Relación y coordinación, claves de la supervivencia La función de relación tiene como finalidad la supervivencia del individuo en el medio que habita. Comprende todos los procesos por los cuales los seres vivos perciben en todo momento su estatus vital para poder actuar en consecuencia. Dentro de esta función se incluye la percepción de los cambios de su entorno, y todos los procesos que controlan el normal funcionamiento interno del organismo (la respiración, el latido del corazón, el crecimiento, etc.). El ser vivo necesita disponer de un sistema de coordinación que asegure la correcta ejecución de sus funciones vitales. En un ser vivo, las funciones de relación suelen estar definidas por la presencia en su cuerpo de determinados tipos celulares especializados. En los organismos pluricelulares existen células que perciben lo que sucede a su alrededor, células especialistas en procesar esta información y, finalmente, otras células que elaboran unas respuestas adecuadas. En el caso de los animales, los procesos que tienen lugar en el cuerpo están controlados por el sistema nervioso y el sistema endocrino. En los organismos unicelulares, su única célula detecta los cambios y elabora una respuesta apropiada. Análisis de un complejo proceso ¿Cuántos órganos y aparatos pueden llegar a intervenir en un acto como el que realiza el camaleón al cazar? Sorprende descubrir que son muchos más de lo que parece. En primer lugar, la detección de la presa se realiza mediante los órganos de los sentidos. El camaleón posee una vista y un olfato muy desarrollados. En este caso detecta la presa con la vista. Controlados por el sistema nervioso, los ojos del camaleón son capaces de explorar todo su entorno mientras su cuerpo está completamente quieto, camuflado entre las ramas de un árbol. Pueden incluso dirigirse independientemente, uno hacia delante y otro hacia atrás. Una vez localizada la presa, los ojos la enfocan y permiten al sistema nervioso calcular la distancia a la que se encuentra. Inmediatamente después, la lengua sale disparada de la boca del camaleón, con tal precisión que golpea con su punta pegajosa al insecto y lo atrapa. Al instante, la lengua vuelve a su posición en la boca, permitiendo que el reptil engulla el insecto. Interviene entonces el aparato digestivo. La deglución y la llegada del alimento al estómago también está controlada por el sistema nervioso. Todo este proceso no dura más que unas décimas de segundo. Pero, para que suceda, ha sido necesaria una compleja coordinación. Relación y coordinación en el nivel celular Cada célula individual es capaz de notar los cambios del medio que la rodea y puede responder a estos cambios de manera adecuada. Las variaciones del medio se llaman estímulos y las reacciones de las células, respuestas. El conjunto de respuestas de las células tiene como objetivo su supervivencia. Las respuestas de las células a estímulos se manifiestan con cambios de forma, movimientos, cambios metabólicos, secreciones, etc. Ciertas células responden a algunos estímulos (falta de alimento, excesivo calor...), segregando sustancias que se depositan en su membrana y las aíslan del exterior. La célula así envuelta se llama quiste y puede permanecer mucho tiempo con una vida latente hasta que cambian las condiciones. Entonces rompe el quiste y reanuda su actividad. Es una reacción típica de las bacterias. Las respuestas de movimiento se denominan tactismos: son positivos si se acercan al estímulo y negativos si se alejan. Según el tipo de estímulo, puede ser fototactismo (si el estímulo es la luz), quimiotactismo (una sustancia química), termotactismo (una variación de temperatura), etc. Los protoctistas tienen reacciones más complejas que las bacterias. Los protozoos y las algas microscópicas se mueven ante la presencia de luz o de sustancias en el medio. El movimiento celular se realiza por pseudópodos (por ejemplo, en las amebas), flagelos (en los protozoos flagelados) o cilios (en los protozoos ciliados, como el paramecio). Por último, los sistemas de control celular también se ocupan de la síntesis y la destrucción de las biomoléculas: glúcidos, proteínas, ácidos nucleicos, etc. Células móviles en seres pluricelulares En un ser pluricelular complejo, como el ser humano, también existen células cuya vida es muy semejante a la de las células individuales. Algunas células de la sangre, como los fagocitos, desarrollan su labor de defensa del organismo de una forma bastante independiente. Pero las únicas células con una clara capacidad de desplazamiento son los espermatozoides que, gracias al flagelo que forma su cola, pueden moverse. Esta capacidad de movimiento es imprescindible para que realicen su función, la fecundación del óvulo.