5<Э8 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA terrenos comprendidos entre ambas líneas constituyen una zona ocupada por el Cenomanense (fig. i). En las capas observadas se perciben dos formaciones bastante dis- Fig. i.—Bosquejo de la extensión del Cenomanense: trazos verticales, Aptiense; trazos inclinados, Cenomanense; F, líneas de fracturas; i, •muro del Pantano de la Viuda; 2, Cueva de las Maravillas; 3, yacimiento fosilífero cenomanense. tintas. Una primera, la inferior en su origen sedimentario, está constituida por estratos grises, rosados y azulados, bastante consistentes y de espesores variables. Otra zona, la del nivel superior, está formada por estratos poco precisos, de espesores variables, no muy consistentes y alternando con capas de naturaleza margosa, muy alterados, deleznables y de tonos amarillos. En las capas de las primeras zonas, las calizas, en sus roturas frescas, presentan algunos fósiles y restos de conchas poco precisos e indeterminables. En las capas amarillas y margosas predominan elementos fosilíferos muy diversos. De éstos precisamente hemos de citar