18 Interés general La producción florícola del partido de La Plata está atravesando por una difícil situación como consecuencia de la grave crisis económica que vive la Argentina, que se traduce en la creciente falta de poder adquisitivo de la población y el consecuente derrumbe de las ventas. En la actualidad, los más de mil quinientos productores enrolados en esta actividad deben pagar insumos cuyos valores se triplicaron en lo que va del año, mientras que el precio de las flores se mantuvo inalterable. Y, en algunos casos, disminuyó ante la progresiva caída del poder adquisitivo de la población. “Nuestro sector está pasando por momentos muy complicados. La floricultura le da de comer a cientos de familias y estamos haciendo todo lo posible para mantener las fuentes de trabajo”, afirmó Américo González, quien además de ser un destacado productor de City Bell, es el jefe operativo del Mercado de Flores de la Capital Federal. Sin ir más lejos, González no dudó al afirmar que las ventas del mencionado sector se redujeron, en lo que va del año, entre un 30 y 40 por ciento respecto al mismo período de 2001. El partido de La Plata concentra más del 90 por ciento de la producción florícola del país. Y desde los invernaderos que existen en City Bell, Gorina, Villa Elisa, Arturo Seguí, Colonia Urquiza, Los Porteños, Santa Mónica, etc. se logra satisfacer las demandas no sólo de nuestra ciudad, sino también de la Capital Federal y gran parte de la Argentina. “Lamentablemente al partido de Escobar sólo le queda la Fiesta de la Flor, porque la actividad productiva casi desapareció en se distrito”, afirmó el jefe de ventas. Pero no sólo los floricultores platenses deben superar los escollos impuestos por la crisis económica, sino que también padecen en carne propia La Plata, domingo 19 de mayo de 2002 LAS VENTAS CAYERON EN UN 40% Los productores de flores luchan para sobrevivir en nuestra región El partido de La Plata concentra más del 80% de la producción florícola del país. Pero la retracción de las ventas, y el aumento progresivo de los insumos, generaron escollos difíciles de resolver. La ardua pelea de los cultivadores COMO ES LA ACTIVIDAD Larga historia de esfuerzo y sacrificio Pozos y flores. Uno de los problemas de los floricultores es el estado de las calles para sacar la producción el deteriorado estado de los caminos rurales del distrito. Uno de los claros ejemplos es la arteria que une la localidad Arturo Seguí y la Ruta 36 (una de las principales salidas de la producción), la cual se hace verdaderamente intransitable cada vez que llueve. Los reclamos y los pedidos de los cultivadores de la zona se repiten todos los años, pero desde la Comuna platense se hacen oídos sordos ante esta situación, aseguran. Es más, los productores denunciaron que en los registros municipales figura como que esta calle fue asfaltada dos veces. Soluciones a medias El último lunes se anunció desde el Gobierno bonaerense y desde la Comuna platense, con bombos y platillos, que se iba a destinar más de 400 puestos laborales -del Plan Jefes y Jefas de Hogares Desocupados- para cubrir las necesidades de la actividad hortícola y florícola del partido de La Plata y la región. Pero, para los productores, sólo constituirá un pequeño paliativo. “Ese convenio puede llegar a ser un poco más beneficioso para el sector hortícola. A nosotros los planes nos servirán para que no haya despidos, pero hacen faltan muchas más cosas para que se reactive la actividad”, se afirmó desde el pujante sector floricultor. Reclaman el pago de la cuota alimentaria Un caso realmente insólito y preocupante denunció Rosa Hilda Morales, una jubilada de nuestra ciudad que se ve imposibilitada desde hace varios meses de cobrar la cuota alimenticia que le destina su ex marido -trabaja en el Consejo Escolar de Florencio Varela- debido a diversas irregularidades cometidas en la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense. Pero eso no es todo. Rosa tiene 60 años y fue víctima, años atrás, de infarto del miocardío que la llevó a un estado de coma cuatro durante tres días y, posteriormente, le dejó como secuela un hemiespasmo facial. Pese a los continuos reclamos en distintas dependencias, especialmente en la Tesorería de la provincia de Buenos Aires, este dinero -que es uno de los principales ingresos que tiene para sobrellevar el día a día- no aparece. Pero, en contraposición, los descuentos en el salario de su ex marido se realizan puntualmente todos los meses. Para colmo de males, esta cuota alimentaria está destinada a su hija, quien es madre soltera. Y este beneficio fue otorgado a través de una solución judicial. “Mi hija y mi nieta necesitan con urgencia ese dinero para poder vivir. Parece que la resolución que toma un juez lo usan como si fuese un papel higiénico. Y, además, espero que este tipo de casos no se produzcan nunca más”, afirmó Morales a Hoy. Una vez más las desinteligencias en la administración pública provincial afecta a los más necesitados. La actividad florícola tiene una rica historia, caracterizada por los esfuerzos y sacrificio de los productores. Los primeros floricultores se instalaron en la zona norte del Partido en los primeros años del siglo XX. Y, en su gran mayoría, eran inmigrantes portugueses y holandeses. Pero, con el paso de las décadas, la actividad fue creciendo y contó con un inusitado impulso otorgado por gran parte de la comunidad japonesa que se instaló en nuestro país. El 19 de noviembre de 1940, un grupo de 32 cultivadores nipones fundó la Cooperativa Argentina de Floricultores Limitada. En la actualidad, esta entidad brinda servicios a más de 3.200 asociados, siendo el Mercado Floricultor de Capital Federal, el centro de comercialización de flores más importante del país . La producción argentina de flores de corte abarca 1.300 hectáreas. Y existen sedes de la cooperativa en Escobar, Villa Elisa, Florencio Varela y Colonia La Plata. En estas entidades funcionan proveedurías que facilitan a sus asociados insumos necesarios para su actividad, a precios accesibles: fertilizantes, herramientas, polietilenos, cajas de embalaje, agroquímicos. Una de las principales características de esta actividad en nuestra ciudad es su gran variedad. Se cultivan desde flores “tradicionales” como claveles, rosas, crisantemos y gladiolos, hasta lisianthus, lilium, aster, gardenias, limonium, freesias y azucenas, que son requeridas por los mercados nacionales e internacionales.