1 3 EN © EL ARTE DE ESCUCHAR A LOS DEMÁS Renato Joya / Jorge Ramírez Caro LIDERAZGO JUVENIL Y TRABAJO EN EQUIPO Renato Joya TÉCNICAS DE FACILITACIÓN JUVENIL Renato Joya REPRODUCCIÓN DE ESTA EDICIÓN CON EL AUSPICIO DE únete por la niñez EL ARTE DE ESCUCHAR A LOS DEMÁS Por Renato Joya Jorge Ramírez Caro EL ARTE DE ESCUCHAR A LOS DEMÁS «Quien tenga oídos para oír, que oiga». Marcos 7,16 Quien escucha oye más Muchas veces oímos, pero no escuchamos. Y en consecuencia no hay comunicación. 1. Conviene plantearse las preguntas sobre la diferencia entre oír y escuchar: o o ¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar? ¿Qué actitudes debe poseer quien escucha? Objetivo: -Diferenciar el oír del escuchar. -Reconocer la importancia de aprender la destreza de escuchar. 2. Imaginemos la siguiente situación: o o o o o Nos metemos con un campesino en el bosque a capturar sonidos. Cada quien trata de ponerle nombre a esos sonidos. Después intenta relacionar esos sonidos con aquello que lo produce. ¿Quién acertará más? ¿Por qué? ¿Cuál es la ventaja que tiene quien acierta a dar nombres correctos a los sonidos y a relacionarlos con aquello que lo produce? ¿A qué se debe esa ventaja? 3. Realice un cuadro en el que establezca la diferencia entre oír y escuchar y las actitudes de quien oye y de quien escucha. Oír es: Quien oye se caracteriza por: Escuchar es: Quien escucha caracteriza por: se Diferencias entre oír y escuchar En español tenemos dos verbos (procedentes de los latinos audire y auscultare) con significados diferentes: oír y escuchar. Según el diccionario, oír significa “percibir con el oído los sonidos” y escuchar “aplicar el oído para oír algo, prestar atención a lo que se oye”. Para oír no se requiere la voluntad, para escuchar sí. Para no oír basta taparse las orejas, para no escuchar no prestar atención. Para oír es suficiente un oído sano y un sonido perceptible; para escuchar una actitud atenta, interés y motivación. 1 Oír y escuchar son dos actitudes totalmente distintas. Cuando oímos no prestamos atención a lo que nos dicen. Escuchar, en cambio, es una actitud perceptiva en que la otra parte se siente acogida y respetada, tomada en cuenta y aceptada. Oír es percibir los sonidos que nos rodean, escuchar es captar su sentido. El arte de escuchar está basado en tratar de entender lo que nos dicen y lo que no nos dicen. Escuchar supone callarse, donar tiempo, aguardar, acoger, querer entender, preguntar, sugerir... y de nuevo callarse. Por ello escuchar es equiparable a un arte de exquisita belleza o a un ejercicio de considerable pericia y esfuerzo... Dejar de escuchar es empezar a repetirse. En cambio, escuchar con sabiduría es avanzar en la verdad del escuchado. Después de leer la información anterior reflexione y responda las preguntas siguientes: ¿Qué se necesita para oír? ¿Qué se necesita para escuchar? ¿Cómo se complementan el oír y el escuchar? Frente a la actitud pasiva e involuntaria del sujeto que oye, tenemos la actitud dinámica, voluntaria y comprometida por parte del sujeto que escucha. Quien escucha lo hace con un propósito, desde una perspectiva, con una intención y desde una serie de esquemas conceptuales, perceptuales y representacionales del mundo. Para escuchar son necesarias: � � � � � � El contacto ocular con nuestro interlocutor para experimentar las emociones, los sentimientos, visualizar la expresión facial y el lenguaje corporal y poner de manifiesto con gestos y actitudes nuestro interés por él interlocutor y por lo que nos está diciendo. El empleo de habilidades para confirmar que estamos entendiendo al otro: asentimiento, exclamación, interrogación o duda, fruncimiento del ceño. Se debe superar la tentación de interrumpir al otro para corregir o contradecir sus ideas, opiniones o planteamientos. La formulación de preguntas abiertas sobre el contenido de la información, con tal de que el otro brinde más detalles y expanda sus conceptos e ideas: qué, cómo, dónde, por qué, cuándo… La manifestación de empatía con el interlocutor: conectarse con él a nivel emocional y compartir los sentimientos que experimenta en la conversación. El resumen de puntos clave para recibir intercambios del interlocutor. Quien habla debe leer en los gestos de quien Con base en la información y sus escucha los signos de la comprensión o de la incomprensión. recursos elabore una lista de acciones necesarias para escuchar y El papel activo-dinámico de los interlocutores dado que la no oír solamente. comprensión de lo escuchado implica una respuesta constante y mutua: quien escucha debe colaborar en la conversación y ofrecer intercambios: debe dar a entender a Ordene en dos columnas las diferencias encontradas entre quien habla que sigue y comprende su discurso. oír y escuchar. Oír es solo la facultad, escuchar es la habilidad para enfocarse, interesarse y centrar la atención para comprender y darle un sentido a lo percibido. Una facultad es algo innato, una destreza es algo que se aprende. Con oído se nace y a escuchar se aprende La palabra tiene mucho de aritmética: divide cuando se utiliza como navaja para lesionar; resta cuando se usa con ligereza para censurar; suma cuando se emplea para dialogar, y multiplica cuando se da con generosidad para servir (Carlos Siller). Aunque todos nazcamos con la facultad de oír, no todos tenemos la habilidad de escuchar. Para que la palabra sume o multiplique exige ser escuchada. De allí la necesidad de aprender a escuchar. Muy bien lo decía el filósofo griego Epicteto: “Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar”. Arte se refiere a lo aprendido, a las técnicas y estrategias que se 2 deben manejar para generar un sentido, un efecto, una respuesta en el otro, para captar lo que está más allá de un simple sonido. Escuchar no es un juego en el que anticipamos o suponemos lo que nos pueda decir el otro, como sucede en la siguiente historia: Mario está a punto de quedarse sordo y tiene que ir a visitar a su amigo Julián que está en el hospital. Como no quiere que se entere de su sordera, para disimular, prepara el siguiente diálogo. -¿Cómo estás Julián? –le preguntaré. -Muy bien, gracias –me responderá. -¡Qué bueno! ¿Y qué comes? –indagaré. -Frutas –me contestará, puesto que está enfermo. -¿Quién es tu médico? –interrogaré, luego de agregar una fórmula de cortesía. -El mejor –me contestará, tras lo cual me despediré con una o dos palabras. Ahora bien, una vez en el hospital tiene lugar la conversación siguiente: -¿Cómo estás, Julián? –pregunta Mario. -¡Me muero! –responde Julián. -Alabado sea Dios. ¿Y qué comes? -¡Veneno! -¡Que te aproveche!… ¿Quién es su médico? -El ángel de la muerte. -Que sea bienvenido1. ----------------¿Qué es lo que sucede en la historia? ¿Cómo es la comunicación? Cuando hablamos con alguien centramos más nuestra atención en lo que vamos a decir y menos en escucharlo. En el trabajo con grupos de personas no se puede llevar de antemano las respuestas que nos puedan dar sino que hay que escuchar lo que efectivamente quieran decir para no imponer nuestra palabra. Escuchar es abrirse al otro y dejar que haga saber sus respuestas. Es dialogar con una actitud de sumar, multiplicar y construir y aprender juntos. Para escuchar es recomendable aprender, es decir, entender, interesarse, asumir y practicar las actitudes siguientes: � � � � � � � Mostrarse interesado en los asuntos de los otros. Expresar empatía o identificación con aquel de está hablando. Alentar la conversación, mostrando interés por lo que el otro está diciendo. Solicitar más información para mostrar interés en comprenderlo. Manifestar que estamos comprendiendo lo que el otro dice, expresando con nuestras propias palabras lo expuesto, con el fin de replantear y retroalimentar. Mostrar que uno comprende cómo se siente, respondiéndole con alguna expresión de sentimiento. Resumir lo que el otro ha dicho con el fin de que replantee o redireccione sus ideas y se mueva hacia algún nuevo asunto o hacia alguna respuesta. El arte de escuchar exige dedicación y tiempo, pues como dice Hemingway: “Se necesitan dos años para aprender a hablar y setenta para aprender a callar”. Abrir los oídos y cerrar la boca Preguntas generadoras: o o 1 ¿Por qué razones tenemos dos orejas y una sola boca? ¿Qué tipo de mensaje nos sugiere el hecho de tener dos orejas y una boca? Objetivo: Valorar la importancia de poseer dos orejas para escuchar y una sola boca para hablar. Adaptada de una historia del libro La sabiduría de los chistes, de Alejandro Jodorosqui. 3 o o ¿Por qué tenemos las orejas a los lados y la boca al frente? ¿Qué clase de mensaje nos sugiere la posición de las orejas y de la boca? Complemente sus reflexiones con las siguientes frases: La naturaleza le ha dado al hombre una sola lengua y dos oídos, para que pueda escuchar el doble de lo que habla. –Epicteto. Tenemos dos orejas y una sola boca justamente para escuchar más y hablar menos. –Zenón de Citión. Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar. - Savigné. Saber escuchar, una habilidad para el manejo de las relaciones Muchos creemos que hablar o disertar nos proporciona más autoridad e influencia sobre los demás que el escucharlos. El que no sabe escuchar corre el riesgo de expresar en forma elocuente cosas que no le interesan a su interlocutor. El arte de saber escuchar es una de las principales habilidades para el manejo de las relaciones interpersonales e intergrupales, lo que posibilita comprender a los demás, en lo que se incluye percibir sentimientos y perspectivas ajenas, e interesarse activamente por sus preocupaciones. Saber escuchar proporciona beneficios como los siguientes: � � � � � � � Eleva la autoestima del que habla, al sentir que sus palabras son valiosas para el que lo escucha. Le permite identificar intereses y sentimientos del que habla y, de esta forma, puede ser más efectivo en la comunicación con su interlocutor. Se reducen los posibles conflictos por malas interpretaciones. Se aprende de los conocimientos y percepciones del otro. Amplia el marco de referencia, cultura e intereses del que escucha. El que escucha con atención, proyecta una imagen de respeto e inteligencia. Permite al grupo o equipo aprender y construir juntos. Actividad: 1. Al frente de cada una de “Las diez costumbres no productivas más practicadas cuando se escucha”, planteadas por Robertson, escriba “Las diez costumbres productivas que deben practicarse cuando se escucha”: Las diez costumbres no productivas más practicadas cuando se escucha 1. Falta de interés por el tema. 2. Fijarse en el exterior y descuidar el contenido. 3. Interrumpir al que habla. 4. Concentrarse en detalles y perderse de lo principal. 5. Adaptarlo todo a una idea preconcebida. 6. Mostrar una actitud corporal pasiva. 7. Crear o tolerar distracciones. 8. Prescindir de escuchar lo que resulta difícil. 9. Permitir que las emociones bloqueen mensajes. 10. Ensoñaciones: ponerse a pensar en otra cosa. Las diez costumbres productivas que deben practicarse cuando se escucha 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 2. Compare su propuesta de “Las diez costumbres productivas que deben practicarse cuando se escucha”, con el “Decálogo del buen oyente” propuesto por André Conquet y con “Diez reglas de la buena escucha” de Keith Davis: 4 Decálogo del buen oyente (Conquet) 1. Adoptar una actitud activa: tener curiosidad. 2. Mirar al interlocutor. 3. Ser objetivo: escuchar lo que dice una persona distinta de nosotros mismos. 4. Conectar con el interlocutor: comprender su mensaje y manera de ver las cosas. 5. Descubrir en primer lugar la idea principal. 6. Descubrir los objetivos y el propósito del interlocutor. 7. Valorar el mensaje escuchado. 8. Valorar la intervención del que habla. 9. Reaccionar frente al mensaje. 10. Hablar cuando el otro dé la oportunidad. Diez reglas de la buena escucha (Davis) 1. Deje de hablar: no se puede escuchar si se está hablando. 2. Hacer que el que habla se sienta cómodo. 3. Demuestre que desea escuchar al otro: parezca y actúe como si estuviera interesado. 4. Elimine y evite las distracciones. 5. Sea empático con el otro: intente ponerse en su lugar, comprenda su punto de vista. 6. Sea paciente: dedíquele al otro el tiempo necesario y no lo interrumpa. 7. Mantenga la calma y su buen humor. 8. Evite discusiones y críticas: sea prudente con sus argumentos. 9. Haga preguntas: esto estimula al otro y muestra que lo estamos escuchando. 10. Pare de hablar: usted no puede ser un buen escucha mientras esté hablando. Falsos temores sobre el escuchar: romper paradigmas Bajo el supuesto de que la información es poder y quien la maneja puede dominar a los demás, hemos llegado a creer que lo mejor es hablar en lugar de escuchar. De aquí se derivan tres falsas concepciones de la escucha: � � � Tememos ser influidos por los demás. Creemos que el otro puede estar equivocado y que nosotros somos los poseedores de la verdad. Creemos que cuando hablamos ejercemos más influencia que cuando escuchamos. Muchos otros pensadores han dejado plasmada una gran sabiduría sobre las palabras y la habilidad de escuchar: “Las palabras son como las hojas: cuando abundan poco fruto hay entre ellas” (Alexander Pope). “Hay quien ha hablado tanto que ha perdido la fuerza de escuchar” (Bernard Shaw). Por eso consideramos que la clave está en escuchar más que en hablar: “Nada es tan fácil ni tan útil como escuchar mucho” (Juan Luis Vives). “Sé buen oidor y no gran hablador” (Cleóbulo). “Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento” (Proverbio italiano). Por esta razón, Darcy Ribeiro ha señalado con gran acierto: “quien controla una conversación no es quien más habla sino quien mejor escucha”. Entonces, aunque nuestra cultura y nuestra sociedad no hayan contribuido al desarrollo de nuestra habilidad de saber escuchar, estamos a tiempo para cambiar de actitud: o o o o Escuchar no sólo las opiniones que coinciden con las nuestras, sino todas aquellas que puedan cuestionar, enriquecer y reorientar nuestros puntos de vista. Buscar no sólo lo que nos conviene, sino también lo que sea conveniente para los demás. Salirse del mundo acelerado donde no hay tiempo para escuchar y crear el espacio y el tiempo propicio para darle cabida al mundo del otro. Escuchar al otro, no para rebatir sus opiniones, sino para enriquecer nuestro punto de vista y compartirlo con los demás. Saber escuchar demanda ponerse en el lugar del otro, dejar de lado nuestros propios paradigmas perceptuales, conceptuales y actitudinales y aceptar que otros pueden ver las cosas de otra manera. La capacidad de escucha nos debe facultar también para controlar aquellas emociones y actitudes que puedan emerger cuando escuchamos cosas que no son de nuestro agrado o que no coinciden con los patrones con los que estamos acostumbrados a ver la realidad. 5 ¿Para qué y por qué escuchar a los demás? Objetivo: Descubrir la necesidad de escuchar a los demás en la vida y en todo proyecto que emprendamos. Actividad: 1. Veamos y leamos con atención el siguiente texto de Quino: 2. Respondamos las siguientes preguntas: o o o ¿Por qué y para qué es necesario escuchar a los demás? ¿Por qué no nos bastamos a nosotros mismos? ¿Por qué no son suficientes nuestras maneras de pensar, de ver el mundo, de entenderlo, de representarlo, de imaginarlo? A) Sólo estamos completos cuando otro nos escucha Una canción popular dice: “Un hombre solo no puede vivir / Un hombre solo se puede morir”. No se trata únicamente de la soledad de la pareja, sino también de la soledad existencial. Nadie es nada sin el otro. Nadie es nada sin sus palabras y sus palabras no serían nada sin alguien que las escuchara. La vida sólo es posible entre dos. El amor sólo es posible cuando el otro escucha. Sólo nos completamos cuando otro nos da una respuesta. Sin el respaldo de los otros no es posible sacar adelante nuestros proyectos, porque la vida está hecha de lazos, de vínculos. Para ganar el apoyo de los demás necesitamos comunicarnos, ser escuchados y obtener respuesta. Para llegar adonde están los demás es necesario conocerlos, saber lo que sueñan, lo que los mueve, lo que los motiva y lo que los tiene esperanzados. Eso se logra escuchándolos. Toda persona tiene algo que decir y necesita ser escuchado con atención y respeto. “Escucha aún a los pequeños, porque nada es despreciable en ellos” (Séneca). “Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad” (William George Ward). Al sentirse escuchadas, las personas se relajan, se abren y nos muestran su mundo interior, sus creencias, sus valores y sus potencialidades. Cuando les prestamos atención sincera, les damos una oportunidad de acercarse, de desahogarse y de crear o ampliar un vínculo franco y duradero. Cuando escuchamos con paciencia y sin interrumpir al otro damos la oportunidad para que escoja con cuidado sus palabras, sus ideas y sus planteamientos. Ese darse del otro en su palabra es también un serse, sentirse y hacerse más humano, haciéndonos a nosotros que lo escuchamos. Al salvarse el otro también nos salva con su palabra. “La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros” (Ana María Matute). Sus inquietudes pueden ser nuestras inquietudes, sus respuestas las que nosotros andábamos buscando y su modo de expresarlas la manera en que nosotros quisiéramos hacerlo. Por eso Montaigne ha expresado: “La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha”. Escuchar es un poder que nos permite conocer a los demás, equivocarnos menos y ganar amigos y oportunidades. Escuchar es hacerse acompañar por todas aquellas voces que nunca pudimos expresar, pero que alguien vino a traérnosla a casa. Con esas otras palabras podemos construir puentes indestructibles entre nosotros y los otros: “Mi táctica es mirarte / aprender cómo sos / quererte como sos. / Mi táctica es hablarte / y escucharte / construir con palabras / un puente indestructible” (Mario Benedetti). Cada vez que el otro habla nace otro mundo El que sabe escuchar no sólo puede mejorar la calidad de la conversación, sino que se puede alimentar de las ideas que emanan de su interlocutor. El otro sólo pone sus ideas sobre la mesa cuando encuentra un buen escuchador que le da confianza. En ese momento se da cuenta de que 6 existe empatía mutua que provoca sintonía, despierta el altruismo, el compromiso social, el involucramiento y la acción para generar el cambio. El arte de escuchar consiste en sumar personas que quieran compartir sus ideas para crear respuestas que puedan mejorar el mundo, hacer de éste un nuevo mundo. Escuchar se convierte en un gran poder cuando otros están dispuestos a confiar a nuestros oídos sus sueños, sus secretos, sus aspiraciones, sus utopías, sus respuestas y sus soluciones a los problemas de nuestra realidad más próxima e inmediata. Las palabras poseen poder transformador: “La palabra tiene mucho de aritmética: divide cuando se utiliza cono navaja para lesionar; resta cuando se usa con ligereza para censurar; suma cuando se emplea para dialogar, y multiplica cuando se da con generosidad para servir” (Carlos Siller). Escuchar a los demás es salvarlos de ese diálogo de sordos que han tenido toda la vida con los poderes constituidos, con las instituciones y con sus “líderes” comunales. Dejar que la gente se exprese para escucharla no es ninguna debilidad ni ninguna ineficiencia. Es construir la oportunidad de empoderar el potencial creativo y generativo de quienes son los dueños legítimos de los sueños por un mundo más justo, más igualitario, más inclusivo y más solidario. No prestar oídos a lo que dice la gente es dejar por fuera su potencial, su energía, sus emociones, sus sentimientos y la fuerza que trabajaría por un mejor mañana para muchos. Quien quiera alistarse para el cambio no debe tener miedo de poner las orejas a las mil voces que vienen del lado de los que han pasado toda la vida esperanzados en un mejor mañana. Esas voces nos sirven para crear lazos, vínculos, redes de comunicación, de confianza, de empatía, de solidaridad, de compromiso, de involucramiento, de lucha. Saber escuchar exige dejar de juzgar, crear un espacio de silencio que conecte con el potencial imaginativo y creativo de todos para poder responder con responsabilidad a las necesidades urgentes. Por lo tanto, hay que escuchar activamente, con entusiasmo, haciendo de la escucha una estrategia de incluir al otro en la solución de los problemas que los aquejan. Escuchar para comprender, involucrarse, comprometerse y cambiar Objetivo Tener presente que la finalidad de saber es comprometerse para cambiar. Actividades: 1. Reflexionemos sobre las siguientes frases: -Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores –Sócrates. -Se tiende a poner palabras allí donde faltan las ideas. -Goethe Respondamos las siguientes preguntas: o o o o ¿En qué medida escuchar a los demás nos permite conocerlos y conocernos? ¿Qué consecuencias se derivan del proceso de conocer? ¿Cómo el conocer a los otros nos involucra y nos compromete? ¿Cuál será la finalidad ética y política de todo conocimiento? Una escucha atenta, una comprensión El objetivo del auténtico escuchar es comprender y ver el mundo tal como lo ve y lo comprende nuestro interlocutor. Escuchar nos permite entrar en sintonía con el otro, solidarizarnos, creer en sus sueños y apoyar sus proyectos. Lamentablemente, no somos tan buenos escuchadores como podríamos serlo, pues pocas veces valoramos con justicia la necesidad de escuchar a los demás y no estamos entrenados para involucrarnos y comprometernos con ellos. Pero, como ya adelantamos, a escuchar se aprende. Consideramos que un gran paso para abrirse al otro y solidarizarse con él es quererlo escuchar para comprender su mundo, su vida, sus inquietudes, sus esperanzas y sus sueños. Popularmente se dice que sólo quien está en el zapato ajeno sabe donde le aprieta. Eso quiere decir que la escucha supone una actitud de inmersión, involucramiento y compromiso con la realidad del otro. Cuando nos salimos de nuestro mundo, bajamos al mundo del otro y entramos en él es cuando podemos comenzar a escuchar y a comprender su realidad. Ninguna comprensión se lleva a cabo fuera del contexto en el que suceden los hechos. 7 Comprender al otro es darle la oportunidad de que se sienta reconocido y tomado en cuenta, aceptado e incluido en el mundo del que comprende. Para que nuestra comprensión sea consciente debemos: � � � Saber escuchar para obtener los elementos necesarios en los que el otro plantea, expone y señala sus necesidades, valoraciones, sentimientos y expectativas sobre los problemas que vive. Despojarnos de nuestros prejuicios o preconcepciones para no falsear ni tergiversar lo planteado por el otro y podamos tener una clara comprensión de sus planteamientos. Saber valorar y respetar el punto de vista del otro para no emitir juicios prematuros con los cuales se pueda descalificar o rechazar el mundo del otro. Actividad Reflexionemos sobre lo planteado por las siguientes frases: o o o o o o o o Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación – Proverbio árabe. En tu relación con cualquier persona, pierdes mucho si no te tomas el tiempo necesario para comprenderla – Rob Goldston El ser humano está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende –Blaise Pascal. Lo que no comprendemos no lo poseemos – Johann Wolfgang Goethe. Comprender es difícil. Pero una vez que se comprende, la acción es fácil - Sun Yat-Sen. Comprender es el principio de aprobar - Baruch Spinoza. Todo lo que no se comprende, envenena - Eugenio D`Ors. Tener a alguien que me comprenda significaría tener un apoyo en todos los sentidos, tener a Dios - Franz Kafka. B) Toda comprensión, un compromiso Quien no comprende no tienen claro nada, ni sabe cómo actuar, ni qué se puede hacer. En cambio, quien comprende, no sólo tiene claro el punto problemático, sino también lo que tiene que hacer y cómo debe hacerlo. Por eso podemos decir que comprender es comprometerse, por varias razones: � � � � � Comprender tiene que ver con saber y ser consciente de algo. Comprender demanda el manejo de habilidades del orden del idear, imaginar y crear respuestas a aquello que se comprende. Comprender supone un cambio actitudinal de parte de quien comprende y en orden a lo comprendido. Quien comprende puede visualizar y valorar los pros y los contras del problema comprendido. La comprensión es el primer paso a la acción, al compromiso. En el caso de una organización que desee emprender un proceso de cambio, éste no podrá llevarse adelante si primero no se empieza por establecerse un pensamiento estratégico que involucre a todos los actores y agentes que participarán en el cambio. La idea de establecer un pensamiento estratégico se debe a que lo más difícil de cambiar en una organización, comunidad o equipo son las viejas formas de creer y pensar. Como desarrollaremos más adelante, los cambios más lentos y que demandan más esfuerzos son los que tienen que ver con el orden simbólico-cultural. Cambiar los paradigmas mentales demanda: � � � � � Cambios de procesos de enseñanza-aprendizaje. Inculcamiento de nuevas formas de pensar. Diseño de nuevas creencias, valores y costumbres. Procesos de información permanente. Deseducación profunda que erradique las viciadas formas de pensar, abstraer, conceptualizar, representar, comprender y explicar el mundo, la vida y las relaciones de los seres humanos y la naturaleza. 8 Lo que se pretende crear con estos procesos de comunicación, aprendizaje e involucramiento es crear una visión compartida por las personas que van a llevar el cambio adelante. Una visión compartida servirá de fuerza impulsora, incitadora, orientadora y cohesionadora de las energías del cambio. Una organización, una comunidad o un equipo con una visión clara tienen el valor de activar grandes energías para alcanzar sus metas y objetivos. “Pocas fuerzas humanas son tan poderosas como una visión compartida” (Peter Senge). No estamos hablando de compartir la visión de un líder absoluto, sino la de un pueblo, la de una comunidad, la de un equipo. Una visión compartida genera: � � � � � � Motivación o estímulo entre las personas. Esperanza o expectativas de triunfo. Unidad o cohesión intergrupal. Mejores relaciones humanas. Confianza entre los que siguen la misma visión. Alternativas de cambio. Como señala Miriam Ortiz: “Una visión compartida hace que la gente que se tenía desconfianza empiece a trabajar en equipo, crea una identidad común. La visión compartida incrementa el deseo de experimentación y de arriesgarse no dejándose vencer por los obstáculos y persistiendo en la visión, a pesar de las dificultades… La visión no es el punto a donde quiero llegar, sino el punto de partida”. Y para lograr una visión compartida hay que comenzar por escuchar. 9 -La función del líder es producir más líderes, no más seguidores Ralph Nader -El que quiera ser líder debe ser puente Proverbio galés LIDERAZGO JUVENIL Y TRABAJO EN EQUIPO Por Renato Joya 10 LIDERAZGO El espíritu de los gansos Los gansos son aves migratorias: van de un lugar a otro buscando el mejor clima. Cuando veas los gansos emigrar, fíjate que vuelan en forma de “v”, porque de esa manera, la bandada entera, aumenta en un 71% el alcance del vuelo con relación al de un pájaro que vuela sólo. Cuando un ganso sale de la formación siente la resistencia del aire y la dificultad de volar sólo. Entonces retorna a la formación para aprovechar el poder de elevación de los que están a su frente. Cuando el líder que va al frente se cansa se pasa al final de la formación y otro asume la delantera. Mientras vuelan en formación los gansos graznan para dar coraje y aliento a los que van al frente y poder mantener la velocidad. Cuando un ganso se enferma, es herido, está cansado y debe salir de la formación, otros lo acompañan protegerlo. para ayudarlo y Permanecen con él hasta que muera o sea capaz de volar nuevamente. Entonces alcanzan su bandada o se integran a otra formación. 11 ¿Qué es liderazgo? Para que un grupo juvenil sea exitoso es necesario que sus participantes o miembros descubran y pongan en prácticas las herramientas que se transforman en habilidades para el liderazgo en el día a día de las actividades del grupo. Liderazgo es el proceso por medio del cual cualquiera de los involucrados anima o motiva de manera saludable, con sus ideas o acciones, las ideas, conductas y comportamientos de su equipo, para el logro de objetivos comunes. Casi siempre cuando se habla de líderes, tendemos a reducirlo sólo en grandes hombres y algunas mujeres que han dado grandes aportes a la historia de la humanidad. Pensamos que los líderes son aquellos que resaltan en su entorno por su habilidad comunicativa y expresiva...y no siempre es así. Es más todos tenemos habilidades y destrezas que nos permiten ser líderes en diferentes actividades del grupo. Por ejemplo, un compañero o compañera, no es de los que más participa en las discusiones grupales, pero tiene la facilidad como ninguno para dibujar… Y cuando de dibujar se trata… entonces esta persona es líder. Un líder es una persona, miembro de un grupo, que influye de manera decisiva en el pensamiento y en las actividades de los integrantes de ese grupo. Además juega un papel importante en la definición de los objetivos y el modo de trabajo de la organización o la comunidad. Un líder debe ser una persona que propone, que promueva la participación de los involucrados en el trabajo, que genere relaciones horizontales con su gente, debe manejar un lenguaje armonioso y llamativo a la actitud positiva. Todo grupo los necesita líderes en quienes creer, con quienes puedan identificarse y en quienes puedan tener confianza. A todo líder lo identifican una serie de atributos como la honestidad, capacidad de inspirar, imparcialidad, capacidad de apoyar a otros, practican lo que predican; poseen y generan en los demás una imagen positiva de sí mismos y exhiben capacidad cognoscitiva y encanto personal el alto grado. ¿Qué significa ser líder? Ser líder significa acompañar al grupo y favorecer el crecimiento de cada uno de sus integrantes. Significa guiar, orientar, dirigir una organización, asegurando su funcionamiento. Tiene la responsabilidad de representarla ante otros grupos o instancias. La persona elegida para dirigir, coordinar o liderar al grupo, generalmente tiene o ha desarrollado un conjunto de cualidades y capacidades que lo hacen apto para ser un buen líder. Igualmente, esa persona debe tener deseos y voluntad de desempeñar un papel de mayor responsabilidad, lo cual, muchas veces, significa sacrificios. El líder tiene más obligaciones que los miembros del grupo. Se expone a la crítica. Sin embargo, también se tienen satisfacciones importantes, como es la de sentir que se está dando lo mejor de sí al servicio grupo. 12 ¿Cuáles son las cualidades de un líder? Inspira confianza. El líder genera ambientes en donde las personas del grupo puedan discutir diversos temas que fluyen hacia el cumplimiento de los objetivos propuestos; y no solo los temas técnicos, sino también elementos personales y afectivos que involucran siempre al grupo de trabajo. Poseer carácter e integridad. En el momento de tomar una decisión, el líder debe disponer de elementos que argumentan esa decisión y que además busque lo mejor para todos. Enfrentar las diversas dificultades que se presentan durante el desarrollo de un proyecto o de una actividad. Esa integridad permite plantear soluciones a diferentes problemas que surgen dentro de su grupo o en el desarrollo de un proyecto determinado. - Conoce, sin ser “técnico”, los resultados que se pueden lograr a través de la tecnologías específicas que dominan sus liderados. - Ser una persona informada, porque debe estar permanentemente siguiendo, evaluando y orientando, con sus liderados, los resultados obtenidos por éstos en sus respectivos funciones. - Reconoce y corrige sus errores. Un líder reconoce sus errores y los momentos en que se equivoca; de esa misma forma, evalúa lo sucedido y corrige las fallas cometidas dentro de la actividad o el proceso ejecutado. Aprovechando el error como una oportunidad de aprender. - Facilidad para comunicarse. Una buena comunicación en el grupo para un encuentro auténtico entre las personas, que el grupo se sienta motivado a participar, y por ende, asuma responsabilidades. Su capacidad de comunicarse es el resultado del desarrollo de su capacidad de expresión y de escucha activa. ¿Qué condiciones son necesarias para ser líder? Creemos positivo que los líderes tengan ciertas condiciones que los hacen ser mejores en el desempeño de su labor. Entre estas condiciones podemos señalar las siguientes: - Legitimidad en el cargo: que hayan sido libremente elegidos por el grupo. - Representatividad: que sepan interpretar a los miembros del grupo. - Vocación de servicio hacia la comunidad y la organización que representa: esto quiere decir, que el líder está al servicio del grupo y no el grupo a su servicio. - Capacidad de ejercer su cargo, en forma democrática: lo que significa, no imponer sus puntos de vista, no pasar a llevar los acuerdos de la organización y no permanecer eternamente en el cargo. - Como características personales debe ser carismático, tener la capacidad de atraer y aglutinar a las personas y tener capacidad de oratoria. 13 ¿Cuáles son las clases de líderes más comunes? Cada líder tiene sus particularidades en las formas de coordinar, manejar o conducir los diferentes procesos en los grupos. De acuerdo a su comportamiento, en los grupos podemos encontrar las siguientes clases de líderes: - Líder Autoritario. Es aquel que toma todas las decisiones y no tiene en cuenta ni consulta a los demás integrantes de la comunidad. Piensa que la forma correcta de hacer las cosas es la suya. Distribuye tareas, da ordenes y solo recibe respuestas sobre esas ordenes dadas. Tiene toda la información. No fortalece la comunicación entre los miembros, para poder ejercer el control de la organización. Existen muchos líderes que asumen esta forma de llevar los procesos de la comunidad y los grupos aceptan su desarrollo. Pero no participan en él porque no es posible un espacio para ello. - Líder Paternalista. Trabaja mucho por su comunidad, consigue muchos beneficios ante las autoridades. Pero piensa y cree que el es el único que puede hacerlo. Eso no genera elementos de crecimiento hacia los demás al no enseñar como hacerlo por si mismos. No confía en ellos. Con este tipo de líderes, por lo general se logran los objetivos, pero la gente se siente mal. - Líderes que dejan hacer. Son líderes fortuitos. Algo hicieron bien para la comunidad y entonces llegaron a la cumbre. Son personas que no motivan, que no estimulan ni coordinan la comunicación dentro del grupo. No están integrados al grupo. No saben definir prioridades, ni planifican, ni resuelven conflictos internos. Las organizaciones con este tipo de líderes duran poco tiempo. Solo mientras continúa la motivación general. Es interesante que el líder permita que otros aporten, pero si no alimenta al grupo, no sirve de nada. - Líder Democrático. Es el líder ideal. Puede interpretar a los miembros del grupo y sus necesidades de cada momento. Se ocupa de que todos tengan la información, opinen, decidan y controlen. Motiva al grupo para que todos se sientan parte de la organización, y se identifique con sus objetivos. Fomenta la comunicación dentro del grupo. Estimula la cooperación entre los integrantes de la organización. Este tipo de líder permite que los procesos sean flexibles y reconoce en la cooperación de los otros, un factor importante en el desarrollo de los objetivos. ¿Cuáles son las funciones de los líderes? Tal vez los aportes más importantes que hacen los líderes son: promover la participación, organizar, movilizar y educar. Facilita la participación de los miembros del grupo El líder debe facilitar la democracia y participación en el grupo. Algunas de las actividades que lo pueden ayudar a promover la participación son: motivar y entusiasmar al grupo a participar, a opinar y proponer ideas; facilitar la 14 comunicación entre sus integrantes, y tomar las decisiones considerando todas las opciones con los elementos a favor y los elementos en contra. Fomenta la organización del grupo La única manera de lograr los objetivos propuestos es por medio de una organización permita unir las capacidades y voluntades de distintas personas que tienen interese en común, es decir, que conforman el grupo al cual coordina. El líder sabe enfrentar adecuadamente los conflictos, que ayudan a lograr unidad entre los miembros del grupo, que crean una mística en torno a las acciones conjuntas y que hacen eficiente el quehacer de la organización. Además promueve la incorporación de nuevos miembros al grupo. Genera la movilización Los líderes contribuyen también en la movilización, ayudando a buscar caminos para solucionar problemas diversos que debe enfrentar todo organización comunitaria. Tienen la capacidad de activar a las personas. Gracias a que inspiran confianza y credibilidad, porque las personas saben que no están siendo manipuladas ni engañadas y que las acciones que realizan conducen a soluciones de sus problemas. Facilita el aprendizaje El líder no sólo educa cuando promueve la capacitación de su organización en tal o cual tema, también lo hace con su ejemplo. En efecto, las acciones y gestiones de los líderes educan, forman y es un ejemplo a seguir para muchas más personas de las que imagina. Un líder también es "educador" cuando fomenta espacios de opinión en torno a distintas temáticas, porque ayuda a que las personas tengan una actitud crítica y defiendan sus posturas con bases sólidas. Promover una buena comunicación grupal El buen líder logra que cada una de las personas se sientan valoradas y se atrevan a expresar sus opiniones en el grupo. Esto parece evidente, pero lo cierto es que la comunicación entre las personas y entre las organizaciones no es fácil. En los grupos son frecuentes los malos entendidos, los rumores, los problemas que no se plantean en forma directa. Una buena comunicación en el grupo ayudará a que exista un encuentro auténtico entre las personas, a intercambiar experiencias y conocimientos y a enfrentar los conflictos de tal manera que el grupo pueda crecer a partir de ellos. 15 TRABAJO EN EQUIPO La carpintería En una carpintería hubo una reunión de herramientas. La asamblea le notificó al martillo, que ejercía la presidencia que tenía que renunciar, porque hacía demasiado ruido y además se pasaba todo el tiempo golpeando. -Yo se que hago demasiado ruido y me paso todo el tiempo golpeando, pero miren al tornillo; hay que darle muchas vueltas para que sirva de algo –dijo el martillo. -Sí, pero vean a la lija, es áspera en su trato y tiene fricciones con los demás –alegó el tornillo. -¿Y qué me dicen del metro? Siempre mide a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto –se defendió la lija. El metro no dijo nada porque en ese momento entró el carpintero, utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo para hacer un lindo juego de ajedrez con la tosca madera. Cuando las herramientas quedaron solas, el serrucho tomó la palabra y dijo: -Todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Desde ese día se dieron cuenta de que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas. Y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. 16 ¿Qué es un equipo? quipo es más que un grupo, ya que en el equipo se ha superado la idea de número y masa y se ha asumido la idea de personas líderes que poseen sus funciones y cada una es tan importante como las demás. Nadie ejerce una autoridad o poder vertical y jerárquico, sino que todos están empoderados y cada quien aporta al grupo las capacidades y habilidades en las que es verdaderamente bueno. Un El rol del liderazgo esta enfocado en desarrollo continúo de capacidades de un equipo, tanto que muchas de las responsabilidades asociadas con la administración y supervisión del grupo son manejadas por el grupo mismo. Un conjunto o un grupo de jóvenes solo tienen significado si actúan como un equipo. Y el rol de liderazgo que tiene sentido si logra convertir al grupo en “equipo de trabajo”. El grupo deja de ser la suma de sus miembros y se convierte en la sinergia de personas con habilidades complementarias que están comprometidas con un propósito común, con metas de desempeño y con una propuesta por las que se consideran mutuamente responsables. En consecuencia, no todos los conjuntos de personas se pueden definir como grupo. Y menos aún como un “grupo que trabaja en equipo”. Tampoco se logra de la noche a la mañana, es un proceso que se da en la cotidianidad del grupo que se logra paso a paso y que implica: Aprendizaje colectivo Desarrollo personal. Objetivos comunes Alto nivel de desempeño. Organización flexible. Cooperación. Alto nivel de compromiso. Integración de habilidades. Resultados productivos. Forma de organizar el trabajo. Metas de desempeño. Solidaridad. Responsabilidad mutua. En un equipo todos son responsables de todos. Lo ideal es que los grupos se conviertan en equipos. Eso vendría a implicar que cada miembro asumiría la responsabilidad para: Fijar metas, objetivos y proyectos comunes que sólo saldrán adelante si todos trabajamos conjuntamente. Reconocer que en un equipo todos sabemos algo y todos ignoramos algo y que entre todos aprendemos y construimos el conocimiento necesario para salir adelante. Aceptar que nos equivocamos y que debemos pedir ayuda a quien cuenta con más capacidad. 17 Tener la humildad de reconocer nuestros errores y retractarnos cuando hemos dicho o hecho algo que pueda lastimar a alguien. Saludar a todos y cada uno de los miembros del equipo con la misma cortesía, atención y respeto, sin preferencia alguna. Festejar los triunfos de los demás, luchando por lograr juntos un equipo de éxito. Reconocer que los problemas e incomodidades son chismes y quejas cuando los compartimos por atrás y son puntos a fortalecer cuando los encauzamos correctamente. Tener como lema central: “Todos para uno y uno para todos” (Dumas). ¿Cuáles son actitudes para trabajar en equipo? Para lograr desarrollar un proceso de trabajo en equipo cada miembro del grupo debe desarrollar y poner al servicio del grupo determinadas actitudes, que describimos a continuación. Trabajar hombro a hombro. SINERGIA significa que las partes de un todo son más fuertes si se encuentran unidas. Amar lo que hacemos. La única manera de estar bien en un equipo es que nos guste lo que hacemos, disfrutemos estar reunidos y realizando proyectos juntos, investigando más sobre nuestro trabajo. Pensar en grande. Los equipos siempre deben pensar en obtener lo máximo. Tratar de ir más allá y lograr para nuestras vidas logros importantes y maravillosos. Esto es aún más fácil de alcanzar en equipo. Dar nuestro mejor esfuerzo es esencialmente importante cuando comprendemos el significado de nuestro aporte a la actividad del equipo. Comunicarnos. Sin comunicación todo lo demás falla, nada se pone en común, nada se comparte: ideas, gestos, experiencias, problemas, esperanzas, sueños, expectativas que faciliten la interrelación del equipo. Hagamos aquello en lo que seamos verdaderamente eficientes. Debemos conocer los recursos y habilidades propios y de los demás. Esto facilitará la decisión al asignar tareas y responsabilidades. Asegurarnos de que el equipo se sienta feliz. Si cada quien da lo que puede dar, estará motivado para participar. También debemos reconocer los esfuerzos y el empeño. Quienes lideran deben agradecer de manera enfática las cosas buenas, los aportes positivos, la colaboración. Ayudar a los demás. Debemos ayudarnos mutuamente para solventar las desventajas que existan individualmente. Ayudarse es reconocer la importancia de mi trabajo en el equipo. Retribuir algo al equipo. Es justo retribuir al equipo nuestro mejor esfuerzo para el cumplimiento de las metas, poner nuestro entusiasmo en las tareas encomendadas, favorecer un ambiente de cordialidad en el que irradiemos nuestra energía, tratar de hacer el mejor uso de los recursos que nos son facilitados. 18 ¿Qué elementos pueden generar el impacto del trabajo en equipo? Para que el trabajo en equipo produzca los resultados esperados y se sostenga en el tiempo, es necesario alimentar algunos elementos que generan este impacto: Compartir la misma dirección y sentido del equipo permite llegar más fácil y rápido al destino señalado. Permaneciendo en la misma sintonía y unidos a aquellos que se dirigen en nuestra misma dirección aliviana el esfuerzo y hace más fácil y placentero alcanzar las metas. Compartir el liderazgo, los problemas y los trabajos más difíciles, aceptarnos y respetarnos mutuamente en todo momento. No atesorar habilidades ni destrezas, combinar dones, talentos y recursos para alcanzar los objetivos propuestos. Con coraje, apoyo y entusiasmo el rendimiento es mayor: una palabra de aliento a tiempo motiva, ayuda, da fuerzas, eleva la autoestima. Mantenerse unidos y con el norte bien claro, sin importar las diferencias ni los obstáculos: lo más importante es el proyecto común. ¿Cómo se puede reforzar el sentido de responsabilidad y moral del grupo? Crear posibilidades que suponga un desafío. Es permitir que la gente participe del objetivo general para ver sentido último esfuerzo. Se deba aclarar el designio global del mismo. Los integrantes del equipo necesitan conocer desde el primer momento, no sólo lo que hace, sino porque y para quien. o contrario sería fomentar la alineación y la apatía. Inspirar una visión común. La misión del líder consiste en crear una visión que sea compartida, aceptada y asumida por el grupo. Si decae el ánimo del líder y no es capaz de proponer un sueño o una visión, la organización está condenada. Cuando los objetivos son compartidos por los integrantes del equipo, con mayor probabilidad podrán en ello un sentido de responsabilidad, su lealtad, su productividad, su disposición a trabajar largas horas sin tensiones ni disputas internas. Fomentar la visibilidad. En términos del esfuerzo que el equipo a realizado para desarrollar el proyecto o la actividad planteada. Delegar funciones. Con ello se genera eficacia, para que pongan en obra su inteligencia y sus energías naturales. Potenciar a los demás implica concederles los recursos y la autoridad que necesitan para que las cosas se hagan. Hay que brindarle al equipo la oportunidad de distinguirse. Proporcionarle los datos, las metas y la libertad operativa. 19 Técnicas de facilitación Juvenil Renato Joya 2010 1 La vida es comunicación -poner en comúnSomos comunicación Las personas somos, seres en relación, con nosotros mismos, la familia, los vecinos, la comunidad, el país, la comunidad internacional, pasando por la casa, la escuela, los grupos, la iglesia, entre otros. Para relacionarnos necesitmos comuncarnos. Siempre nos comunicamos a través de la palabra, los gestos, las miradas. También lo hacemos a través de medios o herramientas: La humanidad usó el humo, los tambores, el telégrafo, el teléfono, las cartas, libros, televisión, la radio, los periódicos y revistas, y en la actualidad con tecnología de punta basada en computadoras, los satélites y las nuevas autopistas de la comunicación e Internet. En definitiva, vivimos en un mundo supercomunicado, donde las emisiones y percepciones son múltiples y permanentes. La palabra comunicar se deriva de la raíz latina communicare, que significa poner en común. De allí que comunicar es: - Reconocer y valorar a nosotros y a los demás como personas y ejercer nuestros derechos y responsabilidades. Expresar ideas, opiniones y sentimientos Interactuar con los demás y nuestro entorno. Relacionarse con los demás y el ambiente es una necesidad humana y una parte esencial de nuestro ser. Gozar y celebar Proyectarse, salir de nosotros mismos e ir al encuentro de los demás Afirmar nuestra autoestima. Sentirse y sentir a los demás. Abrirse al mundo. - Facilitar/comunicar Cuando trabajamos para facilitar procesos como un foro o encuentros con grupos, particularmente de adolescentes y jóvenes nuestra tarea es generar comunicación, permitir que las personas que participan en las reuniones puedan expresarse, relacionarse, interactuar, proyectarse, gozar, abrirse al mundo, lograr acuerdos. Un facilitador o facilitadora juvenil es ante todo comunicador/a que busca generar, promover un proceso comunicativo lúdico (divertida, dinámica) para pensar, sentir y actuar de una manera determinada. Es decir los encuentros son un espacio para que facilitadores y participante puedan comunicarse, poner en común. Las personas nos comunicamos cuando utilizamos un lenguaje verbal, no verbal común, que entienden el que emite el mensaje como el que lo percibe. 21 Modelos de comunicación En los encuentros de jóvenes, básicamente pueden estar presentes al menos tres concepciones pedagógicas o de aprendizaje: la que pone énfasis en los contenidos, la que pone el énfasis en los efectos y la que lo pone énfasis en el proceso. Concepción Lugar del interlocutor Relación Objetivo evaluado Tipo de comunicación MODELO CON ENFASIS EN LOS CONTENIDOS MODELO CON ENFASIS EN LOS RESULTADO “Es vertical, autoritaria y paternalista. Basada en la transmisión de información del profesor al alumno, de las “élite instruidas a las masas ignorantes”. Es visto como Objeto. El que tiene que ser educado. No sabe. El que oye, obedece y sigue la indicación del docente. Autoritaria-paternalista Enseñar/ repetir. Que el educando memorice, repita. Manipuladora. Corresponde a la llamada “ingeniería del comportamiento y consiste esencialmente en moldear la conducta de las personas. Programador determina lo que la persona hace, actua, y piensa. Recibe estimulo, da respuesta, recibe recompensa. Autoritaria-paternalista Enseñar-hacer. Cambio de actitudes. objetvo: el educando haga. Emisor privilegiado da mensaje a un receptor pasivo. Es autoritaria y vertical. El emisor domina, es el dueño, el protagonista. Transmisión de información. No hay intercambio, debate o discusión. Emisor Protagonista dueño de la información, envía un mensaje a un receptor dependiente, que reacciona al mensaje. La retroalimentación es un instrumento de verificación y control para asegurar el efecto prefijado, la respuesta deseada. Da mucha importancia a la motivación. Individual: Estímulo / recompensa Seudo participación. Solo se participa ejecutando instrucciones o acciones programadas. Motivación Individual: premios /castigo. Fomenta individualismo y la competencia. Participación Mínima. Poca importancia al diálogo y a la participación Actitud crítica Bloqueada. Se valora el dato. No se desarrolla la capacidad de razonar y conciencia crítica. Creatividad Bloqueada. Se premia la memorización y repetición fiel. Se castiga la reproducción poco fiel. Papel del error Manejo del conflicto Fallo Reprimido Evitada. Todo se reduce, no razonar, no relacionar, sino a respuestas “correctas” e “incorrectas” Evitada. El educando debe seguir instrucciones. Realizar las acciones programadas. Fallo Eludido MODELO CON ENFASIS EN EL PROCESO Y LA PERSONA Enfocada en el proceso de transformación de la persona y las comunidades. Sujeto con derechos y responsabildades. Es el que aprende, el centro del proceso. Autogestionria Pensar transformar. Reflexionar, buscar aprendizajes y tomar decisiones. Comunicación (diálogo) Procura suscitar, estimular en los interlocutores una creación, una invención, una elaboración personal. Social. Se motiva la solidaridad y los valores comunitarios Máxima. Se busca el involucramiento consciente y efectivo en torno al bien común. Altamente estimulada Altamente estimulada y libre. Camino/búsqueda Asumido y con búsqueda de una solución creativa y pacifica. 22 La comunicación en los procesos de facilitación La comunicación en los procesos de facilitación parte de la participación de la gente en la generación, apropiación y construcción de conocimientos, en el intercambio de experiencias, en el reconocimiento de su propia situación social, en la recuperación de su cultura y de su pasado. Es un proceso comunicativo que: - tiene como protagonistas a la gente, a los sectores en ella involucrados; refleja las necesidades y demandas de éstos; se acerca a su cultura; acompaña procesos de transformación; ofrece instrumentos para intercambiar información; facilita vías de expresión; permite la sistematización de experiencias mediante recursos apropiados a diferentes situaciones; busca, por todo lo que significan los puntos anteriores, una democratización de la sociedad basada en el reconocimiento de las capacidades de las grandes mayorías para expresarse, descubrir su respectiva realidad, construir conocimientos y transformar las relaciones sociales en que están insertas. 23 2 Facilitar la comunicación y participación efectiva Sentir, ver, reflexionar, aprender y construir juntos Los encuentros de los grupos son espacios de encuentro comunicarse, poner en común, reflexionar, buscar acuerdos y generar un nuevo accionar. Muchas veces los encuentros en los grupos se centran más en la información que queremos comunicar y no damos suficiente importancia a la manera de comunicar esa información o los nuevos conocimientos. No basta transmitir información ni suponer que será entendida y puestas en práctica automáticamente. El reto es lograr una proceso de comunicación capaz de: - transformar los conocimientos en mensajes claros que puedan ser rápidamente entendidos, aceptados por todos y todas y que lleven al logro de acuerdos por parte de la comunidad o equipo. y faciliten que las y los participantes se involucren en procesos y en acciones concretas. Para lograr esa comunicación es necesario tener en cuenta quiénes son las personas con las que vamos a trabajar. Si logramos que relacionen la información que les damos con su propia manera de vivir y entender será fácil que nuestros mensajes alcancen a ser comprendidos, aceptados y puestos en práctica. Nuestro reto debe ser llegarle a las personas que participarán en los procesos para que piensen, sientan y actúen según el proyecto delineado conjuntamente. Si nuestros esfuerzos se limitan a dar información a secas, datos que se olvidan muy pronto, estamos condenados al fracaso. En cambio, si logramos empatar las ideas con la forma de pensar, sentir y actuar de las personas, conseguiremos echar adelante cualquier proyecto. Cómo facilitar procesos de trabajo en grupos El equipo facilitador debe tener clara que: Su tarea es orientar, guiar, estimular el aprendizaje de los y las participantes. No debe asumir una actitud autoritaria o paternalista para imponer el conocimiento. Nadie es dueño del saber, sino que todos sabemos algo y todos ignoramos algo y entre todos producimos el conocimiento. Debe ser alguien que acompaña al equipo en el proceso de reflexión. Se aprende haciendo con el aporte dinámico, creativo y crítico de todos y todas. Se parte de la práctica como fuente de conocimiento. Se aprende de los errores. Participantes y animador se convierten en un equipo de trabajo que produce su propio conocimiento a través de la reflexión y las actividades prácticas de aprendizaje. 24 Tarea y misión del equipo facilitador en los trabajos de grupos La tarea de la persona facilitadora es desarrollar encuentros, sesiones o reuniones: participativas partan de la experiencia de los participantes con mucha creatividad con una meta bien concreta: que los y las participantes se informen, comprendan acepten los mensajes que se les proponen. El facilitador tiene la misión de orientar, guiar, estimular el aprendizaje de los y las participantes. En las tareas de facilicitació NO: se impone el conocimiento, se asume una actitud autoritaria ni paternalista, se adueña del saber, ni se siente la estrella del proceso, sino que se comporta como una persona orientadora, como coordinadora que, si bien ofrece materiales e información, camina con el grupo en un proceso de reflexión y de prácticas, centrado en el aporte de todos. Los y las participantes en los grupos son sujetos activos que dan su aporte personal, creativo y crítico. Aprenden haciendo. Se parte de la práctica como fuente de conocimiento. Se aprende de los errores. El grupo, incluyendo participantes y animador, se convierte en un "equipo de trabajo" que a través de la reflexión y las actividades prácticas o ejercicios de aprendizaje produce su propio conocimiento. De allí que el facilitador o facilitadora debe conocer a los que participan en el grupo. 25 Tipos de participantes en los grupos de trabajo 26 27 28 29 30 Guías generales de orientación para facilitar trabajo en grupos Para trabajar con grupos con una finalidad educativa necesitamos guías o principios que nos sirvan de líneas orientadoras. Es decir, una estrategia metodológica para realizar el trabajo. A continuación desarrollamos los más importantes. Tener claro a dónde se quiere llegar. Antes de afrontar una actividad de grupo se deben tener definidos objetivos, contenidos, actividades, recursos, tiempo y recursos. Esto es: saber qué queremos aprender, cómo, cuándo y con qué lo vamos a aprender. Partir de la propia historia de los participantes. Comenzar el proceso de la experiencia de las personas participantes, de lo conocido y cercano para ellas. Generar un proceso participativo. El animador debe promover la participación porque con ella se enriquecen los contenidos, se aumenta la capacidad expresiva, se favorece la creatividad, se estimula la convivencia, se promueve la cooperación, se dinamiza el proceso. Flexibilidad. El plan elaborado es una guía y no está escrito en piedra, por tanto se puede cambiar. Cuando se trabaja con grupos se deben tomar en cuenta los imprevistos y poder adecuarse a la circunstancias del momento para modificar el rumbo, de desandar caminos y volver a planear de acuerdo con las necesidades del grupo. Divertido pero sin desorden. Aunque se lleven a cabo dinámicas, juegos, plenarias, trabajos en subgrupos, no debe caerse en el caos. El facilitador debe mantener el orden y la organización. La creatividad es un ingrediente importantísimo para romper con los viejos esquemas y avanzar hacia la construcción de lo nuevo, de lo distinto, de lo desconocido. La creatividad debe estar en función del aprender. Nunca sobra un poquito de humor. Aprender no tiene por qué ser traumatizante, aburrido, desagradable. Por tratarse de población joven la que participa en los encuentros se puede tener en cuenta las herramientas metodológicas para poner en práctica en la facilitación: a) Empezar jugando. Conectar con juego y dinámicas conectados a los demás ejercicios de aprendizaje. El juego ayuda a abrir las puertas a un mayor entendimiento y logra más participación. b)Exponer los contenidos de manera creativa y lúdica usando ayudas audiovisuales como videos, historietas, y dramatizaciones de radio, carteles, transparencias, que se conviertan luego en núcleos generadores de aprendizaje. c) Buscar reacciones de los participantes. Los conceptos o ideas que se proponen se deben relacionar con la experiencia, aplicarla y llevarla a la vida cotidiana, para evocar experiencias y encontrar elementos de identificación. d)Despertar el interés y la aceptación por la idea, la técnica o el comportamiento que se propone, para que el participante reaccione favorablemente. Buscar aspectos o elementos de utilidad y necesidad de la práctica de la idea, comportamiento o técnica que se propone. e) Llevar a la práctica lo que se propone: traducir los conocimientos en actos concretos, para luego convertirlos en hábitos. f) Demostrar la aplicación del aprendizaje que se propone. Integrar lo aprendido en los diferentes espacios de la vida. g)Evaluación. Antes, durante y después, para observar si se alcanza el objetivo mediante las diversas actividades realizadas 31 Cómo trabajar con grupos Organizar grupos voluntarios, con personas interesadas en participar, posibilita la comunicación, la amistad, la camaradería, un espíritu de alegría, un clima divertido y de confianza. Tener en cuenta que lo más importante no son los mensajes, los datos, las definiciones, sino las personas: son ellas las que le dan sentido a los mensajes. En este clima de intercambio, las personas se reúnen en situación de igualdad. Informarse sobre los conocimientos, las creencias y los comportamientos relacionados con los participantes. Para lograr un buen clima de intercambio es importante saber con quiénes nos estamos relacionando, para familiarizarnos con la manera ellos ven y actúan. Hay que conocer a nuestros interlocutores. Saber si los mensajes que promoveremos ya son conocidos los participantes o si ya se están poniendo en práctica. Es necesario saber si otras personas o instituciones están desarrollando trabajos similares al nuestro para no duplicar esfuerzos. En caso de que la gente ya conozca el mensaje se puede averiguar: ¿cómo lo conocieron?, ¿cómo lo están poniendo en práctica? Esta información dará a conocer si algunos de los mensajes recibidos por las personas contradicen o entran en conflicto con los mensajes que esperamos compartir con ellas. Tener claro qué se va a decir y cómo se va a decir. Obtendrá mejores resultados si, antes de comenzar, hace un plan para decidir cómo va a desarrollar la reunión y cuánto tiempo va a necesitar. Además de planear qué va a decir, piense también en cómo lo va a decir, de manera que sus mensajes sean: De fácil comprensión. Evitar el uso de tecnicismos o palabras difíciles, utilizar términos locales y expresiones comúnmente utilizadas por el grupo. Adecuados a la manera como viven las y los participantes. Que los mensajes tengan relación con el ambiente de las personas con que se va a trabajar. Prácticos. Que hablen a través de ejemplos de la vida real y se refieran a maneras de hacer las cosas que los y las participantes puedan reconocer y poner en práctica. Mantener el clima de intercambio durante todo el tiempo. El animador no es un conferencista sino un facilitador del intercambio, un promotor del diálogo. Esto hará que las personas se sientan a gusto, en un ambiente de confianza. A continuación le proponemos algunas maneras de desarrollar la reunión, de acuerdo con esos propósitos: - Presentarse, enunciar el propósito de la reunión y pedirle a los participantes que se presenten para que se conozcan entre sí y se traten por el nombre. Iniciar las actividades preguntando al grupo lo que sabe del tema para tomar esa información para complementar las respuestas. Eso permitirá el intercambio de conocimiento entre los presentes. Es importante escuchar lo que responde cada persona porque eso genera confianza. La confianza hará que los tímidos se decidan a participar. Escriba las respuestas en una pizarra o en un papelógrafo (rotafolio), resumiendo con dos o tres palabras la idea central. Evaluar si los participantes han aceptado y practicado los nuevos conocimientos. Nuestro trabajo adquiere sentido no sólo al llevar información, sino cuando hemos logrado que las personas decidan que esta información entrará a formar parte de sus conocimientos básicos porque realmente les ofrece una solución. Por eso es que hay que darle seguimiento al grupo y observar qué tanto han aceptado y puesto en práctica los nuevos conocimientos. Algunas reglas para animar o facilitar el trabajo en grupos Ser muy claro al dar las instrucciones a los grupos sobre tareas. Para dar instrucciones le recomendamos los siguientes pasos: 32 Paso 1: Introducir la tarea explicando, desde el punto de vista del participante, por qué el aprendizaje que van a adquirir podría ser importante para ellos. Paso 2: Explicar la tarea, señalando qué es lo que hará el participante de modo individual o grupal. Paso 3: Especificar el contexto. Indicar al participante cómo, dónde, con qué y con quiénes harán el trabajo. Paso 4: Explicar los resultados esperados y cómo se presentarán. Mantener grupos pequeños, preferentemente de 3-5 personas. Los grupos pequeños son más efectivos. Establecer el tiempo necesario para que los grupos pequeños realicen la tarea. Inculcar la idea de la eficiencia en el uso del tiempo a la hora de discutir, deliberar y decidir. Supervisar a los grupos pequeños sin interferencias. El facilitador deberá observar, sin interferir, para asegurarse de que los participantes han comprendido las indicaciones para la tarea, que no están teniendo problemas o de que no se han enmarañado interminablemente en otra conversación o discusión. Mantener el control del tiempo. Dar a los grupos pequeños comprobaciones periódicas del tiempo y un aviso de cinco minutos antes de detener sus discusiones. Tener un plan para las presentaciones de los grupos pequeños en plenaria. Definir si habrá discusión plenaria, si se buscará llegar a conclusiones como grupo plenario. Tener una estrategia para que los resultados queden visibles. Aplicar destrezas de facilitación para dirigir la discusión y el aprendizaje durante la tarea e informes de grupos pequeños. El papel del animador es el de conducir y buscar la manera de sacar el máximo provecho a la actividad plenaria, no es la del mero presentador. Para ello se recomiendan los siguientes puntos: a) b) c) d) e) Plantear o introducir el asunto a discutir Hacer preguntas parafrasear Resumir Animar Propuestas prácticas para el facilitador Para que el trabajo con grupos de tenga éxito el facilitador puede atender las siguientes propuestas: Conocer el tema: si habla sobre lo que no sabe pierde credibilidad y confianza. Conocer a sus participantes para poder llegar hasta ellos: intereses, necesidades, gustos, grados de escolaridad, costumbres, diferencias de edad y sexo, desempeño en el grupo, capacidad de liderazgo. Cada participante es una persona única, diferente de cualquier otro en edad, sexo, niveles de escolaridad, apariencia, preparación, gustos, experiencias, talento y habilidades para aprender. Haga el tema atractivo y motivador: aborde temas cercanos, que afectan el diario quehacer. Sea ejemplo de lo que predica: si el facilitador no es ejemplo de lo que enseña, nadie creerá en su palabra. Planifique su trabajo para evitar la improvisación y la rutina. La improvisación conduce a hacer lo primero que venga en mente. Con la rutina se hace siempre lo mismo. Construya su propio método: no existe método eficaz o ineficaz ya que la selección de uno cualquiera depende de los propósitos y objetivos que se tengan, de las habilidades de los participantes, del tamaño del grupo, del tiempo disponible y de las facilidades con que se cuente. Llegará el momento en que el método es usted. Usted no es la única mediación: existen muchas ayudas o auxiliares que pueden tomar el papel de mediadores entre los contenidos o temas y los participantes. Tales ayudas son de gran valor, pero siempre serán medios, nunca fines. 33 Averigüe qué obstaculiza el aprendizaje: si usted sabe por qué sus participantes no aprenden, le será más fácil ayudarlos. En caso contrario, se encontrarán perdidos los dos. Hable para comunicar, no para impresionar: en el proceso de educar no consiste en mostrar lo que usted sabe, sino en ayudar a los otros a descubrir lo que saben sobre el asunto. Su cuerpo y actitud también educan: es muy importante la imagen externa que usted refleje. Esta debe evidenciar interés, animación, optimismo, alegría, seguridad, confianza y responsabilidad. 34 3 RUTA PARA FACILITAR Para procesos de participación, lo primero es “no borrar con el codo lo que hemos escrito con la mano”. Y es que con la participación ocurre igual que aprendiendo a nadar: solo participando se aprende a participar. Nadie llega a nadar si no se hecha al agua: a no pocas personas las han tenido que empujar a la piscina, incluso, y después llegan a Medalla de bronce, plata, oro… Con la ruta de facilitación nos referimos a la planeación de las sesiones grupales que nos permitan generar participación efectiva. Esta ruta ayuda a introducir las técnicas y tiene la ventaja de que está abierta a la adaptación a fin de mejorar sus pasos para que los resultados y sobre todo, los procesos participativos, resulten un ejercicio orientador de comunicación participativa. ¿Qué pasos daremos en nuestra ruta? Esa secuencia de pasos recoge sus elementos de la pedagogía de comunicación de Gutiérrez F. quien parte de la importancia de “sentir” (dejarnos guiar por nuestros sentidos) para después “pensar” (analizar lo que antes sentimos) y recrear la realidad al establecer las relaciones significativas de los procesos. Veamos dicho proceso: PASO 1. Se hace una reflexión inicial (puede ser una meditación o un ejercicio de relajamiento; la presentación de un video, una canción… PASO 2. De la manera más creativa se busca como las personas se encuentren y reconozcan a las otras. Se procede a la presentación de cada participante: Cada día conviene que haya encuentros. Puede citarse el nombre de cada uno más un adjetivo positivo, un "piropo", alguna cosa buena del día anterior, el nombre de alguien importante en la vida propia, una manera de auto demostrarme respeto, una meta que estoy logrando, etc. Conviene tener un amplio listado de técnicas adecuadas para una presentación diaria que logre romper con la rutina del contacto cotidiano. PASO 3. Se fijan las reglas de comportamiento colectivo (los derechos de todos y de cada uno) y se deja lugar en la pizarra para que puedan aumentarse precisar se o anularse siempre con la consulta al grupo. Se recomienda formular reglas muy sencillas y que favorezcan la comodidad de la mayoría. PASO 4. Se da el tema del día utilizando de las técnicas seleccionadas de la según los objetivos específicos de la temática seleccionada y de los valores de que se trate. PASO 5. Se evaluará la agenda del día y especialmente el proceso que se desarrolló: En este sentido la auto y coevaluación resulta inherente a las técnicas que se proponen. PASO 6. Se realiza un cierre que invite a la próxima sesión: Si el grupo elige un nombre que lo identifique como tal, lo que resulta conveniente, puede decirse a coro y tomados de la mano. También si alguien lo desea puede cerrar la sesión con una oración. Como esta que expresa una niña: 35 Para aterrizar esa ruta pedagógica puede usar la siguiente matriz: ASPECTOS GENERALES Tema general: Objetivo general: Participantes: Lugar y fecha: Hora: Equipo facilitador: OBJETIVOS CONTENIDOS ACTIVIDADES TÉCNICAS MEDIOS RECURSOS TIEMPO RESPONSABLE 36