Exageraciones

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02/07/2014
Tirada:
27.472 Categoría: Galicia
Difusión:
22.735 Edición:
Regional
Audiencia: 79.572 Página:
3
AREA (cm2): 222,3
OCUPACIÓN: 20,7%
{ APUNTES }
Exageraciones
Luis Caramés Viéitez
A ALGUNOS nos llaman exagerados cuando nos referimos a la
mala calidad de la educación en
España. Tendrán razón, así que
olvidémoslo, pedagogos y políticos tiene el sistema que deberán
responder. Las reformas de la enseñanza afectan normalmente a
dos o tres generaciones, de ahí
que han de ser coherentes y sólidas. Nosotros, sin embargo, des-
pués de anuncios prometedores,
quedamos en la norma dispersa,
que espolvorea con generosidad
ideas y ocurrencias. Pero ya digo
que ese negociado no toca, así
que, como ya hicimos otros años,
solacémonos con las perlas que
algunos estudiantes regalan a sus
profesores en los exámenes, dignas competidoras de otras ya históricas o contemporáneas, del
cuerpo docente.
Los hay honrados, que no dudan en reconocer su desnuda
realidad: “debo confesar que no
tengo ni idea de quien era Kant”.
Preguntado otro/a por la teoría
de la elección colectiva, que utiliza la economía para analizar
problemas de la política, contesta en poeta: “nuestra libertad de
elección puede estrellarse ante el
arco iris de nuestras emociones”.
¡Bravo!
En cuestión de geografía e his-
V.PUB.: 803
Las reformas de la
enseñanza afectan a dos o
tres generaciones, han de
ser coherentes y sólidas
toria se rozan récords muy altos,
véase si no la respuesta acerca
de los descubrimientos: “en principio, ha sido Colón el que descubrió China, un poco antes de
hacer lo mismo con las Indias.
Y es posible que Vasco de Gama
pasase por allí, pero no tengo certeza”. Quien también contestó,
por cierto, a una cuestión sobre la
comparación entre China y España: “estos dos países son bastante
parecidos, salvo en el tamaño, en
su poder financiero, en el número
de habitantes y en el idioma”. Supongo que luego iría a reclamar,
dada su intensa vocación por la
Escuela Diplomática.
NOTICIAS PROPIAS
A la hora de comentar textos, hay quien se supera, como
demuestra lo que sigue: “este
poema, que también se puede
llamar poesía, tiene muchas
comparaciones y ánforas”. Quizá compartiese pupitre con el/la
que, en plan desenfadado, incluyó esta frase, campechana donde las haya: “como decía el otro,
pienso, así que soy”. Es lo que se
llama quitar retórica al asunto,
redondeando el folio con esta
confesión: “podríamos comparar
Descartes a un filósofo”.
Concluyamos este divertimento, absolutamente real, aunque
no representativo de la media, a
Dios gracias, con una confesión
paradigmática, también incluida
en la respuesta de un examen:
“Sé que soy un asno. Pero no por
saberlo, sé que necesariamente
triunfaré”. Stultus, audax.
Catedrático de Hacienda Pública
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