiduría
es avanzar en la verdad del escuchado.
Después de leer la información anterior reflexione y
responda las preguntas siguientes:
¿Qué se necesita para oír?
¿Qué se necesita para escuchar?
¿Cómo se complementan el oír y el escuchar?
Frente a la actitud pasiva e involuntaria del sujeto que oye, tenemos la actitud dinámica,
voluntaria y comprometida por parte del sujeto que escucha. Quien escucha lo hace con un
propósito, desde una perspectiva, con una intención y desde una serie de esquemas
conceptuales, perceptuales y representacionales del mundo. Para escuchar son necesarias:
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�
�
�
�
�
El contacto ocular con nuestro interlocutor para experimentar las emociones, los
sentimientos, visualizar la expresión facial y el lenguaje corporal y poner de manifiesto
con gestos y actitudes nuestro interés por él interlocutor y por lo que nos está diciendo.
El empleo de habilidades para confirmar que estamos entendiendo al otro:
asentimiento, exclamación, interrogación o duda, fruncimiento del ceño. Se debe
superar la tentación de interrumpir al otro para corregir o contradecir sus ideas,
opiniones o planteamientos.
La formulación de preguntas abiertas sobre el contenido de la información, con tal de
que el otro brinde más detalles y expanda sus conceptos e ideas: qué, cómo, dónde, por
qué, cuándo…
La manifestación de empatía con el interlocutor: conectarse con él a nivel emocional y
compartir los sentimientos que experimenta en la conversación.
El resumen de puntos clave para recibir intercambios del
interlocutor. Quien habla debe leer en los gestos de quien
Con base en la información y sus
escucha los signos de la comprensión o de la incomprensión.
recursos elabore una lista de
acciones necesarias para escuchar y
El papel activo-dinámico de los interlocutores dado que la
no oír solamente.
comprensión de lo escuchado implica una respuesta
constante y mutua: quien escucha debe colaborar en la
conversación y ofrecer intercambios: debe dar a entender a
Ordene en dos columnas las
diferencias encontradas entre
quien habla que sigue y comprende su discurso.
oír y escuchar.
Oír es solo la facultad, escuchar es la habilidad para enfocarse,
interesarse y centrar la atención para comprender y darle un sentido a lo percibido. Una
facultad es algo innato, una destreza es algo que se aprende.
Con oído se nace y a escuchar se aprende
La palabra tiene mucho de aritmética: divide cuando
se utiliza como navaja para lesionar; resta cuando se
usa con ligereza para censurar; suma cuando se
emplea para dialogar, y multiplica cuando se da con
generosidad para servir (Carlos Siller).
Aunque todos nazcamos con la facultad de oír, no todos tenemos la habilidad de escuchar.
Para que la palabra sume o multiplique exige ser escuchada. De allí la necesidad de aprender a
escuchar. Muy bien lo decía el filósofo griego Epicteto: “Así como hay un arte de bien hablar,
existe un arte de bien escuchar”. Arte se refiere a lo aprendido, a las técnicas y estrategias que se
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deben manejar para generar un sentido, un efecto, una respuesta en el otro, para captar lo que
está más allá de un simple sonido.
Escuchar no es un juego en el que anticipamos o suponemos lo que nos pueda decir el otro,
como sucede en la siguiente historia:
Mario está a punto de quedarse sordo y tiene que ir a visitar a su amigo Julián que está en el
hospital. Como no quiere que se entere de su sordera, para disimular, prepara el siguiente
diálogo.
-¿Cómo estás Julián? –le preguntaré.
-Muy bien, gracias –me responderá.
-¡Qué bueno! ¿Y qué comes? –indagaré.
-Frutas –me contestará, puesto que está enfermo.
-¿Quién es tu médico? –interrogaré, luego de agregar una fórmula de cortesía.
-El mejor –me contestará, tras lo cual me despediré con una o dos palabras.
Ahora bien, una vez en el hospital tiene lugar la conversación siguiente:
-¿Cómo estás, Julián? –pregunta Mario.
-¡Me muero! –responde Julián.
-Alabado sea Dios. ¿Y qué comes?
-¡Veneno!
-¡Que te aproveche!… ¿Quién es su médico?
-El ángel de la muerte.
-Que sea bienvenido1.
----------------¿Qué es lo que sucede en la historia?
¿Cómo es la comunicación?
Cuando hablamos con alguien centramos más nuestra atención en lo que vamos a decir y
menos en escucharlo. En el trabajo con grupos de personas no se puede llevar de antemano las
respuestas que nos puedan dar sino que hay que escuchar lo que efectivamente quieran decir
para no imponer nuestra palabra. Escuchar es abrirse al otro y dejar que haga saber sus
respuestas. Es dialogar con una actitud de sumar, multiplicar y construir y aprender juntos.
Para escuchar es recomendable aprender, es decir, entender, interesarse, asumir y practicar las
actitudes siguientes:
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�
�
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Mostrarse interesado en los asuntos de los otros.
Expresar empatía o identificación con aquel de está hablando.
Alentar la conversación, mostrando interés por lo que el otro está diciendo.
Solicitar más información para mostrar interés en comprenderlo.
Manifestar que estamos comprendiendo lo que el otro dice, expresando con
nuestras propias palabras lo expuesto, con el fin de replantear y retroalimentar.
Mostrar que uno comprende cómo se siente, respondiéndole con alguna expresión
de sentimiento.
Resumir lo que el otro ha dicho con el fin de que replantee o redireccione sus ideas y
se mueva hacia algún nuevo asunto o hacia alguna respuesta.
El arte de escuchar exige dedicación y tiempo, pues como dice Hemingway: “Se necesitan dos
años para aprender a hablar y setenta para aprender a callar”.
Abrir los oídos y cerrar la boca
Preguntas generadoras:
o
o
1
¿Por qué razones tenemos dos orejas y una sola
boca?
¿Qué tipo de mensaje nos sugiere el hecho de
tener dos orejas y una boca?
Objetivo:
Valorar
la
importancia de poseer dos
orejas para escuchar y una
sola boca para hablar.
Adaptada de una historia del libro La sabiduría de los chistes, de Alejandro Jodorosqui.
3
o
o
¿Por qué tenemos las orejas a los lados y la boca al frente?
¿Qué clase de mensaje nos sugiere la posición de las orejas y de la boca?
Complemente sus reflexiones con las siguientes frases:
La naturaleza le ha dado al hombre una sola lengua y dos oídos, para que pueda
escuchar el doble de lo que habla. –Epicteto.
Tenemos dos orejas y una sola boca justamente para escuchar más y hablar menos.
–Zenón de Citión.
Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una lengua es porque se debe
escuchar y mirar dos veces antes de hablar. - Savigné.
Saber escuchar, una habilidad para el manejo de las relaciones
Muchos creemos que hablar o disertar nos proporciona más autoridad e influencia sobre los
demás que el escucharlos.
El que no sabe escuchar corre el riesgo de expresar en forma elocuente cosas que no le
interesan a su interlocutor.
El arte de saber escuchar es una de las principales habilidades para el manejo de las relaciones
interpersonales e intergrupales, lo que posibilita comprender a los demás, en lo que se incluye
percibir sentimientos y perspectivas ajenas, e interesarse activamente por sus preocupaciones.
Saber escuchar proporciona beneficios como los siguientes:
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Eleva la autoestima del que habla, al sentir que sus palabras son valiosas para el que
lo escucha.
Le permite identificar intereses y sentimientos del que habla y, de esta forma, puede
ser más efectivo en la comunicación con su interlocutor.
Se reducen los posibles conflictos por malas interpretaciones.
Se aprende de los conocimientos y percepciones del otro.
Amplia el marco de referencia, cultura e intereses del que escucha.
El que escucha con atención, proyecta una imagen de respeto e inteligencia.
Permite al grupo o equipo aprender y construir juntos.
Actividad:
1. Al frente de cada una de “Las diez costumbres no productivas más practicadas cuando se
escucha”, planteadas por Robertson, escriba “Las diez costumbres productivas que deben
practicarse cuando se escucha”:
Las diez costumbres no productivas más
practicadas cuando se escucha
1. Falta de interés por el tema.
2. Fijarse en el exterior y descuidar el contenido.
3. Interrumpir al que habla.
4. Concentrarse en detalles y perderse de lo
principal.
5. Adaptarlo todo a una idea preconcebida.
6. Mostrar una actitud corporal pasiva.
7. Crear o tolerar distracciones.
8. Prescindir de escuchar lo que resulta difícil.
9. Permitir que las emociones bloqueen mensajes.
10. Ensoñaciones: ponerse a pensar en otra cosa.
Las diez costumbres productivas
que deben practicarse cuando se
escucha
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10.
2. Compare su propuesta de “Las diez costumbres productivas que deben practicarse cuando se
escucha”, con el “Decálogo del buen oyente” propuesto por André Conquet y con “Diez reglas de
la buena escucha” de Keith Davis:
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Decálogo del buen oyente (Conquet)
1. Adoptar una actitud activa: tener curiosidad.
2. Mirar al interlocutor.
3. Ser objetivo: escuchar lo que dice una persona
distinta de nosotros mismos.
4. Conectar con el interlocutor: comprender su
mensaje y manera de ver las cosas.
5. Descubrir en primer lugar la idea principal.
6. Descubrir los objetivos y el propósito del
interlocutor.
7. Valorar el mensaje escuchado.
8. Valorar la intervención del que habla.
9. Reaccionar frente al mensaje.
10. Hablar cuando el otro dé la oportunidad.
Diez reglas de la buena escucha (Davis)
1. Deje de hablar: no se puede escuchar si se está
hablando.
2. Hacer que el que habla se sienta cómodo.
3. Demuestre que desea escuchar al otro: parezca y
actúe como si estuviera interesado.
4. Elimine y evite las distracciones.
5. Sea empático con el otro: intente ponerse en su
lugar, comprenda su punto de vista.
6. Sea paciente: dedíquele al otro el tiempo necesario
y no lo interrumpa.
7. Mantenga la calma y su buen humor.
8. Evite discusiones y críticas: sea prudente con sus
argumentos.
9. Haga preguntas: esto estimula al otro y muestra
que lo estamos escuchando.
10. Pare de hablar: usted no puede ser un buen
escucha mientras esté hablando.
Falsos temores sobre el escuchar: romper paradigmas
Bajo el supuesto de que la información es poder y quien la maneja puede dominar a los demás,
hemos llegado a creer que lo mejor es hablar en lugar de escuchar. De aquí se derivan tres falsas
concepciones de la escucha:
�
�
�
Tememos ser influidos por los demás.
Creemos que el otro puede estar equivocado y que nosotros somos los poseedores de
la verdad.
Creemos que cuando hablamos ejercemos más influencia que cuando escuchamos.
Muchos otros pensadores han dejado plasmada una gran sabiduría sobre las palabras y la
habilidad de escuchar: “Las palabras son como las hojas: cuando abundan poco fruto hay entre
ellas” (Alexander Pope). “Hay quien ha hablado tanto que ha perdido la fuerza de escuchar”
(Bernard Shaw). Por eso consideramos que la clave está en escuchar más que en hablar: “Nada
es tan fácil ni tan útil como escuchar mucho” (Juan Luis Vives). “Sé buen oidor y no gran
hablador” (Cleóbulo). “Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento”
(Proverbio italiano). Por esta razón, Darcy Ribeiro ha señalado con gran acierto: “quien controla
una conversación no es quien más habla sino quien mejor escucha”. Entonces, aunque nuestra
cultura y nuestra sociedad no hayan contribuido al desarrollo de nuestra habilidad de saber
escuchar, estamos a tiempo para cambiar de actitud:
o
o
o
o
Escuchar no sólo las opiniones que coinciden con las nuestras, sino todas aquellas que
puedan cuestionar, enriquecer y reorientar nuestros puntos de vista.
Buscar no sólo lo que nos conviene, sino también lo que sea conveniente para los demás.
Salirse del mundo acelerado donde no hay tiempo para escuchar y crear el espacio y el
tiempo propicio para darle cabida al mundo del otro.
Escuchar al otro, no para rebatir sus opiniones, sino para enriquecer nuestro punto de
vista y compartirlo con los demás.
Saber escuchar demanda ponerse en el lugar del otro, dejar de lado nuestros propios
paradigmas perceptuales, conceptuales y actitudinales y aceptar que otros pueden ver las cosas
de otra manera. La capacidad de escucha nos debe facultar también para controlar aquellas
emociones y actitudes que puedan emerger cuando escuchamos cosas que no son de nuestro
agrado o que no coinciden con los patrones con los que estamos acostumbrados a ver la
realidad.
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¿Para qué y por qué escuchar a los demás?
Objetivo: Descubrir la necesidad de escuchar a los demás en la vida y en todo proyecto que
emprendamos.
Actividad:
1. Veamos y leamos con atención el siguiente texto de Quino:
2. Respondamos las siguientes preguntas:
o
o
o
¿Por qué y para qué es necesario
escuchar a los demás?
¿Por qué no nos bastamos a nosotros
mismos?
¿Por qué no son suficientes nuestras
maneras de pensar, de ver el mundo,
de entenderlo, de representarlo, de
imaginarlo?
A) Sólo estamos completos cuando
otro nos escucha
Una canción popular dice: “Un hombre
solo no puede vivir / Un hombre solo se
puede morir”. No se trata únicamente de la
soledad de la pareja, sino también de la
soledad existencial. Nadie es nada sin el otro.
Nadie es nada sin sus palabras y sus palabras no serían nada sin alguien que las escuchara. La
vida sólo es posible entre dos. El amor sólo es posible cuando el otro escucha. Sólo nos
completamos cuando otro nos da una respuesta. Sin el respaldo de los otros no es posible sacar
adelante nuestros proyectos, porque la vida está hecha de lazos, de vínculos. Para ganar el apoyo
de los demás necesitamos comunicarnos, ser escuchados y obtener respuesta. Para llegar
adonde están los demás es necesario conocerlos, saber lo que sueñan, lo que los mueve, lo que
los motiva y lo que los tiene esperanzados. Eso se logra escuchándolos.
Toda persona tiene algo que decir y necesita ser escuchado con atención y respeto. “Escucha
aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos” (Séneca). “Saber escuchar es el mejor
remedio contra la soledad” (William George Ward). Al sentirse escuchadas, las personas se
relajan, se abren y nos muestran su mundo interior, sus creencias, sus valores y sus
potencialidades. Cuando les prestamos atención sincera, les damos una oportunidad de
acercarse, de desahogarse y de crear o ampliar un vínculo franco y duradero. Cuando
escuchamos con paciencia y sin interrumpir al otro damos la oportunidad para que escoja con
cuidado sus palabras, sus ideas y sus planteamientos. Ese darse del otro en su palabra es
también un serse, sentirse y hacerse más humano, haciéndonos a nosotros que lo escuchamos.
Al salvarse el otro también nos salva con su palabra. “La palabra es el arma de los humanos
para aproximarse unos a otros” (Ana María Matute). Sus inquietudes pueden ser nuestras
inquietudes, sus respuestas las que nosotros andábamos buscando y su modo de expresarlas la
manera en que nosotros quisiéramos hacerlo. Por eso Montaigne ha expresado: “La palabra es
mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha”.
Escuchar es un poder que nos permite conocer a los demás, equivocarnos menos y ganar
amigos y oportunidades. Escuchar es hacerse acompañar por todas aquellas voces que nunca
pudimos expresar, pero que alguien vino a traérnosla a casa. Con esas otras palabras podemos
construir puentes indestructibles entre nosotros y los otros: “Mi táctica es mirarte / aprender
cómo sos / quererte como sos. / Mi táctica es hablarte / y escucharte / construir con palabras /
un puente indestructible” (Mario Benedetti).
Cada vez que el otro habla nace otro mundo
El que sabe escuchar no sólo puede mejorar la calidad de la conversación, sino que se puede
alimentar de las ideas que emanan de su interlocutor. El otro sólo pone sus ideas sobre la mesa
cuando encuentra un buen escuchador que le da confianza. En ese momento se da cuenta de que
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existe empatía mutua que provoca sintonía, despierta el altruismo, el compromiso social, el
involucramiento y la acción para generar el cambio.
El arte de escuchar consiste en sumar personas que quieran compartir sus ideas para crear
respuestas que puedan mejorar el mundo, hacer de éste un nuevo mundo. Escuchar se convierte
en un gran poder cuando otros están dispuestos a confiar a nuestros oídos sus sueños, sus
secretos, sus aspiraciones, sus utopías, sus respuestas y sus soluciones a los problemas de
nuestra realidad más próxima e inmediata. Las palabras poseen poder transformador: “La
palabra tiene mucho de aritmética: divide cuando se utiliza cono navaja para lesionar; resta
cuando se usa con ligereza para censurar; suma cuando se emplea para dialogar, y multiplica
cuando se da con generosidad para servir” (Carlos Siller).
Escuchar a los demás es salvarlos de ese diálogo de sordos que han tenido toda la vida con los
poderes constituidos, con las instituciones y con sus “líderes” comunales. Dejar que la gente se
exprese para escucharla no es ninguna debilidad ni ninguna ineficiencia. Es construir la
oportunidad de empoderar el potencial creativo y generativo de quienes son los dueños
legítimos de los sueños por un mundo más justo, más igualitario, más inclusivo y más solidario.
No prestar oídos a lo que dice la gente es dejar por fuera su potencial, su energía, sus emociones,
sus sentimientos y la fuerza que trabajaría por un mejor mañana para muchos.
Quien quiera alistarse para el cambio no debe tener miedo de poner las orejas a las mil voces
que vienen del lado de los que han pasado toda la vida esperanzados en un mejor mañana. Esas
voces nos sirven para crear lazos, vínculos, redes de comunicación, de confianza, de empatía, de
solidaridad, de compromiso, de involucramiento, de lucha. Saber escuchar exige dejar de juzgar,
crear un espacio de silencio que conecte con el potencial imaginativo y creativo de todos para
poder responder con responsabilidad a las necesidades urgentes. Por lo tanto, hay que escuchar
activamente, con entusiasmo, haciendo de la escucha una estrategia de incluir al otro en la
solución de los problemas que los aquejan.
Escuchar para comprender, involucrarse, comprometerse y cambiar
Objetivo
Tener presente que la finalidad de saber es comprometerse para cambiar.
Actividades:
1. Reflexionemos sobre las siguientes frases:
-Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores –Sócrates.
-Se tiende a poner palabras allí donde faltan las ideas. -Goethe
Respondamos las siguientes preguntas:
o
o
o
o
¿En qué medida escuchar a los demás nos permite conocerlos y conocernos?
¿Qué consecuencias se derivan del proceso de conocer?
¿Cómo el conocer a los otros nos involucra y nos compromete?
¿Cuál será la finalidad ética y política de todo conocimiento?
Una escucha atenta, una comprensión
El objetivo del auténtico escuchar es comprender y ver el mundo tal como lo ve y lo
comprende nuestro interlocutor. Escuchar nos permite entrar en sintonía con el otro,
solidarizarnos, creer en sus sueños y apoyar sus proyectos. Lamentablemente, no somos tan
buenos escuchadores como podríamos serlo, pues pocas veces valoramos con justicia la
necesidad de escuchar a los demás y no estamos entrenados para involucrarnos y
comprometernos con ellos. Pero, como ya adelantamos, a escuchar se aprende.
Consideramos que un gran paso para abrirse al otro y solidarizarse con él es quererlo escuchar
para comprender su mundo, su vida, sus inquietudes, sus esperanzas y sus sueños.
Popularmente se dice que sólo quien está en el zapato ajeno sabe donde le aprieta. Eso quiere
decir que la escucha supone una actitud de inmersión, involucramiento y compromiso con la
realidad del otro. Cuando nos salimos de nuestro mundo, bajamos al mundo del otro y entramos
en él es cuando podemos comenzar a escuchar y a comprender su realidad. Ninguna
comprensión se lleva a cabo fuera del contexto en el que suceden los hechos.
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Comprender al otro es darle la oportunidad de que se sienta reconocido y tomado en cuenta,
aceptado e incluido en el mundo del que comprende. Para que nuestra comprensión sea
consciente debemos:
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�
�
Saber escuchar para obtener los elementos necesarios en los que el otro plantea,
expone y señala sus necesidades, valoraciones, sentimientos y expectativas sobre los
problemas que vive.
Despojarnos de nuestros prejuicios o preconcepciones para no falsear ni tergiversar
lo planteado por el otro y podamos tener una clara comprensión de sus
planteamientos.
Saber valorar y respetar el punto de vista del otro para no emitir juicios prematuros
con los cuales se pueda descalificar o rechazar el mundo del otro.
Actividad
Reflexionemos sobre lo planteado por las siguientes frases:
o
o
o
o
o
o
o
o
Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación –
Proverbio árabe.
En tu relación con cualquier persona, pierdes mucho si no te tomas el tiempo necesario
para comprenderla – Rob Goldston
El ser humano está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende –Blaise
Pascal.
Lo que no comprendemos no lo poseemos – Johann Wolfgang Goethe.
Comprender es difícil. Pero una vez que se comprende, la acción es fácil - Sun Yat-Sen.
Comprender es el principio de aprobar - Baruch Spinoza.
Todo lo que no se comprende, envenena - Eugenio D`Ors.
Tener a alguien que me comprenda significaría tener un apoyo en todos los sentidos,
tener a Dios - Franz Kafka.
B) Toda comprensión, un compromiso
Quien no comprende no tienen claro nada, ni sabe cómo actuar, ni qué se puede hacer. En
cambio, quien comprende, no sólo tiene claro el punto problemático, sino también lo que tiene
que hacer y cómo debe hacerlo. Por eso podemos decir que comprender es comprometerse, por
varias razones:
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Comprender tiene que ver con saber y ser consciente de algo.
Comprender demanda el manejo de habilidades del orden del idear, imaginar y
crear respuestas a aquello que se comprende.
Comprender supone un cambio actitudinal de parte de quien comprende y en orden
a lo comprendido.
Quien comprende puede visualizar y valorar los pros y los contras del problema
comprendido.
La comprensión es el primer paso a la acción, al compromiso.
En el caso de una organización que desee emprender un proceso de cambio, éste no podrá
llevarse adelante si primero no se empieza por establecerse un pensamiento estratégico que
involucre a todos los actores y agentes que participarán en el cambio. La idea de establecer un
pensamiento estratégico se debe a que lo más difícil de cambiar en una organización,
comunidad o equipo son las viejas formas de creer y pensar. Como desarrollaremos más
adelante, los cambios más lentos y que demandan más esfuerzos son los que tienen que ver con
el orden simbólico-cultural. Cambiar los paradigmas mentales demanda:
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Cambios de procesos de enseñanza-aprendizaje.
Inculcamiento de nuevas formas de pensar.
Diseño de nuevas creencias, valores y costumbres.
Procesos de información permanente.
Deseducación profunda que erradique las viciadas formas de pensar, abstraer,
conceptualizar, representar, comprender y explicar el mundo, la vida y las
relaciones de los seres humanos y la naturaleza.
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Lo que se pretende crear con estos procesos de comunicación, aprendizaje e involucramiento es
crear una visión compartida por las personas que van a llevar el cambio adelante. Una visión
compartida servirá de fuerza impulsora, incitadora, orientadora y cohesionadora de las energías
del cambio. Una organización, una comunidad o un equipo con una visión clara tienen el valor
de activar grandes energías para alcanzar sus metas y objetivos. “Pocas fuerzas humanas son tan
poderosas como una visión compartida” (Peter Senge). No estamos hablando de compartir la
visión de un líder absoluto, sino la de un pueblo, la de una comunidad, la de un equipo. Una
visión compartida genera:
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Motivación o estímulo entre las personas.
Esperanza o expectativas de triunfo.
Unidad o cohesión intergrupal.
Mejores relaciones humanas.
Confianza entre los que siguen la misma visión.
Alternativas de cambio.
Como señala Miriam Ortiz: “Una visión compartida hace que la gente que se tenía desconfianza
empiece a trabajar en equipo, crea una identidad común. La visión compartida incrementa el
deseo de experimentación y de arriesgarse no dejándose vencer por los obstáculos y persistiendo
en la visión, a pesar de las dificultades… La visión no es el punto a donde quiero llegar, sino el
punto de partida”. Y para lograr una visión compartida hay que comenzar por escuchar.
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-La función del líder es producir más líderes, no más seguidores
Ralph Nader
-El que quiera ser líder debe ser puente
Proverbio galés
LIDERAZGO JUVENIL Y
TRABAJO EN EQUIPO
Por Renato Joya
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LIDERAZGO
El espíritu de los gansos
Los gansos son aves migratorias:
van de un lugar a otro buscando el
mejor clima. Cuando veas los gansos
emigrar, fíjate que vuelan en forma
de “v”, porque de esa manera, la
bandada entera, aumenta en un 71%
el alcance del vuelo con relación al
de un pájaro que vuela sólo.
Cuando un ganso sale de la
formación siente la resistencia del
aire y la dificultad de volar sólo.
Entonces retorna a la formación para
aprovechar el poder de elevación de
los que están a su frente.
Cuando el líder que va al frente se
cansa se pasa al final de la formación
y otro asume la delantera.
Mientras vuelan en formación los
gansos graznan para dar coraje y
aliento a los que van al frente y
poder mantener la velocidad.
Cuando un ganso se enferma, es
herido, está cansado y debe salir de
la formación, otros lo acompañan
protegerlo.
para
ayudarlo
y
Permanecen con él hasta que muera
o sea capaz de volar nuevamente.
Entonces alcanzan su bandada o se
integran a otra formación.
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¿Qué es liderazgo?
Para que un grupo juvenil sea exitoso es necesario que sus participantes o miembros
descubran y pongan en prácticas las herramientas que se transforman en habilidades
para el liderazgo en el día a día de las actividades del grupo.
Liderazgo es el proceso por medio del cual cualquiera de los involucrados anima
o motiva de manera saludable, con sus ideas o acciones, las ideas, conductas y
comportamientos de su equipo, para el logro de objetivos comunes.
Casi siempre cuando se habla de líderes, tendemos a reducirlo sólo en grandes hombres
y algunas mujeres que han dado grandes aportes a la historia de la humanidad.
Pensamos que los líderes son aquellos que resaltan en su entorno por su habilidad
comunicativa y expresiva...y no siempre es así. Es más todos tenemos habilidades y
destrezas que nos permiten ser líderes en diferentes actividades del grupo. Por ejemplo,
un compañero o compañera, no es de los que más participa en las discusiones grupales,
pero tiene la facilidad como ninguno para dibujar… Y cuando de dibujar se trata…
entonces esta persona es líder.
Un líder es una persona, miembro de un grupo, que influye de manera decisiva en el
pensamiento y en las actividades de los integrantes de ese grupo. Además juega un
papel importante en la definición de los objetivos y el modo de trabajo de la
organización o la comunidad. Un líder debe ser una persona que propone, que promueva
la participación de los involucrados en el trabajo, que genere relaciones horizontales con
su gente, debe manejar un lenguaje armonioso y llamativo a la actitud positiva.
Todo grupo los necesita líderes en quienes creer, con quienes puedan identificarse y en
quienes puedan tener confianza. A todo líder lo identifican una serie de atributos como
la honestidad, capacidad de inspirar, imparcialidad, capacidad de apoyar a otros,
practican lo que predican; poseen y generan en los demás una imagen positiva de sí
mismos y exhiben capacidad cognoscitiva y encanto personal el alto grado.
¿Qué significa ser líder?
Ser líder significa acompañar al grupo y favorecer el crecimiento de cada uno de sus
integrantes. Significa guiar, orientar, dirigir una organización, asegurando su
funcionamiento. Tiene la responsabilidad de representarla ante otros grupos o
instancias.
La persona elegida para dirigir, coordinar o liderar al grupo, generalmente tiene o ha
desarrollado un conjunto de cualidades y capacidades que lo hacen apto para ser un
buen líder.
Igualmente, esa persona debe tener deseos y voluntad de desempeñar un papel de mayor
responsabilidad, lo cual, muchas veces, significa sacrificios. El líder tiene más
obligaciones que los miembros del grupo. Se expone a la crítica. Sin embargo, también
se tienen satisfacciones importantes, como es la de sentir que se está dando lo mejor de
sí al servicio grupo.
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¿Cuáles son las cualidades de un líder?
Inspira confianza. El líder genera ambientes en donde las personas del grupo puedan
discutir diversos temas que fluyen hacia el cumplimiento de los objetivos propuestos; y
no solo los temas técnicos, sino también elementos personales y afectivos que
involucran siempre al grupo de trabajo.
Poseer carácter e integridad. En el momento de tomar una decisión, el líder debe
disponer de elementos que argumentan esa decisión y que además busque lo mejor para
todos. Enfrentar las diversas dificultades que se presentan durante el desarrollo de un
proyecto o de una actividad. Esa integridad permite plantear soluciones a diferentes
problemas que surgen dentro de su grupo o en el desarrollo de un proyecto determinado.
-
Conoce, sin ser “técnico”, los resultados que se pueden lograr a través de la
tecnologías específicas que dominan sus liderados.
-
Ser una persona informada, porque debe estar permanentemente siguiendo,
evaluando y orientando, con sus liderados, los resultados obtenidos por éstos en
sus respectivos funciones.
-
Reconoce y corrige sus errores. Un líder reconoce sus errores y los momentos
en que se equivoca; de esa misma forma, evalúa lo sucedido y corrige las fallas
cometidas dentro de la actividad o el proceso ejecutado. Aprovechando el error
como una oportunidad de aprender.
-
Facilidad para comunicarse. Una buena comunicación en el grupo para un
encuentro auténtico entre las personas, que el grupo se sienta motivado a
participar, y por ende, asuma responsabilidades. Su capacidad de comunicarse es
el resultado del desarrollo de su capacidad de expresión y de escucha activa.
¿Qué condiciones son necesarias para ser líder?
Creemos positivo que los líderes tengan ciertas condiciones que los hacen ser mejores
en el desempeño de su labor. Entre estas condiciones podemos señalar las siguientes:
-
Legitimidad en el cargo: que hayan sido libremente elegidos por el grupo.
-
Representatividad: que sepan interpretar a los miembros del grupo.
-
Vocación de servicio hacia la comunidad y la organización que representa: esto
quiere decir, que el líder está al servicio del grupo y no el grupo a su servicio.
-
Capacidad de ejercer su cargo, en forma democrática: lo que significa, no
imponer sus puntos de vista, no pasar a llevar los acuerdos de la organización y
no permanecer eternamente en el cargo.
-
Como características personales debe ser carismático, tener la capacidad de
atraer y aglutinar a las personas y tener capacidad de oratoria.
13
¿Cuáles son las clases de líderes más comunes?
Cada líder tiene sus particularidades en las formas de coordinar, manejar o conducir los
diferentes procesos en los grupos. De acuerdo a su comportamiento, en los grupos
podemos encontrar las siguientes clases de líderes:
-
Líder Autoritario. Es aquel que toma todas las decisiones y no tiene en cuenta ni
consulta a los demás integrantes de la comunidad. Piensa que la forma correcta
de hacer las cosas es la suya. Distribuye tareas, da ordenes y solo recibe
respuestas sobre esas ordenes dadas. Tiene toda la información. No fortalece la
comunicación entre los miembros, para poder ejercer el control de la
organización. Existen muchos líderes que asumen esta forma de llevar los
procesos de la comunidad y los grupos aceptan su desarrollo. Pero no participan
en él porque no es posible un espacio para ello.
-
Líder Paternalista. Trabaja mucho por su comunidad, consigue muchos
beneficios ante las autoridades. Pero piensa y cree que el es el único que puede
hacerlo. Eso no genera elementos de crecimiento hacia los demás al no enseñar
como hacerlo por si mismos. No confía en ellos. Con este tipo de líderes, por lo
general se logran los objetivos, pero la gente se siente mal.
-
Líderes que dejan hacer. Son líderes fortuitos. Algo hicieron bien para la
comunidad y entonces llegaron a la cumbre. Son personas que no motivan, que
no estimulan ni coordinan la comunicación dentro del grupo. No están
integrados al grupo. No saben definir prioridades, ni planifican, ni resuelven
conflictos internos. Las organizaciones con este tipo de líderes duran poco
tiempo. Solo mientras continúa la motivación general. Es interesante
que el líder permita que otros aporten, pero si no alimenta al grupo, no sirve de
nada.
-
Líder Democrático. Es el líder ideal. Puede interpretar a los miembros del grupo
y sus necesidades de cada momento. Se ocupa de que todos tengan la
información, opinen, decidan y controlen. Motiva al grupo para que todos se
sientan parte de la organización, y se identifique con sus objetivos. Fomenta la
comunicación dentro del grupo. Estimula la cooperación entre los integrantes de
la organización. Este tipo de líder permite que los procesos sean flexibles y
reconoce en la cooperación de los otros, un factor importante en el desarrollo de
los objetivos.
¿Cuáles son las funciones de los líderes?
Tal vez los aportes más importantes que hacen los líderes son: promover la
participación, organizar, movilizar y educar.
Facilita la participación de los miembros del grupo
El líder debe facilitar la democracia y participación en el grupo. Algunas de las
actividades que lo pueden ayudar a promover la participación son: motivar y
entusiasmar al grupo a participar, a opinar y proponer ideas; facilitar la
14
comunicación entre sus integrantes, y tomar las decisiones considerando todas las
opciones con los elementos a favor y los elementos en contra.
Fomenta la organización del grupo
La única manera de lograr los objetivos propuestos es por medio de una
organización permita unir las capacidades y voluntades de distintas personas que
tienen interese en común, es decir, que conforman el grupo al cual coordina. El líder
sabe enfrentar adecuadamente los conflictos, que ayudan a lograr unidad entre los
miembros del grupo, que crean una mística en torno a las acciones conjuntas y que
hacen eficiente el quehacer de la organización. Además promueve la incorporación
de nuevos miembros al grupo.
Genera la movilización
Los líderes contribuyen también en la movilización, ayudando a buscar caminos
para solucionar problemas diversos que debe enfrentar todo organización
comunitaria. Tienen la capacidad de activar a las personas. Gracias a que inspiran
confianza y credibilidad, porque las personas saben que no están siendo
manipuladas ni engañadas y que las acciones que realizan conducen a soluciones de
sus problemas.
Facilita el aprendizaje
El líder no sólo educa cuando promueve la capacitación de su organización en tal o
cual tema, también lo hace con su ejemplo. En efecto, las acciones y gestiones de
los líderes educan, forman y es un ejemplo a seguir para muchas más personas de
las que imagina. Un líder también es "educador" cuando fomenta espacios de
opinión en torno a distintas temáticas, porque ayuda a que las personas tengan una
actitud crítica y defiendan sus posturas con bases sólidas.
Promover una buena comunicación grupal
El buen líder logra que cada una de las personas se sientan valoradas y se atrevan a
expresar sus opiniones en el grupo. Esto parece evidente, pero lo cierto es que la
comunicación entre las personas y entre las organizaciones no es fácil. En los
grupos son frecuentes los malos entendidos, los rumores, los problemas que no se
plantean en forma directa. Una buena comunicación en el grupo ayudará a que
exista un encuentro auténtico entre las personas, a intercambiar experiencias y
conocimientos y a enfrentar los conflictos de tal manera que el grupo pueda crecer a
partir de ellos.
15
TRABAJO EN EQUIPO
La carpintería
En una carpintería hubo una reunión de herramientas. La asamblea le
notificó al martillo, que ejercía la presidencia que tenía que renunciar,
porque hacía demasiado ruido y además se pasaba todo el tiempo
golpeando.
-Yo se que hago demasiado ruido y me paso todo el tiempo golpeando,
pero miren al tornillo; hay que darle muchas vueltas para que sirva de
algo –dijo el martillo.
-Sí, pero vean a la lija, es áspera en su trato y tiene fricciones con los
demás –alegó el tornillo.
-¿Y qué me dicen del metro? Siempre mide a los demás según su
medida, como si fuera el único perfecto –se defendió la lija.
El metro no dijo nada porque en ese momento entró el carpintero,
utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo para hacer un lindo juego
de ajedrez con la tosca madera.
Cuando las herramientas quedaron solas, el serrucho tomó la palabra y
dijo:
-Todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras
cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos.
Desde ese día se dieron cuenta de que el martillo era fuerte, el tornillo
unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas. Y
observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un
equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad.
16
¿Qué es un equipo?
quipo es más que un grupo, ya que en el equipo se ha superado la idea de número y
masa y se ha asumido la idea de personas líderes que poseen sus funciones y cada una
es tan importante como las demás. Nadie ejerce una autoridad o poder vertical y
jerárquico, sino que todos están empoderados y cada quien aporta al grupo las
capacidades y habilidades en las que es verdaderamente bueno.
Un
El rol del liderazgo esta enfocado en desarrollo continúo de capacidades de un
equipo, tanto que muchas de las responsabilidades asociadas con la administración
y supervisión del grupo son manejadas por el grupo mismo. Un conjunto o un grupo de jóvenes solo tienen significado si actúan como un equipo. Y
el rol de liderazgo que tiene sentido si logra convertir al grupo en “equipo de trabajo”.
El grupo deja de ser la suma de sus miembros y se convierte en la sinergia de
personas con habilidades complementarias que están comprometidas con un
propósito común, con metas de desempeño y con una propuesta por las que se
consideran mutuamente responsables. En consecuencia, no todos los conjuntos de personas se pueden definir como grupo. Y
menos aún como un “grupo que trabaja en equipo”. Tampoco se logra de la noche a la
mañana, es un proceso que se da en la cotidianidad del grupo que se logra paso a paso y
que implica:













Aprendizaje colectivo Desarrollo personal. Objetivos comunes Alto nivel de desempeño. Organización flexible. Cooperación. Alto nivel de compromiso. Integración de habilidades. Resultados productivos. Forma de organizar el trabajo. Metas de desempeño. Solidaridad.
Responsabilidad mutua. En un equipo todos son responsables de todos. Lo ideal es que los grupos se conviertan
en equipos. Eso vendría a implicar que cada miembro asumiría la responsabilidad para:
 Fijar metas, objetivos y proyectos comunes que sólo saldrán adelante si todos
trabajamos conjuntamente.
 Reconocer que en un equipo todos sabemos algo y todos ignoramos algo y que
entre todos aprendemos y construimos el conocimiento necesario para salir
adelante.
 Aceptar que nos equivocamos y que debemos pedir ayuda a quien cuenta con
más capacidad.
17
 Tener la humildad de reconocer nuestros errores y retractarnos cuando hemos
dicho o hecho algo que pueda lastimar a alguien.
 Saludar a todos y cada uno de los miembros del equipo con la misma cortesía,
atención y respeto, sin preferencia alguna.
 Festejar los triunfos de los demás, luchando por lograr juntos un equipo de
éxito.
 Reconocer que los problemas e incomodidades son chismes y quejas cuando
los compartimos por atrás y son puntos a fortalecer cuando los encauzamos
correctamente.
 Tener como lema central: “Todos para uno y uno para todos” (Dumas).
¿Cuáles son actitudes para trabajar en equipo?
Para lograr desarrollar un proceso de trabajo en equipo cada miembro del grupo debe
desarrollar y poner al servicio del grupo determinadas actitudes, que describimos a
continuación.
 Trabajar hombro a hombro. SINERGIA significa que las partes de un todo
son más fuertes si se encuentran unidas.
 Amar lo que hacemos. La única manera de estar bien en un equipo es que nos
guste lo que hacemos, disfrutemos estar reunidos y realizando proyectos juntos,
investigando más sobre nuestro trabajo.
 Pensar en grande. Los equipos siempre deben pensar en obtener lo máximo.
Tratar de ir más allá y lograr para nuestras vidas logros importantes y
maravillosos. Esto es aún más fácil de alcanzar en equipo.
 Dar nuestro mejor esfuerzo es esencialmente importante cuando
comprendemos el significado de nuestro aporte a la actividad del equipo.
 Comunicarnos. Sin comunicación todo lo demás falla, nada se pone en común,
nada se comparte: ideas, gestos, experiencias, problemas, esperanzas, sueños,
expectativas que faciliten la interrelación del equipo.
 Hagamos aquello en lo que seamos verdaderamente eficientes. Debemos
conocer los recursos y habilidades propios y de los demás. Esto facilitará la
decisión al asignar tareas y responsabilidades.
 Asegurarnos de que el equipo se sienta feliz. Si cada quien da lo que puede
dar, estará motivado para participar. También debemos reconocer los esfuerzos
y el empeño. Quienes lideran deben agradecer de manera enfática las cosas
buenas, los aportes positivos, la colaboración.
 Ayudar a los demás. Debemos ayudarnos mutuamente para solventar las
desventajas que existan individualmente. Ayudarse es reconocer la importancia
de mi trabajo en el equipo.
 Retribuir algo al equipo. Es justo retribuir al equipo nuestro mejor esfuerzo
para el cumplimiento de las metas, poner nuestro entusiasmo en las tareas
encomendadas, favorecer un ambiente de cordialidad en el que irradiemos
nuestra energía, tratar de hacer el mejor uso de los recursos que nos son
facilitados.
18
¿Qué elementos pueden generar el impacto del
trabajo en equipo?
Para que el trabajo en equipo produzca los resultados esperados y se sostenga en
el tiempo, es necesario alimentar algunos elementos que generan este impacto:  Compartir la misma dirección y sentido del equipo permite llegar más fácil y
rápido al destino señalado.
 Permaneciendo en la misma sintonía y unidos a aquellos que se dirigen en
nuestra misma dirección aliviana el esfuerzo y hace más fácil y placentero
alcanzar las metas.
 Compartir el liderazgo, los problemas y los trabajos más difíciles, aceptarnos y
respetarnos mutuamente en todo momento.
 No atesorar habilidades ni destrezas, combinar dones, talentos y recursos para
alcanzar los objetivos propuestos.
 Con coraje, apoyo y entusiasmo el rendimiento es mayor: una palabra de
aliento a tiempo motiva, ayuda, da fuerzas, eleva la autoestima.
 Mantenerse unidos y con el norte bien claro, sin importar las diferencias ni los
obstáculos: lo más importante es el proyecto común.
¿Cómo se puede reforzar el sentido de
responsabilidad y moral del grupo?
 Crear posibilidades que suponga un desafío. Es permitir que la gente participe
del objetivo general para ver sentido último esfuerzo. Se deba aclarar el designio
global del mismo. Los integrantes del equipo necesitan conocer desde el primer
momento, no sólo lo que hace, sino porque y para quien. o contrario sería
fomentar la alineación y la apatía.
 Inspirar una visión común. La misión del líder consiste en crear una visión que
sea compartida, aceptada y asumida por el grupo. Si decae el ánimo del líder y
no es capaz de proponer un sueño o una visión, la organización está condenada.
Cuando los objetivos son compartidos por los integrantes del equipo, con mayor
probabilidad podrán en ello un sentido de responsabilidad, su lealtad, su
productividad, su disposición a trabajar largas horas sin tensiones ni disputas
internas.
 Fomentar la visibilidad. En términos del esfuerzo que el equipo a realizado
para desarrollar el proyecto o la actividad planteada.
 Delegar funciones. Con ello se genera eficacia, para que pongan en obra su
inteligencia y sus energías naturales. Potenciar a los demás implica concederles
los recursos y la autoridad que necesitan para que las cosas se hagan. Hay que
brindarle al equipo la oportunidad de distinguirse. Proporcionarle los datos, las
metas y la libertad operativa.
19
Técnicas de facilitación Juvenil
Renato Joya
2010
1
La vida es comunicación
-poner en comúnSomos comunicación
Las personas somos, seres en relación, con nosotros mismos, la familia, los vecinos, la comunidad, el país, la
comunidad internacional, pasando por la casa, la escuela, los grupos, la iglesia, entre otros. Para relacionarnos
necesitmos comuncarnos.
Siempre nos comunicamos a través de la palabra, los gestos, las miradas. También lo hacemos a través de
medios o herramientas: La humanidad usó el humo, los tambores, el telégrafo, el teléfono, las cartas, libros,
televisión, la radio, los periódicos y revistas, y en la actualidad con tecnología de punta basada en
computadoras, los satélites y las nuevas autopistas de la comunicación e Internet. En definitiva, vivimos en un
mundo supercomunicado, donde las emisiones y percepciones son múltiples y permanentes.
La palabra comunicar se deriva de la raíz latina communicare, que significa poner en común. De allí que
comunicar es:
-
Reconocer y valorar a nosotros y a los demás como personas y ejercer nuestros
derechos y responsabilidades.
Expresar ideas, opiniones y sentimientos
Interactuar con los demás y nuestro entorno.
Relacionarse con los demás y el ambiente es una necesidad humana y una parte
esencial de nuestro ser.
Gozar y celebar
Proyectarse, salir de nosotros mismos e ir al encuentro de los demás
Afirmar nuestra autoestima.
Sentirse y sentir a los demás.
Abrirse al mundo.
-
Facilitar/comunicar
Cuando trabajamos para facilitar procesos como un foro o encuentros con grupos, particularmente de
adolescentes y jóvenes nuestra tarea es generar comunicación, permitir que las personas que participan en las
reuniones puedan expresarse, relacionarse, interactuar, proyectarse, gozar, abrirse al mundo, lograr acuerdos.
Un facilitador o facilitadora juvenil es ante todo comunicador/a que busca generar, promover un proceso
comunicativo lúdico (divertida, dinámica) para pensar, sentir y actuar de una manera determinada. Es decir
los encuentros son un espacio para que facilitadores y participante puedan comunicarse, poner en común.
Las personas nos comunicamos cuando utilizamos un lenguaje verbal, no verbal común, que entienden el que
emite el mensaje como el que lo percibe.
21
Modelos de comunicación
En los encuentros de jóvenes, básicamente pueden estar presentes al menos tres concepciones pedagógicas o
de aprendizaje: la que pone énfasis en los contenidos, la que pone el énfasis en los efectos y la que lo pone
énfasis en el proceso.
Concepción
Lugar del
interlocutor
Relación
Objetivo
evaluado
Tipo de
comunicación
MODELO CON ENFASIS EN LOS
CONTENIDOS
MODELO CON ENFASIS EN LOS
RESULTADO
“Es vertical, autoritaria y
paternalista. Basada en la
transmisión de información del
profesor al alumno, de las “élite
instruidas a las masas
ignorantes”.
Es visto como Objeto. El que tiene
que ser educado. No sabe. El que
oye, obedece y sigue la indicación
del docente.
Autoritaria-paternalista
Enseñar/ repetir. Que el
educando memorice, repita.
Manipuladora.
Corresponde a la llamada
“ingeniería del comportamiento y
consiste esencialmente en
moldear la conducta de las
personas.
Programador determina lo que la
persona hace, actua, y piensa.
Recibe estimulo, da respuesta,
recibe recompensa.
Autoritaria-paternalista
Enseñar-hacer.
Cambio de actitudes.
objetvo: el educando haga.
Emisor privilegiado da mensaje
a un receptor pasivo. Es
autoritaria y vertical. El emisor
domina, es el dueño, el
protagonista. Transmisión de
información. No hay intercambio,
debate o discusión.
Emisor Protagonista dueño de la
información, envía un mensaje a
un receptor dependiente, que
reacciona al mensaje. La
retroalimentación es un
instrumento de verificación y
control para asegurar el efecto
prefijado, la respuesta deseada.
Da mucha importancia a la
motivación.
Individual: Estímulo /
recompensa
Seudo participación. Solo se
participa ejecutando instrucciones
o acciones programadas.
Motivación
Individual: premios /castigo.
Fomenta individualismo y la
competencia.
Participación
Mínima. Poca importancia al
diálogo y a la participación
Actitud crítica
Bloqueada. Se valora el dato. No
se desarrolla la capacidad de
razonar y conciencia crítica.
Creatividad
Bloqueada. Se premia la
memorización y repetición fiel. Se
castiga la reproducción poco fiel.
Papel del error
Manejo del
conflicto
Fallo
Reprimido
Evitada. Todo se reduce, no
razonar, no relacionar, sino a
respuestas “correctas” e
“incorrectas”
Evitada.
El educando debe seguir
instrucciones.
Realizar las acciones
programadas.
Fallo
Eludido
MODELO CON ENFASIS
EN EL PROCESO Y LA
PERSONA
Enfocada en el proceso de
transformación de la
persona y las
comunidades.
Sujeto con derechos y
responsabildades. Es el
que aprende, el centro del
proceso.
Autogestionria
Pensar transformar.
Reflexionar, buscar
aprendizajes y tomar
decisiones.
Comunicación (diálogo)
Procura suscitar,
estimular en los
interlocutores una
creación, una invención,
una elaboración personal.
Social. Se motiva la
solidaridad y los valores
comunitarios
Máxima. Se busca el
involucramiento
consciente y efectivo en
torno al bien común.
Altamente estimulada
Altamente estimulada y
libre.
Camino/búsqueda
Asumido y con búsqueda
de una solución creativa y
pacifica.
22
La comunicación en los procesos de facilitación
La comunicación en los procesos de facilitación parte de la participación de la gente en la generación,
apropiación y construcción de conocimientos, en el intercambio de experiencias, en el reconocimiento de su
propia situación social, en la recuperación de su cultura y de su pasado. Es un proceso comunicativo que:
-
tiene como protagonistas a la gente, a los sectores en ella involucrados;
refleja las necesidades y demandas de éstos;
se acerca a su cultura;
acompaña procesos de transformación;
ofrece instrumentos para intercambiar información;
facilita vías de expresión;
permite la sistematización de experiencias mediante recursos apropiados a diferentes situaciones;
busca, por todo lo que significan los puntos anteriores, una democratización de la sociedad basada
en el reconocimiento de las capacidades de las grandes mayorías para expresarse, descubrir su
respectiva realidad, construir conocimientos y transformar las relaciones sociales en que están
insertas.
23
2
Facilitar la comunicación y participación efectiva
Sentir, ver, reflexionar, aprender y construir juntos
Los encuentros de los grupos son espacios de encuentro comunicarse, poner en común, reflexionar, buscar
acuerdos y generar un nuevo accionar. Muchas veces los encuentros en los grupos se centran más en la
información que queremos comunicar y no damos suficiente importancia a la manera de comunicar esa
información o los nuevos conocimientos.
No basta transmitir información ni suponer que será entendida y puestas en práctica automáticamente. El reto
es lograr una proceso de comunicación capaz de:
-
transformar los conocimientos en mensajes claros
que puedan ser rápidamente entendidos, aceptados por todos y todas
y que lleven al logro de acuerdos por parte de la comunidad o equipo.
y faciliten que las y los participantes se involucren en procesos y en acciones concretas.
Para lograr esa comunicación es necesario tener en cuenta quiénes son las personas con las que vamos a
trabajar. Si logramos que relacionen la información que les damos con su propia manera de vivir y
entender será fácil que nuestros mensajes alcancen a ser comprendidos, aceptados y puestos en práctica.
Nuestro reto debe ser llegarle a las personas que participarán en los procesos para que piensen, sientan y
actúen según el proyecto delineado conjuntamente. Si nuestros esfuerzos se limitan a dar información a secas,
datos que se olvidan muy pronto, estamos condenados al fracaso. En cambio, si logramos empatar las ideas
con la forma de pensar, sentir y actuar de las personas, conseguiremos echar adelante cualquier proyecto.
Cómo facilitar procesos de trabajo en grupos
El equipo facilitador debe tener clara que:
 Su tarea es orientar, guiar, estimular el aprendizaje de los y las participantes.
 No debe asumir una actitud autoritaria o paternalista para imponer el conocimiento.
 Nadie es dueño del saber, sino que todos sabemos algo y todos ignoramos algo y entre todos
producimos el conocimiento.
 Debe ser alguien que acompaña al equipo en el proceso de reflexión.
 Se aprende haciendo con el aporte dinámico, creativo y crítico de todos y todas.
 Se parte de la práctica como fuente de conocimiento.
 Se aprende de los errores.
 Participantes y animador se convierten en un equipo de trabajo que produce su propio conocimiento
a través de la reflexión y las actividades prácticas de aprendizaje.
24
Tarea y misión del equipo facilitador en los trabajos de grupos
La tarea de la persona facilitadora es desarrollar encuentros, sesiones o reuniones:
participativas
partan de la experiencia de los participantes
con mucha creatividad
con una meta bien concreta: que los y las participantes se informen, comprendan acepten los
mensajes que se les proponen.
El facilitador tiene la misión de orientar, guiar, estimular el aprendizaje de los y las participantes.
En las tareas de facilicitació NO:
se impone el conocimiento,
se asume una actitud autoritaria ni paternalista,
se adueña del saber, ni se siente la estrella del proceso, sino que se comporta como una persona
orientadora, como coordinadora que, si bien ofrece materiales e información, camina con el grupo en
un proceso de reflexión y de prácticas, centrado en el aporte de todos.
Los y las participantes en los grupos son sujetos activos que dan su aporte personal, creativo y crítico.
Aprenden haciendo. Se parte de la práctica como fuente de conocimiento. Se aprende de los errores.
El grupo, incluyendo participantes y animador, se convierte en un "equipo de trabajo" que a través de la
reflexión y las actividades prácticas o ejercicios de aprendizaje produce su propio conocimiento. De allí que
el facilitador o facilitadora debe conocer a los que participan en el grupo.
25
Tipos de participantes en los grupos de trabajo
26
27
28
29
30
Guías generales de orientación para facilitar trabajo en grupos
Para trabajar con grupos con una finalidad educativa necesitamos guías o principios que nos sirvan
de líneas orientadoras. Es decir, una estrategia metodológica para realizar el trabajo. A continuación
desarrollamos los más importantes.
 Tener claro a dónde se quiere llegar. Antes de afrontar una actividad de grupo se
deben tener definidos objetivos, contenidos, actividades, recursos, tiempo y
recursos. Esto es: saber qué queremos aprender, cómo, cuándo y con qué lo vamos a
aprender.
 Partir de la propia historia de los participantes. Comenzar el proceso de la
experiencia de las personas participantes, de lo conocido y cercano para ellas.
 Generar un proceso participativo. El animador debe promover la participación
porque con ella se enriquecen los contenidos, se aumenta la capacidad expresiva, se
favorece la creatividad, se estimula la convivencia, se promueve la cooperación, se
dinamiza el proceso.
 Flexibilidad. El plan elaborado es una guía y no está escrito en piedra, por tanto se
puede cambiar. Cuando se trabaja con grupos se deben tomar en cuenta los
imprevistos y poder adecuarse a la circunstancias del momento para modificar el
rumbo, de desandar caminos y volver a planear de acuerdo con las necesidades del
grupo.
 Divertido pero sin desorden. Aunque se lleven a cabo dinámicas, juegos,
plenarias, trabajos en subgrupos, no debe caerse en el caos. El facilitador debe
mantener el orden y la organización.
 La creatividad es un ingrediente importantísimo para romper con los viejos
esquemas y avanzar hacia la construcción de lo nuevo, de lo distinto, de lo
desconocido. La creatividad debe estar en función del aprender.
 Nunca sobra un poquito de humor. Aprender no tiene por qué ser traumatizante,
aburrido, desagradable.
Por tratarse de población joven la que participa en los encuentros se puede tener en cuenta las
herramientas metodológicas para poner en práctica en la facilitación:
a) Empezar jugando. Conectar con juego y dinámicas conectados a los demás ejercicios de aprendizaje.
El juego ayuda a abrir las puertas a un mayor entendimiento y logra más participación.
b)Exponer los contenidos de manera creativa y lúdica usando ayudas audiovisuales como videos,
historietas, y dramatizaciones de radio, carteles, transparencias, que se conviertan luego en núcleos
generadores de aprendizaje.
c) Buscar reacciones de los participantes. Los conceptos o ideas que se proponen se deben relacionar
con la experiencia, aplicarla y llevarla a la vida cotidiana, para evocar experiencias y encontrar
elementos de identificación.
d)Despertar el interés y la aceptación por la idea, la técnica o el comportamiento que se propone, para
que el participante reaccione favorablemente. Buscar aspectos o elementos de utilidad y necesidad
de la práctica de la idea, comportamiento o técnica que se propone.
e) Llevar a la práctica lo que se propone: traducir los conocimientos en actos concretos, para luego
convertirlos en hábitos.
f) Demostrar la aplicación del aprendizaje que se propone. Integrar lo aprendido en los diferentes
espacios de la vida.
g)Evaluación. Antes, durante y después, para observar si se alcanza el objetivo mediante las diversas
actividades realizadas
31
Cómo trabajar con grupos
Organizar grupos voluntarios, con personas interesadas en participar, posibilita la comunicación,
la amistad, la camaradería, un espíritu de alegría, un clima divertido y de confianza. Tener en cuenta
que lo más importante no son los mensajes, los datos, las definiciones, sino las personas: son ellas las
que le dan sentido a los mensajes. En este clima de intercambio, las personas se reúnen en
situación de igualdad.
Informarse sobre los conocimientos, las creencias y los comportamientos relacionados con los
participantes. Para lograr un buen clima de intercambio es importante saber con quiénes nos
estamos relacionando, para familiarizarnos con la manera ellos ven y actúan. Hay que conocer a
nuestros interlocutores.
Saber si los mensajes que promoveremos ya son conocidos los participantes o si ya se están
poniendo en práctica. Es necesario saber si otras personas o instituciones están desarrollando
trabajos similares al nuestro para no duplicar esfuerzos. En caso de que la gente ya conozca el
mensaje se puede averiguar: ¿cómo lo conocieron?, ¿cómo lo están poniendo en práctica? Esta
información dará a conocer si algunos de los mensajes recibidos por las personas contradicen o
entran en conflicto con los mensajes que esperamos compartir con ellas.
Tener claro qué se va a decir y cómo se va a decir. Obtendrá mejores resultados si, antes de
comenzar, hace un plan para decidir cómo va a desarrollar la reunión y cuánto tiempo va a necesitar.
Además de planear qué va a decir, piense también en cómo lo va a decir, de manera que sus
mensajes sean:
De fácil comprensión. Evitar el uso de tecnicismos o palabras difíciles, utilizar
términos locales y expresiones comúnmente utilizadas por el grupo.
Adecuados a la manera como viven las y los participantes. Que los mensajes tengan
relación con el ambiente de las personas con que se va a trabajar.
Prácticos. Que hablen a través de ejemplos de la vida real y se refieran a maneras de
hacer las cosas que los y las participantes puedan reconocer y poner en práctica.
Mantener el clima de intercambio durante todo el tiempo. El animador no es un
conferencista sino un facilitador del intercambio, un promotor del diálogo. Esto hará
que las personas se sientan a gusto, en un ambiente de confianza.
A continuación le proponemos algunas maneras de desarrollar la reunión, de acuerdo con esos propósitos:
-
Presentarse, enunciar el propósito de la reunión y pedirle a los participantes que se presenten para que se
conozcan entre sí y se traten por el nombre.
Iniciar las actividades preguntando al grupo lo que sabe del tema para tomar esa información para
complementar las respuestas. Eso permitirá el intercambio de conocimiento entre los presentes. Es
importante escuchar lo que responde cada persona porque eso genera confianza.
La confianza hará que los tímidos se decidan a participar.
Escriba las respuestas en una pizarra o en un papelógrafo (rotafolio), resumiendo con dos o tres palabras
la idea central.
Evaluar si los participantes han aceptado y practicado los nuevos conocimientos. Nuestro trabajo
adquiere sentido no sólo al llevar información, sino cuando hemos logrado que las personas decidan que
esta información entrará a formar parte de sus conocimientos básicos porque realmente les ofrece una
solución. Por eso es que hay que darle seguimiento al grupo y observar qué tanto han aceptado y puesto
en práctica los nuevos conocimientos.
Algunas reglas para animar o facilitar el trabajo en grupos
Ser muy claro al dar las instrucciones a los grupos sobre tareas. Para dar instrucciones le
recomendamos los siguientes pasos:
32
Paso 1: Introducir la tarea explicando, desde el punto de vista del participante, por qué el
aprendizaje que van a adquirir podría ser importante para ellos.
Paso 2: Explicar la tarea, señalando qué es lo que hará el participante de modo individual o
grupal.
Paso 3: Especificar el contexto. Indicar al participante cómo, dónde, con qué y con quiénes
harán el trabajo.
Paso 4: Explicar los resultados esperados y cómo se presentarán.
Mantener grupos pequeños, preferentemente de 3-5 personas. Los grupos pequeños son más
efectivos.
Establecer el tiempo necesario para que los grupos pequeños realicen la tarea. Inculcar la idea
de la eficiencia en el uso del tiempo a la hora de discutir, deliberar y decidir.
Supervisar a los grupos pequeños sin interferencias. El facilitador deberá observar, sin interferir,
para asegurarse de que los participantes han comprendido las indicaciones para la tarea, que no están
teniendo problemas o de que no se han enmarañado interminablemente en otra conversación o
discusión.
Mantener el control del tiempo. Dar a los grupos pequeños comprobaciones periódicas del tiempo y
un aviso de cinco minutos antes de detener sus discusiones.
Tener un plan para las presentaciones de los grupos pequeños en plenaria. Definir si habrá
discusión plenaria, si se buscará llegar a conclusiones como grupo plenario. Tener una estrategia para
que los resultados queden visibles.
Aplicar destrezas de facilitación para dirigir la discusión y el aprendizaje durante la tarea e
informes de grupos pequeños. El papel del animador es el de conducir y buscar la manera de sacar
el máximo provecho a la actividad plenaria, no es la del mero presentador. Para ello se recomiendan
los siguientes puntos:
a)
b)
c)
d)
e)
Plantear o introducir el asunto a discutir
Hacer preguntas
parafrasear
Resumir
Animar
Propuestas prácticas para el facilitador
Para que el trabajo con grupos de tenga éxito el facilitador puede atender las siguientes propuestas:
Conocer el tema: si habla sobre lo que no sabe pierde credibilidad y confianza.
Conocer a sus participantes para poder llegar hasta ellos: intereses, necesidades, gustos,
grados de escolaridad, costumbres, diferencias de edad y sexo, desempeño en el grupo,
capacidad de liderazgo.
Cada participante es una persona única, diferente de cualquier otro en edad, sexo, niveles
de escolaridad, apariencia, preparación, gustos, experiencias, talento y habilidades para
aprender.
Haga el tema atractivo y motivador: aborde temas cercanos, que afectan el diario quehacer.
Sea ejemplo de lo que predica: si el facilitador no es ejemplo de lo que enseña, nadie creerá
en su palabra.
Planifique su trabajo para evitar la improvisación y la rutina. La improvisación conduce a
hacer lo primero que venga en mente. Con la rutina se hace siempre lo mismo.
Construya su propio método: no existe método eficaz o ineficaz ya que la selección de uno
cualquiera depende de los propósitos y objetivos que se tengan, de las habilidades de los
participantes, del tamaño del grupo, del tiempo disponible y de las facilidades con que se
cuente. Llegará el momento en que el método es usted.
Usted no es la única mediación: existen muchas ayudas o auxiliares que pueden tomar el
papel de mediadores entre los contenidos o temas y los participantes. Tales ayudas son de
gran valor, pero siempre serán medios, nunca fines.
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Averigüe qué obstaculiza el aprendizaje: si usted sabe por qué sus participantes no
aprenden, le será más fácil ayudarlos. En caso contrario, se encontrarán perdidos los dos.
Hable para comunicar, no para impresionar: en el proceso de educar no consiste en
mostrar lo que usted sabe, sino en ayudar a los otros a descubrir lo que saben sobre el asunto.
Su cuerpo y actitud también educan: es muy importante la imagen externa que usted
refleje. Esta debe evidenciar interés, animación, optimismo, alegría, seguridad, confianza y
responsabilidad.
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RUTA PARA FACILITAR
Para procesos de participación, lo primero es “no borrar con el codo lo que hemos escrito con la mano”. Y es que
con la participación ocurre igual que aprendiendo a nadar: solo participando se aprende a participar. Nadie llega a
nadar si no se hecha al agua: a no pocas personas las han tenido que empujar a la piscina, incluso, y después llegan
a Medalla de bronce, plata, oro…
Con la ruta de facilitación nos referimos a la planeación de las sesiones grupales que nos permitan generar
participación efectiva. Esta ruta ayuda a introducir las técnicas y tiene la ventaja de que está abierta a la
adaptación a fin de mejorar sus pasos para que los resultados y sobre todo, los procesos participativos,
resulten un ejercicio orientador de comunicación participativa.
¿Qué pasos daremos en nuestra ruta?
Esa secuencia de pasos recoge sus elementos de la pedagogía de comunicación de Gutiérrez F. quien parte de la
importancia de “sentir” (dejarnos guiar por nuestros sentidos) para después “pensar” (analizar lo que antes
sentimos) y recrear la realidad al establecer las relaciones significativas de los procesos. Veamos dicho proceso:
PASO 1. Se hace una reflexión inicial (puede ser una meditación o un ejercicio de relajamiento; la presentación
de un video, una canción…
PASO 2. De la manera más creativa se busca como las personas se encuentren y reconozcan a las otras. Se
procede a la presentación de cada participante: Cada día conviene que haya encuentros. Puede citarse el nombre
de cada uno más un adjetivo positivo, un "piropo", alguna cosa buena del día anterior, el nombre de alguien
importante en la vida propia, una manera de auto demostrarme respeto, una meta que estoy logrando, etc.
Conviene tener un amplio listado de técnicas adecuadas para una presentación diaria que logre romper con la
rutina del contacto cotidiano.
PASO 3. Se fijan las reglas de comportamiento colectivo (los derechos de todos y de cada uno) y se deja lugar en
la pizarra para que puedan aumentarse precisar se o anularse siempre con la consulta al grupo. Se recomienda
formular reglas muy sencillas y que favorezcan la comodidad de la mayoría.
PASO 4. Se da el tema del día utilizando de las técnicas seleccionadas de la según los objetivos específicos
de la temática seleccionada y de los valores de que se trate.
PASO 5. Se evaluará la agenda del día y especialmente el proceso que se desarrolló: En este sentido la auto y coevaluación resulta inherente a las técnicas que se proponen.
PASO 6. Se realiza un cierre que invite a la próxima sesión: Si el grupo elige un nombre que lo identifique como
tal, lo que resulta conveniente, puede decirse a coro y tomados de la mano. También si alguien lo desea puede
cerrar la sesión con una oración. Como esta que expresa una niña:
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Para aterrizar esa ruta pedagógica puede usar la siguiente matriz:
ASPECTOS GENERALES
Tema general:
Objetivo general:
Participantes:
Lugar y fecha:
Hora:
Equipo facilitador:
OBJETIVOS
CONTENIDOS
ACTIVIDADES
TÉCNICAS
MEDIOS
RECURSOS
TIEMPO
RESPONSABLE
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