“LA IGLESIA, PUEBLO DE DIOS” TEMA 6. 3º ESO Un pueblo reunido por Dios Iglesia: comunidad llamada y convocada por Dios. Sin embargo, fue el Concilio Vaticano II el que definió finalmente cómo se entienden a sí mismos los cristianos dentro de la Iglesia: como Pueblo de Dios. ¿Qué significa? La palabra “pueblo” hace referencia a un grupo humano que mantiene unas relaciones de cercanía y colaboración. En la Iglesia esas relaciones vienen dadas por el amor que Jesús pidió que caracterizara a sus seguidores. Dentro de ese pueblo cada miembro tiene su propia misión pero cada una es necesaria para la buena marcha de la comunidad. Por tanto, la Iglesia está formada por seguidores de Jesús que han recibido el bautismo y que se compromete a vivir la caridad entre ellos y a llevar la Buena Noticia de Jesús a toda persona, sea creyente o no. ¿Cuál es la misión de la Iglesia? Podríamos decir que es la evangelización, es decir, llevar la Buena Noticia de Jesucristo tanto a los que creen como a los que no creen. No se trata de convencer o de imponer a nadie la creencia en Dios sino ayudar a las personas a descubrir la felicidad que Jesús nos trajo. ¿Cómo se lleva a cabo esta evangelización? Como en el caso de Jesús por medio de obras y palabras. Dependiendo de cómo llevan a cabo esta misión de anuncio de la Buena Noticia de Jesús es habitual distinguir tres grandes bloques dentro de la Iglesia: -Laicos/as: son todos los bautizados que quieren vivir de manera responsable su fe y lo hacen en la vida cotidiana: en medio de sus trabajos y sus familias. -Religiosos/as: son bautizados que deciden seguir a Jesús y anunciar su palabra por medio de su compromiso de vivir la pobreza, obediencia y castidad. Se dedican a la oración, a la vida comunitaria y ala servicio de todos. -Sacerdotes: son los bautizados que se consagran a Dios para la predicación de la palabra y la celebración de los sacramentos. Suelen servir a las comunidades cristianas y coordinar las diversas tareas a las que se dedican. Desde sus orígenes, la Iglesia ha tenido una vocación universal, abierta a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Ocupa un lugar fundamental el anuncio del Evangelio. Pertenecer a la Iglesia implica compartir la fe con otros, especialmente con aquellos que no han escuchado nunca hablar de Él o viven más alejados. Los sacramentos Son signos que muestran toda la riqueza que encierra la Iglesia y que muestran la íntima unión que existe entre Dios y su pueblo. Actualizan la presencia de Dios en medio de la humanidad. No son solo recuerdo de acciones pasadas sino que son actualización de la Salvación que Dios nos regala. Sacramentos de iniciación -Bautismo: entrada en la comunidad. Mediante el derramamiento del agua el creyente confiesa su fe en Dios y renuncia al pecado. La persona pasa a pertenecer al Pueblo de Dios. Signos: agua, rociado (“ungido”) con el aceite sagrado (óleo), vestidura blanca y luz de Cristo. -Eucaristía: la comunión con Dios y los hermanos. Es la fuente de la que nace la comunidad cristiana y la meta hacia la que se dirigen. En este sacramento Jesús se entrega a sus discípulo, los hace partícipes de su vida y de sus misión y, por ello, pasan a hacerse “uno con él”. Se le llama también “comunión” porque por él nos unimos más íntimamente a Cirsto que nos hace partícipes de su existencia y nos hace miembros de un solo cuerpo. -Confirmación: confirmar la fe recibida y hacerse testigo. Dios nos reafirma la elección recibida en el Bautismo y nos fortalece en nuestra vida de fe para hacernos, junto a los demás cristianos, testigos de Jesucristo resucitado. Supone una actualización del acontecimiento de Pentecostés que dio origen a la Iglesia. Para indicar esta fuerza que se imprime en el creyente se utilizan dos signos como la unión con el Crisma o la imposición de manos. Sacramentos de curación -La Reconciliación: volver a la comunión. El pecado rompe la comunión con Dios y con los demás. Dios nos sigue ofreciendo el perdón y el creyente se arrepiente de su pecado, lo manifiesta y busca restituir las consecuencias que haya podido tener su mala acción. De esta forma se reconcilia con Dios y con la comunidad. -La Unción de enfermos: Dios acompaña al débil. La enfermedad nos sitúa ante nuestra debilidad. En medio de esa situación e fragilidad, la comunidad cristiana hace presente a Dios que está cerca del que sufre. Al igual que Jesús se acerca a los enfermos y les ofrece su amor, su perdón y su vida. Se ora por el enfermo, el sacerdote le impone las manos y lo unge con óleo. Sacramentos al servicio de la comunidad -El matrimonio: constituir una iglesia doméstica. Hay creyentes que se sienten llamados a unirse a otra persona para crecer como personas, para cumplir mejor lo que Dios quiere de ellos, para formar una familia y para constituir un núcleo de solidaridad con los demás. Se establece una alianza entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y que se basa en la fe y el amor. El intercambio de anillos, la puesta en común de las posesiones (arras). -El Orden Sacerdotal: servicio para la comunidad cristiana. Entre los bautizados, hay algunos que se sienten llamados a servir a la comunidad, a predicar la palabra y a celebrar los sacramentos. Reciben la imposición de manos, la consagración y la unción con el óleo.