Esto no es el Congo

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2 EN PORTADA En busca del tesoro gallego
SUMARIO
5
7
Los niños de
la Sinfónica
8
9
Ciudades
Una gran
cantera
Un repaso a la
otra actualidad
gallega
10
11
En directo
Durmiendo en
el Obradoiro
Las protestas,
vistas desde
dentro
12
13
Entrevista
Joan Busquets,
arquitecto
y urbanista,
habla sobre
la ciudad del
futuro
14 El mundo a
15 los 4 vientos
La actualidad
internacional,
según nuestros
corresponsales
25 Motor
28 Lo último del
mercado
40
Crónica social
de Josemi
Charlene
Wittstock,
de patito feo
a cisne
Coordinación: Jesús Flores
LOS TESTIGOS. En la investigación, cada muestra de roca se corta en dos
mitades. Una se envía al laboratorio de Canadá y otra (el testigo) se guarda
en Galicia. Andrés Rodríguez, de Forcarei, abre las cajas donde se almacenan
Esto no es el Congo
EN PLENA FIEBRE POR EL CONTROL DE LOS MINERALES ESTRATÉGICOS, UNA SOCIEDAD DE
CAPITAL RIESGO CANADIENSE ULTIMA LA EXPLORACIÓN DE LA QUE PODRÍA SER LA PRIMERA
MINA DE COLTÁN DE EUROPA: 20 MILLONES DE EUROS Y GARANTÍAS AMBIENTALES ESTRICTAS
Por Montse Carneiro + fotografías de Marcos Míguez
«L
o que no se puede hacer es
taparse los ojos desde la perspectiva soberbia del hombre
civilizado y pensar ‘‘a mí me da igual,
yo tengo mi teléfono móvil, poco me
importa de dónde haya salido el mineral
para fabricarlo’’. Porque aquí ponemos
todo tipo de pegas para que se desarrolle la minería, que es una actividad
que no gusta a nadie, pero mantenemos
una postura realmente hipócrita. Del
móvil nadie quiere prescindir», afirma
Alfonso Gracia. Este geólogo económico
dirige el proyecto de exploración que la
compañía de capital riesgo Solid Mines,
cotizada en las bolsas de Toronto y Vancouver, puso en marcha en el límite de
las provincias de Ourense y Pontevedra
en el 2003 para estudiar la apertura de
una mina de estaño, tántalo y litio.
Son minerales estratégicos, porque
aportan la materia prima imprescindible para cualquier tecnología avanzada
(particularmente las limpias), desde las
placas solares a los ordenadores, los
coches eléctricos, teléfonos móviles o
implantes de cadera, y su eventual desabastecimiento en la industria ocasionaría impactos económicos impredecibles.
Tanto que un sector tan poco dado a
las alianzas como el automovilístico se
ha apresurado a sumar esfuerzos para
promover la explotación de minas de
litio en Chile y Bolivia con las que hacer
frente a la demanda futura. O presente.
Bruselas ya ha dado la voz de alarma.
La casi total dependencia de Europa de
las importaciones de los países productores y la conmoción que ha provocado
en los mercados la decisión de China de
bloquear las exportaciones para satisfacer su demanda interna (el gigante
EXTRA de La Voz de Galicia
29 DE MAYO DEL 2011
asiático y la India están comprando
todo lo que pueden a fundiciones del
exterior) han obligado a la Comisión
Europea a identificar, en junio del 2010,
un catálogo de catorce sustancias cuyo
abastecimiento no estaría garantizado
para la industria del continente.
Una de ellas es el wólfram, testigo
inerte de la historia reciente de la minería gallega y también de la futura, a la
vista de las iniciativas para reabrir viejas
minas (lo están intentando en Santa
Comba y A Gudiña) o para investigar
nuevos yacimientos (Industria acaba
de admitir a trámite media docena de
solicitudes en el concurso de derechos
mineros de Ourense).
Otras son las tierras raras, un grupo de
17 elementos presentes en la naturaleza
en proporciones aún más bajas que el
resto de los minerales estratégicos, muy
EN PORTADA En busca del tesoro gallego
Sobre minas de estaño
UN TESORO QUE FUE RESIDUO
Los montes que sondea la empresa
canadiense Solid Mines con vistas a la
extracción de minerales estratégicos
(tántalo y litio) en el sur de Galicia
alberga viejas galerías de estaño abiertas entre los años 50 y principios de la
década de los 70, mientras el precio del
metal hizo rentable su explotación. Entonces, el tantalio era un subproducto
minero, de desecho, que se penalizaba
a su llegada al mercado. Hoy es uno de
los metales más codiciados del planeta. Escasamente explotado (hasta hace
poco no había necesidad de hacerlo),
es imprescindible para la fabricación
de condensadores, cualquier teléfono
móvil, ordenadores, marcapasos, lentes de cámaras, aparatos de rayos X,
frenos ABS o cámaras de vídeo.
controladas por China (posee el 90%
de las reservas mundiales) y estudiadas en Galicia por Ángel Ferrero y
otros expertos del Instituto Geológico
y Minero de España. En la década de
los noventa, Ercross primero y Río
Tinto después realizaron trabajos de
investigación que no dieron señales
de rentabilidad y las explotaciones
quedaron aparcadas.
Y otro es el tantalio, o tántalo, un
metal escaso, pero presente en las
tripas de todos los teléfonos móviles, producido principalmente en dos
minas de Australia que concentran el
70% de las existencias mundiales, y en
menor medida, alrededor del 15%, en
la República Democrática del Congo.
En este país de la región de los Grandes Lagos, el negocio del coltán, o la
columbo-tantalita, la forma mineral en
que suele aparecer el tántalo, asociado
con el niobio o columbio, emplea y
mata a miles de niños esclavos, alimenta una guerra que se ha cobrado
la vida de cinco millones de personas, e implica al resto del mundo, que
adquiere el material de contrabando a
Ruanda y Burundi para satisfacer sus
necesidades de consolas, ordenadores,
móviles y demás.
A esta realidad negra se refiere
Alfonso Gracia. «De oro hay un mer-
cado mundial, todo el mundo sabe
lo que se compra y lo que se vende,
y la cotización diaria. De coltán, no.
Se hace un contrato entre particulares y aunque puede haber un precio
orientativo publicado, tú llegas y si
consigues un contrato por menos
dinero, adelante. En el Congo se ha
montado una guerra entre mafias
para sacar de allí el material, pero el
problema es que hay un montón de
gente que lo compra. Ese es el problema. En Europa no se produce un
solo gramo de tantalita, hay dependencia y la gente va y compra. Más
barato. Porque los precios han llegado
a ser absolutamente disparatados, 140
dólares la libra, que son 400 gramos.
El mineral y la roca
EL BUEN OJO
DEL ALEMÁN
El geólogo alemán Rolf Burkhardt
describe centímetro a centímetro
cada uno de los cilindros de roca que
extraen las máquinas perforadoras
del subsuelo de Forcarei, antes de
enviar las muestras al primer laboratorio del mundo, en Canadá, donde
se realizarán los análisis químicos de
concentración de mineral. La tarea de
Burkhardt es esencial y certera. En la
foto superior, es posible apreciar los
puntos de casiterita (óxido de estaño).
La columbo-tantalita o coltán (abajo,
una piedra de Brasil) no es visible al
ojo en las rocas de Forcarei
EXTRA de La Voz de Galicia
29 DE MAYO DEL 2011
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Cuando un metal se paga en libras,
algo pasa. Hay que quitarse la venda.
¿Seguimos así, cerrando los ojos y
que se maten los negritos entre ellos,
o desarrollamos aquí una minería
escrupulosa, regulada y que genere
riqueza?», cuestiona el geólogo.
La Comisión Europea ya ha movido
ficha y las bolsas de materias primas
se han adelantado. Solid Mines
España obtuvo su primer permiso de
investigación para sondear el subsuelo
gallego hace ocho años. Le costó. Las
autorizaciones, que según la Ley de
Minas de 1973 no deben demorarse
más de ocho meses, tardan años en
tramitarse. Las exigencias son estrictas. «Estamos aún en fase de investigación y la Xunta ya nos ha exigido
140.000 euros de garantía ambiental
para la restauración de las dos pistas
que abrimos, y otros cinco millones de
euros de inversión para los próximos
tres años. Tenemos que darles cuenta
de todo lo que hacemos, estamos trabajando 24 horas al día para llegar al
mínimo que nos piden. Y todo esto
sin la certeza de que la mina se pueda
abrir —advierte Gracia—. Si lo hacemos nos pedirán millones. Así funcionan las leyes en España, en Europa. Y
así tienen que funcionar».
EL COLTÁN DE FORCAREI
La probabilidad de que el yacimiento
de estaño y tántalo de Forcarei pueda explotarse es a día de hoy elevada,
según valoran los técnicos de la prospección. La mina costaría alrededor
de 20 millones de euros y generaría
50 empleos directos y 150 indirectos.
«Hablamos de empleos altamente cualificados, porque en la minería actual
no hay picos y palas, sino robots, pero
la riqueza que se genera en la zona es
enorme, en las funciones, en la maquinaria. No solo es el anzuelo de los
puestos de trabajo, que son pocos. Se
atraen inversiones. A mí me gustaría
que si aquí se monta una explotación
de litio o de tántalo se desarrollen programas de investigación y, a lo mejor,
se piense en otras cosas, como en una
fábrica de componentes electrónicos,
por ejemplo. Ni las minas tienen por
qué estar en el Congo, ni las fábricas
tienen por qué estar en Alemania».
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