Conversaciones de salón

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Conversaciones de salón
30 10 12 -- Rosa Tock
Siempre es entretenido entablar conversación con ellas, en nuestro idioma, ese del “gueto”
como sentenciaba el ya olvidado excandidato presidencial republicano, Newt Gingrich.
Dependiendo de la temporada, así varían los temas. La cuestión es que siempre está la tele
encendida con las telenovelas de fondo y allá cada cuanto aparece algún avance noticioso.
Entre tijerazos, alcanzo a ver de reojo a Jorge Ramos, el guapérrimo –como diría un amigo–
periodista de Univisión, anunciando el último debate presidencial en Florida.
La pregunta de las elecciones presidenciales más importantes del planeta se impone: ¿y
ustedes, por quién van a votar? Al final de cuentas, también me interesa contrastar sus
respuestas con las encuestas que indican la preferencia del voto hispano por el demócrata
Barak Obama. ¿Qué tan cercana a la vida real es esa estimación de que casi 7 de 10
hispanos respaldarían la relección del Presidente, según revela una encuesta del Pew
Hispanic Center?
“Bueno, yo no puedo votar -me responde una de ellas, pero la verdad es que a uno le vienen
a pedir el voto solamente durante las elecciones. Después se olvidan de nosotros”. De
repente me transporto 3,300 kilómetros hacia el sur y el argumento me suena tan, pero tan
familiar. Aunque la opinión de quien sujeta un mechón de mi escaso pelo en sus manos es
legítima, no refleja sin embargo el sentir de la mayoría de aquellos que se auto-identifican
hispanos o latinos en los Estados Unidos. El Pew indica que 61 por ciento de entrevistados
opina que el partido demócrata muestra mayor interés por la población latina.
La otra estilista me dice que tampoco puede votar, pero afirma que votaría por Obama. ¿Y
por qué no lo haría por el contrincante republicano, Mitt Romney?, inquiero. “A mí lo que me
inquieta -responde, es que a pesar de que dice que su papá nació en México y uno de sus
hijos habla español, como que ha olvidado sus raíces. También ha dicho que interrumpiría la
acción diferida de los jóvenes estudiantes y se pondría estricto con las deportaciones.
Además, no sé tú, pero a mí no me inspira mucha confianza.”
En exactamente una semana, a eso de la media noche –si no hay recuento de votos o
desperfectos electrónicos en las mesas de votación, sabremos quién es el vencedor de los
comicios más observados en el mundo. Como las veo un poco curiosas y sé que en todos los
hogares se tienen conversaciones similares, les ofrezco mi humilde opinión. Les confío que
ciertamente hay poca satisfacción con relación a los logros concretos en materia migratoria
del presidente Obama –incluido el número récord de deportaciones en su administración, lo
que me recuerda que ya para este año 33 mil chapines han sido deportados, pero que en
otras áreas más importantes para la población hispana votante (educación,
empleo/economía, y salud), hay logros que difícilmente veríamos por parte de una
administración republicana, y que además corren el serio riesgo de revertirse.
Rápidamente enumero al menos cuatro: la reforma al sistema de salud establecerá un
presupuesto mayor para clínicas comunitarias con el fin de ofrecer salud preventiva a bajo
costo para familias de escasos recursos sin seguro médico, a la vez que aumentará el índice
de asegurados; el rescate de la economía, aunque no sea tan robusto, impidió una recesión
peor y ha generado millares de empleos en áreas de ocupación de los trabajadores hispanos,
incluido el repunte en los sectores de servicios, manufactura y construcción; gracias al
esfuerzo persistente de estudiantes indocumentados, la administración abrió una puerta con
la acción diferida que ojalá fuera el impulso que permita la legalización de millones de
indocumentados que contribuyen a la economía de este país; y por si fuera poco, Obama
nombró por primera vez en la historia a una wise Latina, la jueza Sonia Sotomayor,
magistrada de la Corte Suprema de Justicia.
Cuando me termina de peinar, la hábil peluquera de manos milagrosas me pregunta, “y tú
¿quién crees que va a ganar?”. “A mí me encantaría tener una bola de cristal”, respondo,
consciente que la tendencia de las encuestas anda cual el huracán Sandy y pudiera estar
apuntando a un ganador de la elección popular pero no necesariamente de los colegios
electorales. “Solo espero que este país no pierda los inmensos logros de estos últimos cuatro
años. Me preocupa una vuelta al oscurantismo.”
Frase Importante 1:
En exactamente una semana, a eso de la media noche –si no hay recuento de votos o
desperfectos electrónicos en las mesas de votación–, sabremos quién es el vencedor de los
comicios más observados en el mundo.
Entradilla:
A dos cuadras de mi casa hay un salón de belleza que atienden unas serias pero amables
estilistas hispanas. No lo frecuento muy seguido, salvo cuando me percato que ya las greñas
necesitan un merecido recorte, como me sucedió hace unos días.
Tipo de opinión:
Columna
Categoría columna:
opinión
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Visa para un sueño
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