País GABRIEL GATICA R. MIÉRCOLES 13 DE ABRIL DE 2016 Lissette Villa sufrió una crisis el lunes, luego de que ningún pariente la visitara el fin de semana. Llevaba un mes sin visitas. Natalia Heusser H. l domingo era jornada de visitas en el Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Galvarino, perteneciente al Servicio Nacional de Menores (Sename). Ese día Lissette Villa (11), una de las pequeñas del recinto, se quedó hasta tarde esperando la llegada de un familiar cercano, pero nadie apareció. Ya se completaba un mes sin que nadie fuera a verla. Después de esa desilusión, una más para esta niña que desde los cinco años había transitado por centros del Sename, se desencadenaron los problemas. El lunes en la mañana comenzó con una crisis emocional incontrolable, con llanto persistente y agitación psicomotora. Debido a eso, recibió atención del personal de la Unidad de Salud del centro, pero cerca de las 20 horas cayó desmayada en el patio del lugar, producto, preliminarmente, de un paro cardiorrespiratorio. Según información entregada por el Sename, el equipo profesional activó los protocolos de urgencia en forma inmediata y la niña recibió atención de los auxiliares paramédicos. Al observar que Lissette no reaccionaba y ante la demora de la ambulancia, se solicitó la ayuda de bomberos de un cuartel vecino, quienes realizaron reanimación durante 45 minutos. A pesar de los esfuerzos la niña murió frente a sus compañeros, quienes ayer fueron trasladados a otro centro del Sename. E DESCARTAN INTOXICACIÓN La madre de Lissette, Juana Poblete, reconoció que había dejado de lado a su hija por un tiempo, pero que ahora estaba retomando el contacto. “Ahora justo dejé de ir a verla por problemas que yo tenía. Es que tengo otro hijo y también necesitaba mi apoyo”, dijo. 5 años tenía Lissette cuando ingresó al Sename. El centro Galvarino del Sename recibe a niños de entre 6 y 12 años de edad. LA MENOR ESTABA BAJO LA TUTELA DEL SENAME Una profunda tristeza llevó a la muerte a pequeña de 11 años Quienes la conocieron, describen a Lissette como una niña desordenada, hiperkinética y simpática. Entró por primera vez a programas de protección a los cinco años, por vulneraciones de sus derechos. El Tribunal de Familia decidió que ingresara a una residencia de protección cuando tenía ocho años. Su último ingreso al centro Galvarino fue a fines de 2014 y paralelamente estaba en tratamiento de reparación por ser víctima de abuso sexual intrafamiliar. Su padre fue condenado por abuso en 2010. Marcela Labraña, directora del Sename, lamentó profundamente lo sucedido e indicó que “se hizo todo lo que se pudo para tratar de salvar a la niña”. Además, explicó que Lissette “Si bien hay una enfermera y una unidad de enfermería, no todos están capacitados para hacer una reanimación”. René Sáez, dirigente de funcionarios Sename se encontraba en un tratamiento psiquiátrico producto del abuso del que fue víctima. Y descartó que su deceso fuera por una intoxicación por medicamentos. “Ella tenía once años, ella no era consumidora de nada, ella tenía un tratamiento por un estrés postraumático”, indicó. Labraña aclaró que la niña no tenía acceso a los fármacos. “Los tratamientos siempre son entregados por equipos de salud de los centros, en dosis, las precisas”, sostuvo. La Brigada de Homicidios de la PDI descartó participación de terceros en el hecho y ahora se espera el informe de autopsia que entregará el Servicio Médico Legal para saber la causa de muerte. Funcionarios del Sename indicaron que a la hora que falleció Lissette el centro se encontraba en cambio de turno, lo que habría provocado un posible vacío en la atención de la niña, algo que fue descartado por Labraña. “El Sename, sobre todo los “Se hizo todo lo que se pudo para tratar de salvar a la niña producto del estado emocional que tenía”. Marcela Labraña, directora del Sename. centros, trabajamos 24/7 y más allá de un cambio de turno, no hay vacíos en en la atención de la niña. Por lo demás Lissette era una niña que todo el día se había estado conteniendo y acogiendo”, argumentó. ¿Influyeron los fármacos o la falta de especialistas? René Sáez, presidente de la Asociación Regional Metropolitana de Trabajadores y Trabajadoras del Sename, indicó a La Hora que no es primera vez que un niño tiene una reacción como la que tuvo Lissette. “Varios presentan descompensación psicológica por pena, alegría o euforia. Y para eso hay protocolos. Cuando un chico se descompensa, se administra un SOS, que puede ser inyectable o en tableta”, detalló. Sáez sugiere que este último fármaco de contención podría haber sobreactuado con los otros medicamentos psiquiátricos que recibía la niña. Además dijo que tal vez en el cambio de turno de trabajadores (entre 20 y 20.30 horas) la niña podría haber sido desatendida. En esta línea indicó que hacen falta especialistas y funcionarios en los centros del Sename, tanto para controlar situaciones de crisis como para otras áreas.