Adquisición y controversias en torno a los

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ADQUISICIÓN Y CONTROVERSIAS
EN TORNO A LOS
ACORAZADOS RIVADAVIA Y MORENO
FRANCESCO NAHUEL VENTURINI
Departamento de Estudios Históricos Navales (DEHN)
Resumen:
El presente trabajo tiene como centro de análisis el período de adquisición de los acorazados gemelos
Rivadavia y Moreno, de acuerdo a las contingencias y vicisitudes sufridas y la coyuntura especial en que
fueron construidos. El proceso de licitación fue un punto fundamental en el posterior éxito de las
construcciones, pues se tomaron aquellos aspectos que se creyeron más útiles de las principales marinas
para plasmarlos en los requerimientos técnicos solicitados a las casas navieras. La compra de
dreadnoughts por parte de las dos naciones supuso un incremento de las tensiones diplomáticas durante el
trascurso de su construcción y también, generó malestar en algunos sectores políticos de nuestro país.
Palabras Clave: Acorazados, Argentina, Brasil, adquisición, poder naval
Abstract:
This paper is centered in the analysis of the acquisition period of the twin battleships Rivadavia and
Moreno, according to the contingencies and vicissitudes suffered, and the special situation in which they
were built. The bidding process was a pivotal point in the subsequent success of the buildings, as the
major marinas aspects that were believed most useful were taken into account, to include them in the
technical requirements for the shipping houses. The purchase of dreadnoughts by the two nations led to
increased diplomatic tension during the course of its construction and also created a deep sense of unease
in some political sectors of our country.
Keywords: battleships, Argentina, Brazil, acquisition, naval power
***
A modo de introducción
La firma de los Pactos de Mayo del año 1902 significó para Argentina y Chile la
paralización de los proyectos destinados a adquirir material naval y el desarme de gran
parte de sus buques. El pacto de Armamentos Navales fue uno de los principales
instrumentos acordados por ambas naciones para equiparar el poder de sus flotas y
alejar el peligro de un enfrentamiento bélico. De esta coyuntura, Brasil obtuvo ventajas
militares, adquiriendo poderosas unidades flotantes e iniciando así una nueva carrera
armamentística en el Cono Sur.
1
Francesco Nahuel Venturini
Por aquellos años, el país vecino se encontraba en una posición mercantil ventajosa
debido a la explotación del café y caucho. Esta bonanza le permitió adquirir dos
acorazados y otros buques de guerra, para de esta manera erigirse a partir de 1910 en
potencia naval de la región.
Por su parte, Argentina también pasaba por un periodo de estabilidad política y
prosperidad económica a partir del liberalismo político y económico que se traducía en
un modelo comercial agroexportador con el continente europeo e importantes relaciones
financieras con Inglaterra.
Los argumentos en los que se basaban las naciones que miraban al mar como un
elemento de poder y riqueza económica deben rastrearse en la tesis del marino
estadounidense Alfred Mahan 1 , quien otorgó los principios teóricos que fueron
complementados y llevados a la práctica gracias a las observaciones realizadas por
agregados militares de diversos países durante las acciones de la guerra ruso-japonesa
(1904-1905). Estos postulados le otorgaron a la Argentina y Brasil el sustento doctrinal
para las adquisiciones de navíos de alto tonelaje y la defensa del extenso mar territorial
en vista de un hipotético conflicto con algún país vecino.
Tensiones diplomáticas y medidas adoptadas
Ambos países siguieron una línea política que intentaba emular la de su par, con lo
cual procuraron captar dentro de su esfera política a los demás países limítrofes para
obtener aliados firmes en el hipotético caso de un conflicto armado y lograr una
supremacía regional. Los gobiernos de Bolivia y Paraguay, por ejemplo, pidieron la
mediación del mandatario argentino José Figueroa Alcorta en la disputa fronteriza
pendiente que tenían entre ellos, lo que molestó a la administración brasileña. Por su
parte, los uruguayos se acercaron a Brasil y suscribieron, con el canciller José Maria da
Silva Paranhos, conocido como Barón del Río Branco, un tratado de límites.
En estos primeros años del siglo XX, la pugna entre ambas administraciones no sólo
se dio en el ámbito marítimo, sino que se trasladó también al nivel diplomático: fue el
caso del ministro de Relaciones Exteriores brasilero Río Branco y su par argentino
1 Su doctrina tuvo eco en las armadas de un sinnúmero de naciones europeas y extra europeas. Consistía
en la existencia de una poderosa flota naval que debía detentar un país para dominar a sus contrincantes,
con los beneficios que traería aparejado esto mismo. Quien dominara los mares, podía controlar el
comercio y el transporte regional. En caso de una contienda, la flota vencedora bloqueaba las costas y los
puertos del enemigo, neutralizando su capacidad de reacción.
2
Adquisición y controversias en torno a …
Estanislao Zeballos 2 , ambos defensores de una política de defensa activa para su
nación.
Esta tensión política también se vio reflejada en el plano militar con una virtual
paridad en el número de acorazados y otros navíos, con lo cual se buscó en todo
momento por parte de las armadas un equilibrio armamentístico sostenido en el poder
de fuego para no dejar que el oponente tuviera ventajas.
Los cancilleres bregaron por un reequipamiento y modernización de las unidades.
Río Branco buscaba la conformación de una poderosa flota naval que actuara como
disuasivo ante las pretensiones de la Argentina, es decir, tenía una concepción de “paz
armada”. En cambio, el ministro Zeballos creía que el país estaba predestinado a ser un
pueblo viril y fuerte. Tanto es así que las capacidades y potencialidades materiales,
productivas y poblacionales la convertían en una nación poderosa a nivel continental.
Durante el año 1904, el canciller argentino intentó conciliar con los brasileros sus
vecinos una vía de negociación a partir de un desarrollo equiparado de las dos flotas.
Sin embargo, cuando se concretó el pedido brasilero con buques de gran porte a los
astilleros ingleses (dos años después), Zeballos adoptó una actitud más beligerante con
el país vecino. De esos años datan una serie de artículos en el Boletín del Centro Naval
y en la Revista de Derecho, Historia y Letras. El ministro también se encargó de
publicar algunos de sus artículos en el diario La Prensa dando a conocer a la opinión
pública sus pensamientos relacionados con esta situación. Este periódico además,
difundía editoriales de los exponentes del nacionalismo que instaban a un
reequipamiento del material flotante e hipotetizar sobre los peligros inmediatos del país
vecino. Por su parte, el diario La Nación procuró disminuir la escalada discursiva pro
armamentista.
A su vez, el ideario de escritores e intelectuales nacionalistas como Leopoldo
Lugones, José Ingenieros y Ernesto Quesada hablaban de una supremacía racial
hispanista en detrimento de otras etnias como la “raza anglosajona”, identificando a la
soberanía nacional con independencia política, económica y militar.
Por el lado del Brasil, existieron debates y acalorados discursos en el Congreso al
momento de tratar el proyecto de ley que tenía por objetivo un programa de
2 Se graduó de abogado y ya desde joven dedicó su vida a la política, al periodismo y a las relaciones
diplomáticas. Fue cofundador del diario La Prensa (1874) y electo tres veces diputado nacional (1880,
1884 y 1912). También desempeñó el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores de tres presidentes:
Juárez Celman (1889), Carlos Pellegrini (1891) y Figueroa Alcorta (1906-1908).
3
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construcción y renovación parcial de la flota 3 . Luego de las deliberaciones a favor y
en contra del mismo, se sancionó en diciembre de 1904 la ley de Armamentismo Naval.
Consistía en la compra de tres acorazados, tres cruceros acorazados, seis destructores,
doce torpederas y tres submarinos 4 .
Como se señaló, este país pasó a ser la potencia militar de Sudamérica con la
adquisición en 1908 y posterior incorporación en 1910 de los acorazados gemelos
Minas Gerais y Sao Paulo 5 . Los cruceros acorazados tenían un desplazamiento,
tonelaje y poder de fuego mucho mayor que las unidades más importantes con que
contaban las principales repúblicas sudamericanas.
En respuesta al programa armamentista del Brasil, las autoridades nacionales
argentinas comenzaron a debatir en 1906 qué medidas se tomarían para no quedar
rezagados en materia naval. Para este fin se formó a pedido del presidente José Figueroa
Alcorta, una comisión asesora presidida por el ministro de Marina contralmirante
Onofre Betbeder e integrada por los vicealmirantes Enrique Howard y Rafael Blanco, el
contralmirante Manuel Domecq García y los capitanes de navío Félix Dufuorq y Juan P.
Sáenz Valiente entre otros 6 . Esta Junta elevó al Congreso en julio de 1907 un estudio
comparativo donde quedó reflejado el poderío naval del Brasil y las falencias de nuestra
escuadra. Asimismo, incorporó una serie de sugerencias vinculadas al tipo de unidades
que se necesitaban comprar a corto plazo y el presupuesto necesario para tal fin.
A mediados del año siguiente, el periodismo de ambas repúblicas volvió a hacerse
eco de las diferencias existentes. Parte de la prensa argentina y algunos grupos
3 El diputado Jenuino Cardoso argumentó en los debates de la Cámara Baja sobre la compra de
unidades navales: “En la guardia efectiva y defensa de nuestros extenso litoral, en una emergencia
cualquiera las operaciones no pueden limitarse a las aguas territoriales, debiendo también
ocasionalmente llegar hasta más lejos donde se haga inevitable el choque con el enemigo […] Dada la
organización presente y el momento histórico en que los pueblos hacen la guerra en desagravios de
ofensas y ultrajes y en defensa de legítimos intereses y sagrados derechos, los gobiernos están obligados
a una atención preferente con relación a todo lo que se trate de la seguridad del país en tierra y en mar”.
Boletín del Centro Naval, tomo XXIV, Nº 273, pp. 436-437, 1906.
4 La construcción de los buques se había dividido en tres series y el programa debía desarrollarse entre
1905 y 1913. La suma total estaba prevista en 178 millones de francos.
5 Cada uno de ellos tenía un desplazamiento de 19.300 toneladas y 21 nudos de velocidad máxima.
Poseían una artillería de 12 cañones de 305 mm., distribuidos en 6 torres y se construyeron en los
astilleros ingleses Vickers, Sons & Maxim.
6 Betbeder fue ministro de marina del general Julio Argentino Roca desde 1901 hasta 1904 y luego con
José Figueroa Alcorta desde 1906 hasta 1910. Domecq García estuvo como observador naval en la guerra
ruso-japonesa (1904-1905), de la cual extrajo enseñanzas que se aplicarían para el cuerpo de la Ley Nº
6283 de 1908 y posterior elección de acorazados y torpederos. Howard estuvo en Inglaterra entre 1891 y
1893 supervisando los pliegos que enviaban los astilleros europeos para la construcción de los cruceros
acorazados tipo Garibaldi. Todos los oficiales habían sido seleccionados por su idoneidad, capacidad y
trayectoria profesional.
4
Adquisición y controversias en torno a …
dirigenciales reflotaron los antiguos litigios territoriales que se tenían con el Brasil en la
época del antiguo Virreinato del Río de la Plata en la zona de la Mesopotamia. A su vez,
el país vecino con sus diarios como el carioca A imprensa, analizaban las pretensiones
que supuestamente poseía la Argentina sobre Paraguay y Uruguay. Con este último,
había disputas por la isla Martín García y las aguas jurisdiccionales del Río de la Plata.
Todos estos factores llevaron al incremento de las tensiones diplomáticas entre
Argentina y Uruguay.
La sanción de la Ley de Armamento Naval y la elección de los astilleros
Es importante desarrollar el proceso que llevó a la licitación de los acorazados
bautizados Rivadavia y Moreno, pues dentro de este fenómeno se enmarcó la
incorporación de los dreadnought 7 a la flota y el equilibrio de poder marítimo con
Brasil y Chile 8 . Éste, era un momento marcado por pugnas hacia el interior del
cuerpo político argentino y tensiones diplomáticas con el Brasil.
Fruto de aquel estudio realizado por la Comisión de Marinos, se elaboró el Proyecto
de Ley de Armamentos Navales, que fue elevado al Congreso por Figueroa Alcorta en
setiembre de 1907 9 . Sin embargo, las discusiones políticas y las diferentes posturas
con respecto a la necesidad o no de invertir grandes sumas de dinero en material bélico
dilataron la posibilidad de alcanzar un acuerdo que permitiera su aprobación 10 . Pero
en 1908 y después del recambio legislativo, la bancada oficialista insistió con su
tratamiento.
La comisión de la Cámara de Senadores designada para el estudio del proyecto de
ley, destacaba la escasa importancia que tenía la adquisición de los buques acorazados y
7 Fue un tipo de acorazado que revolucionó la industria bélica naval. Entre características principales se
destacaban los cañones de grueso calibre que permitían un poder de fuego a mayor alcance (los cuales
pasaron a ser monocalibre) y una protección acorazada superior a las antiguas unidades. Además, la
propulsión mediante turbinas de vapor le permitía una mayor velocidad. Para más información sobre las
especificaciones técnicas de los distintos tipos de acorazados, remitirse a MAS GODAYOL, José (Dir.),
La Marina: Perfiles, vols. I-II, Delta, Barcelona, 1983; PERTUSIO, Roberto y MONTENEGRO,
Guillermo, El poder naval y el entorno geopolítico (1890-1945), Buenos Aires, Instituto de Publicaciones
Navales, 2004, entre otros.
8 El equilibrio de poderes en el campo marítimo significaba poseer una estabilidad naval porque es la
que permite mantener alejada la idea de un conflicto entre una y otra nación.
9 El primer mandatario adhería a las ideas de Zeballos, quien sostenía la necesidad de equiparar
armamentísticamente a la Marina de Guerra con la del Brasil. Sin embargo, meses antes de la sanción de
la ley tuvo que pedirle la renuncia debido a las fricciones diplomáticas que el canciller provocaba con este
país y Uruguay.
10 Hubo integrantes de la Cámara Baja que pretendían modificar aspectos esenciales del proyecto, lo
cual motivó el rechazo de la mayoría legislativa. Finalmente, las negociaciones entre los diferentes
bloques neutralizaron aquellos intentos.
5
Francesco Nahuel Venturini
el alto precio que había que pagar para su obtención y mantenimiento 11 . Postulaba,
en cambio, la compra de otras unidades de menor costo que no necesitaban partidas
presupuestarias especiales.
Por su parte, el senador Del Pino defendió el plan de compras enfatizando el papel de
potencia naval que tenía nuestro país. Ese lugar no podía perderse ni tampoco hacerse
caso omiso a los nuevos armamentos que iba a tener próximamente la nación limítrofe,
lo cual le conferiría una hegemonía militar en la región 12 .
Luego de extensos debates fue promulgada la Ley de Armamento Naval Nº 6283 el
17 de diciembre de 1908. En ella se estableció la compra de dos acorazados, seis
destructores y doce torpederos, junto a las construcciones que fueran vitales para su
operatividad. También se enunció la posibilidad de incrementar la flota con un tercer
acorazado, tres destructores y cuatro torpederas en caso de ser necesario, planes que no
llegaron a concretarse.
Una vez aprobado el documento, una Comisión Naval se instaló en Londres a cargo
de Domecq García para recibir y evaluar las propuestas que enviasen los astilleros
europeos. Estos oficiales asesoraban y recibían directivas del Consejo de Almirantes
que presidía en Buenos Aires el ministro de Marina, Onofre Betdeber, y analizaba todos
los aspectos relacionados a la construcción de los acorazados.
La convocatoria que se realizó a fines de 1908 tuvo la participación de casas
constructoras de Inglaterra, Italia, Francia, Alemania y los Estados Unidos 13 .
Existieron tres etapas en el concurso de proyectos para la adjudicación de los contratos.
En la primera fase que finalizó en agosto del siguiente año fue elegido el astillero
italiano Ansaldo por las cualidades técnicas de los planos presentados. Sin embargo, la
Comisión Naval decidió con habilidad y astucia llamar a un nuevo concurso para el mes
de octubre, respetando el diseño de Ansaldo y agregándole un mayor espesor a la
coraza. Si bien las quejas de la empresa y del gobierno italiano no se hicieron esperar, se
mantuvo la decisión adoptada. Con este método de cambiar los pliegos de contrato en
reiteradas ocasiones por parte de los marinos comisionados en Europa, se lograba
11 Informe de la Comisión de Cámara de Senadores designada para el estudio del proyecto de ley sobre
armamentos. Libro de Sesiones de la Cámara de Senadores, 17 de noviembre de 1908, Nº 66, pág. 12.
12 Ibídem, pág. 27.
13 Para ver la nómina completa de los oferentes que se presentaron al primer llamado a concurso véase
el Boletín del Centro Naval, tomo XXVI, Núms. 303-304, 1909, págs. 1119-1120.
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enriquecer las cualidades técnicas del buque a partir de los proyectos presentados por
las casas constructoras que se postularon.
Italia fue el país que mayor interés puso desde un primer momento para obtener los
contratos por motivos económicos y de prestigio para su industria naval. Un antecedente
en compras navieras realizadas a este país se encuentra en la llegada de dos cruceros
acorazados tipo “Giuseppe Garibaldi” a fines del siglo XIX. Sin embargo, los esfuerzos
del embajador en Argentina Macchi de Cellere y Mario Perrone, representante de los
astilleros, no pudieron desequilibrar la balanza a su favor.
Los astilleros británicos no fueron seleccionados por sus altos costos, a pesar de tener
permanentes contactos con la Comisión Naval argentina instalada en su país y las
facilidades crediticias que ofrecían las casas prestamistas como Baring Brothers.
Por su parte, Francia fue el primer país en quedar fuera del concurso por varios
motivos. Existía poca afinidad entre las marinas y los ejércitos de ambos países, como
se observó en la compra del Ejército Argentino de cañones alemanes Krupp en lugar de
los Scheneider Creusot de fabricación francesa. Se rumoreaba también, que el káiser
Guillermo II de Alemania ofrecería una quita del 15% a la mejor oferta presentada por
los competidores, lo cual no sucedió y los astilleros de esta nación fueron descartados.
A una segunda convocatoria, se presentaron las casas constructoras Vickers Sons y
Armstrong de Inglaterra, Forges et Chantiers de Francia, Blohm und Voss de Alemania,
Ansaldo de Italia y Fore River de Estados Unidos.
En esta nueva licitación surgieron disparidades en los precios y en las características
de los acorazados por parte de los oferentes, por lo cual la Comisión de Almirantes
requirió a las empresas mayor velocidad y espesor de coraza, manteniendo las
2.200.000 libras esterlinas que fue el precio presupuestado en la primera fase. Es así
como se abrió una tercera etapa en el proceso de licitación.
El nuevo aumento del tonelaje y la negación a una prórroga de quince días solicitada
por Ansaldo favorecieron la adjudicación de los contratos de construcción a los
astilleros norteamericanos de Fore River Shipbuilding Company de Quincy,
Massachusetts 14 el 21 de enero de 1910. La compra se realizó con el precio prefijado,
la cual fue cancelada en cuotas, conforme avanzaba la construcción del navío.
Los entretelones que llevaron a esta decisión por parte de la Marina argentina no
fueron unívocos, sino que tuvieron varias ramificaciones acorde a los aspectos que se
14 Este astillero subcontrató para la construcción del Moreno a New York Buildings Company, de la
ciudad de Nueva Jersey.
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Francesco Nahuel Venturini
analicen. Los fabricantes estadounidenses de los dos astilleros enviaron representantes a
Londres para postularse en la licitación desde un primer momento, aunque no
obtuvieron un respaldo del gobierno de Theodore Roosevelt. William Taft, al asumir la
presidencia en marzo de 1909, llevó adelante junto a su Secretario de Estado
movimientos diplomáticos y comerciales para ganar el concurso. Fue así como se
concretó el primer empréstito de una firma estadounidense con el país y la eliminación
de los derechos sobre los granos argentinos.
Los intereses que movilizaban a las empresas sobrepasaban al factor económico.
También era importante el prestigio adquirido a raíz de sus construcciones y lo que
simbolizaba para su país de origen.
Las causas que fueron concurrentes para que el proceso de selección se inclinase
hacia los Estados Unidos infiere a afirmar que la adjudicación de los acorazados fue
otorgada por motivos técnicos, económicos y políticos.
La construcción de los dreadnoughts
Las diferentes instancias por las que pasó la construcción de las unidades en los dos
astilleros fueron complicadas. En 1910, primer año de los trabajos en el Rivadavia, ya
se presentaron dificultades entre los constructores y los oficiales encargados de
inspeccionar las obras 15 . En los años siguientes, los problemas continuaron con el
astillero Fore River y la fábrica de armamento Betlehem Steel. El primero de ellos
afirmaba que las demoras se debían al incumplimiento en las cuotas por el gobierno
argentino, inspecciones rigurosas por los comisionados y falta de presentación de los
planos en tiempo y forma. De forma complementaria, la compañía encargada de
construir los cañones, coraza y municiones fue señalada en falta al producir material con
calidad menor a la esperada por los marinos.
El capitán de navío Ismael Galíndez, siguiendo la misma línea, señaló en 1913:
“Betlehem está perdiendo un dineral en nuestros contratos; pero, sabemos además que
el 90% de la demora en la entrega de los buques se debe a los inconvenientes que se
15 El capitán de navío Servando era el encargado de la sub comisión en Betlehem Steel Co., fábrica que
construía los cañones y municiones. En un telegrama enviado al ministro de marina capitán de navío Juan
Pablo Sáenz Valiente, se quejó duramente de los materiales de baja calidad y trabas que ponían las
autoridades para la supervisión de los trabajos. “Firmaron los contratos contando con que no se haría
una inspección seria y escrupulosa; que los Oficiales se presentarían como de visita en los talleres; que
nos entregarían cualquier material barato; mas malo que bueno; que en la ejecución del trabajo, la
pintura cubriría las fallas, y que la Comisión, y más tarde el Gobierno los aceptarían como resultaran”.
Archivo General de la Armada, caja 907.
8
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han presentado y que se están presentando en la artillería” 16
.
Finalmente, el
Rivadavia llegó al país desde Norteamérica el 27 de agosto de 1914, mientras que su
gemelo el Moreno lo hizo el 26 de febrero de 1915.
Imagen 1: Proa del acorazado Rivadavia en los astilleros estadounidenses 17 .
El arribo de los nuevos acorazados significó para la Armada y el país un hecho de
suma importancia. La Marina pasó a ocupar la octava posición en cuanto a tonelaje en
relación a las demás naciones 18 y se convirtió en la primera potencia naval
sudamericana, relegando a Brasil y Chile respectivamente. Las unidades reunían lo más
avanzado en tecnología e ingeniería de ese entonces, equiparándose a las últimas
compras de la Royal Navy.
16 Carta enviada por el capitán de navío Ismael Galíndez al almirante Juan Pablo Sáenz Valiente. Nota
Nº 58, diciembre de 1913. Archivo Sáenz Valiente. Departamento de Estudios Históricos Navales.
17 Imagen extraída del Archivo Fotográfico del Departamento de Estudios Históricos Navales de la
Armada Argentina. U-0026 f.
18 Este dato adquiere mayor relevancia si se observa la carrera armamentística que existía en la Europa
previa a la confrontación mundial. De todos modos, las diferencias en cuanto a tonelaje y poder de fuego
con la Real Marina Italiana (la séptima) eran muy significativas. DESTÉFANI, Laurio, “La Armada
Argentina 1900-1992”. En: DESTÉFANI, Laurio (Dir.), Historia marítima argentina, Tomo. IX, Buenos
Aires, Departamento de Estudios Históricos, p. 179,1987.
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Francesco Nahuel Venturini
Imagen 2: Vista del montaje de la cubierta del acorazado Rivadavia desde la banda de
babor 19 .
Imagen 3 – Acorazado Moreno amarrado en el Puerto de Buenos Aires 20 .
19 Imagen extraída del Archivo Fotográfico del Departamento de Estudios Históricos Navales de la
Armada Argentina. U-0026 ll.
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Adquisición y controversias en torno a …
Las autoridades brasileras, al conocer las tratativas de su vecino para la adquisición
del Rivadavia y Moreno, no cambiaron su postura de construir un tercer acorazado. El
nuevo presidente argentino Roque Sáenz Peña, envió en 1911 dos misiones
diplomáticas a Río de Janeiro. Una de ellas, de carácter público, fue encomendada al
embajador Manuel Montes de Oca. La otra misión diplomática, con carácter secreto,
estuvo a cargo de Ramón Cárcano. Este último luego de entrevistarse con el canciller
Río Branco y el presidente brasilero, llegó a obtener la renuncia verbal del primero a
adquirir el tercer dreadnought que se hallaba en construcción. Finalmente, por motivos
económicos y políticos fue vendido en 1910 a Turquía por 2.750.000 libras esterlinas.
A modo de cierre
Al momento que se iniciaron los trabajos en los astilleros estadounidenses, Brasil aún
poseía la supremacía naval, aunque se revirtió con la compra de los dos dreadnoughts y
los cuatro destructores alemanes 21 que se adquirieron con la misma ley 22 . Chile
quedó relegado al tercer lugar, puesto que mandó a construir dos acorazados a astilleros
ingleses que le fueron retenidos por Gran Bretaña al iniciar la Gran Guerra (1914),
arribando sólo el Latorre en el año 1921 al puerto de Valparaíso.
La hábil estrategia con que actuó la Comisión Naval en Londres y el Consejo de
Almirantes en Buenos Aires permitió la construcción de dos buques de primera línea
que nada tenían que envidiarles a sus pares británicos ni alemanes. El costo de
2.200.000 libras esterlinas cada uno fue relativamente bajo a causa de la gran cantidad
de ofertas que se presentaron. Es así que para los inicios de la Primera Guerra Mundial,
nuestra nación se vio ampliamente beneficiada con las flamantes incorporaciones a su
flota de mar.
Es destacado marcar las cualidades marineras, técnicas y armamentísticas de los
acorazados que fueron de vanguardia para esa época. Alcanzaba cada uno de ellos la
velocidad máxima de 23 nudos, la autonomía era 7.000 a 9.000 millas y una dotación de
1200 hombres. Su armamento consistía en 12 cañones de 305 mm. que eran distribuidos
20 Imagen extraída del Archivo Fotográfico del Departamento de Estudios Históricos Navales de la
Armada Argentina. U-0083 w.
21 Catamarca, Jujuy, Córdoba y La Plata. Los restantes ocho destructores encargados (cuatro a Francia
y otros cuatro a Inglaterra) fueron retenidos por las naciones europeas para la Primera Guerra Mundial.
22 Si bien Brasil poseía dos acorazados, eran de menor tonelaje y poder de fuego que los argentinos.
11
Francesco Nahuel Venturini
en seis torres dobles, 12 cañones de 152 mm (con 6 de ellos en cada banda), 4 cañones
de 47 mm y 2 tubos lanzatorpedos de 53 mm.
La llegada del Rivadavia en 1914 y el Moreno un año después, se tradujo en gestos
de admiración por los políticos y la sociedad de la época. Miles de personas se
agruparon en la dársena norte del puerto de Buenos Aires para ver su arribo, similares
escenas se repitieron en el Puerto Militar. Su arribo a esta base naval recientemente
inaugurada impuso la construcción de un dique de carena con dimensiones que lo
colocaron en el primer lugar sudamericano. Además, tuvieron que construirse nuevos
alojamientos y una bomba de achique necesaria para el funcionamiento de la nueva
estructura.
La incorporación de estos navíos a la Flota de Mar argentina también causó un efecto
disuasivo en los países limítrofes. A partir de ese momento, los rumores acerca de un
posible conflicto armado y la crisis que existió durante la primera quincena del siglo
XX fueron soslayados producto de la llegada de los acorazados y del
desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, de la cual Brasil fue partícipe desde
el mes de octubre de 1917.
Referencias Bibliográficas
-
DESTÉFANI, Laurio, “La Armada Argentina 1900-1992”. En: Laurio Destéfani
(Dir.), Historia marítima argentina, Tomo IX, Buenos Aires, Departamento de
Estudios Históricos, 1987.
-
MAS GODAYOL, José (Dir.): La Marina: Perfiles, vols. I-II, Barcelona, Editorial
Delta, 1983.
-
PERTUSIO, Roberto y MONTENEGRO, Guillermo: El poder naval y el entorno
geopolítico (1890-1945), Buenos Aires, Instituto de Publicaciones Navales, 2004.
-
Archivo General de la Armada. Caja 907.
-
Carta enviada por el capitán de navío Ismael Galíndez al almirante Juan Pablo Sáenz
Valiente. Nota Nº 58, diciembre de 1913. Archivo Sáenz Valiente. Departamento de
Estudios Históricos Navales.
-
Boletín del Centro Naval, tomo XXIV, Nº. 273, 1906.
-
Boletín del Centro Naval, tomo XXVI, Nº. 298, 1908.
-
Boletín del Centro Naval, tomo XXVI, Nº. 303-304, 1909.
-
Libro de Sesiones de la Cámara de Senadores, 17 de noviembre de 1908, Nº66.
-
Memoria del Ministerio de Marina correspondiente al ejercicio 1910 – 1911,
presentada al Honorable Congreso de la Nación por el ministro de Marina,
contraalmirante Juan Pablo Sáenz Valiente. 1911. Departamento de Estudios
Históricos Navales.
12
Adquisición y controversias en torno a …
-
Memoria del Ministerio de Marina correspondiente al ejercicio 1911 – 1912,
presentada al Honorable Congreso de la Nación por el ministro de Marina,
contraalmirante Juan Pablo Sáenz Valiente. 1912. Departamento de Estudios
Históricos Navales.
-
Memoria del Ministerio de Marina correspondiente al ejercicio 1912 – 1913,
presentada al Honorable Congreso de la Nación por el ministro de Marina,
contraalmirante Juan Pablo Sáenz Valiente. 1913. Departamento de Estudios
Históricos Navales.
***
Francesco Nahuel Venturini. Es Teniente de Fragata del Cuerpo Profesional de la Armada
Argentina. Profesor de Historia de la Universidad Nacional del Sur (UNS) a partir del año 2008.
Se incorporó a la fuerza en el año 2010. Actualmente cumple funciones como Jefe de Detall y
ayudante de la División Investigaciones en el Departamento de Estudios Históricos Navales.
Como oficial especializado en Historia Naval, ha presentado trabajos de investigación en el III
Congreso Internacional de Historia Militar en el “Bicentenario de la Creación del Ejército” en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 2010 y en el XXXVII Congreso Internacional de
Historia Militar, Rio de Janeiro (2011).
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