LA PRECIPITACION ES MALA CONSEJERA

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LA PRECIPITACIÓN ES MALA CONSEJERA:
Por Martín (Thupten Chophel)
A todos nos gusta sentirnos con control de las situaciones, sin agobios, sin
prisas, sin ansiedades. Esto es algo natural en el género humano y hay
unanimidad en que proporciona felicidad.
Pues bien, una de las maneras de conseguirlo, es no actuar
precipitadamente, incluso descontroladamente, sino tras reflexionar justo
previamente antes de actuar, o bien también es correcto actuar movidos por
la inercia de reflexiones hechas en nuestro tiempo de Meditación y que
tendrán una gran fuerza instantánea en los períodos posteriores a la
Meditación. En otras ocasiones incluso no actuaremos, por temor a vernos
arrastrados por las emociones negativas, y esta no actuación puede ser un
gran éxito.
Por desgracia, no abundan las personas que mediten, que dirijan su vida
hacia principios superiores de crecimiento y felicidad de la humanidad y de
nosotros mismos. Por ello, en nuestro caminar, vamos a encontrarnos con
numerosos obstáculos producidos por quienes actúan irreflexivamente, y en
numerosas ocasiones negativamente. Pero nunca debemos olvidar, que si
superamos estos obstáculos positivamente y sin precipitaciones, nuestro
crecimiento interior y exterior llegará, y podremos mejorar muchísimo
nuestro futuro y el de los seres que nos rodean.
Primero, hay que empezar por meditar calmando la mente, por ejemplo
meditando en la respiración, observándola y dejando pasar nuestros
pensamientos sin aferrarnos a los positivos, ni rechazar los negativos,
siempre procuramos mantener la atención en la respiración. Si seguimos
esta técnica, empezaremos a ser conscientes de nuestros pensamientos y
podremos no actuar movidos por las emociones negativas, pues ponemos
un espacio entre la emoción y nosotros. Aplicar el antídoto, sería la
segunda fase, y conseguiríamos debilitar las emociones negativas. Por
ejemplo, si sentimos odio, meditamos en la tolerancia o la paciencia; si
sentimos apego , meditamos en la impermanencia de los seres queridos u
objetos apreciados; si sentimos orgullo, meditamos en la impermanencia de
nuestra vida y que la felicidad es pasajera; si sentimos avaricia, meditamos
en la generosidad; si sentimos envidia, meditamos regocijándonos por
todas las acciones positivas de los demás.
Así, poco a poco, pasamos a tomar control de nuestra mente, y podremos
actuar con mayor perfección y beneficio para los demás y nosotros. Por
supuesto esta evolución no es fácil, pero aunque sea lenta y difícil sí que es
posible, no lo dudéis.
También, es importante el procurar aportar armonía a todo nuestro entorno,
bien familiar, de amigos o de trabajo, y procurar escoger bien nuestras
compañías, (las que podemos elegir libremente), y que estén en la línea de
aportar armonía a la sociedad. Siempre insisto, en que aportar armonía no
es un mero deseo sino que conlleva unas responsabilidades y actuaciones.
Todo esto es fundamental para dejar de actuar precipitadamente, es lo que
nos dará control sobre nuestras vidas y una mente feliz, y al mismo tiempo
conseguiremos aportar armonía a nuestro entorno cercano y a la sociedad.
Las dificultades seguro que se presentarán, pero no deben desanimarnos,
para ello debemos recordar una y otra vez los beneficios de no actuar
precipitadamente y sin control.
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