El adiós que divide a Bajos de Mena

Anuncio
12
LATERCERA Viernes 17 de mayo de 2013
País
RR El primer block fue demolido ayer en Bajos de Mena, en Puente Alto. FOTOS: JUAN FARIAS
Francisco Coloane, en Puente Alto, es una de las poblaciones
más deterioradas en el país. Mientras 24 familias dejaron ayer
el lugar, como parte de un plan de erradicación del Ministerio
de Vivienda, y sus edificios comenzaron a ser demolidos, otros
dicen que jamás abandonarán el lugar. Por Oriana Fernández G.
El adiós que divide a
Bajos de Mena
D
ecenas de blocks
se erigieron en
el extremo sur
de Puente Alto,
en Santiago, en
1996. Era la solución habitacional a miles de familias sin casa
propia, pero hoy se ha convertido,
según las autoridades, en el mayor
gueto del país. Edificios enrejados, grafitis en cada inmueble,
microbasurales y jóvenes que se
juntan en las esquinas a conversar
son parte del panorama de la población Francisco Coloane, en el
sector de Bajos de Mena.
Ayer, en ese lugar se comenzó
a demoler el primer block -de un
total de 300 viviendas en 13 edificios-, como parte del plan “Segunda oportunidad”, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo,
que busca que los residentes de
áreas con propiedades con alto
deterioro y mala calidad de sus
barrios obtengan un nuevo subsidio para adquirir una casa con
mejor estándar.
Parece un sector que muchos
quisieran abandonar -está ubicado a una hora en bus del centro de Santiago, los vecinos comentan que hay tráfico de drogas
RR Los vecinos celebraron la demolición del primer block y su
traslado a otra comuna. FOTO: JUAN FARIAS
y ausencia de áreas verdes y equipamiento-, pero otras familias
valoran el conjunto habitacional
donde, por primera vez, fueron
dueños de una vivienda. “Cuando se inauguró la población vino
Tito Fernández y nos cantó la
“casa nueva. Estos mismos blocks
ahora los derrumban, pero nosotros seguimos aquí porque estamos orgullosos. No nos vamos a
ir”, dice Juana Meneses (52), una
de las residentes de la calle Francisco Coloane.
El block 1303 donde habita está
junto al primer edificio que comenzó a ser demolido ayer. Meneses, quien reside junto a dos de
sus hijos, en un departamento de
45 metros cuadrados, cuenta que
postuló durante 12 años a un subsidio, hasta que lo ganó, en 1998.
“Por muy pequeña que sea la
casa, es nuestro sueño familiar y
la hemos arreglado de a poco. Estamos conformes”, añade.
En la otra cara está la vecina
Ana Madrid, quien junto a su pareja, Víctor Sotelo, fueron una de
las primeras familias en inscribirse en el programa para salir de ese
barrio: “Acá no es bueno. Uno
tiene que ir del trabajo a la casa.
No podemos salir de acá”. A pe-
sar de que Madrid agrega que valora a sus vecinos del sector, acota que ha empeorado la calidad de
la vida. “Se escuchan balazos de
noche, es peligroso. Hay miles de
personas en una misma población y se escucha todo lo que
pasa: desde la música hasta las
peleas”, dice. Ahora se trasladará con las 700 UF que le entrega
el Minvu a una casa de 100 metros
cuadrados, en María Pinto. Mientras llega a su propiedad nueva,
le dieron 46 UF para el traslado.
Ana plantea que ya no puede hacer su vida en 45 metros cuadrados: hoy tiene tres hijos y un nieto en la casa. Debido a la precarie-
El Minvu sostiene que el
programa es voluntario y
que los residentes que
quieren quedarse no
serán sacados.
Los vecinos afirman que
se han visto presionados
para postular a la
demolición y traslado a
otra vivienda.
dad de la construcción, muchos de
los residentes de Francisco Coloane mejoraron las viviendas: hicieron ampliaciones en altura,
mientras que otros edificaron improvisados balcones, que, incluso,
se han derrumbado por el peso.
Los moradores, además, han debido construir, fraccionar, pintar y
mejorar los pisos, pues afirman
que la propiedad se les entregó
sin terminaciones. El ministro de
Vivienda, Rodrigo Pérez, explicó
que las familias en esta población “permanecían atrapadas en
verdaderos guetos urbanos,
construidos sin ningún respeto
por la calidad de vida de las personas y con desprecio a los barrios y ciudad. Este programa
será la piedra angular de la reconstrucción social de un Chile
más justo e igualitario”.
Ayer, cuando comenzó el proceso de derrumbe, se produjeron discusiones entre los residentes, pues un grupo asegura
que los vecinos fueron presionados para abandonar sus departamentos. Es el caso de Julia López
(36), quien afirmó que le han llegado cartas del Serviu, donde se
plantea que si no deja el inmueble, podría ser expropiada. La re-
sidente afirma que no quiere dejar el block: “Estaríamos de
acuerdo si nos fuéramos directamente a casas nuevas, pero rápidamente nos han dicho que debemos arrendar un lugar y dejar
nuestras casas, las mismas donde han crecido nuestros hijos”.
Añade que hace siete años llegó
allí desde la población San Gregorio: “Para mí establecerme acá
fue una gran tranquilidad, porque dejé de ser allegada. Sufrí
porque no tenía un espacio para
mi familia”.
El subsecretario de Vivienda,
Francisco Irarrázaval, afirmó que
el programa es de carácter voluntario, por lo que no debe haber presiones de dirigentes ni de
ningún organismo para ser parte de él. “Hicimos una convocatoria y el requisito para la selección es que el 95% de las familias
de cada edificio estuviera de
acuerdo. Si se mira la alta postulación que tuvo, el programa suscita gran interés. Si hay familias
que no quieren irse, lo que corresponde es que no postulen y no
van a ser obligadas a dejar su lugar”, dijo. Agregó que este plan se
aplicará en 828 departamentos
en el país.b
Descargar