de Información y Turismo, negó la noche pasada que la acción del Gobierno haya sido adoptada por la presión de los generales. "El general Franco los manda y los representa", declaró a la agencia de noticias Reuter, pero añadió una frase significativa : "No negaría que, si se hubiesen producido mós insultos a la bandera española como los de la Universidad de Barcelona, habría sido posible que jóvenes oficiales hubiesen tomado la cosa en sus manos".- El que se haya hecho una alusión tal a la posibilidad de una indisciplina militar por parte del portavoz de un Gobierno que considera como cosa sagrada la estricta obediencia militar es algo extraordinario. Refleja las crecientes tensiones dentro de un régimen que se siente inseguro sobre su propio futuro Y queal menos hasta el decreto del viernes- se enfrentaba con una efectiva oposición liberal en aumento. - La mención de Fraga a la Universidad de Barcelona se refiere a la abierta indignación de los militares ante el hecho de que se arrancase la bandera espai'íola y se tirase el busto del gen. Franco. Los estudiantes y otros grupos de OfJOsición han expresado la sospecha de que estos actos fueron realizados por a gen tes de la policía, los cuales- según se informa- se habían infiltrado en algunos grupos estudiantiles, especialmente trotskistas, como parte de un plan para preparar la acción gubernamental del viernes. - Ha habido otros incidentes mucho más graves de protesta militar. El primero ocurrió cuando uno de los hijos del gen. Lacalle, que es comunista, iba a pr.o nunciar una conferencia en la univ. de Zaragoza sobre las b ases militares de los EE.UU. en España. - Según fuentes fidedignas, los cadetes de la Academia Militar advirtieron a su superior que iban a impedir por la fuerza dicha conferencia. El superior informó al capitán general de la región, Carlos Ruiz, Después de una reunión con sus oficiales, el gen. Ruiz - considerado como militar de la línea dura informó al ministro del Ejército que no respondía de la lealtad de su guarnición de tener lugar la conferencia. Ésta fué inmediatamente suspendida. - El segundo incidente concierne al contralmirante Antonio González Aller, alto oficial del Estado Mayor conjunto. Recientemente, cuando el contralmirante iba en su coche oficial, se vió rodeado de estudiantes manifestantes que dando golpes al techo del coche gritaron "Franco, asesino", popular consigna estudiantil. - Cuando se vió libre, el contralmirante Gonzélez Aller se dirigió hecho una furia al vicepresidente Carrero Blanco y le dijo que en adelante, ya que el Gobierno no podía guardar el orden, llevaría una pistola y haría uso de ella si fuese necesario. - Detenciones, registros, censura total "Le Monde", 26/27. l. 69 (París) El viernes por la noche, nada más proclamado el estado de excepción, se han producido en Madrid y Barcelona registros policíacos y detenciones cuya amplitud se ignora. En la capital, la policía ha registrado los locales de varias organizaciones obreras católicas; ha detenido a varias personas pertenecientes a las Comisiones Obreras. Se señalan por otra parte varias manifestaciones en Madrid, Zaragoza, Valencia y Pamplona, que se desarrollaron sin embargo en la tarde del viernes antes de que se conociese la decisión del Gobierno. En Madrid, varios centenares de estudiantes han roto escaparates de comercios y dañado coches en la calle de Serrano. Un millar de jóvenes obreros y estudiantes se han reunido en la plaza de Atocha gritando cosignas y repartiendo octavillas en que se acusaba a la policía de ser responsable de la muerte del joven estudiante Ruano Casanovas. Otros manifestantes han tratado de asaltar los locales del diario monárquico "ABC", pero fueron dispersados rápidamente por la policía. "Le ·Monde", 28. l. 69 (París} Madrid, 27 enero (Corr.). - La censura previa impuesta a toda la prensa en España hace difícil una apreciación de la amplitud de las medidas tomadas después de la declaración del estado de excepción. Se calcula sin embargo que se han practicado varios centenares de detenciones en el pafs. Se habla de más de 300 detenciones practicadas en la capital, en su mayoría estudiantes y jóvenes obreros. Se pueden citar entre las personas detenidas en Barcelona al escritor Alfonso Comín y 4 jesuítas. Por otra parte,