INBA festeja a “El Gran Cocodrilo” Sabio y culto, lleno de amor y

INSTITUTO NACIONAL DE BELLAS ARTES
Dirección de Difusión y Relaciones Públicas
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“2014, Año de Octavio Paz”
México, D. F., a 16 de junio de 2014
Boletín Núm. 858
INBA festeja a “El Gran Cocodrilo”
 Sabio y culto, lleno de amor y humor: esos fueron “los rostros de Efraín
Huerta” que se recordaron
 A 100 Años del nacimiento del prosista, periodista y poeta mexicano
La sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes congregó a un numeroso
grupo de amigos, discípulos y lectores de Efraín Huerta, en un domingo 15 de junio
cuyo mayor atractivo resultó para propios y extraños, el alebrije copetudo con
enormes espejuelos que simulaba la imagen del llamado “Gran cocodrilo”. Con esta
tertulia iniciaron en Bellas Artes los festejos del primer centenario del nacimiento
del poeta guanajuatense.
Para Mónica Mansour, Huerta habló con “terrible sensibilidad” sobre la Ciudad de
México en sus libros Hombres del alba y Declaración de odio, esa ciudad “que
amamos y padecemos todos los días, que habíamos percibido y vivido pero no
habíamos podido expresar”, dijo la poeta y periodista, quien estuvo acompañada en
la mesa por Rafael Aviña, Francisco Hernández y Jorge F. Hernández.
“Sabio y culto, lleno de amor y humor, los cuatro escritores coincidieron al recordar
al autor de ¡Mi país, oh mi país! Esos fueron “Los rostros de Efraín Huerta” que se
recordaron en el homenaje, en el que se encontraba también su hijo, el también
poeta David Huerta.
Para Mansour, quien habló de la poética de “El Gran Cocodrilo”, Efraín Huerta
sigue siendo un hito: “Con ese manejo de lenguaje y esas acumulaciones de
imágenes, con esa sonoridad eufórica o disonante, según el caso, con esa percepción
y creación de las realidades cercanas, ha marcado la literatura en lengua española,”
afirmó.
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“2014, Año de Octavio Paz”
“La poesía de Efraín Huerta sigue transformando la vida de sus lectores y sigue
incluyendo la escritura de poetas más jóvenes, tal como sucedía mientras él estaba
aquí. Después de sus 32 años de muerto, Efraín Huerta seguirá siendo el ejemplo
del creador, del hombre íntegro y coherente consigo mismo, que multiplicado
crearía un mundo mucho mejor como él lo quiso y como todos lo querríamos.”
La autora de En cuerpo y el alma recordó con cariño sus pocos encuentros con el
escritor, abarcó en una ponencia amable, fluida, las diferentes vertientes que abarcó
el guanajuatense en sus poemas, desde “los amores, los odios, la mirada tan fina y
atinada, las burlas cuando eran necesarias, pero, sobre todo, el amor a la libertad y
la justicia que guió su vida hasta el último instante. Siempre luchó por la libertad de
todo, de la palabra, la poesía, la humanidad, la verdad, la conciencia, del mundo y,
muy especialmente, de la temerosa y vibrante llanura de sombras que es nuestra
patria (como la describe el mismo autor en Amor patria mía).”
Por su parte, Rafael Aviña destacó la “cálida” crítica de cine de Efraín: “Cuando
uno lee sus críticas de cine, incluso las firmadas con seudónimo, uno puede captar
la esencia de este hombre por dos elementos que son esenciales y que sin ellas un
crítico de cine está muerto: el oficio del escritor y la cinefilia. Su gusto por el cine
era algo sorprendente, era brutal, en el que tiene mucho respeto por la cultura
popular, algo de lo que la crítica de cine carece ahora y carecía desde entonces.
“Tenía un forma de escribir tan sencilla, para que los lectores pudieran entender
perfectamente, y este amor y concepto de la cultura popular mexicana…tenía una
mirada tan audaz que, además de anotar los datos gruesos de las obras: el trabajo del
director, el fotógrafo, los primeros actores, la escenografía, tenía la capacidad de
tomar nota de los actores secundarios; eso habla del respeto y el amor por el cine y
de su conocimiento, porque muchos de estos actores eran enormes maestros.”
Jorge F. Hernández recordó lo que para él, como lector, ha significado la obra de
Efraín Huerta: una lectura que haría de “este país, un país mucho mejor cuando se
proyecten en las paredes los poemas de Efraín Huerta y todos los poemas que nos
dieron patria, matria, vida, sensibilidad.
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“2014, Año de Octavio Paz”
El homenaje a Efraín Huerta estuvo animado por la presentación musical de “Siete
poemínimos”, llevados a la música por el compositor Enrique González Medina e
interpretados por la voz de la soprano Lourdes Ambriz y el piano de Yolanda
Martínez.
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