EL PRIMER FARAÓN “Arqueólogos trabajando en la antigua ciudad de Hieracónpolis, en el sur de Egipto, encontraron un objeto inusual. Entre una serie de reliquias sagradas enterradas en un templo se encontró una gran paleta (60 centímetros) de pizarra para cosméticos. Contaba la historia de la unificación de Egipto con relieves y escritura rudimentaria. En un lado se muestra una gran figura agarrando un enemigo por el pelo con una mano, mientas con la otra levanta amenazante una maza. Los jeroglíficos de la escena llaman al nombre ‘Narmer’. En el otro lado se muestra a Narmer encabezando una procesión de pequeñas figuras que portan estandartes, mientras un pequeño personaje vestido de sacerdote porta un par de sandalias detrás. Más significante es que en uno de los lados de la paleta Narmer lleva un tipo de corona, mientras que en la otra lleva otra – tocados reales conocidos como la Corona Roja del Norte y la Corona Blanca del Sur. Las imágenes narran el liderazgo de Narmer a cargo de una confederación del sur (con emblemas de varias comunidades) para la conquista del norte, lo que le convirtió en el primer líder de un Egipto unificado. Excepto por un breve período de inestabilidad, el país se mantuvo como una entidad única a lo largo de sus 3000 años de historia. Pero los egipcios nunca olvidaron sus orígenes: siempre se refirieron al país como ‘Las Dos Tierras’, y sus líderes eran los ‘Señores del Alto y del Bajo Egipto’, una manera de reconocer la labor indispensable del faraón manteniendo el país unido. Otros documentos egipcios llaman al faraón inicial con el nombre Menes, una diferente designación para el mismo hombre – cada faraón tenía al menos dos nombres” B. Bryer, H. Hobbs, Daily Life of the Ancient Egyptians (Greenwood Press, 2008)