El autor confeso del crimen de Caloca dice que

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El autor confeso del crimen de Caloca dice que estaba bebido y drogado
El acusado del crimen de Caloca ha reconocido haber matado a la que era su pareja
sentimental el 18 de septiembre de 2013 en una pista forestal entre Caloca (Pesaguero) y la
localidad de Casavegas, en Palencia, aunque ha afirmado que se encontraba bebido y drogado
y que, tras una discusión, perdió "los papeles" y no recuerda qué pasó hasta que la vio muerta.
"Yo no quería matarla, pero lo hice", ha manifestado el acusado, Juan Carlos Pérez durante la
primera sesión del juicio con jurado que durante toda esta semana dirimirá sobre este crimen
de violencia de género en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria. El
Ministerio Fiscal le pide 15 años de cárcel por un delito de homicidio con el agravante de
parentesco, una petición con la que está de acuerdo la defensa de Juan Carlos Pérez Vejo,
aunque ésta pide que se le aplique el atenuante por drogadicción. Mientras que la acusación
particular que representa a la familia a la víctima y el Gobierno de Cantabria que ejerce la
acusación popular, al tratarse de un caso de violencia de género, consideran los hechos un
delito de asesinato y elevan la pena hasta los 20 años.
El imputado, que asestó unas 12 puñaladas a su pareja y se encuentra en prisión preventiva
desde entonces, ha asegurado no saber con qué la mató y que, en el momento de los hechos,
no portaba ninguna navaja o cuchillo, un arma que ha dejado entrever que podría haber estado
en el coche de la víctima, que se dedicaba a la ganadería y la agricultura. Según su versión de
los hechos, aquel día ambos habían quedado para ir a cenar y él antes había "fumado en base
heroína y cocaína", sustancias estupefacientes que compró días antes. Una vez que estuvo
con su pareja, cogieron el coche de ésta y, de la que se dirigían a cenar a un restaurante de
Polaciones, hicieron varias paradas en bares para tomar "chupitos" y "vinos".
Tras cenar, se plantearon si ir a tomar algo a Cervera de Pisuerga o si acudir a escuchar la
berrea, optando por lo segundo. De camino a la pista forestal, ha indicado que hicieron una
parada para que él "mease", momento que aprovechó, según ha asegurado, para "ponerse una
raya". Cuando regresó al vehículo, que él había conducido en todo momento, su pareja se
había sentado al volante, "aunque no se quién estaba peor", se ha preguntado durante su
relato.
En ese momento emprendieron camino hacia la pista forestal para ir a la berrea y, en un
momento determinado y sin haber tenido discusión previa, ha dicho que ella le empezó a
"insultar" y a decirle que era "un cornudo, un tonto", que "me había utilizado para echar a su
exmarido con esquizofrenia de casa". También ha asegurado que le empujó, se "abalanzó"
sobre él y le tiró del coche, haciéndose "una cicatriz que cualquier forense puede comprobar".
"Ahí perdí los papeles. La maté. Yo no quería matarla, para nada", ha destacado y, preguntado
por cómo la mató y con qué, ha insistido en que no tiene "ni idea" de qué utilizó para asestarle
las puñaladas ni sabe lo que hizo. Ha apuntado que sólo recuerda que, en un determinado
momento, ella abrió la puerta del coche y cayó al suelo.
El acusado ha señalado que después vio que estaba muerta y se quedó unos minutos
pensando en "qué había hecho". "No sabía lo que hacer", ha manifestado recordando aquel
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El autor confeso del crimen de Caloca dice que estaba bebido y drogado
momento, en el que al final movió el cuerpo de la víctima "medio metro" para sacarla del
trayecto de la pista por el que pasaban los coches pero "a la vista". "No la escondí", ha
apostillado. En este punto, ha insistido en que su intención no era matarla, que no fue algo
premeditado, porque "si hubiera sido así, podía haber cogido el cuerpo y el coche y haberlos
tirado en alguno de los pantanos cercanos como el de Polaciones o Ruesga".
Tras los hechos, ha indicado que fue a Aguilar de Campoo a "comprar droga" pero como no
encontró se dirigió a Santander, donde fue detenido casi dos días después del crimen, que se
destapó al encontrar unos excursionistas el cadáver de la mujer en la pista forestal.
A pesar de que el abogado de la defensa había indicado en su intervención inicial ante el
jurado que su cliente sólo iba a contestar a sus preguntas y a las del fiscal, Juan Carlos Pérez
ha respondido a las cuestiones de las acusaciones de la familia y el Gobierno.
No obstante, el acusado ha mantenido su versión de que lo ocurrido no fue premeditado y, a
pesar de que las acusaciones sostienen lo contrario y creen que la llevó allí con "claro ánimo
de quitarle la vida" de una forma "sorpresiva", ha insistido en que la víctima conocía esa pista
forestal, que ella estaba de acuerdo en ir a ver la berrea y ha enfatizado que "era una mujer
muy fuerte, mucho más que yo".
Las acusaciones, que tratarán de probar que hubo alevosía y, por tanto, el crimen fue un
asesinato y no un homicidio, tampoco han logrado con sus preguntas que el acusado añadiese
más detalles sobre los hechos ya que ha insistido en que no recordar en qué momento la mató
ni cómo. "Perdí la noción", ha señalado.
Por su parte, su abogado solo le ha preguntado si volvieron a cambiarse de asiento en el
vehículo en algún momento desde que la mujer se puso al volante, algo que el acusado ha
negado y ha precisado que, durante todo el trayecto por la pista forestal, condujo ella.
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