El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa EL PAPEL DE LA INFERENCIA ESTOCÁSTICA EN ECONOMÍA CUANTITATIVA Nelson Julio Álvarez Vázquez ([email protected]) Julián Rodríguez Ruiz ([email protected]) Carlos González Salgueiro UNED RESUMEN El objeto de la comunicación es poner de manifiesto los problemas derivados de la interpretación del esquema de la inferencia estocástica. Este esquema determinaría una alteración del objeto de la economía cuantitativa, planteado no como la obtención de valores numéricos para las supuestas constantes económicas, sino como la obtención de estimadores consistentes, de unos parámetros cuya existencia ni consta ni se plantea su determinación. Este planteamiento tiene consecuencias lógicas, como es suponer, que las series históricas agregadas son muestras aleatorias o procesos estocásticos autocorrelacionados, y consecuencias prácticas. Hoy, instituciones como el INE, miden las características económicas mediante encuestas muestrales, sin que se disponga de la validación poblacional, como por ejemplo, ocurre con los datos de empleo y paro. Otro ejemplo, son los notables fracasos estimadores de las encuestas de opinión, pese a no poder aplicar rigurosamente los principios de la inferencia estocástica. En último extremo, si existió una ciencia económica racional, estableciendo deductivamente leyes referidas a unidades individuales, la inexistencia de los correspondientes datos, llevó la cuantificación a basarse en datos principalmente de series históricas agregadas. La interpretación de los mismos en el esquema de la inferencia estocástica, ha supuesto un desviacionismo de los objetos de lo que entendemos debiera ser la economía cuantitativa. La ponencia se ilustra empíricamente con una revisión de los ensayos econométricos tendentes a la medición de constantes como la propensión al consumo. XII Jornadas de ASEPUMA 1 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. 1. INTRODUCCIÓN La tesis principal de la comunicación es que el papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa, es decir, la econometría, no está justificado adecuadamente. Quiere ello decir, que el supuesto de aleatoriedad aplicado a las series históricas, estaría en contradicción con el principio de contrastación empírica. La inferencia estocástica desempeñaría el papel principal dado que el problema estaría en inferir las características poblacionales, suponiendo que el problema de la economía cuantitativa esencialmente es inferir. Para apoyar reducir el problema de la economía cuantitativa a inferencia estocástica, se precisa establecer conceptos muestrales. Se supone (sin prueba) que los datos económicos, en particular, que las series históricas (tipo habitual de datos en economía) pueden interpretarse en el marco de la probabilidad, suponiendo que constituyen muestras aleatorias. Interpretadas las series históricas como muestras aleatorias de un proceso estocástico, que desempeñaría el papel análogo a la población, permitirían inferir los valores de los parámetros (o características de la población). Un muestreo supone un contraste con los valores de la población objeto de inferencia. ¿Cómo podría estar un investigador seguro de que las inferencias son correctas, por ejemplo, de que los estimadores son de hecho y en realidad consistentes, si no tiene en determinado momento un conocimiento de la población que infiere? El proceso estocástico poblacional siempre se considera desconocido. Si el esquema basado en la probabilidad se considera no fundado, la comunicación no se reduce a un mero criticismo de la hipótesis dominante, la probabilidad. Se propone una alternativa basada en la periodicidad para medir en economía, es decir, para implementar el objeto de la economía cuantitativa. Si bien un economista que aspira a cuantificar necesita una respuesta al problema, por razones de simplificar la exposición, el núcleo central de la comunicación se centra en los criticismos a la probabilidad, cuestión no irrelevante, dado que en la estadística económica (entre 1914 y 1938) y en la econometría desarrollada a partir de los años cuarenta, la probabilidad no se cuestiona. La comunicación cuestiona el supuesto de que las series históricas se adapten a los esquemas probabilísticos. 2 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa 2. NOTA HISTÓRICA. La cuestión del arraigo de la probabilidad no es independiente de la historia de la cuantificación económica. Ya queda que dentro de la economía cuantitativa, primero existía la estadística económica, luego la econometría. Ambas utilizan la probabilidad, la econometría añade el recurso a la inferencia estocástica. En un principio, la ciencia económica era cualitativa, y algunos autores, consideraban con error que la cuantificación podía verse como un paso más en la aproximación a la ciencia económica. Como ilustra el lema de Moore, el complemento estadístico de la economía pura (Moore, 1908), el objetivo era cuantificar lo cualitativo. No hay tal. La economía cuantitativa, parte de los datos y los métodos, un punto de partida diferente al esquema causal tomado de la filosofía. La economía teórica (clásica y neoclásica) surge en el seno de la filosofía, como un planteamiento cualitativo y causal, referido a agentes económicos individuales. Por tal puede entenderse la fundamentación de la teoría de la demanda respecto al precio en el principio del decrecimiento de la utilidad marginal. La utilidad solo puede predicarse de agentes económicos (consumidores) individuales. No es medible ni en términos individuales, menos en términos agregados. La economía cuantitativa habría surgido, como señala Mitchell (1925), como el resultado de la conjunción de dos factores: la aparición de datos (habitualmente agregados) y el desarrollo de los métodos estadísticos. Los datos eran agregados (no se sabe que existan datos individuales, ni parece verosímil que existan), y cuestiones como la denominación de datos microeconómicos a datos de presupuestos familiares, confunden más que ilustran. En realidad, los datos de presupuestos familiares, son datos agregados referidos a gastos y rentas de familias en términos agregados. Por otra parte, los métodos estadísticos, suponen válida la aplicación de la probabilidad. Si la estadística esta asociada a la probabilidad, dado que hablaban por ejemplo de errores probables, o de probabilidad de determinados coeficientes, en le econometría se da un paso más al reinterpretar que la cuantificación económica debe replantearse como inferencia estocástica. Cuando Morgan (1990) afirma que la estadística y la probabilidad se desarrollaron durante un tiempo de forma independiente, leída sin precaución, puede inducir a error. Parece que debiera referirse a que la estadística se habría desarrollado sin plantear la inferencia estocástica. No cabe concebir la estadística, sin probabilidad. La reducción de las distribuciones de probabilidades (observaciones numerosas) a un número reducido de características (no es necesario pensar en estimadores y parámetros, basta pensar en coeficientes), lo que permite aplicar la idea de ciencia como determinación de regularidades. Si no existiera la ley del azar o de estabilización de las frecuencias relativas, no tendría sentido hablar de ciencia de las XII Jornadas de ASEPUMA 3 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. probabilidades. Es cierto que se suele hablar de método científico, pero no se explica a que se debe esta calificación. Es un nuevo equívoco. Uno de los ejemplos ilustrativos de la contribución a la ciencia de las probabilidades es la representación de las estaturas de adultos de determinadas poblaciones con existencia física, mediante números característicos como una distribución normal (α, σ). Reducir toda una distribución de sucesos individuales a dos números como (α, σ), es abordar una análisis científico, dado que la irregularidad de los valores individuales, se transforma en la regularidad de tan solo dos números. De lo contrario, la irregularidad de una distribución probabilística caería fuera de la ciencia. La inferencia estocástica ha cometido a nuestro juicio varios errores graves. Suponer que las series históricas pueden ser interpretadas como muestras aleatorias. Este error es más grave si se afirma que basta que la existencia de la población sea hipotética, (como dice Haavelmo en su manifiesto de 1944). Puede ser hipotético que la población, objeto de inferencia, sea infinita. Esto permite calificar la inferencia como muestreo de poblaciones infinitas. En este sentido se habrían manifestado R. Fisher (1912) y Koopmans (1937). Otro error es asumir que la autocorrelación sigue siendo probabilidad. Es un sin sentido afirmar como hace Spanos (1986), que el supuesto de muestras aleatorias aplicado a series históricas, no es realista. Predica realismo de un concepto. No cabe hablar de falta de realismo porque no se verifique una exigencia analítica como pueda ser la falta de independencia. Finalmente, mencionemos otro error. Tratan la no estacionaridad dentro del esquema estocástico. El problema de las correlaciones y regresiones espurias, significaría un problema de inferencia estocástica, sin atender a problemas de las constantes económicas cifradas numéricamente. Como estas cuestiones exigirían varias comunicaciones, empezamos el análisis por el principio. Es decir, planteamos lo que sea la inferencia estocástica en sentido estricto. Por esta expresión se entiende que : 1) debe existir un conocimiento de la población total; 2) dado este conocimiento, se infiere para otros contextos, las características de la población, contrastando la acuracidad de las inferencias. (precisión) 4 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa Un planteamiento de inferencia estocástica se ilustra con una simulación numérica basada en un ejemplo numérico. DISTRIBCUIÓN HIPOTÉTICA DE FRECUENCIAS ASIMILABLE A UNA DISTRIBUCIÓN PROBABILÍSTICA NORMAL. 120 Series: YNRAND Sample 1000 2000 Observations 1001 100 80 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 60 40 20 Jarque-Bera Probability 0 -3 -2 -1 0 1 2 0.005904 0.034923 3.121613 -3.022917 1.015793 -0.062609 2.930574 0.854995 0.652139 3 figura 1 Consideremos el ejemplo de una distribución probabilística referida a una distribución de las estaturas de sendas poblaciones humanas como pudiera ser la sueca o la china. Se habla de dos poblaciones de estaturas, porque pueden distinguirse entre sí, por sus características medias. Se distinguirían entre si por las estaturas medias, y /o por las respectivas desviaciones de los valores individuales a partir de dichas medias. Como no disponemos de los datos de ninguna de ellas, suponemos que son los valores representados en la figura 1, interpretada como una distribución empírica de frecuencias, considerada análoga a una distribución teórica de probabilidades como una normal. Una distribución de frecuencias como la de la figura 1, podría representar las respectivas distribuciones de estaturas de chinos y suecos. La distribución estaría referida a 1001 individuos (supuestamente chinos o suecos), cada uno se representaría por una media, α= 0.006, y σ =1.02 Constituye una abstracción. Sobre esta población se supone tomar una muestra infiriendo los valores medios poblacionales a partir de un menor número de elementos poblacionales. La distribución muestral que permite inferir las características poblacionales, se representa en la figura 2. XII Jornadas de ASEPUMA 5 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. MUESTRA ALEATORIA DE LA POBLACIÓN DE LA FIGURA 1 14 Series: YNRAND Sample 1000 1100 Observations 101 12 10 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 8 6 4 2 Jarque-Bera Probability 0 -3 -2 -1 0 1 -0.083236 0.023607 2.394513 -2.892656 1.116775 -0.226779 2.792976 1.046081 0.592716 2 figura 2 Implica haber seleccionado a partir de la población representada en la figura 1, una muestra representativa (aleatoria) de 101 unidades individuales. En el supuesto de que estuviéramos ante una población de 1001 unidades, podrían inferirse los valores de media y varianza a partir de una muestra de 101. Esta afirmación se ilustra en la figura 2. Existe una pequeña diferencia entre las características de la muestra y de la población: ahora α = - 0.08, que sería la media poblacional, siendo la media de la muestra, 0.005. En forma análoga, se inferiría una desviación poblacional de σ =1.12, a partir de una desviación muestral de 1.02. Las diferencias entre valores poblacionales y muestrales podrían imputarse a errores de muestreo, es decir, al proceso de realizar una inferencia, puesto que sabemos que la muestra ha sido seleccionada a partir de la población.. Es importante constatar que las figuras 1 y 2, son atemporales, es decir, no contemplan el tiempo, sino que relacionan valores (por ejemplo entre –3 y +3) y frecuencias. Es decir , la inferencia estocástica es atemporal, no estando pensada para ser aplicada a series históricas, es decir, observaciones con dimensión temporal. El paso de lo atemporal a lo temporal, supone un salto lógico que debe ser justificado. Un planteamiento basado en series históricas, difiere de un planteamiento causal (por ejemplo, psicológico, como el adoptado en un principio en economía), en que los datos son agregados y en particular series históricas (con dimensión temporal). De hecho en la inferencia estocástica supone que este salto lógico, se resuelve fácilmente generalizando la noción de variable aleatoria atemporal a una variable aleatoria temporal, que se denomina proceso estocástico. 6 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa Una ilustración de este supuesto puede encontrarse en la siguiente cita referida a la Political Arithmetic, afirmando que series históricas o transformaciones de determinadas series como ratios, se comportaban como distribuciones atemporales referidas a agregados como las observadas en la figura 1: “La constatación de que la estadística podría servir como método de ataque de la mayor parte de los problemas sociales... se debe a Graunt. Estudió por curiosidad las series de fallecidos en las ciudades inglesas, notando que los porcentajes de fallecidos debidos a accidentes, suicidios y otras enfermedades eran aproximadamente los mismos año a año en las localidades estudiadas. Estos sucesos que se atribuían al azar poseían una regularidad sorprendente... El trabajo de Graunt fue seguido y apoyado por su amigo Sir William Petty... llama la atención sobre el método de la estadística. Insistía en que las ciencias sociales debían ser cuantitativas... contempló la economía política como una rama de la estadística” (Kline , p. 500, 1967). Esta regularidad, que sirve para fundamentar el tratamiento de la economía cuantitativa mediante la inferencia estocástica es lo que se cuestiona en la comunicación. Los ratios ni demográficos ni económicos, no se comportarían de acuerdo a regularidades probabilísticas. Puede que existan otro tipo de regularidades pero cuestionamos que sean las probabilísticas. Tal conclusión ha de tenerse como de valor particular, dado que la prueba se basa en ejemplos particulares. No afirma que no existan regularidades, sino que las regularidades existentes, no son las utilizadas en el cálculo de probabilidades. No es posible analizar todos los casos, pero sería de interés que quienes asumen la inferencia estocástica, presentaran evidencias al respecto. Se analiza en los dos siguientes epígrafes, ejemplos de ratios demográficos y económicos. 3. EL ESTUDIO DE DOS RATIOS DEMOGRÁFICOS REFERIDOS A LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. El problema se ilustra con datos de la población española, es decir, con los ratios de nacidos y fallecidos. Se calculan los ratios respectivos de nacidos y fallecidos, como cocientes de los respectivos números de nacidos y fallecidos entre la población total. Los datos básicos se reproducen al final de la comunicación. XII Jornadas de ASEPUMA 7 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. RATIOS DE NACIDOS Y FALLECIDOS DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA 4 4 3 3 2 2 1 1 0 RNAC RDEF 0 1875 1900 1925 1950 1975 figura 3 Se representan ambos ratios en la figura 3. No se prejuzga que el empleo de ratios en economía sea adecuado. Se asume que ha sido un procedimiento utilizado con profusión. En la comunicación, se sugiere más delante, que existen otras alternativas que se consideran preferibles. Para el objeto de establecer la no regularidad, solo se analiza la trayectoria, primero en tiempo, luego en forma atemporal. Se puede concluir a partir de la evidencia de la figura 3, que ambos ratios demográficos registran tendencias decrecientes, a las que se superponen fluctuaciones. No presentarían un valor estable en el tiempo. Lo cual se interpreta una consecuencia de que los datos sean series históricas. Para interpretarlos dentro del esquema probabilístico, se considera que una posibilidad es prescindir de la dimensión temporal. 8 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS DEL RATIO DE NACIDOS. 24 Series: RNAC Sample 1858 1990 Observations 133 20 16 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 12 8 4 Jarque-Bera Probability 0 1.0 1.5 2.0 2.5 3.0 3.5 2.756061 2.897499 3.917675 1.016464 0.817753 -0.358788 1.908434 9.456475 0.008842 4.0 figura 4 Consideremos el ratio de nacidos. Si se prescinde de su dimensión temporal, se observa (figura 4) que ya no posee las características estrictas de una población normal. No existe una media sino varias, por no mencionar el problema de las desviaciones. El problema es que la media, 2.76, ya no es representativa. Se observa que la distribución de frecuencias tiene las mayores frecuencias entre 2-2.2 (una posible media), 2.8-3 (otra posible media) y 3.53.7 (otra posible media). El hecho de que existan diferentes medias, se interpreta como una falta de homogeneidad, como una ausencia de regularidad. Es como si en la población de alturas de suecos o chinos hubiera varias alturas medias. Este resultado no se podría distinguir de otro derivado de construir una distribución con las estaturas de ambas poblaciones. No tendría sentido pensar en representar semejante población física mediante una población estadística normal, con tan solo dos características. Evidencia que sugiere la no plausibilidad de ensayar un proceso de inferencia. Inferir media o varianza carecería de sentido, dado que no existiría una única media o varianza. Existiendo varias medias no podría hablarse de una sola, si bien el problema resulta enmascarado porque no se contrasta media muestral y poblacional. Este hallazgo parece coherente con las evidencias encontrado por algunos estadísticos al calcular las distribuciones de frecuencias (atemporales) de estadísticos como el coeficiente de correlación. El problema siendo diferente se basa en un razonamiento similar. Si la distribución atemporal de frecuencias de un coeficiente de correlación no era unimodal, se consideraba insatisfactorio tratar tales coeficientes de correlación mediante una inferencia estadística como la desarrollada para medias. XII Jornadas de ASEPUMA 9 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS DEL RATIO DE FALLECIDOS 30 Series: RDEF Sample 1858 1990 Observations 133 25 20 15 10 5 0 1.0 1.5 2.0 2.5 3.0 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 1.979667 1.951153 3.796687 0.755766 0.929592 0.025805 1.488601 Jarque-Bera Probability 12.67375 0.001770 3.5 figura 5 La figura 5 ilustra que esta evidencia no es singular ni episódica, dado que cabe realizar las mismas observaciones en relación con el ratio de fallecidos. Aparecen varias medias, no una sola, de manera que no parece natural pensar en representar la distribución del ratio por una sola media. La existencia de varias medias, es coherente con las tendencias decrecientes de la figura 3. Si se dispusiera de evidencias diferentes, sería preciso aportarlas como paso previo a aplicar la inferencia estocástica. No cabe negar que la cuestión se deba a un menor número de observaciones. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS DERIVADA DE UNA NORMAL 20 Series: YNRAND Sample 1858 1990 Observations 133 16 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 12 8 4 Jarque-Bera Probability 0 -3 -2 -1 0 1 -0.012328 -0.004753 2.156000 -2.868517 1.012430 -0.152685 2.971903 0.521141 0.770612 2 figura 6 Como podría alegarse que el número de observaciones en el caso de los dos ratios, es menor 133, frente a 1001, en la figura 6 se ilustra como hubiera una distribución de frecuencias 10 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa (atemporal), generada partir de una distribución teórica normal, para este mismo número. Se comprende la importancia que estadísticos como K. Pearson, Yule o Kendall atribuían a que las distribuciones derivadas de coeficientes de correlación o regresión (en este caso, de la razón) no fueran unimodales. Ahora la distribución aleatoria es normal, con características similares a las obtenidas en la figura 1. El problema no parece estar en el tamaño. Esta evidencia no es predicable tan solo de los ratios demográficos. También se descubre en los ratios económicos, cuestión que ya en su día preocupó a prestigiosos económetras como Klein.. 4. LA INESTABILIDAD ESTADÍSTICA DE LOS RATIOS ECONÓMICOS. Este problema fue tratado por Klein y Kosobud. Los economistas, aceptando tal vez las ideas de Graunt y Petty, pretendían trabajar con ratios no ya demográficos, sino económicos. Su enfoque no es el de la presente comunicación. Aceptan la plausibilidad de la inferencia estocástica, como instrumento para juzgar la validez de los mismos. Klein y Kosobud, aceptan o rechazan tendencias en los ratios acordes con la t de Student, que asume la inferencia estocástica. RATIOS DE CONSUMO/RENTA, DINERO/RENTA Y CAPITAL /PRODUCTO RKY RCASH 10 RCO 8 6 4 4 2 3 0 2 1 0 -1 -2 00 05 10 15 20 25 30 35 40 45 50 figura 7 La figura 7 ilustra las trayectorias temporales de tres de los diversos ratios considerados por los autores. Pone de relieve que mientras el ratio de capital producto (línea continua) XII Jornadas de ASEPUMA 11 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. registra una trayectoria similar a la de los ratios demográficos, los otros dos (líneas discretas) registrarían tendencias crecientes con fluctuaciones. Los economistas han discutido si la propensión al consumo era más estable (keynesianos) que la velocidad de circulación del dinero (monetaristas). Está claro que el problema importante no era este, sino la propia existencia de estas características agregadas referidas a un mercado concreto en el espacio (USA y en el tiempo, 1900-1953). Las trayectorias discretas representarían las propensiones a consumir y la velocidad de circulación del dinero, revelando tendencias crecientes con fluctuaciones. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS DEL RATIO CAPITAL PRODUCTO 12 Series: RKY Sample 1900 1953 Observations 54 10 8 6 4 2 0 2 3 4 5 6 7 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 4.540892 3.971576 8.022561 1.577765 1.916092 0.230253 1.798219 Jarque-Bera Probability 3.726772 0.155146 8 figura 8 Las mismas series se representan en forma atemporal en las siguientes figuras. La figura 8 representa la distribución de frecuencias del primero de los ratios económicos, el de capital producto. Los hallazgos con los ratios económicos son similares a los derivados de los ratios demográficos. Lo cual es una regularidad. Es obvio que no hay una sola media sino varias. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS DEL RATIO CONSUMO/RENTA 14 Series: RCO Sample 1900 1953 Observations 54 12 10 8 6 4 2 0 0.85 0.90 0.95 1.00 1.05 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 0.915323 0.900292 1.116838 0.839674 0.062526 1.296618 4.816577 Jarque-Bera Probability 22.55586 0.000013 1.10 figura 9 12 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa La figura 9 representa el segundo de los ratios, el de consumo/ renta. Representaría una posible medición de la propensión media al consumo. Parece que tampoco cabe considerar que se pueda representar por una sola media. ¿Cualquier inferencia de una media llevaría a error?. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS DEL RATIO CONSUMO/RENTA 14 Series: RCO Sample 1900 1953 Observations 54 12 10 8 6 4 2 0 0.85 0.90 0.95 1.00 1.05 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 0.915323 0.900292 1.116838 0.839674 0.062526 1.296618 4.816577 Jarque-Bera Probability 22.55586 0.000013 1.10 figura figura 910 La figura 10 representa la distribución de frecuencias del tercero de los ratios, que podría interpretarse como una medición de la velocidad del dinero con respecto a la renta. DISTRIBUCIÓN GENERADA A PARTIR DE UNA DISTRIBUCIÓNLEATORIA NORMAL 10 Series: YNRAND Sample 1900 1953 Observations 54 8 Mean Median Maximum Minimum Std. Dev. Skewness Kurtosis 6 4 2 Jarque-Bera Probability 0 -2 -1 0 1 0.095908 -0.007052 2.165405 -1.868732 1.027008 0.156625 2.343246 1.191266 0.551214 2 figura 11 Los tres ejemplos revelan que los tipos de distribuciones difieren de una distribución aleatoria normal. Una ilustración de cómo sería esta se representa para la misma historia (los mismos 54 años) en la figura 11. Como el número de observaciones es menor, se comprende que la idea de una sola media resulte menos clara. De todo lo anterior se desprende la no validez de la conclusión de la Political Arithmetic, de que a las series históricas (agregadas) sea aplicable sin más la probabilidad o la inferencia estocástica. No parece aceptable ni para los ratios demográficos ni para los económicos, concluir acerca de la existencia de una ley estadística o de probabilidades. XII Jornadas de ASEPUMA 13 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. DISTRIBUCIÓN ALEATORIA NORMAL EN EL TIEMPO Y RATIOS YNRAND RCO RKY RCASH 3 2 1 0 4 -1 3 -2 2 1 0 -1 -2 00 05 10 15 20 25 30 35 40 45 50 figura 12 Los estadísticos matemáticos, es decir, los económetras, no realizan (con los datos económicos) este tipo de análisis atemporal, sino que lo realizan en el tiempo. Sus planteamientos se ilustran en la figura 12. En la parte superior (en barras) se representa en el tiempo la misma distribución atemporal de la figura 11, que se compara con los tres ratios económicos. Lo cual implica el salto lógico, ya mencionado de predicar en el tiempo, lo que se ha construido para el dominio atemporal. Equivale a suponer que se puede establecer una correspondencia en el tiempo con las distribuciones de frecuencias (probabilidades) atemporales, similar a la correspondencia observada en las series históricas. No cabe término medio. O las distribuciones de probabilidades se proyectan en el tiempo, o las series históricas se contemplan sin tiempo, o se asume que el salto lógico de lo atemporal a lo temporal es legítimo. La correspondencia establecida entre aleatoriedad y tiempo, es un salto lógico que se supone legitimado con la teoría de los procesos estocásticos. El análisis se plantea en estos términos, generalizando a priori la idea de variable aleatoria al tiempo, dando lugar al concepto de proceso estocástico. Ponemos en duda que este, planteamiento, esté adecuadamente fundado. Se realiza pero no nos consta que se haya fundamentado. No parece que se pueda invocar el principio de analogía y afirmar que los ratios puedan considerarse suficientemente próximos a una distribución de probabilidades. Las diferencias son claras. 14 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa COMPARACIÓN DE LA SERIE DE DINERO EN CAJA( transformada en estacionaria) y la serie aleatoria normal YNRAND DLCASH 3 2 1 0 -1 4 -2 2 0 -2 -4 00 05 10 15 20 25 30 35 40 45 50 figura 13 Ahora bien, la analogía no se establece en términos atemporales. Se procede analizando en el tiempo, si la serie económica es o no estacionaria. Se suele aplicar transformaciones de los datos originales como primeras diferencias o tasas de variación, lo que se ilustra en la figura 13. Ahora se aplica a la cantidad de dinero, no al ratio, porque entendemos el empleo de un ratio como discutible. No se puede afirmar que, porque la serie transformada sea aparentemente estacionaria, se pueda considerar análoga a una distribución de probabilidades, supuesto que fuera admisible establecer su correspondencia en el tiempo. La comparación con la serie aleatoria representada en la parte superior de la figura 13, revela la inaplicabilidad del argumento de analogía. El problema solo se ha planteado en su principio, dado que habría que entrar en cuestiones como procesos estacionarios autocorrelacionados en el tiempo, y procesos no estacionarios. Ahora bien, el reconocimiento de su existencia favorece el argumento de la inaplicabilidad de la probabilidad a las series históricas. 5. CONCLUSIÓN: LA INFERENCIA ESTOCÁSTICA EN SERIES DE TIEMPO O LA PERIODICIDAD. Se infiere de lo anterior que no parece justificado aplicar a datos de series históricas los principios del cálculo de probabilidades, y en consecuencia, de la propia inferencia estocástica, pese a que la inferencia estocástica y los datos económicos sean agregados. Es decir, si la XII Jornadas de ASEPUMA 15 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. distribución de frecuencias de un ratio no posee características únicas, no tiene sentido asumir que el problema se reduce a evitar inferencias espurias, como se supone a lo largo de toda la econometría. No tiene sentido practicar inferencias mediante muestreos aleatorios, aplicados a series históricas o a sus transformadas. Llevaría demasiado tiempo y espacio, entrar en otras cuestiones como la no estacionaridad, cuestión que se deja para otra comunicación. Solo se anticipa, una cuestión que merece un estudio propio, interpretar las magnitudes económicas de acuerdo a la hipótesis alternativa. Es decir, las regularidades no serían estocásticas, pero podrían ser determinísticas. DINERO, CONSUMO Y CAPITAL: ciclos empíricos 2 CLK CLCO CLCASH 1 0 -1 -2 -3 00 05 10 15 20 25 30 35 40 45 50 figura 14 Se anticipa una ilustración en la figura 14: representa los ciclos empíricos de las tres variables económicas agregadas, utilizadas en los numeradores de los ratios, que resultan de ser sometidas a una transformación diferente a los ratios. Se habrían eliminado sendas tendencias exponenciales por los extremos de las series. Desde un punto de vista formal, pone de manifiesto la tesis de no trabajar con ratios, contemplando alternativamente estudiar los fenómenos en cuanto tales. Si ciencia es poner de manifiesto, tanto en términos cualitativos (análisis causal) como cuantitativos (análisis cíclico), la existencia de regularidades, estas se encontrarían en los ciclos empíricos (series históricas observadas, libres de tendencias), no en las aproximaciones probabilísticas, cuyas regularidades son diferentes a las obtenidas de la ley del azar, construidas conceptualmente para problemas como los juegos de azar. A favor de los ciclos cabe aducir regularidades comunes como la depresión de 1929 (evidente y señalada en los tres ciclos), y en contra de una hipótesis cíclica, la no coincidencia 16 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa de otros ciclos. Esta insatisfacción se explicará en su momento por el carácter agregado de los datos, que sin duda no puede traducirse literalmente en regularidades en términos individuales. Como las series son agregadas, no cabe esperar que las periodicidades se manifiesten en estado puro. Una razón adicional favorable a la periodicidad, como alternativa a la probabilidad estaría en que sería posible intentar reconstruir el ciclo empírico mediante la suma de los ciclos periódicos fundamentales. CONSUMO: ciclo empírico y suma de ciclos periódicos 3 CO_C 2 CONSUMOC 1 0 -1 -2 -3 00 05 10 15 20 25 30 35 40 45 50 figura 15 La evidencia de semejante intento se ilustra para el ciclo empírico de la serie de consumo en la figura 15. Se puede constatar que el ciclo empírico puede ser aproximado mediante la superposición de los ciclos periódicos más importantes. Existen etapas en que se aproxima razonablemente como desde la gran depresión de 1929 hasta 1945 y etapas en las que se aproxima mal como entre 1900 y 1905 o de 1950 en adelante. Evidencias similares explicarían que una parte importante de economistas hayan sido adversos a la periodicidad. Es ante todo una aproximación mecanicista, que debería saber el significado económico de cada ciclo periódico. Lo cual pone de manifiesto que el adoptar una hipótesis como la periodicidad exige un trabajo nada desdeñable. Pero entendemos que evitaría los inconvenientes de la simplificación probabilística de suponer que los datos económicos (agregados de series históricas), verifican los requisitos de la probabilidad. Se pone de relieve asimismo la futilidad de los análisis macroeconómico basados en datos agregados, así como la dificultad de establecer un nexo con los planteamientos individuales, atemporales. Por ejemplo, en términos individuales se habla de una función de XII Jornadas de ASEPUMA 17 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. bienestar no medible que luego se postula en términos agregados como una función de bienestar social. ¿Tiene este planteamiento justificación alguna?. Entendemos que la respuesta ha de ser negativa. Si una ciencia como la economía o la sociología ha de basarse en datos agregados (la psicología se basaría en datos individuales, de los que no disponemos en economía), se requiere ir a los principios estableciendo los fundamentos, cuestión que no se ha hecho ni parece que se pretenda abordar. La conclusión es clara: la inferencia estocástica, la probabilidad, no parece aplicable en economía, salvo que se justifique más fehacientemente, siendo preciso pensar en nuevas formas de establecer las regularidades. El objeto de toda ciencia es la formulación de regularidades. La afirmación de la Political Arithmetic no parece que fuere correcta. No parece trasladable a la economía el supuesto de que sus fenómenos se rijan por la ley estadística. Si la inferencia estocástica no es trasladable a los hechos económicos, no tiene sentido todo el desarrollo actual de la econometría. Volveríamos a los principios, cuestión sobre la que se había pronunciado Schultz en su obra magna de 1938, pese que había mantenido conversaciones un año antes en Chicago con Neyman. Entendía que la inferencia estocástica no era aplicable a las series históricas. Esta comunicación constituye una señal de alerta para los matemáticos. Sin duda están llamados a realizar grandes progresos a la ciencia económica, si bien entendemos que si la presente comunicación no estuviera en el error, derivarían de otros esquemas. Es posible que su contribución a la economía cuantitativa fuera más fecunda por otras vías que no las actuales de la probabilidad. Con esta intención se presenta. Obs 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 18 CO 27.80000 30.50000 30.90000 32.90000 33.30000 34.90000 38.30000 39.70000 38.10000 41.40000 42.10000 43.20000 42.80000 44.70000 47.10000 48.20000 49.40000 50.80000 CASH 8.900000 10.00000 10.80000 11.50000 12.00000 13.20000 14.10000 15.10000 14.70000 15.80000 17.00000 17.80000 18.90000 19.40000 20.00000 20.70000 24.20000 28.20000 K 131.5700 136.7100 142.2700 147.7900 152.2000 157.6500 164.5000 171.2500 175.3100 182.0500 187.8600 192.4500 198.0400 204.3800 207.2800 210.3600 215.7000 220.2600 Y YNRAND 16.40000 1.028946 18.00000 0.572408 18.80000 -0.011362 20.00000 1.698631 19.90000 -1.662477 21.70000 -0.148062 24.80000 1.267818 26.50000 1.060347 24.10000 -1.072211 28.10000 -0.741237 29.00000 -1.591245 28.60000 0.212290 30.20000 -1.640846 32.10000 -0.111777 31.60000 -0.384977 35.20000 -0.742059 43.50000 -0.963588 53.90000 2.041558 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 49.60000 52.20000 54.20000 57.00000 59.20000 64.30000 69.00000 67.10000 72.50000 74.20000 76.30000 80.30000 75.90000 73.20000 66.40000 65.00000 68.60000 73.10000 80.80000 84.40000 83.00000 87.00000 91.70000 97.90000 96.20000 98.80000 102.2000 109.1000 122.3000 124.0000 127.5000 130.7000 138.7000 139.8000 143.9000 149.4000 31.40000 35.60000 39.90000 37.80000 39.00000 42.70000 44.50000 48.30000 50.60000 52.20000 54.70000 55.20000 54.40000 52.90000 45.40000 41.70000 46.00000 49.90000 55.10000 57.30000 56.60000 60.90000 67.00000 74.20000 82.00000 110.2000 136.2000 162.8000 171.2000 165.5000 167.9000 167.9000 173.8000 181.0000 191.0000 197.6000 223.9400 229.3700 235.1300 236.1900 240.1500 248.8700 254.4700 264.0800 273.9400 282.6100 290.2000 299.4200 303.3000 303.4200 297.1200 290.1200 285.4300 287.7800 292.1100 300.3300 301.3800 305.5800 313.3200 327.4200 338.9800 347.0800 353.4600 354.1300 359.4300 359.3000 365.1900 363.2100 373.7300 385.9500 396.4700 408.0100 58.20000 65.20000 75.70000 61.80000 63.00000 74.10000 75.20000 78.60000 84.60000 83.10000 85.00000 90.30000 76.90000 61.70000 44.80000 42.60000 50.30000 58.20000 68.30000 75.10000 68.80000 73.80000 81.80000 99.00000 106.5000 113.2000 118.7000 124.2000 160.5000 179.0000 192.8000 185.8000 215.0000 238.1000 245.6000 258.6000 -1.040384 -0.002742 0.034989 -1.291358 1.345884 1.203483 0.211318 -1.868732 2.165405 -0.234004 -1.041302 -0.403777 1.632333 -0.335921 0.181280 -0.138619 0.558888 0.301718 1.151971 0.028665 0.455505 0.140993 1.404914 0.895506 -0.323918 -0.183598 -1.402977 -0.311138 0.835878 0.214991 -0.075041 -0.582028 -0.204288 1.780360 -0.677944 1.940556 Tabla 1: datos primarios económicos. La tabla 1 reproduce los datos primarios con los que se han obtenido los ratios y ciclos económicos. obs 1858 1859 1860 1861 1862 1863 1864 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 XII Jornadas de ASEPUMA NACIM 546.2000 559.0000 573.5000 611.6000 607.1000 598.1000 621.5000 614.9000 611.7000 617.5000 574.2000 596.7000 593.6000 594.5880 595.5750 DEFUN 433.9000 449.0000 429.0000 417.8000 430.7000 461.7000 499.5000 538.6000 463.7000 487.2000 548.7000 550.6000 512.2000 511.6750 511.1500 POB YNRAND 15526.00 -0.970368 15584.00 -0.380342 15645.00 -0.829012 15699.00 0.667646 15754.00 -0.095637 15809.00 1.072001 15864.00 0.026987 15920.00 1.698626 15976.00 1.712533 16032.00 -1.076502 16088.00 -1.783181 16144.00 -0.247286 16201.00 1.086044 16258.00 -1.125075 16315.00 2.156000 19 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. 1873 1874 1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 1910 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 1924 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 20 596.5630 597.5500 598.5380 599.5250 600.5130 601.5000 601.1000 598.2000 629.6000 617.0000 610.7000 631.8000 629.0000 638.2000 631.8000 640.2000 647.6000 615.5000 632.9000 645.4000 644.9000 632.5000 636.1000 654.8000 625.2000 612.3000 632.6000 627.8000 650.6000 666.7000 685.3000 649.9000 670.7000 650.4000 646.4000 658.0000 650.5000 647.0000 628.4000 637.9000 617.9000 608.2000 614.8000 599.0000 602.1000 612.6000 586.0000 623.3000 648.9000 656.1000 662.6000 653.1000 644.7000 663.4000 636.0000 666.2000 653.7000 660.9000 649.3000 670.7000 510.6250 510.1000 509.5750 509.0500 508.5250 508.3000 511.5000 507.3000 511.8000 534.9000 559.6000 526.5000 657.7000 509.6000 573.4000 529.5000 545.1000 577.5000 566.0000 554.3000 541.1000 556.1000 527.2000 539.1000 520.2000 518.8000 533.1000 536.7000 517.6000 488.3000 470.4000 486.9000 491.4000 499.0000 472.0000 460.9000 466.6000 456.2000 466.5000 426.3000 449.3000 450.3000 452.5000 441.7000 465.7000 695.8000 482.8000 494.5000 455.5000 441.3000 449.7000 430.6000 432.4000 420.8000 419.8000 413.0000 407.5000 394.5000 409.0000 388.9000 16372.00 16429.00 16487.00 16545.00 16603.00 16677.00 16768.00 16859.00 16951.00 17043.00 17136.00 17230.00 17323.00 17418.00 17513.00 17600.00 17678.00 17757.00 17838.00 17916.00 17996.00 18076.00 18157.00 18238.00 18320.00 18402.00 18484.00 18566.00 18659.00 18788.00 18919.00 19050.00 19133.00 19316.00 19450.00 19585.00 19721.00 19927.00 19994.00 20128.00 20163.00 20398.00 20535.00 20673.00 20811.00 20950.00 21091.00 21303.00 21411.00 21628.00 21847.00 22069.00 22292.00 22518.00 22747.00 22977.00 23210.00 23445.00 23675.00 23897.00 1.840466 -0.545589 0.517078 2.024271 -0.808768 0.137919 1.350950 -0.121908 -1.066095 -0.016284 0.246250 -0.450359 -0.195898 0.985587 0.455489 -0.623361 0.479372 0.728582 -0.059752 0.384043 0.790738 -0.030403 -0.265609 -0.801705 -1.534874 -1.951160 0.015094 1.889014 1.254628 0.319998 -0.781221 -0.811135 0.880645 0.149668 0.014967 -1.593626 0.670003 -1.462733 -0.188558 -0.721768 0.680013 0.579964 -0.419657 0.260355 -2.868517 -1.363958 -1.658166 0.352602 1.111136 -0.681826 -0.064651 -0.090149 -1.378568 -1.321562 0.634513 -0.189781 0.033808 -2.592369 0.096385 0.499979 XII Jornadas de ASEPUMA El papel de la inferencia estocástica en economía cuantitativa 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 1940 1941 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 667.9000 637.9000 632.5000 613.7000 565.8000 506.1000 419.8000 627.8000 507.8000 527.7000 603.4000 598.7000 618.0000 578.9000 582.1000 634.9000 595.1000 559.0000 561.2000 586.3000 582.7000 571.6000 592.2000 601.5000 639.5000 646.2000 647.2000 654.5000 645.6000 649.7000 662.5000 688.7000 667.7000 661.7000 672.0000 659.7000 658.9000 656.1000 664.8000 665.6000 666.3000 682.0000 669.4000 677.5000 656.4000 636.9000 602.0000 571.0000 531.9000 515.7000 485.4000 473.3000 456.3000 434.5000 421.1000 415.8000 404.6000 396.3600 394.8000 388.8000 384.6000 413.6000 472.1000 484.9000 470.1000 424.9000 484.4000 384.7000 349.0000 345.7000 327.0000 348.1000 325.3000 299.8000 316.3000 301.0000 322.3000 271.7000 273.6000 259.9000 269.3000 285.5000 289.6000 255.9000 264.5000 262.3000 256.4000 271.4000 275.5000 267.0000 267.4000 269.7000 274.0000 277.4000 297.2000 280.2000 302.9000 280.2000 296.5000 295.3000 298.2000 299.0000 294.3000 296.8000 291.2000 289.3000 293.4000 286.7000 302.6000 299.4000 312.5000 306.6000 309.4000 318.8000 324.8000 330.9590 24122.00 24349.00 24579.00 24810.00 25043.00 25279.00 25517.00 25757.00 25979.00 26182.00 26387.00 26594.00 26802.00 27012.00 27223.00 27437.00 27651.00 27868.00 28086.00 28332.00 28571.00 28812.00 29056.00 29301.00 29548.00 29798.00 30049.00 30303.00 30592.00 30917.00 31246.00 31578.00 31913.00 32253.00 32595.00 32942.00 33292.00 33646.00 33983.00 34312.00 34646.00 35003.00 35515.00 35937.00 36367.00 36778.00 37108.00 37542.00 37654.00 37935.00 38172.00 38342.00 38542.00 38667.00 38757.00 38852.00 38924.00 38994.00 -0.978800 -0.185012 0.076987 -0.004753 0.247562 -1.259143 -0.165208 -0.479784 0.819782 0.179498 0.259606 0.640550 1.395718 -0.224252 0.135476 1.128284 0.292984 -0.464012 -0.320656 -0.628310 1.176381 0.140347 1.083592 -1.441113 -0.411666 -2.556366 -0.958871 1.760021 1.761774 0.018738 -1.364497 0.434186 1.392626 0.142325 -0.696876 0.601266 -0.038771 0.817797 -1.164778 -0.170185 -0.644849 -0.723987 -0.956370 0.227442 1.647711 2.083854 0.686449 -0.381726 -0.030425 0.672777 -0.196028 0.528111 1.689542 -0.581151 -1.629447 -1.308540 0.696058 0.952630 Tabla 2. datos primarios demográficos. XII Jornadas de ASEPUMA 21 Nelson Julio Álvarez, Julián Rodríguez Ruiz, Carlos González Salgueiro. La tabla 2 reproduce los datos utilizados para calcular los ratios demográficos. Con unos y otros es posible reproducir los resultados que han servido de fundamento para las conclusiones establecidas. 6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS • FISHER, R. (1922): On the Mathematical Foundations of Theoretical Statistics. Philosophical Transactions, A., CCXXII, p. 309. • KLEIN, L. R. and KOSOBUD, R. F. (1961): Some Econometrics of Growth: Great Ratios of Economics. The Quarterly Journal of Economics, LXXV, 2, pp. 173-198. • KLINE, M. (1967): Mathematics for the Non Mathematicians. Dover Publications Inc. New York. • KOOPMANS, T. C. (1937): Linear Regression Analysis of Economic Time Series. Netherlands Economics Institute. Netherlands. • MITCHELL, W. C. (1925): Quantitative Analysis in Economic Theory. The American Economic Review, XV, 1, pp. 1-12. • MOORE, H. 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