TUTELA/ Derecho de petición /Internos/ La Entidad respondió de

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TUTELA/ Derecho de petición /Internos/ La Entidad respondió de fondo al manifestar las
razones de la negativa a la solicitud de traslado por hacinamiento.
“El accionante impugna la sentencia de primera instancia, argumentando que se está dando
prelación a los nuevos internos, asignándoles espacios que los internos antiguos deberían
ocupar. De los documentos que obran en el expediente se tiene que la entidad accionada negó
la petición del actor de asignarle una nueva celda, en razón al hacinamiento que existe dentro
del Establecimiento Penitenciario de Alta y Mediana Seguridad de Popayán. La Sala encuentra
que la respuesta de la entidad es razonable, dada la necesidad de ubicar a los reclusos que
provienen de otros centros carcelarios del país, que hace inviable la petición del actor. La
situación de hacinamiento es una realidad en las cárceles y penitenciarias del territorio
colombiano, e impide mantener en condiciones óptimas a los internos de los centros
penitenciarios y carcelarios, cuya solución no se da por orden del Juez de tutela, sino que
requiere una planificación presupuestal acorde a la disponibilidad de recursos financieros del
Estado, esfera de competencia del ejecutivo. Así las cosas, la Sala comparte la decisión tomada
en la primera instancia, en denegar el amparo de tutela solicitado”.
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO
TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL CAUCA
-SALA DE DECISIÓN 003SENTENCIA T 037
Popayán, doce (12) de abril de dos mil doce (2012)
Magistrada ponente
Referencia
Demandante
Demandado
Acción
: Dra. Carmen Amparo Ponce Delgado
: 19001333100420120002101
: Paulino Achinco Grueso
: Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario - INPEC.
: Tutela-Segunda Instancia
Procede esta Sala de Decisión a pronunciarse sobre la impugnación instaurada por el
accionante, contra la sentencia de 28 de febrero de 2012, por medio de la cual el Juzgado
Cuarto Administrativo del Circuito de Popayán decidió denegar la acción de tutela impetrada por
el señor Paulino Achinco Grueso contra el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario - INPEC.
I. ANTECEDENTES
1. DEMANDA
1.1 PRETENSIONES:
Del escrito de tutela, entiende la Sala que el actor pretende, se ordene a la entidad demandada,
le conceda traslado a otra celda, por razones de hacinamiento.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
19001-33-31-004-2012-00021-01
Paulino Achinco Grueso
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario - INPEC
Tutela – Segunda instancia
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1.2 HECHOS:
Refiere el demandante que el día doce de enero envió petición al director de la Penitenciaría de
San Isidro de Popayán con la finalidad de que solucionara el problema de hacinamiento que se
está presentando en la celda No 13, a la que lo han asignado, en razón a que dispone de un
espacio muy pequeño diseñado para dos internos, por lo que convivir 3 personas en la misma
celda vulnera su derecho a la dignidad humana y de intimidad, que dicha petición fue resuelta
desfavorablemente el 1 de febrero.
Manifiesta que el mismo día envió al procurador documento denunciando el atropello que se
estaba presentando.
Con la demanda el señor Hurtado Ramos aportó los siguientes documentos:
♣ Copia de derecho de petición con fecha de recibido el 12 de enero de 2012 dirigido a la
EPCAMS Popayán, mediante el cual es señor Paulino Achinco Grueso se considere la
posibilidad de su traslado a otra celda (fl.5)
♣ Copia de derecho de petición con fecha de recibido el 12 de enero de 2012 dirigido al
señor Procurador del Cauca, mediante el cual es señor Paulino Achinco Grueso se
considere la posibilidad de su traslado a otra celda (fl.7)
♣ Respuesta a la solicitud de traslado, de fecha 1 de febrero de 2012, por medio de la cual
la EPCAMS Popayán le informa al peticionario, la imposibilidad de su traslado de celda
pues el problema de hacinamiento se presenta en todos los pabellones, dado la cantidad
de internos que llegan a diario (fl.9).
2. CONTESTACIÓN
2. INTERVENCIÓN DEL INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO - INPEC
A pesar de ser notificado de la presente acción de tutela, el Instituto Nacional Penitenciario Y
Carcelario – INPEC, no se pronunció frente al asunto puesto a su consideración.
3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA (fl. 34)
El Juzgado Cuarto Administrativo del Circuito de Popayán, mediante sentencia de fecha 28 de
febrero de 2012, decidió denegar la acción de tutela impetrada por el señor PAULINO ACHINCO
GRUESO en contra de la DIRECCIÓN GENERAL Y TERRITORIAL DEL INSTITUTO
NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO – INPEC.
En la mencionada providencia, considera el A quo que frente a la respuesta dada por las
directivas del INPEC a la solicitud del accionante, no es viable acceder a lo pretendido, toda vez
que la asignación de celdas y traslado de patios es facultad exclusiva del INPEC, por lo que no
corresponde al Juez de tutela interferir en las decisiones sobre traslado de patios cuya
autonomía le está dada a las directivas del establecimiento penitenciario accionado.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
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Indica, que si bien manifiesta el interno que se encuentra en una celda con dos internos la cual
no esta diseñada para tres personas, la vulneración de los derechos fundamentales que tengan
un carácter general en tanto que afectan a varias personas y cuyas causas sean de naturaleza
estructural, es decir que, por lo regular, no se originan de manera exclusiva en la autoridad
demandada y, por lo tanto, su solución exige la acción mancomunada de distintas entidades.
De lo anterior concluye el A quo, no se evidencia que el interno en razón a la problemática que
expone, no se le estén garantizando otros derechos fundamentales, que por el solo hecho de
estar cumpliendo con su condena, son suspendidos o restringidos, mas bien de los derechos,
tales como la vida e integridad personal, la igualdad, la libertad religiosa, el derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica, a la salud y al debido proceso, y el derecho de
petición, a pesar del encierro a que es sometido, se han garantizado.
4. IMPUGNACIÓN (fl. 24)
Indica el actor, que en la celda No.12 existe espacio para otro interno, sin embargo por la falta
de planificación y la falta de eficiencia de la administración, prefirieron hacinar a tres reclusos
en una celda diseñada para dos personas, además después de enviar su petición el 12 de
enero de 2012, la directiva prefirió ocupar la celda No. 12 con otros internos, lo que deja ver el
desorden de la administración, pues debería dar prelación al que llegó primero y así
sucesivamente.
Además que trasladan internos del patio 2 al 3, 11 y 12, quedando celdas desocupadas sin
tener en cuenta su solicitud, lo cual a su parecer es una represalia contra él por ser
representante del DD.HH del patio No. 2, lo cual es del conocimiento de la procuraduría y del
Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado. En cuanto al hacinamiento indica que los
reclusos detenidos no están separados de los que están condenados, contrariando al artículo
63 de la ley 65 de 1993.
Finalmente, solicita se revoque el fallo de primera instancia en razón a que considera
vulnerado su derecho fundamental a la dignidad humana, pues es deber del Estado satisfacer
las necesidades vitales mínimas de la persona privada de la libertad, a través de la habitación,
pues está en la imposibilidad de procurarse en forma autónoma dicho beneficio.
El señor Achino Grueso aportó los siguientes documentos:
♣ Oficio No. 3960 con fecha 10 de octubre de 2011, por medio del cual la Procuraduría
regional del Cauca, toma en conocimiento la queja del señor Anchico Grueso, para que
se le permita tener un radio (fl.28).
♣ Oficio No. 4216 con fecha 3 de noviembre de 2011, por medio del cual la Procuraduría
Regional del Cauca, toma en conocimiento la queja del señor Anchico Grueso, para
que se le garantice servicio médico y odontológico (fl.29).
♣ Oficio No. 4275 con fecha 10 de noviembre de 2011, por medio del cual la
Procuraduría Regional del Cauca, toma en conocimiento la queja del señor Anchico
Grueso, para que no se tome medidas represivas en contra de todos los interno por las
faltas cometidas por uno (fl.30)
♣ Oficio No. 4403 con fecha 22 de noviembre de 2011, por medio del cual la
Procuraduría Regional del Cauca, toma en conocimiento la queja del señor Anchico
Expediente
Actor
Demandada
Acción
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Grueso, mediante el cual informa que el Dragoneante Rengifo Pérez, se extralimita en
sus funciones y no realiza los elementos pertenecientes al señor Anchico (fl.31)
♣ Providencia del 28 de octubre de 2011 proferida por el Juzgado Cuarto Administrativo
del Circuito de Popayán, mediante la cual se tutela el derecho de petición del señor
Anchico Grueso (fl.32).
♣ Providencia del 7 de octubre de 2011 proferida por el Juzgado Segundo Penal del
Circuito Especializado de Popayán, mediante la cual se declara la ocurrencia de un
hecho superado por carencia actual de objeto (fl.38)
♣ Copia del escrito de tutela (fl.45).
II CONSIDERACIONES DE LA SALA
1. LA COMPETENCIA
El Tribunal es competente para conocer de la presente acción de tutela en SEGUNDA
INSTANCIA, según lo establecido en el Decreto No. 2591 de 1991 y en el Decreto No. 1382 de
2000.
2. GENERALIDADES DE LA ACCIÓN DE TUTELA.
Según lo establece el art. 86 de la Constitución Política de Colombia, toda persona podrá incoar
la acción de tutela para reclamar ante los jueces de la República la protección inmediata de sus
derechos fundamentales cuando quiera que sean violados o amenazados por la acción o la
omisión de las autoridades, o de particulares en los casos que señala la ley, y procede solo
cuando el afectado no dispone de otro medio judicial de defensa, salvo que la utilice como
mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. De lo dicho se tiene que esta acción
tiene particularidades esenciales como son:
• Esta instituida para la protección de derechos fundamentales.
• Subsidiariedad, por cuanto solo resulta procedente cuando el perjudicado no dispone de
otro medio de defensa judicial. salvo que busque evitar un perjuicio irremediable.
• Inmediatez, porque se trata de un instrumento jurídico de protección inmediata,
procedente cuando se hace preciso disponer la guarda efectiva, concreta y actual del
derecho fundamental objeto de vulneración o amenaza.
Sin embargo, se recuerda que la existencia de otro medio judicial no deviene obligatoriamente
en la improcedencia de la intervención del juez de tutela, pues deben tenerse en cuenta que la
H. Corte Constitucional ha señalado dos circunstancias especiales cuando hay mecanismos
alternativos, a saber, primero, que los medios alternos con que cuenta el interesado deben ser
idóneos, esto es, aptos para obtener la protección requerida, con la urgencia que sea del caso,
y; segundo, que a pesar de la existencia de otros medios de defensa judicial, resulta procedente
la acción de tutela cuando se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable.
Así las cosas, cuando la tutela se interpone como mecanismo transitorio, habida cuenta de la
existencia de un medio judicial ordinario idóneo, es preciso demostrar que ésta es necesaria
para evitar un perjuicio irremediable. Dicho perjuicio se caracteriza, según la jurisprudencia, por
lo siguiente: “(i) por ser cierto e inminente, es decir, que su existencia actual o potencial se
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Actor
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infiera objetivamente a partir de una evaluación razonable de hechos reales, y no de meras
conjeturas o deducciones especulativas; (ii) ser grave, en la medida en que amenace con
lesionar –o lesione-un bien o interés jurídico de alta importancia para el afectado; y, (iii)
requerir la atención urgente de las autoridades, en la medida en que su prevención o
mitigación resulte indispensable e inaplazable para evitar la generación de un daño
antijurídico que posteriormente no podrá ser reparado.”1.
Debe anotarse que quien alega la existencia de un perjuicio irremediable, debe acompañar su
afirmación de alguna prueba, al menos sumaria, pues la informalidad de la acción de tutela no
exonera al actor de probar, aunque sea de manera sumaria, los hechos en los que basa sus
pretensiones.
3. DERECHOS FUNDAMENTALES DE
ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS.
LAS
PERSONAS
RECLUIDAS
EN
En la Constitución de 1991 en su artículo 5, al expresar que “el Estado reconoce, sin
discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona”, garantiza que, el
ejercicio de las funciones de las autoridades estatales, se hará considerando la dignidad
humana y la plenitud de sus derechos fundamentales.
Empero, los derechos reconocidos a las personas por el Estado no son absolutos, entre tanto,
encuentran sus límites en la condición humana misma; además, en la Constitución y las leyes,
que tienden a dotar de estabilidad al Estado Social de Derecho, permitiendo además una
pacifica convivencia de los intereses particulares con los generales. Es así como, las
limitaciones a los derechos de las personas, dejan de tornarse caprichosas y se encuentran
justificadas cuando buscan lograr la realización de los fines del Estado.
Resulta claro entonces, que si los derechos de las personas, incluso los fundamentales, se
limitan aún estando en condiciones de plena libertad, es razonado que tales límites sean
mayores respecto de aquellas personas a las que se las ha sometido a una privación de la
libertad. Es en el sistema carcelario y penitenciario donde se restringen los derechos de las
personas que se han sometido a él, con el fin de dar aplicación a los fines de retribución,
protección, prevención y resocialización de la pena.
Los derechos a la libertad física, la libre locomoción, los derechos políticos se ven suspendidos
durante la vigencia de la privación de la libertad. Otros derechos son restringidos, tal como
ocurre con la intimidad personal y familiar, el derecho a la reunión, asociación, libre desarrollo de
la personalidad y la libertad de expresión. Mientras que otros simplemente se mantienen
incólumes, como corresponde a los derechos a la vida, la integridad personal, dignidad humana,
la libertad religiosa, y el derecho de petición por ejemplo.
La Corte Constitucional ha dicho que las personas privadas de la libertad y el Estado, sostienen
una relación especial de sujeción, originada en la facultad ius puniendi estatal, que es en virtud
de la cual se somete a las personas al régimen penitenciario y carcelario. Ésta relación implica
que el interno se somete a las condiciones de reclusión dictadas por el Estado, y éste a la vez,
asume su cuidado y protección mientras dure la privación de la libertad.2 La Corte Constitucional
1
Ver, entre muchas otras, las Sentencias T-225 de 1993 (M.P. Vladimiro Naranjo Mesa), T-253 de 1994 (M.P. Vladimiro
Naranjo Mesa) y T-142 de 1998 (M.P. Antonio Barrera Carbonell).
2
Ver sentencias T-023/03, T-1030/03, T-639/04, T-690/04, T-1134/04, T-317/06, T-750/07, T-615/08, T-744/09.
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en la sentencia T-490 de 2004, ha asignado a la relación especial de sujeción las siguientes
características:
“(…) (i) La subordinación del recluso frente al Estado3.
(ii) En razón de dicha subordinación el interno está sometido a un régimen jurídico
especial4, el cual se expresa en controles disciplinarios5 y administrativos de carácter
particular6 y en la posibilidad de limitar el ejercicio de algunos derechos, que -como
ya se señaló- pueden ser incluso de raigambre fundamental”.
Los derechos fundamentales de los reclusos se ven limitados, en primera medida, por la
exigencia propia del régimen disciplinario penitenciario, y segundo por las condiciones de
seguridad propias de los establecimientos, en la sentencia C-394 de 1995, M.P. Dr. Vladimiro
Naranjo Meza, advirtió:
“La vida penitenciaria tiene unas características propias de su finalidad, -a la vez
sancionatoria y resocializadora-, que hacen que el interno se deba adecuar a las
circunstancias connaturales a la situación de detención. Como las leyes deben
fundarse en la realidad de las cosas, sería impropio, e insólito, que al detenido se le
concediera el mismo margen de libertad de que se goza en la vida normal. Se trata,
pues, de una circunstancia que no es excepcional sino especial, y que amerita un
trato igualmente especial. Existen circunstancias y fines específicos que exigen, pues,
un tratamiento acorde con la naturaleza de un establecimiento carcelario; no se
trata simplemente de una expiación, sino de un amoldamiento de la persona del
detenido a circunstancias especiales, que deben ser tenidas en cuenta por el
legislador.”
En este contexto, puede decirse que son válidas las medidas implementadas en los
establecimientos carcelarios, sólo si las mismas son razonables y se adelantan dentro de la
observancia estricta de los fines del sistema penal, y en general, de los derechos fundamentales
de los internos, previendo que por estar éstos en la denominada relación especial de sujeción,
son personas que cuentan con una especial protección por parte del Estado.
4. HACINAMIENTO CARCELARIO Y CONSTRUCCIÓN DE CENTROS DE RECLUSIÓN:
Frente a este asunto la H.Corte Constitucional consideró lo siguiente7:
3
La subordinación tiene su fundamento en el deber de “cumplir una medida de aseguramiento, dada su vinculación a un
proceso penal, o una pena debido a que es responsable de la comisión de un hecho punible”. Sentencia T-065 de 1995 M.P.
Alejandro Martínez Caballero. O también es vista como el resultado de la “inserción” del administrado en la organización
administrativa penitenciaria por lo cual queda “sometido a un régimen jurídico especial”. Sentencia T-705 de 1996 M.P.
Eduardo Cifuentes Muñoz.
4
Desde los primeros pronunciamientos sobre el tema, la Corte identificó la existencia de un “régimen jurídico especial al que
se encuentran sometidos los internos”, el cual incluye la suspensión y la limitación de algunos derechos fundamentales. En
este sentido, véase la Sentencia T-422 de 1992 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
5
Que se concreta, por ejemplo, en la posibilidad de implantar un régimen disciplinario para los reclusos. Véase, Sentencia T596 de 1992 M.P. Ciro Angarita Muñoz.
6
De acuerdo con el se puede señalar, a manera de ejemplo, un régimen especial de visitas. Véase, Sentencia T-065 de 1995
M.P. Alejandro Martínez Caballero.
7
Sentencia T-296 de 1998 Magistrado Ponente: Dr. ALEJANDRO MARTINEZ CABALLERO
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“Es indudable que el hacinamiento en las cárceles atenta contra la dignidad
humana, entonces ¿cómo debe resolverse este problema?. Para responder este
cuestionamiento debe tenerse en cuenta este aspecto. Resulta indudable que, por
regla general, el juez de tutela no puede ordenar la inclusión presupuestal y la
ejecución de una obra pública, pues lo contrario lo convertiría en un ordenador
del gasto y en un usurpador de funciones constitucionalmente designadas a otras
ramas del poder público. Sin embargo, esta Corporación ha señalado una
excepción a la regla, lo cual deberá cumplir con estas condiciones:
"En casos de la gravedad señalada, el juez podría emitir ordenes encaminadas a la
realización de los procedimientos administrativos necesarios para llevar a cabo la
inclusión presupuestal y posteriormente la ejecución de la obra. Para que ello pueda
ser admitido como facultad del juez, es también indispensable que dicha ejecución
sea el único medio para garantizar la protección de los derechos fundamentales. La
argumentación que el peticionario expone en su escrito de impugnación no tiene en
cuenta los indicados supuestos necesarios, esto es: a) que la orden judicial dirigida a
la administración no sea de resultado sino de medio, es decir que consista en la
realización de los trámites necesarios para la ejecución de la obra, y b) que ello sea
el único instrumento para salvaguardar los derechos fundamentales conculcados.
En cuanto al alcance de la orden judicial, la jurisprudencia de la Corte es clara
cuando afirma que ésta debe limitarse a dar instrucciones a la autoridad competente
para que "lleve a cabo las diligencias necesarias, dentro de la normatividad vigente,
con miras a que en la programación posterior del presupuesto se proyecte el recurso
necesario para efectuar el gasto y culminar la obra, logrando así la protección
razonable y efectiva del derecho" (Sentencia T-185 de 1993)."
Así las cosas, la construcción de una obra pública es muy restringida,
excepcional y la orden debe establecer un término razonable, proporcionado,
acorde con las exigencias legales y constitucionales de disponibilidad
presupuestal y ordenación del gasto. Es por ello que esta Sala considera que el
mandato impuesto por el juez de instancia en el asunto de la referencia
desconoce el proceso de asignación y disponibilidad presupuestal, los términos
requeridos para la adjudicación de contratos de obra pública y la exigencia de
un diseño de políticas a nivel macro para solucionar problemas de hacinamiento
de las cárceles. Por tal razón, esta Sala de Revisión reitera lo expuesto en la
sentencia T-153 de 1998, según la cual, si bien se admite que la situación en las
cárceles colombianas constituye un estado de cosas inconstitucional, la solución
involucra a "distintas ramas y órganos del poder público para que tomen las
medidas adecuadas en dirección a la solución de este problema", por lo que se
impone la necesidad de elaborar un "plan de construcciones y refacciones”.
De lo anterior se concluye que, si bien el hacinamiento carcelario es una problemática
estructural que padece el país, la tutela no es la vía idónea para obtener de las autoridades
carcelarias la adecuación de los centros penitenciarios.
4. SOBRE LA FACULTAD DE ASIGNACIÓN DE CELDAS Y TRASLADO DE PATIOS
RADICA EN CABEZA DEL INPEC.
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El artículo 63 de la ley 65 de 1993, por la cual se expide el Código Penitenciario y Carcelario,
disponen lo siguiente:
“Artículo 63- Clasificación de internos. Los internos en los centros de reclusión, serán
separados por categorías, atendiendo a su sexo, edad, naturaleza del hecho punible,
personalidad, antecedentes y condiciones de salud física y mental. Los detenidos estarán
separados de los condenados, de acuerdo a su fase de tratamiento; los hombres de las
mujeres, los primarios de los reincidentes, los jóvenes de los adultos, los enfermos de los que
puedan someterse al régimen normal.
La clasificación de los internos por categorías, se hará por las mismas juntas de distribución de
patios y asignación de celdas y para estos efectos se considerarán no solo las pautas aquí
expresadas, sino la personalidad del sujeto, sus antecedentes y conducta."
Agota bien, el artículo 75 del mismo código establece las causales por las cuales el Inpec puede
ordenar el traslado de los internos condenados a los diferentes Establecimientos, sin incurrir en
arbitrariedades, dicha norma consagra que solo por razones de seguridad, tratamientos
médicos, hacinamiento, entre otros, puede el Inpec hacer uso de la mencionada facultad. Así las
cosas, por tener el Inpec el deber de garantizar la seguridad y el orden en los establecimientos
penitenciarios y carcelarios, quedan facultados sus funcionarios para proceder dentro de una
discrecionalidad reglada, lo cual los obliga a sustentar las causas que motivaron el traslado de
un interno de su correspondiente establecimiento de reclusión.
Frente a la asignación de celdas y patio señaló la H.Corte Constitucional mediante Sentencia T352 de 2000:
“Con todo, considera esta Sala necesario recordar, como lo hizo el Tribunal de
instancia, que la asignación de celdas y traslado de patios es una decisión que debe
ceñirse a las reglas del artículo 63 de la Ley 65 de 1993 (Código Penitenciario y
Carcelario).
Y el artículo 81 del Acuerdo 11 de 1995, expedido por el Consejo Directivo del INPEC,
al desarrollar la disposición legal, estableció que la Junta de distribución de patios y
asignación de celdas, al adoptar sus decisiones, debía dejar expuestos los motivos
que les dieron origen, con el fin de evitar arbitrariedades.
Por otra parte, cabe destacar que el artículo 64 del Código Nacional Penitenciario y
Carcelario establece que "las celdas y dormitorios permanecerán en estado de
limpieza y de aireación. Estarán amoblados con lo estrictamente indispensable...".
5. EL PROBLEMA JURÍDICO.
En el caso objeto de análisis el problema jurídico consiste en determinar si la sentencia dictada
por el A quo, se ajustó a derecho, en cuanto la misma negó la acción de tutela impetrada por el
señor PAULINO ANCHICO GRUESO en contra del Establecimiento Penitenciario y Carcelario
de la Ciudad de Popayán frente al amparo solicitado.
6. CASO CONCRETO
El señor PAULINO ACHINCO GRUESO, quien se encuentra privado de la libertad en el
Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Alta y Mediana seguridad de Popayán EPCAMPS,
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solicita se le tutele su derecho fundamental a la dignidad humana, puesto que la entidad
accionada negó su traslado a otra celda por razones de hacinamiento que se vive a nivel interno.
En respuesta a la solicitud de traslado elevada por el señor ACHINCO GRUESO (fl.9), el día 1
de febrero de 2012 la EPCAMS, manifiesta al actor lo siguiente:
“En atención a su derecho de petición de la referencia dirigido a la Dirección del establecimiento,
me permito informarle que en la actualidad el penal presenta hacinamiento en todos los
pabellones, teniendo en cuenta que esta es una penitenciaría que a diario llegan internos
provenientes de otros centros carcelarios del país y de las diferentes autoridades locales y de
Municipios cercanos CTI y PONAL, por que se hace infructuoso los cupos que se generan por
traslados y libertades. Es de aclarar que esta es una problemática que se vive no solo aquí sino
a nivel nacional; temas que han tratados en el Congreso de la República para una pronta
solución, surgiendo ideas y proyectos como la construcción de nuevas cárceles y la reforma a la
Justicia. Referente a la celda 12 a la cual usted se refiere a la fecha tiene también tres (03)
internos. Por lo anterior no es viable su petición”
El accionante impugna la sentencia de primera instancia, argumentando que se está dando
prelación a los nuevos internos, asignándoles espacios que los internos antiguos deberían
ocupar.
De los documentos que obran en el expediente se tiene que la entidad accionada negó la
petición del actor de asignarle una nueva celda, en razón al hacinamiento que existe dentro del
Establecimiento Penitenciario de Alta y Mediana Seguridad de Popayán.
La Sala encuentra que la respuesta de la entidad es razonable, dada la necesidad de ubicar a
los reclusos que provienen de otros centros carcelarios del país, que hace inviable la petición del
actor. La situación de hacinamiento es una realidad en las cárceles y penitenciarias del territorio
colombiano, e impide mantener en condiciones óptimas a los internos de los centros
penitenciarios y carcelarios, cuya solución no se da por orden del Juez de tutela, sino que
requiere una planificación presupuestal acorde a la disponibilidad de recursos financieros del
Estado, esfera de competencia del ejecutivo.
Así las cosas, la Sala comparte la decisión tomada en la primera instancia, en denegar el
amparo de tutela solicitado.
En consecuencia, el Tribunal Administrativo del Cauca, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley,
FALLA
PRIMERO: CONFIRMAR la sentencia de fecha 28 de febrero de 2012, proferida por El Juzgado
Cuarto Administrativo del Circuito de Popayán, que denegó con la acción de tutela incoada por
el señor PAULINO ANCHICO GRUESO en contra del INSTITUTO NACIONAL
PENITENCIARIO Y CARCELARIO – INPEC.
SEGUNDO: REMITIR a la H. Corte Constitucional para eventual revisión.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Expediente
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Se hace constar que el proyecto de esta providencia fue considerado y aprobado por la Sala en
sesión de la fecha según consta en Acta de la fecha.
Los Magistrados,
CARMEN AMPARO PONCE DELGADO
HORACIO CORAL CAICEDO
CARLOS H. JARAMILLO DELGADO
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