La vida cotidiana: “un mundo feliz”. La utopía como construcción de

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La vida cotidiana: “un mundo feliz”.
La utopía como construcción de una nueva
cotidianidad
Magda Zulena Trujillo Rodríguez
Universidad del Tolima - Colombia
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Resumen: El presente artículo analiza en la obra del autor inglés Aldous
Huxley Un mudo feliz, como se plantea la utopía de una nueva cotidianidad,
en una actitud crítica y propositiva frente a la crisis del proyecto moderno.
Palabras clave: Utopía, cotidianidad, modernidad, Aldous Huxley
El siglo XX es sin duda el siglo de la desesperanza. Pensadores, artistas, filósofos
y en general los intelectuales mostrarán a través de su obra la decepción ante un
mundo prometido que en últimas se reveló como una pesadilla. El sueño de la razón
emancipadora [1] propuesto por la modernidad dejó una terrible sensación de fracaso,
pues sus más grandes fundamentos: el progreso, la ciencia y la tecnología como
medios para lograr el bienestar, terminaron por convertirse en dos grandes monstruos
destructores de la humanidad.
En esa medida, el individuo del siglo XX se encuentra en la paradoja de un mundo
con grandes adelantos tecnológicos y científicos pero sumido en una grave depresión
económica, social y política, reflejada en las múltiples guerras y en especial las dos
mundiales, así como la profundización de la contradicción de clases, pues la
concentración del capital se da en manos de unos pocos a expensas de muchos que se
han quedado en la miseria, la reducción del ser humano como simple máquina útil
para la producción y el advenimiento de los grandes sistemas Totalitarios. Al
respecto, Steiner en su reflexión sobre la crisis de la modernidad afirma:
“De suerte que nos encontramos en una posición ambivalente e irónica
respecto al dogma del progreso y respecto del fantástico bienestar que
tantos de nosotros realmente gozamos en el Occidente tecnológico”.
(Steiner; 1992:96)
Dichas ambivalencias e ironías presentes en la modernidad, son el punto de partida
de la crítica a ésta, pues la desesperanza ha traído un sentimiento de rechazo pero a su
vez de construcción, esta última (en algunos casos) ya no en sentido lineal y
universal, sino mas bien particular y unas veces fragmentada; todo esto como
resultado de una actitud nihilista o de duda constante a los grandes paradigmas de la
modernidad, que ya no representan para muchos la salvación.
David Lyon en su estudio sobre la posmodernidad explica este sentimiento
nihilista propuesto por Nietzsche de la siguiente manera: “Cuando la permanente
actitud de duda de la razón moderna se aplica a la propia razón, el resultado es el
nihilismo” (Lyon; 1996:27) El nihilismo es según Lyon, un antecedente importante
del pensamiento posmoderno, al dudar constantemente de la razón y plantear la
vacuidad de los valores que pregonaba la modernidad.
El nihilismo introduce una duda a la modernidad que deviene en crisis, la cual
produjo en su momento una doble situación en la que el proyecto ilustrado genera
una sensación de desesperanza frente a sus principales valores, pero además se da la
oportunidad para replantear una sociedad moderna que resulta insufrible.
Como había mencionado al principio, el agotamiento de la modernidad, sus
desesperanzas y replanteamiento son el material de referencia sobre el cual los
pensadores y las pensadoras de la primera mitad del siglo XX realizan sus obras. En
concordancia a esto la literatura europea apunta a través del tratamiento temático y la
organización del material verbal a dilucidar sus perspectivas sobre la decadencia del
proyecto moderno y las propuestas ante ésta.
En el marco de que he planteado hasta aquí, el siguiente escrito tiene como
propósito estudiar la obra Un Mundo Feliz del escritor ingles Aldous Huxley,
analizando como se ve la cotidianidad de los personajes en relación a su sociedad y
como construyen una salida a la encrucijada dada por la critica a la modernidad,
tratando de demostrar que tal postura es la búsqueda de una utopía que ansía la
construcción de una nueva cotidianidad.
Para desarrollar dicho análisis, acudo al estudio sobre la vida cotidiana, que
múltiples autores contemporáneos han venido desarrollando, cómo una actitud critica
hacia el conjunto de actividades y actitudes internalizadas por las personas de un
determinado sistema de producción y distribución en un momento histórico
especifico. En esa medida, los estudios sobre la cotidianidad se convierten en una
posible categoría de análisis para tratar de reflexionar críticamente, sobre los aspectos
microsociales propios del ámbito privado que de una u otra forma eran dejados de
lado por considerarse irrelevantes en comparación con el conocimiento de la vida
publica y los aspectos de la estructura macrosocial. Por ello:
“La vida cotidiana es un ámbito acotado pero no aislado. Sólo en
relación a la totalidad social y, específicamente, a la estructura de
dominación puede ser aprehendida la significación de la vida diaria en
tanto cara oculta de la vida social”. (Lechner; 1984: 57)
Por lo anterior, la división tajante entre ámbito publico y privado queda superada,
al plantearse la relación existente e inseparable entre cada uno de uno de ellos, pues
los procesos dados al interior de la vida cotidiana son producto de la estructura
macrosocial en la que se halla, al igual que desde las actividades cotidianas se
construye dicha estructura. Así, una definición inicial de vida cotidiana pude ser la
siguiente:
“una cristalización de las contradicciones sociales que nos permiten
explorar en la textura celular de la sociedad algunos elementos
constitutivos de los procesos macrosociales”. (Lechner; 1984:59)
Teniendo presente la anterior definición, analizo en Un Mundo Feliz, las relaciones
dadas en lo cotidiano por los individuos de los dos mundos recreados por Huxley,
tomando las nociones de religión del día laborable y la pseudoconcreción expuesta
por Karel Kosik, y por último, trato de explicar cual es la utopía propuesta por el
autor.
La novela describe dos mundos totalmente opuestos en un tiempo futuro
indefinido: el mundo de la técnica contra un mundo ‘salvaje’, cuyas mayores
diferencias las define el grado de desarrollo de la ciencia y la tecnología, pues en el
primero los instrumentos de producción se hallan en un nivel de adelanto máximo,
mientras que en el segundo la ciencia y la técnica siguen estando en un nivel
rudimentario. En consecuencia, los modos de vida, las actividades, los
comportamientos y actitudes se concretan en cada mundo gracias al grado de
maduración de la ciencia y tecnología, que igualmente ha definido un sistema
político, económico y social para cada uno.
El mundo feliz, es el mundo donde la técnica y la ciencia ha llegado a un estado de
desarrollo máximo en el cual los individuos no son solo comparadores sino elementos
producidos en masa y condicionados biológica y sicológicamente para actuar de una
determinada forma y realizar un determinado trabajo, con el fin de mantener un
control total de la vida y por ende una estabilidad perpetua del sistema.
El condicionamiento biológico y sociológico se materializa a partir de las
actividades comunes de los individuos , que en cierto modo entienden su conjunto de
acciones dentro de los limites de la normalidad y de los cuales es imposible e
inadmisible salir, de esta forma los valores inviolables e inquebrantables
interiorizados por los personajes que viven en un mundo feliz son la felicidad
producida por la falta de problemas reales, la irreflexión y los estímulos recibidos por
el soma, al igual que la desintegración de la familia , la liberación sexual , el trabajo
alienado y el consumo .
Igualmente, la desintegración familiar produce, una sustitución del canal para la
reproducción del sistema, pues ya no es el padre o la madre quien enseña a sus hijos
las costumbres, sino el estado mismo por medio de la manipulación genética y las
sesiones de hipnopedia se encargan de transmitir el deber ser en esta sociedad,
vislumbrando con esto la idea de que “la vida cotidiana es el ámbito de lo normal y
natural” ”. (Lechner; 1984:49) , la cual es indiscutible; así es natural que los
individuos se produzcan en laboratorios y es normal que no existe una madre y que
las mujeres y los hombre se relacionen sexualmente sin ningún tipo de compromiso
filial y temporal:
“La gente es feliz; tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede
obtener. Esta a gusto; esta a salvo; nunca está enferma; no teme a la
muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres y ni madres que
estorben; no hay esposa; ni hijos; ni amores excesivamente fuertes”
(Huxley, PÁG. 162.)
Otro aspecto importante a considerar, es la distribución del trabajo según castas
sociales que son también delimitadas genéticamente al crear individuos para realizar
determinados oficios. Cada casta tienen que realizar lo asignado, sin siquiera
plantearse la discusión del porque, su deber es igualmente una vida cotidiana
asimilada como normal.
Las particularidades de la relaciones sociales en el Mundo Feliz ocasiona una
visión de la existencia vana e intrascendente, en la que se halla una total pasividad e
inercia por parte de los particulares hacia su propia presencia en el mundo , en esa
medida se habla de personajes sumidos en lo que Kosik denominó preocupación. La
preocupación es llevada aquí a los extremos del vivir en el mundo practico y utilitario
sin preguntarse el origen de sus acciones, por tanto “el hombre como preocupación
no sólo esta arrojado en el mundo, que esta ya como realidad acabada, sino que se
mueve en este mundo, que es creación del hombre, como un complejo de aparatos
que él puede manejar sin necesidad de conocer su movimiento ni la verdad de su
existencia” (Kosik; 1995:89). Vemos entonces en el Mundo Feliz personajes como
preocupación que son en su totalidad autómatas en un mundo estático en el cual es
imposible decidir el camino a seguir pues todo esta predispuesto y diseñado para que
funcione perfectamente de determinada manera.
Unido a los individuos como preocupación se encuentra el desconocimiento de la
historia, generando la noción del particular como ser irreflexivo, cuyo vida solo se
reconoce en el aquí- ahora. Kosik denomino a este fenómeno como “religión del día
laborable o cotidianidad enajenada” (Kosik;1995:96) , en la que los personajes solo
reconocen el mundo de lo familiar, de lo cercano y por tanto no se piensan como
seres producto de una sociedad y de un momento histórico. Todo lo anterior es
manifestado por Mustafá Mond el interventor (quien en la escala social de el mundo
feliz ocupa un lugar preponderante), en la conversación con Jhon el hombre traído de
malpais: “Nuestros hombres están condicionados de modo que apenas puedan obrar
de otro modo que como deban obrar” (Huxley, Pág. 162).
De otra manera la vida cotidiana en el Malpais se desenvuelve en el marco de un
desarrollo de la técnica y la ciencia rudimentario, ocasionando que las relaciones
entre individuos sean de tipo tradicional, marcadas por la visión mito poética del
mundo, es decir que los personajes mantienen costumbres, actividades, modos de
vida mediados por la mezcla de creencias religiosas indígenas y católicas.
Es así que en Malpais las costumbres asimiladas como “naturales o normales” son
aquellas en las que la familia monogámica es el centro de la sociedad y las mujeres
son encargadas de parir y cuidar la prole . Al igual que persisten rituales de iniciación
de los jóvenes a la vida adulta y adoración a los antepasadas y al Dios cristiano. A
diferencia de lo que pasa en el Mundo Feliz, en Malpais si son los padres los
encargadas de transmitir los valores, creencias y tradiciones a sus hijos, los cuales las
asumen e internalizan sin reflexionarla.
En la obra lo anterior se acentúa porque Huxley describe a un mundo donde a
pesar de los siglos que han transcurrido desde la colonización pareciesen que la vida
se hubiese detenido, y en esa medida las modos de relacionarse se conservaron tal
cual se asimilaron en una época determinada: “Unos sesenta mil indios y mestizos...,
absolutamente salvajes...conservan todavía sus repugnantes hábitos y costumbres...
matrimonio...; ...Familias...nada de condicionamiento... monstruosas supersticiones
... Cristianismo, totemismo y adoración a los antepasados... lenguas muertas, como
el Zuñí, el español... enfermedades infecciosas... sacerdotes...” (Huxley Pág. 85).
Por lo anterior, la vida cotidiana recreada en Malpais se constituye en cotidianidad
enajenada, no en relación con el proceso de mecanización y automatización
producido por las sociedades industrializadas, sino mas bien con el conjunto de
acciones vinculadas al mundo de la pseudoconcreción o acciones que son tomadas
como familiares y que están allí de forma “natural” sin que se reconozca que son
producto de la acción social de los individuos.
Al respecto Kosik afirma que uno de los aspectos que pertenecen al mundo de la
pseudoconcreción es: “el mundo de los objetos fijados, que dan la impresión de ser
condiciones naturales, y no son inmediatamente reconocidos como resultado de la
actividad de los hombres” (Kosik;1981:27). De esa forma el mundo de la
pseudoconcreción en Malpais se da gracias a esa visión mito poética que liga el modo
de vida con la acción divina, desconociendo a los individuos como generadores de la
realidad en la que se hallan.
Así, el análisis de la vida cotidiana de un mundo feliz y Malpais revela en un
primer momento, la critica hecha por Huxley a la modernización, donde la unión de
la ciencia y la tecnología con el capitalismo se transfiguran en la pesadilla del Poder
totalitario, las libertades desaparecen por completo y la humanidad se diluye al no
dejar la posibilidad para pensar y transformar, pero además, Malpais también
representa un terreno fallido de realización humana en cuanto conserva unas
costumbres hibridas (cristianas e indígenas) que depura las que no conoce y las
condena, las exilia . En ningún mundo Jhon encuentra posibilidades de ser y ante este
panorama ¿cabria pensar en alguna visión de utopía propuesta por Huxley?
Han sido múltiples las definiciones de utopía aportadas a lo largo de la historia,
Darko Suvin recoge varias de ellas en su estudio sobre el género literario de la utopía,
para explicar su carácter, que se determina por un campo temático donde predomina
la ficción y por ende un mundo alterno, distinto al del autor que se revela en algunos
casos como un posible imposible. Así la utopía es: “La comunidad imaginaria donde
las relaciones humanas se encuentran organizadas de un modo más perfecto que en
la comunidad del autor”. (Suvin, 1984: 74)
De esta forma, a pesar de que en ninguno de los mundos Huxley ofrece una
alternativa, es mas pareciese que se hablara mejor de una antiutopÍa , si existe una
utopía como deseo de cambio de la vida cotidiana, esta se pone de manifiesto por
medio de Jhon el salvaje quien se convierte en la voz del escritor al expresar el
repudio y desilusión ante los dos mundos y al exteriorizar el anhelo de un mundo
inexistente.
La utopía como lo imposible posible que se proyecta en el deseo de un lugar
distinto al que rodea al personaje, se construye a través de la critica que Jhon hace a
ese nuevo mundo al cual se ve enfrentado y al lugar salvaje donde jamás fue aceptado
: por medio del rechazo a la insensibilidad y la automatización contrapone el dolor y
la contradicción del ser humano, a la ciencia y la técnica como nuevos dioses el Dios
cristiano, a la promiscuidad la monogamia y a la inexistencia de vínculos
sentimentales la existencia de la familia.
Todas estas antítesis , dejan al descubierto el deseo de una vida cotidiana que mas
que ser nueva trata de reorientarse a través de los principios religiosos cristianos,
donde las acciones son pasos para recorrer el camino de la salvación, por ello Jhon
anhela una familia en la que exista un control de la sexualidad y la mujer sea
reservada para un solo hombre y su virtud resida en ser madre , atendiendo así a los
mandamientos de la ley de dios: “no hacer actos impuros”, “no desear a la mujer del
prójimo”, “honrar a padre y madre”, etc.
El mundo deseado por Jhon es la utopía o salida que propone Huxley ante la crisis
del pensamiento moderno, pero es una salida en la que la vida cotidiana seria alienada
al igual que en los otros dos mundos, ya que como dijera Heller en sus estudios sobre
cotidianidad, cuando persisten los ámbitos morales específicos entre ellos el sexual es
porque se enmarcan en las sociedades con propiedad privada, en las cuales las
personas son objetos a poseer: “...el impulso de poseer desaparecerá del amor
incluso para la medida de la sociedad sólo cuando el conjunto de los sentidos y los
instintos de los hombres ya no éste concentrado en el impulso de
poseer”.(Heller;1994:113)
Del mismo modo, la alienación se da por la dominación ejercida por lo religioso en
la vida de los individuos, ocasionando la perpetuación de la pseudoconcreción en la
que se cree que Dios ha hecho el mundo, desconociendo el papel histórico y social de
los hombres y mujeres.
Para terminar, el estudio de la vida cotidiana en Un mundo feliz , nos introduce
tácitamente a identificar la actitud critica frente a la modernidad y la salida que
Huxley ofrece a ésta, cabe anotar que dichas salidas son el presupuesto de otra
cotidianidad que se revela como otras tantas alienadas al no superar la visión
ahistórica del individuo y al pensarse sujetos que no logran transformar
continuamente las contradicciones que lo oprimen y lo condenan a hacer parte del
engranaje social, donde es utilizado y limitado en sus capacidades.
Notas
[1] Aludo al nombre de la obra que pintara Goya a finales del siglo XVIII
Cuando el sueño de la razón produce monstruos, para hacer una metáfora
sobre el fracaso de la modernidad cuya bandera era la razón emancipadora.
BIBLIOGRAFIA
HELLER Agnes. “La heterogeneidad de la vida cotidiana”. En Sociología de
la vida cotidiana. Ed. Península. Barcelona. 1994.
HUXLEY, Aldous. Un mundo feliz. Biblioteca de ciencia ficción. Ed Orbis.
Barcelona. 1969.
KOSIK, Karel. “El mundo de la pseudoconcreción y su destrucción”. En
Dialéctica de la Totalidad concreta. Ed. Grijalbo. México, Buenos Aires.
1967. 1981.
——. “Metafísica de la vida cotidiana”. En Dialéctica de lo concreto. Ed.
Grijalbo. México. 1995
LYON, David. Posmodernidad. Ed, Alianza. Madrid. 1996.
STEINER, George. En el Castillo de Barba Azul. Ed. Gedisa. Barcelona.
1992. Pág. 96.
SUVIN, Darko. Metamorfosis de la ciencia ficción. Fondo de Cultura
económica. México. 1984.
© Magda Zulena Trujillo Rodríguez 2008
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
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