Ejercicio Espiritual Disponerse: Buscá un lugar tranquilo. Antes de

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Ejercicio Espiritual
Disponerse: Buscá un lugar tranquilo. Antes de comenzar tu oración, preparala. Es una manera
de disponerse con cariño al encuentro que estás buscando con el Señor. Buscá el texto con el que
vas a reflexionar y rezar, marcá dónde está en tu Biblia, recordá aquello que más te ha llamado la
atención, ponele nombre a la gracia que vas a pedir.
Primeros pasos: Al comenzar, cruzá miradas con El, tomá conciencia de que estás ante “Su”
presencia. Él te mira con ternura, quiere encontrarse con vos. Podes hacer la señal de la cruz,
como quien acoge en su cuerpo la presencia de Dios, o cualquier gesto simple que signifique que
estás en su Presencia: breve arrodillarse, breve inclinación del cuerpo. Luego, adquirí la postura
corporal más cómoda.
Tomá el texto y leelo un par de veces, lentamente. Pero, sin detenerte demasiado, dejá que vaya
entrando en tu corazón.
Composición del lugar: Volvé sobre el texto, sobre lo que te quedó en el corazón, o, tal vez,
sobre aquello que inmediatamente te suscitó pedir como una gracia, luego de la lectura. El Señor
te habla. Escúchalo. En este momento hacé una composición del lugar: esta “vista” es de la
imaginación. Imaginate la historia que acabás de leer con todos sus detalles … lugares, personas,
colores, ropas, voces, conversaciones, olores … Como si estuvieras "planeando" desde arriba
sobre la escena.
Haré una petición, de la gracia que creo el texto me ha sugerido, y creo estar necesitando.
Puede ayudarte el ir haciéndote preguntas: ¿Qué te llama la atención? ¿Por qué? ¿Qué tiene que
ver con tu vida? ¿Hay algo que te genere dificultad? ¿Qué deseos te mueve Dios?
No te apurés. Quedate donde puedas sentir y gustar a Dios, en tu corazón, en tu historia, en tu
oración. Ahora viene el momento de “ver, oir y mirar lo que hacen las personas y rumiar cada
cosa”. Si antes el observar era en altura ahora me imaginaré en la escena como si estuviera en
ella: ya no soy un observador, soy un protagonista. El objetivo es degustar el suceso bíblico, yo en
él, para “sacar provecho”.
Al ir terminando el tiempo del ejercicio, hace un pequeño “coloquio” (charla) con Jesús.
Conversá, como con tu amigo, acerca de lo que has vivido en el ejercicio/oración, y de los
sentimientos con los que te quedás. Puedo también "charlar" con las tres Personas Divinas, o con
la Virgen María, o con algún Santo querido, pidiendo lo que más sienta para seguir e imitar a
Jesús.
Una vez terminada la oración, podes cambiarte de lugar, revisar lo ocurrido, registrarlo por
escrito.
Y ahora a modo de resumen de este Ejercicio:
-
Preparate...
Leé el texto. Releé desde la memoria del corazón; fijate aquello que inmediatamente te suscitó
pedir como una gracia.
Imaginate la historia... como si estuvieras "planeando" desde arriba.
Haré una petición, de la gracia que creo el texto me ha sugerido.
Ahora me imaginaré en la escena... soy un protagonista.
Hacé un pequeño “coloquio” (charla) con Jesús.
Revisá lo ocurrido.
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