El matrimonio ... ¿destinado a desaparecer? 13 pasemos al versículo 4: "que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos". Analicemos un poco lo que este pasaje dice: Jesús nació de una madre humana; fue hecho humano como cualquiera de nosotros. Aunque fue engendrado por Dios y no por un padre humano, era un hombre que podía morir. El hecho mismo de que Él fuera engendrado por Dios y concebido por una madre humana, demuestra que los seres humanos son de la especie divina y no de alguna especie animal. En el aspecto humano, Jesús era hijo o descendiente de David por su madre María. Jesús, habiendo nacido una vez como ser humano, murió. Después, mediante una resurrección, nació por segunda vez, y esta segunda vez "fue declarado Hijo de Dios". Esta vez nació "con poder, según el Espíritu de santidad". Ahora eliminemos los términos descriptivos y veamos la afirmación escueta: Jesús era "Hijo de Dios ... por la resurrección de entre los muertos". Aquí dice que nació por segunda vez y que este segundo nacimiento fue ¡por una resurrección! Esto es exactamente lo que la Biblia llama "salvación", o ser salvo, cuando se refiere a la familia humana en general, porque nosotros también podemos nacer nuevamente mediante una resurrección. Jesús nació como Hijo divino de Dios, con poder divino, por una resurrección. Él, quien había nacido como humano y que había muerto, nació otra vez por medio de una resurrección, como miembro de la familia divina. Él es uno con Dios. Él es Dios mismo, así como Dios el Padre es Dios. De la misma manera como el hijo de Pérez es "Pérez" al igual que su padre humano, nosotros somos humanos y los hijos que engendramos nacen humanos. Dios es divino, y Jesús, engendrado por Él, nació divino por medio de una resurrección. Veamos lo que dice al respecto el primer capítulo de Hebreos: "Mas del Hijo [Jesús] dice [el Padre]: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo ... " (versículo 8). Jesús es Dios "por la resurrección de entre los muertos" (Romanos 1:4). Y Elohim dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen,