Untitled Document Página 1 de 2 DICTAMEN Nº 23 # Nº. 23/1998, de 10 de marzo. Expediente relativo a resolución del contrato de obra de construcción de un pabellón polideportivo en Los Navalucillos (Toledo), adjudicado a la empresa "T. y P., S.A.", incoado por la Consejería de Educación y Cultura. ANTECEDENTES Plantea el expediente una propuesta de resolución de un contrato de obras por incumplimiento, imputable al contratista, de los plazos parciales fijados en el programa de trabajo para la ejecución de las obras. Por la misma causa y ante el incumplimiento de los tres primeros plazos ya se habían impuesto al contratista penalidades por demora. EXTRACTO DE LA DOCTRINA Examina el Consejo en primer lugar, si en el contrato que se pretende resolver se habían fijado plazos parciales de ejecución. Para ello parte del examen de las previsiones que contiene el Reglamento General de Contratación respecto a los plazos parciales y al distinto régimen que atribuye a los mismos, en razón a cuál sea su función en la ejecución del contrato. Así, de los artículos 82.4, 138 y 170 del Reglamento General de Contratación, se deduce que hay plazos parciales que llevan aparejadas recepciones parciales de obra y otros que no implican esta recepción. Los primeros, conforme dispone el artículo 82.4 deben estar previstos en el Pliego de Cláusulas, por cuanto este precepto establece la necesidad de que las recepciones parciales aparezcan en el Pliego; para los segundos, el mismo artículo señala que los Pliegos pueden contener la "referencia de sí se fijarán en la aprobación del programa de trabajo". Estos últimos, remitidos a lo que disponga el Programa de Trabajo parecen tener como única misión, la de controlar el ritmo de ejecución de un contrato que debe ser terminado en un plazo único, mientras que los primeros, además de ese control, establecen plazos de cumplimiento parcial del contrato, de manera que tienen relevancia por sí mismos y no sólo por su relación con el plazo total de ejecución del contrato como los primeros. Esta distinta función, parece tener su importancia en la correcta interpretación de lo dispuesto en el apartado 5 del artículo 96 cuando atribuye a la Administración la posibilidad de elegir entre la imposición de penalidades o la resolución del contrato, ante la demora en el cumplimiento de plazos parciales, "cuando se hubiese previsto en el Pliego de Cláusulas Administrativas particulares o cuando la demora en el cumplimiento de aquéllos haga presumir razonablemente la imposibilidad del cumplimiento del plazo total", porque, conforme a la distinción entre plazos expuesta, la posibilidad de penalizar la demora o resolver el contrato sólo cuando lo prevea el Pliego y sin que ello dependa de la presunción racional de incumplimiento del plazo total, parece que debiera quedar referida a los plazos parciales con recepciones parciales por cuanto estos plazos suponen por sí mismos plazos de cumplimiento parcial del contrato que tienen, por tanto, importancia en sí mismos para la Administración contratante y, por el contrario, los plazos que no son sino hitos que permiten controlar la ejecución del plazo total y que pueden estar contemplados sólo en el Programa de Trabajo, no parece que puedan permitir a la Administración actuar sus facultades de penalización o resolución, si no es ante una previsión racional de incumplimiento del plazo total. Tras admitir la existencia de plazos parciales en el contrato, se examinan las facultades que tiene la Administración en caso de incumplimiento de los mismos. Este examen parte de un estudio de las distintas previsiones contenidas en el artículo 96 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, precepto que establece, en los apartados 3 y 4, un régimen más o menos detallado, para el supuesto de incumplimiento del plazo total del contrato y una remisión a este régimen, en el apartado 5, para el supuesto que lo incumplido sean plazos parciales. Así, comienza el apartado 3 por afirmar que "Cuando el contratista, por causas imputables al mismo, hubiere incurrido en demora respecto al cumplimiento del plazo total, la Administración podrá optar indistintamente por la resolución del contrato o por la imposición de las penalidades que se establecen en la siguiente escala: (...)". El apartado 4 del mismo artículo establece que "Cuando las penalidades por demora alcancen el 20 por 100 del importe del contrato, el órgano de Untitled Document Página 2 de 2 contratación estará facultado para proceder a la resolución del mismo o acordar la continuidad de su ejecución con imposición de nuevas penalidades". Y, por último, el apartado 5 establece que "Esta misma facultad tendrá la Administración respecto al incumplimiento por parte del contratista de los plazos parciales, cuando se hubiese previsto en el pliego de cláusulas administrativas particulares o cuando la demora en el cumplimiento total de aquéllos haga presumir razonablemente la imposibilidad del cumplimiento del plazo total". A la vista de estos preceptos legales, considera el Consejo que cuando se produzca un incumplimiento del plazo total de la obra imputable al contratista, la Administración puede ejercer la opción prevista en el apartado 3 del precepto: o resolver el contrato o acordar su continuación con imposición de penalidades. El empleo de la preposición disyuntiva en este apartado 3 parece tener claramente ese significado de opción y por lo tanto de que el ejercicio conjunto de ambas facultades es incompatible, en el sentido de que no pueden ser aplicadas cumulativamente. Esta incompatibilidad cesa, no obstante, conforme al apartado, 4 cuando aun elegida la continuación del contrato con la imposición de penalidades, el importe de las mismas alcanza o supera el 20 por 100 del importe del contrato, supuesto éste en que la modificación temporal del contrato ha alcanzado ya tal entidad que se le permite a la Administración resolver el contrato a pesar de haber optado anteriormente por su continuación. Siendo este el régimen aplicable a los supuestos de incumplimiento del plazo total del contrato, su aplicabilidad a los supuestos de incumplimiento de plazos parciales ha de deducirse de la expresión que inicia el apartado 5, ("Esta misma facultad"), habiendo así de entenderse que, en tales supuestos, la Ley permite a la Administración que adelante su reacción ante el incumplimiento, sin esperar a que el plazo total haya quedado efectivamente incumplido. Únicamente cabe hacer una precisión respecto al presupuesto que ha de ser tomado en consideración para la aplicación del límite previsto en el apartado 4 del artículo, pues, referidas las penalidades a plazos parciales e impuestas sobre los presupuestos parciales correspondientes a los plazos incumplidos, podría cuestionarse si el presupuesto a tener en cuenta a efectos del límite del 20 por 100 debe ser el total del contrato o el parcial del plazo incumplido. La respuesta debe partir de la distinción ya expuesta entre los plazos parciales, según lleven o no aparejada ejecución, por cuanto los primeros, son sancionables por sí mismos, con independencia de que el plazo total quede o no incumplido (así, por ejemplo, establece el artículo 138 del Reglamento General de Contratación, que, frente al principio general de que las penalidades que correspondan al plazo total absorben a las ya impuestas por plazos parciales, las que se impongan por estos plazos con recepción parcial quedan firmes), mientras que los segundos lo son en cuanto supongan la previsión de incumplimiento del plazo final. Conforme a ello, entiende este Consejo Consultivo que, en el primer caso, el presupuesto a tomar en consideración es el del plazo parcial incumplido, mientras que, en los segundos, sería el del plazo total.