Moniciones Domingo XIV del Tiempo Ordinario 5 de Julio 2015 Monición de entrada Hermanos: sean bienvenidos a participar en esta Eucaristía dominical, donde veremos cómo Cristo es rechazado por los suyos en Nazareth. Pero nosotros estamos aquí, un domingo más, para reconocer, aceptar y confiar en Jesús, a pesar de nuestras debilidades y pecados. Vivamos intensamente esta celebración. En pie, por favor. Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición): La Palabra de Dios en este domingo, nos habla que tanto el profeta Ezequiel como el mismo Jesús, tuvieron que enfrentar el rechazo de su pueblo. Pero ambos son testigos de que aún en este rechazo, Dios visita y salva a Israel, especialmente al enviarle a su Hijo amado. O hacer la monición a la Primera Lectura (Ez 2,2-5), y luego las siguientes, como es costumbre El profeta Ezequiel, centinela de su pueblo, es llamado por Dios a ser profeta de Israel, pese a que su pueblo es un pueblo rebelde. Monición al Salmo Responsorial 122 Aclamemos al Señor, con este salmo de súplica, a quien esperamos que nos mire con misericordia. Monición a la Segunda Lectura (2 Cor 12,7b-10) “Te basta mi gracia, pues la fuerza se realiza en la debilidad”. Esto es que lo hoy nos enseña San Pablo, cuando nos cuenta de sus debilidades y nos enseña a confiarnos en Dios, cuando enfrentemos nuestra propia “espina en la carne”. Monición al Evangelio (Mc 6,1-6) Jesús es rechazado por su pueblo rebelde e incrédulo, anticipo del destino de los suyos, de la Iglesia y de todos aquellos cristianos, que hoy día son perseguidos y rechazados en este mundo. Oración de los fieles Celebrante: Presentemos a Jesús el Señor, nuestras plegarias y peticiones, diciendo: Escucha, Señor y ten piedad. Oremos por la Iglesia, para que anuncie al mundo las riquezas del Reino de Dios, destinado a los sencillos y a los pobres. Roguemos al Señor. Oremos por el Papa Francisco, para que con sus gestos de sencillez, modestia y sinceridad, sea ejemplo para todos del auténtico seguimiento a Cristo pobre y humilde. Roguemos al Señor. Oremos por nuestro obispo…, (mencionar el nombre del obispo) para que siga anunciando que con el Reino de Dios, ha llegado para nosotros la salvación y la vida. Roguemos al Señor. Oremos por los gobernantes, de todos los pueblos y naciones, para que no se olviden de los necesitados y busquen la paz. Roguemos al Señor. Oremos por todos los que están lejos de su hogar, por motivos de trabajo o de descanso, para que se reencuentren con sus familias y vuelvan con alegría a sus tareas y responsabilidades. Roguemos al Señor. Oremos por los pobres y necesitados, para que encuentren soluciones a sus justas aspiraciones. Roguemos al Señor. Oremos por los difuntos de nuestras familias y de la comunidad cristiana, para que el Señor les conceda la alegría de vivir para siempre con él. Roguemos al Señor. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Presentamos a Dios el pan y el vino que, una vez consagrados, serán el Cuerpo y Sangre del Señor, para poder vivir de manera más plena el amor a Dios y el amor a los hermanos especialmente los más cercanos de nosotros. Monición a la Comunión Que la Eucaristía que vamos a comulgar sea anticipo de la vida eterna y prenda de resurrección para todos los que nos acercamos a la mesa de los hermanos. Monición de despedida (optativa) Al regresar a nuestras casas y trabajos, y habiendo sido alimentados con la Palabra y la Eucaristía, que nos sintamos llamados a anunciar el Evangelio, pese al rechazo que eventualmente podamos sufrir, siguiendo el ejemplo valiente del Señor. Moniciones Domingo XV del Tiempo Ordinario 12 de Julio 2015 Monición de entrada Una vez más nos reunimos en esta Eucaristía, para escuchar la Palabra de Dios y participar del banquete de los hermanos. Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús enviando a los Doce, de dos en dos, a anunciar el Evangelio del Reino de Dios y a sanar las dolencias del pueblo. Una tarea que debemos continuar nosotros. Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Se ponen de pie, por favor. Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición) Todos los cristianos somos necesarios para llevar a cabo la obra que Dios quiere. Ser profeta, entre otras cosas, es comunicar el anuncio de la muerte y de la resurrección de Cristo. Para ello contamos con el auxilio de Dios que, en Cristo, nos ha bendecido con su amor, con su santidad, con su fuerza y con su perdón. Las tres lecturas que vamos a escuchar nos invitan a evangelizar. O la siguiente monición a la Primera Lectura (Am 7,12-15), haciendo además, las restantes: El profeta Amós enfrenta valientemente al sacerdote Amasías, que quiere impedirle la misión de ser profeta de Dios en medio de su pueblo. Monición al Salmo Responsorial 64 “Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”, canta el salmista y con él, unidos a toda la Iglesia, aclamamos a Dios que anuncia la paz a su pueblo. Monición a la Segunda Lectura (Ef 1,3-14) Escucharemos, en esta segunda lectura, un bellísimo himno compuesto por San Pablo, en el que nos presenta todos los bienes de la salvación, que adquirimos por Cristo. Monición al Evangelio (M 6,7-13) Jesús envía a los Doce con autoridad, para evangelizar y sanar, con apenas lo indispensable. Hoy también somos llamados a llevar las riquezas de la persona y de las enseñanzas del Redentor, a todos los pueblos y ambientes. Oración de los fieles Celebrante: Presentemos a Jesús, el anunciador del Reino de Dios, nuestras oraciones con toda confianza, diciendo: Escucha, Señor, nuestras oraciones. Por la Iglesia extendida por el universo, para que siga esparciendo la semilla del Reino de Dios en el mundo. Oremos. Por el Papa Francisco y por nuestros evangelizadores, para que con su vida y ejemplo, sigan anunciando el Reino de Dios, especialmente a los pobres y marginados. Oremos. Por nuestros sacerdotes, misioneros, religiosos y laicos, para que crezca en ellos el amor a su misión, y para que no nos olvidemos de rezar por ellos y de apoyarles en todo momento. Roguemos al Señor Por los gobernantes, para que trabajen por la promoción humana y la justicia social en nuestros pueblos. Oremos. Por los hombres y mujeres del mar, que en estos días están celebrando con gozo la fiesta de Nuestra Señora del Carmen y por todos los que viven de la pesca, para que Dios les permita ganarse su sustento, de las riquezas de nuestros mares. Oremos. Por todos los que se dedican a extender el Evangelio, para que cuenten siempre con los medios necesarios para llevar a cabo su misión evangelizadora. Oremos. Por todos nosotros, para que, con nuestra oración y con nuestra acción, colaboremos en la promoción de nuevas vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Oremos. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Que este pan y vino, que presentamos en el altar, sea para nosotros el apoyo que necesitamos para vivir las exigencias del Evangelio que hoy hemos escuchado. Monición a la Comunión Recibamos con fe viva el Pan celestial que es Cristo, para que sea alimento de salvación, en nuestro diario vivir. Monición de despedida (optativa) Habiendo participado de la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía, pidamos a Dios que el Pan de vida nos ayude en nuestros trabajos evangelizadores, como los Doce fueron enviados a evangelizar con la fuerza de Cristo y de su Reino. Moniciones Domingo XVI del Tiempo Ordinario 19 de Julio 2015 Monición de entrada Bienvenidos todos a la celebración de la Eucaristía, en el Día del Señor. Hoy el Evangelio nos cuenta que Jesús invita a sus amigos a un lugar tranquilo, para descansar del ajetreo del día a día. Una vez a la semana, Dios nos invita a descansar con Él, a escuchar su Palabra, a orar con Jesús y con los hermanos. Nuestra iglesia es un lugar tranquilo, al que hoy nos trae el Señor para celebrar con Él el amor y la salvación en la Eucaristía. Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición) En la primera lectura veremos que Jeremías, profeta del pueblo, se enfrenta con los reyes por el descuido con el que tratan las cosas de Dios y el abandono de los pobres. San Pablo en la segunda lectura, nos dirá que Jesús murió para reconciliar con Dios a los de fuera y a los de dentro, a todos, sin rechazar a nadie. Por último, la invitación de Jesús en el evangelio, “vengan a un sitio tranquilo”, es también para nosotros. Jesús se retiraba con frecuencia a un lugar tranquilo para estar a solas con su Padre. Siguiendo su ejemplo, nosotros hemos de saber buscar ratos para estar a solas con Jesús. Escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios. O esta monición a la Primera Lectura (Jer 23, 1-6), siguiendo con las restantes: Escuchemos la valiente denuncia que hace al profeta Jeremías contra los malos pastores de su pueblo y la promesa de Dios, acerca de la llegada de un nuevo pastor. Monición al Salmo Responsorial 22 Cantemos este salmo tan conocido, de confianza profunda en nuestro Dios Pastor, diciendo todos: Monición a la Segunda Lectura (Ef 2,13-18) Cristo es nuestra paz, él ha hecho de dos pueblos uno solo, nos enseña san Pablo, pues la redención de Cristo ha traído la reconciliación, la paz y el perdón a todos. Monición al Evangelio (Mc 6,30-34) Vengan a descansar, a estar a solas conmigo... nos enseña el Señor Jesús a todos nosotros, en medio de nuestras carreras y ajetreos, para recobrar fuerzas y seguir en nuestra trabajo evangelizador. Oración de los fieles Celebrante: Presentemos a Jesús, el Buen Pastor, que hace descansar a su pueblo, nuestras oraciones y plegarias, diciendo: Señor, ten piedad de nosotros. Por la Iglesia, para que lleve la Palabra del Reino de Dios a todos los hombres y mujeres del mundo. Oremos. Para que tengamos buenos y solícitos pastores, a imitación de Cristo, el Buen Pastor, que estén atentos a llevar la Palabra de Dios y a alimentar a sus hermanos en la fe, en la piedad y en el amor. Oremos. Para que podamos sacar buenos ratos de oración, de meditación de la Palabra de Dios y de descanso junto a Jesús, tan necesarios en las tareas evangelizadoras de la Iglesia. Oremos. Para que desaparezcan las guerras, la violencia y las injusticias, que tanto dolor y sufrimiento llevan al mundo. Oremos. Oremos por todos nuestros familiares y amigos que han abandonado la fe, para que puedan vivir la vida de gracia en la familia de los hijos de Dios. Oremos. Por los enfermos y necesitados de nuestra comunidad cristiana, para que experimenten el consuelo de Dios y el auxilio de los hermanos. Oremos. Por nuestros difuntos, familiares y amigos, para que estén descansando en paz, con la esperanza de su futura resurrección. Oremos. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Presentamos al altar de Dios, el pan y el vino de la tierra que, aunque permaneciendo sus apariencias, se convertirán verdaderamente en Cristo, que se nos hace presente en este momento, para que podamos participar de los frutos de la salvación. Monición a la Comunión Recibamos a Cristo en la Eucaristía y que su Palabra hecha cuerpo y sangre eucarísticas, nos alimente y nos haga descansar. Monición de despedida (optativa) Estamos contentos de haber celebrado la Eucaristía, en este día en que Jesús nos invita a descansar, a estar con él, a vivir tranquilos, para que recobremos fuerzas, cada día y enfrentar con valentía el quehacer evangelizador. Moniciones Domingo XVII del Tiempo Ordinario 26 de Julio 2015 Monición de entrada Hermanos y amigos: Bienvenidos a esta Eucaristía dominical. El Señor, en ella, nos repartirá el Pan de su Cuerpo, para que no nos falte el Pan de la Vida. Movidos por la fe y por el amor, demos gracias a Dios por el pan de cada día y por las veces que nos ha alimentado con el Cuerpo y Sangre de Cristo. Que este encuentro nos haga más generosos y más fieles en la forma de vivir nuestra vida. Y que la fe en Jesús sea para nosotros una fuerza que nos impulse siempre hacer el bien. Comenzamos con alegría la Santa Misa. Monición a las tres lecturas de hoy (si desean hacer solamente esta monición) Escuchemos con atención las tres lecturas. En la primera lectura y en el evangelio, escucharemos el relato de dos multiplicaciones milagrosas, realizadas por el profeta Eliseo y por Jesús, respectivamente. San Pablo, en la segunda lectura, nos invitará a vivir como pide la vocación cristiana: con humildad, con amabilidad y siendo siempre comprensivos. Que la Palabra de Dios, que vamos a proclamar, sea acogida por todos nosotros con interés y con sencillez de corazón. O hacer esta monición a la Primera Lectura (1 Rey 4,42-44), y luego las demás: La multiplicación de los panes de cebada, hecha por Eliseo, anuncia el Evangelio de hoy, en el que Jesús hace lo mismo por su pueblo hambriento. Monición al Salmo Responsorial 144 Abres tú la mano, Señor y nos sacias de favores... canta el salmista, reconociendo la maravillosa providencia de Dios, que alimenta a todo ser viviente. Por eso, decimos (o cantamos) todos: Monición a la Segunda Lectura (Ef 4,1-6) Un solo Señor, una fe, un solo bautismo y un solo Dios y Padre. En estas frases de San Pablo, encontramos la enseñanza de la segunda lectura de este domingo, quien nos invita a vivir en la unidad. Monición al Evangelio (Jn 6,1-15) Con la multiplicación de los panes, Jesús nos enseña que él es el Pan de Vida, que viene a saciar nuestras necesidades humanas. Escuchemos con atención el Evangelio de hoy. Oración de los fieles Celebrante: Presentemos a Jesús, el Pan de Vida, nuestras súplicas, pues siempre está atento a nuestras necesidades, diciendo con fe viva: Escucha, Señor y ten piedad. Por la Iglesia, para que sepa repartir a los suyos, el Pan de Vida que es Cristo, en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. Oremos. Por todos los gobernantes y todos los estados de la tierra, para que procuren el progreso de los pueblos, la promoción humana, la justicia y la caridad para con los pobres, para que a nadie le falte lo necesario para vivir. Oremos. Por todos los que sufren la soledad, el desarraigo, la marginación o el abandono, para que encuentren una mano que les ayude a restablecer su dignidad y relación, con una sociedad más justa y pendiente de ellos. Oremos. Por los que nos encontramos celebrando la Eucaristía, para que salgamos de ella con el compromiso de ayudar a los pobres, ancianos o enfermos, multiplicando nuestro tiempo y nuestros bienes, si fuera necesario. Oremos. Por todos nosotros, para que experimentemos la caridad y el amor de Cristo, el verdadero maná del cielo, el Pan de Vida que viene a satisfacer nuestras esperanzas y necesidades humanas. Oremos. Por nuestros difuntos, en especial, los que han muerto recientemente, para que hayan sido llevados a la casa del Señor y compartan con Él su banquete. Oremos. Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Con el pan y el vino, frutos de nuestros campos, damos gracias al Señor porque se quiso quedar en este sacramento para fortalecer y acompañar nuestra vida cristiana. Presentémoslos en el altar de Dios. Monición a la Comunión Que la Eucaristía sea el pan cotidiano, que pedimos a Dios en el Padrenuestro; así también el pan espiritual y el pan material que necesitamos siempre en nuestro caminar. Monición de despedida (optativa) Al regresar a nuestras casas y trabajos y habiendo sido alimentados con la Palabra y la Eucaristía, que la enseñanza del Evangelio de hoy domingo, nos ayude a todos a compartir nuestros bienes con los demás, para que a nadie le falte lo necesario, siguiendo el ejemplo de Cristo, pan vivo bajado del cielo.