Domingo III Tiempo Ordinario (Ciclo C)

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UNA PALABRA JOVEN (Ene 07)
Secretariado de Pastoral Juvenil-Vocacional de Huelva
Domingo III Tiempo Ordinario (Ciclo C)
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido
Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los
hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que
primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de
comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para
que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. En aquel tiempo, Jesús volvió a
Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las
sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga,
como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el
libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el
Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para
dar libertad a los oprimidos; para anunciar el ano de gracia del Señor». Y, enrollando el libro,
lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso
a decirles:
— «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír».
(Lc 1,1-4;4,14-21)
El evangelio de San Lucas comienza con estos primeros cuatro versículos que, a modo de
prólogo, nos indican el trabajo minucioso que ha llevado a cabo para escribir su obra. Intenta
presentar una religión de origen judío en un mundo de cultura griega y en un tiempo en el que las
comunidades cristianas se han extendido. Lucas pretende recordar a los miembros de su comunidad
sus raíces y su origen en la vida de Jesús de Nazaret.
Nosotros tal vez podamos acoger hoy la propuesta del evangelista contemplando nuestras
raíces cristianas y nuestro origen en Jesús. Nuestras raíces cristianas se ven un poco desdibujadas en
medio de este mundo tan secularizado en el que vivimos y esto nos puede llevar a olvidar que Jesús
es el centro, origen y meta de nuestra vida y, además, la referencia clara y precisa que necesitamos
para recorrer un camino que nos lleva a la plena realización del Proyecto de Jesús en nuestra
existencia.
El Proyecto de Jesús no es un programa político, no es una buena intención, no es un querer
caer bien a la gente, es el cumplimiento de la Promesa que Dios había hecho desde antiguo a su
pueblo:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el año de gracia del Señor»
(Is. 61, 1-2)
¿No te parece esto una buena noticia? Alcanza a la totalidad del hombre y no sólo a su
dimensión espiritual y la forma de realizarse en la historia, en nuestra historia, es: anunciarse a
todos los hombres la salvación; se dirige preferencialmente a los pobres y oprimidos; se concreta a
través de signos aunque muchos lo rechacen.
www.pjvhuelva.org/servicios_una_palabra_joven.htm
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UNA PALABRA JOVEN (Ene 07)
Secretariado de Pastoral Juvenil-Vocacional de Huelva
Los contemporáneos de Jesús no ven en Él más que al hijo de José, no ven al Mesías
enviado por Dios. No son capaces de reconocer en Él el cumplimiento de lo anunciado por el
profeta Isaías: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír».
Es posible que nos podamos preguntar quién es Jesús para cada uno de nosotros, si
reconocemos en Él la posibilidad de que se cumpla la escritura en nuestras vidas.
Es posible que descubra en Jesús todo un proyecto apasionante que requiere de mi acogida,
de mi colaboración para hacerse historia.
Es posible que no nazca en mi interior el rechazo a este programa de vida para la Iglesia, y
por tanto para mí, sintiéndome parte activa y protagonista responsable de la concreción del mismo
en el tiempo presente.
Sin embargo:
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¿Vivo en la alegría de saber quién es Jesús y lo que Él aporta a mi vida?
¿Vivo con confianza la realización de mis proyectos como concreción del Proyecto de
Jesús? ¿Me apasiono por conquistar lo que me propongo?
¿Descubro que en este proyecto y en vivirlo apasionadamente está el sentido de mi
seguimiento de Jesús?
Si respondo con sinceridad estas preguntas podré descubrir, no sólo mis esclavitudes, mi
ceguera o mi opresión, sino que descubriré la necesidad que tengo de que me sea anunciada esta
buena noticia para poderla anunciar a otros porque siento que El Espíritu del Señor está sobre mí.
De verdad te lo digo, no son palabras, es evangelio que te invita a gozar y disfrutar del hoy
de Dios. ¿No te parece maravillosa esta invitación?
Descubramos juntos cuáles son las tareas más urgentes de nuestras comunidades cristianas
y, como Iglesia, llevémoslas a cabo comprometiendo nuestras vidas en el seguimiento de Jesús para
mostrar al mundo, a los otros, de una manera creíble, que es posible ver, tocar, palpar la obra de
Dios en el aquí y ahora de nuestra historia. Tal vez alguien esté esperando tu mano amiga para no
sentirse oprimido y vivir en libertad, o quizás alguien necesite tu apoyo para ver con claridad. Es
posible que Tú seas palabra de Dios que se cumple hoy.
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