“Un diseñador industrial debe estar siempre involucrado en la realización de proyectos” Rodrigo Martínez Rodríguez, profesor y coordinador en el área de Diseño de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería, nos explica las claves para entender un nuevo concepto: el diseño emocional, en el que los sentimientos juegan un papel fundamental a la hora de crear un producto. ¿Qué es el diseño emocional? ¿Cuándo surge este concepto? El diseño emocional es, hasta ahora, un modo de entender el diseño industrial, que atiende a los sentimientos y comportamientos de las personas. Digo hasta ahora porque en la actualidad, el diseño emocional es una obligación para atraer a los usuarios, una vez que se ha alcanzado el cumplimiento de una función. En muchas ocasiones, las diferencias entre un producto u otro las establece el propio consumidor al decantarse a favor de uno. Esto quiere decir que el producto o concepto elegido tiene un significado para el consumidor: conecta. Precisamente, a lo largo de la historia reciente del diseño industrial siempre se han dado casos en los que un producto destaca por encima del resto, convirtiéndose en objeto de deseo. Es complejo datar el nacimiento del diseño emocional, porque de alguna manera siempre ha estado ahí, aunque quizás de una forma anónima. Recién entrado el siglo XXI se comenzó a investigar profundamente sobre estos conceptos, surgiendo multitud de publicaciones al respecto. Un ejemplo de un buen diseño, que sea funcional y nos atraiga… Aunque sea algo personal, porque el hecho de sentirte atraído por un objeto difiere en función de las personas, afortunadamente hay una gran cantidad de diseños que cumplen esos requisitos. Un buen ejemplo sería la caja de galletas Mary Biscuit, diseñada por Stefano Giovannoni para Alessi; se trata de una sencilla caja de galletas, con formas suaves y que además posee una galleta en la tapa que recuerda su función. Pero lo curioso es que se las han ingeniado para introducir en el propio material el olor a galleta y esto hace que llame realmente la atención. ¿Y un diseñador para recordar? Muchos en realidad. Aunque quizá por su modo de entender el diseño Jasper Morrison y su diseño “súper normal”. Sus diseños resuelven un problema de la forma más natural y sencilla. Hace que nos cuestionemos por qué no iba a ser así un diseño. Pero a pesar de su sencillez, todos sus diseños tienen algo que decir. ¿Tienes algún diseño curioso en tu casa? Últimamente he estado realizando un estudio sobre el diseño mediterráneo español y esto me ha llevado a comprar una vaporera de la empresa Lékué, que preserva el sabor y las propiedades de los alimentos, además de promover las recetas tradicionales mediterráneas, ahorrando tiempo y recursos. Además del material y de su código cromático, es realmente llamativa su intención: hace que quieras explicar para qué sirve. Un diseño propio del que te sientas orgulloso… Hace un par de años desarrollé un tamizador de luz empleando el material LGHimacs, una piedra acrílica que permite el paso de la luz, artificial o natural. Éste consistía en una mampara fresada y termoconformada que arrojaba diferentes motivos en función de la situación del sol. El resultado fue una pieza sencilla que aparecía cuando la luz incidía en ella, pero que cuando no se necesitaba, pasaba totalmente desapercibida. Recientemente el periódico La Voz de Galicia publicó una entrevista en la que afirmas que la investigación es la base para generar conocimiento... Investigar es fomentar la generación de conocimientos de una determinada materia, aumentando los mismos. La investigación tiene una repercusión directa sobre la sociedad, que se alimenta de dichos conocimientos como herramientas de mejora. Actualmente estás realizando tu tesis doctoral. ¿Puedes darnos algún detalle? Sí, estoy realizando mi tesis doctoral sobre diseño emocional. Mi investigación pasa por conocer cuáles son los parámetros con los que un diseñador puede trabajar para despertar unas determinadas emociones en los usuarios, controlando el impacto emocional de un producto. Para ello es necesario el análisis de productos empleando metodologías y herramientas de evaluación emocional. Además de investigar e impartir clases en la Universidad, ¿para cuándo un proyecto de diseño? Esperemos que pronto, este año me gustaría retomar esa faceta. Uno tiene constantemente ideas y trabaja en ellas, pero no se hacen efectivas hasta que realmente está implicado en un proyecto, que requiere unas determinadas exigencias. Además, creo profundamente que un diseñador industrial debe estar siempre involucrado en la realización de proyectos y así se lo transmito a mis alumnos. Son esas experiencias las que acaban de formar a un diseñador. ¿Cómo se afronta un proyecto? Un proyecto de diseño ha de estructurarse de una manera precisa, para optimizar y aprovechar al máximo el proceso creativo. Ante un briefing o pliego de condiciones inicial, ya sea de un encargo, un concurso o un proyecto propio, el punto de partida es la investigación, es decir, conocer aquello que nos están pidiendo. Debemos conocer tanto el proyecto y sus requerimientos como el cliente que nos pide un encargo. Del mismo modo, una vez hecho este análisis, es necesario conocer el usuario y el mercado. Una buena fase de investigación es la clave de una correcta conceptualización en el mundo del diseño. Durante esta etapa el diseñador, ayudándose de los conocimientos adquiridos, es capaz de desarrollar propuestas cercanas al encargo. Un diseñador industrial no puede conocer todo lo que le rodea, pero sí debe tener la capacidad de obtener información de su alrededor.