15/06/2016 Tirada: 44.504 Categoría: Económicos Difusión: 28.999 Edición: Nacional Audiencia: 163.000 Página: 2 AREA (cm2): 321,1 OCUPACIÓN: 30% V.PUB.: 5.537 Editorial El desequilibrio de la financiación autonómica a publicación de nuevos estudios académicos sobre el modelo de financiación autonómica viene a reforzar la realidad ya evidenciada con la elaboración de las llamadas balanzas fiscales respecto a los fondos que reciben y aportan al sistema las distintas comunidades autónomas. Madrid y Cataluña, y en una cuantía casi simbólica Baleares, son las únicas regiones que perciben recursos por debajo de su capacidad fiscal –esto es, los impuestos que se recaudan en estos territorios–. Pero frente a la sempiterna denuncia de los nacionalistas catalanes, la pérdida sufrida por Cataluña supone menos de la mitad de la sufrida por la Comunidad de Madrid. Esta gran descompensación pese al tamaño similar de ambas economías regionales se explica por el desafortunado sistema de financiación autonómica alumbrado por el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2009 para satisfacer las demandas de los políticos catalanes y hacer un traje financiero a medida del nuevo Estatuto de Autonomía aprobado tres años antes por el Parlamento catalán. Un nuevo reparto de fondos que perjudicó notablemente a otras regiones, sobre todo a Madrid. La estimación de esa pérdida que ha realizado el Consejo Ge- El reparto de fondos neral de Economistas asciende ideado por Zapatero a 3.997 millones de euros anua- para contentar a les, frente a unos 1.688 millones Cataluña perjudica que Cataluña estaría recibiendo de menos. Por el contrario, An- al resto de CCAA dalucía es la región que más recursos recibe en función de su capacidad fiscal (3.674 millones). Pero los economistas denuncian la enorme discrecionalidad del reparto de los fondos debido a los múltiples condicionantes introducidos en el modelo por el Gobierno de Zapatero para tratar de contentar a todas las comunidades autónomas –algo que evidentemente no consiguió–, que provoca además que comunidades autónomas que están por debajo de la media nacional en capacidad fiscal acaben recibiendo aún menos recursos de los que les corresponderían. Murcia y Valencia son las grandes damnificadas en este sentido. Una situación que se agravó por el desplome de los ingresos tributarios tras el estallido de la crisis y obligó al Ejecutivo del PP a poner en marcha mecanismos de emergencia para evitar que las autonomías quebraran. Subsanar esa descompensación debe ser uno de los objetivos de la reforma del modelo de financiación autonómica que deberá poner en marcha el próximo Gobierno. Pero no se puede repetir el error de condicionar todo el reparto en función de las demandas de una sola región. Para evitar que pueda volver a generarse en el futuro un agujero financiero de las autonomías como el actual, el nuevo sistema debe ser estable, previsible y suficiente, además de estar fundamentado en el principio constitucional de la solidaridad entre comunidades, aunque sin cerrar la puerta a que ésta pueda limitarse de común acuerdo, como ayer propuso el Consejo General de Economistas. L China, potencial factor de riesgo a medio plazo l FMI arrojó ayer más leña al fuego de las dudas sobre la economía de China. Su admonición al gobierno del gigante asiático sobre el rápido crecimiento del crédito en el país, que aumentaría su exposición ante episodios sobrevenidos de inestabilidad, contribuyó ayer a aumentar el nerviosismo en los mercados –el Ibex perdió otro 2,13% durante la sesión–, ya alterados por la incertidumbre respecto a la posibilidad de que la Reserva Federal de EEUU anuncie hoy una nueva subida de los tipos de interés o la vuelva a retrasar y, sobre todo, por la proximidad del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE, de cara al que las encuestas indican un ascenso de los partidarios de la segregación. Aunque el impacto a corto plazo del Brexit sería más intenso, es indudable que la evolución de China va a condicionar el rumbo de la economía global a medio plazo. De ahí que el FMI haya reclamado también a Pekín una transición ordenada hacia un modelo económico más maduro a través de la reestructuración de su industria basada exclusivamente en la mano de obra barata, una reforma del sistema bancario y la modernización de su fiscalidad. E NOTICIAS PROPIAS||ENTORNO