El sermón del monte III - Iglesia Evangélica Bautista | "Casa de

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ENTREMOS EN
TEMA
“Hagan brillar su
luz delante de
todos, para que
ellos puedan ver
las buenas obras de
ustedes y alaben al
Padre que está en
el cielo.”
(Mateo 5:17)
PARA
COMPARTIR
ENTRE TODOS
Guía de estudio semanal *** Casas de Bendición
El Sermón del Monte (I)
Las Bienaventuranzas ( Los que lloran)
Lección 3
EMPECEMOS COMPARTIENDO
“El mundo de hoy busca y necesita desesperadamente a verdaderos cristianos.
Nunca me canso de decir que lo que la Iglesia necesita hacer no es organizar
campañas de evangelización para atraer a otros, sino comenzar a vivir la vida
cristiana. Si lo hiciera, hombres y mujeres llenarían nuestras iglesias. Si todos
nosotros viviéramos el Sermón del Monte, los hombres sabrían que el evangelio
cristiano posee dinamismo; sabrían que es algo vivo; no andarían buscando en otras
partes. Dirían: aquí está lo que necesitamos” Martyn Lloyd-Jones
Como hemos dicho, las bienaventuranzas muestran el perfil del carácter de todo
verdadero creyente, y solo quien amolde su vida y conducta a ellas será un faro que
atraiga a otros, y la sal que transforme la corrupción en vida.
¿Resuma brevemente la enseñaza de la 1º Bienaventuranza?
¿Se puede ser un verdadero creyente omitiendo estas enseñanzas?
¿Cuál es el beneficio de llorar y lamentarse?
¿DE QUÉ SE TRATA?
“Bienaventurados
los que lloran,
porque ellos
recibirán
consolación”
Mateo 5. 1-12 (Resumen de la primera)
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”
Ese es el lugar de ellos, porque el Reino de los Cielos no se merece ni se compra, se
da como gracia a aquellos que reconocen su pobreza espiritual, y ponen su fe en
Jesucristo
1. Los que lloran
Lo primero que debemos dejar en claro es que aquí Jesús no se esta refiriendo a
aquellos que lloran por la perdida de un ser querido, o de algo muy preciado.
No esta diciendo aquí que llorar a causa de una desgracia nos convierte en dichosos.
El llanto es la expresión del dolor, de una pena que la persona siente en su interior;
En este caso el Señor llama bienaventurados a aquellos que sienten dolor a causa de
la maldad y el pecado que hay a su alrededor, y lloran por eso.
Haciendo una relación directa con la primera bienaventuranza
podríamos decir que una cosa es ser espiritualmente pobre y
reconocerlo; y otra es lamentarse y llorar por eso.
“Sentados junto a
los ríos de Babilonia,
llorábamos al
acordarnos de Sión.”
(Salmo 137:1)
Tenemos, en la Biblia, ejemplos de grandes hombres de Dios que lloraron por el
pecado y la maldad de sus pueblos.
Nehemías lloro cuando oyó acerca del estado en que estaba la ciudad de Jerusalén
“Me dijeron: Los cautivos que quedaron con vida están muy mal y pasando por muchas
vergüenzas; la muralla de Jerusalén está en ruinas, y las puertas de la ciudad fueron
quemadas. Cuando escuché esto, me senté a llorar y durante varios días” ( Nehemías 1:3)
Jeremías lloro sobre la ciudad de Jerusalén reducida a escombros, y viendo la muerte
y la desolación que la rebeldía y el pecado de la nación trajo sobre ella. (Lamentaciones)
Jesús lloro cuando desde el monte viendo a la ciudad que, insensible a su mensaje de
paz, sufriría las amargas consecuencias por el pecad de rechazarlo (Lucas 19:41)
Es a estos a los cuales Jesús llama bienaventurados, a aquellos que lloran al ver el
desastre causado por el pecado y maldad que ven a su alrededor
Pero no solo deberíamos llorar por los pecados de nuestro pueblo, sino también
por los nuestros propios. Un verdadero cristiano es aquel que, afligido por sus
pecados, llora lagrimas de arrepentimiento.
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Guía de estudio semanal *** Casas de Bendición.
La falta de verdadera conciencia del daño que produce el pecado en las vidas de los
creyentes, ha causado esta falta de lágrimas en muchos de nosotros.
Los que lloran por esta causa son bienaventurados, porque solo el que se lamenta de
“La tristeza que
viene de Dios lleva al su pecado, y se arrepiente, experimentara verdaderamente el gozo de la salvación.
arrepentimiento”
Es la experiencia de David que, mientras encubría su pecado, veía como su vida se
(2ª Corintios 7:11)
consumía por el abatimiento y la tristeza “Como flor marchita por el calor del verano, así
me sentía decaer” (Salmo 32:4)
2. Ellos recibirán consolación
La promesa es que los que así lloran, los que se lamentan a causa de los pecados que
ven a su alrededor, y por su propia pecaminosidad, recibirán el único consuelo que
puede aliviar su pena, el perdón amplio y generoso de Dios.
El consuelo, es la absolución de la condena que merecíamos, lo que nos hace estar
nuevamente en legalidad, a derecho con Dios. Esto es lo que David llama “El gozo
“¡Devuélveme el
gozo de tu salvación! de la salvación”
¡Dame un espíritu
Pero a esta altura debemos decir que únicamente lloraran de esta manera, y por
dispuesto a
consiguiente recibirán consolación, aquellos que experimenten verdadera
obedecerte!”
convicción de pecado. David no fue consolado hasta que, por medio del profeta
(Salmo 51:12)
Natan, no tuvo convicción de la magnitud de su pecado (2º Samuel 12.1-7).
No puede haber consolación si primero no hay real convicción de pecado, y sin
que esta nos lleve al arrepentimiento. No un convencimiento producido por la
conciencia humana, sino la convicción que produce el Espíritu Santo de Dios.
No hablamos de la pena que produce el ser descubierto en nuestro pecado, sino del
Cuando El venga, dolor, la pesadumbre que produce en nosotros el Espíritu Santo cuando le fallamos
a Dios. Solo esta acción divina nos conducirá al verdadero arrepentimiento, aquel
mostrará
que produce frutos que lo evidencian. (Mateo 3:8)
claramente a la
gente del mundo
Consolados viene del verbo parakaleo que deriva de parakletos, que es el nombre
quién es pecador,
con el cual Jesús identifico al Espíritu Santo, el Consolador. (Juan 14:16) Por lo cual
quién es inocente,
podemos decir que Aquel que provoca en nosotros la convicción de pecado que
y quién recibe el
nos hace llorar, es el único capaz de consolarnos
juicio de Dios.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
(Juan 16:8)
Es bienaventurado, dichoso el que va a Dios llorando, dolorido por su pecado,
porque recibirá consolación. El amor y perdón que recibimos de El consuela
plenamente el dolor y las lagrimas que nuestros errores nos provocan.
Es bienaventurado el que así llora, porque el consuelo divino lo llevara al
arrepentimiento y el Espíritu Santo lo guiara de nuevo por el camino correcto
¿SEÑOR ¿QUÉ
QUIERES PARA
NOSOTROS
HOY?
PARA
RECORDAR EN
LA SEMANA
 APLICANDO ESTA VERDAD A NUESTRA VIDA
Que veamos lo serio y dañino que es pecado en nuestras vida, y nos alejemos de el.
Que sepamos que permanecer en nuestro pecado nos vuelve insensibles a el
Que el que encubre su pecado no prosperara, mas el que llora y se aparta de el
alcanzara misericordia, perdón y consuelo de Dios
 NUESTRO COMPROMISO
Orar unos por otros para que seamos sensibles a la voz del Espíritu
Oremos para que nuestra congregación anhele una vida de santidad
Oremos para que siempre experimentemos la convicción de pecado que nos lleva al
arrepentimiento y al perdón del Señor
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