Educar es primordialmente un servicio. Un

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Educar es primordialmente un servicio. Un servicio a la vida original de cada persona, que
consiste en:
- Regalar la vida
- Despertar vida y
- Recibir vida para hacerla crecer hasta su plenitud original
Es un servicio a Cristo porque, como María, lo vemos en cada persona, según el designio
cristocéntrico de la creación entera y especialmente del hombre.
La forma original de educación en nuestros colegios se desprende de los tres principios
filosóficos de la educación del Padre José Kentenich y está determinada por cinco estrellas
directrices.
A - PRINCIPIOS FILOSÓFICOS FUNDAMENTALES
Él nombra tres principios básicos que constituyen el fundamento de todo el sistema
pedagógico.
“El orden del ser determina el orden del actuar” (Ordo essendi est ordo agendi)
“... El orden del ser objetivo, como expresión plena del plan y querer divinos para el
hombre como persona individual y social, determina el orden de vida y con ello, al mismo
tiempo, el fin y el modo de la educación. Podemos igualmente usar la siguiente
formulación: Operatio sequitur esse (el actuar se deriva del ser). Lo que significa que el ser
determina el querer y el deber. Dicho más exactamente: el ritmo objetivo del ser determina
el ritmo de vida subjetivo, constituyéndose así en norma para todo el sistema de
educación. Más aún: la dinámica del ser determina la dinámica de la vida y de la
educación. Con esto estamos reconociendo en el ser y en la vida la existencia de una ley
múltiple de desarrollo, sin negar por ello un fundamento inamovible en el ser y en la
esencia.”8
La gracia presupone la naturaleza; la gracia no destruye, sino eleva y perfecciona la
naturaleza. (Gratia praesupponit naturam; gratia non destruit sed elevat et perfecit
naturam).
"Con esto se toma posición en relación a lo propio de la naturaleza humana y a la gracia
que Dios le regala. Hablando con más exactitud, aquí se trata del ideal de la unión
armónica, orgánica y rítmica de la naturaleza y la gracia. Esto quiere decir que, según la
intención de Dios, el hombre redimido pertenece a ambos órdenes, al orden de la
naturaleza y al de la gracia.”9
El amor, ley fundamental del universo, ha de llegar a ser la ley fundamental de nuestra
vida y educación.
8 Mi filosofía de la educación. P. Kentenich. Chile 1985, pág. 10 s.
9 Idem, pág. 16 s.
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