Reflexión dominical 13.01.13 Obispo Emérito.

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EL BAUTISMO DE JESÚS
Reflexión dominical 13.01.13
Mons. José Ignacio Alemany Grau.
Obispo Emérito.
La Iglesia celebra hoy la epifanía
(manifestación de Dios) en el bautismo de
Jesús.
que pasó haciendo el bien y curando a los
oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con Él”.
El prefacio nos hace la presentación del
misterio que celebramos:
(Estas lecturas valen para los ciclos A, B
y C. Además la liturgia da opción para leer
otras que en el ciclo C serían: Is 40,1 y Tt
2,11ss)
“En el bautismo de Cristo en el Jordán
has realizado signos prodigiosos, para
manifestar el misterio del nuevo
bautismo:
El Evangelio habla hoy del Bautismo de
Jesús.
Hiciste descender tu voz desde el cielo
para que el mundo creyese que tu Palabra
habitaba entre nosotros; y por medio del
Espíritu, manifestado en forma de
paloma, ungiste a tu siervo Jesús, para
que los hombres reconociesen en Él al
Mesías, enviado a anunciar la salvación a
los pobres”.
Ante todo hay que aclarar que no se trata
de que Jesús se acercara a Juan para que
le quitara los pecados porque nunca los
tuvo ni los pudo tener.
Algunos incluso llegan a sacar la
conclusión de “Yo me bautizaré (o
bautizaré a mis hijos) cuando tenga
treinta años como Jesús”.
El profeta Isaías nos presenta a este
Mesías, siervo del Señor:
En nuestro ciclo C san Lucas, que es
nuestro compañero del año nos advierte
que Jesús tenía entonces “como unos
treinta años”. Con esto nos indica que
había alcanzado la edad en que, según la
ley, estaba autorizado para actuar
públicamente.
“Mirad a mi siervo a quien sostengo; mi
elegido, a quien prefiero. Sobre Él he
puesto mi espíritu…”.
En esta lectura vemos a ese siervo, figura
de Jesús, preferido de Dios, ante todo
por ser Dios, y que con sus sufrimientos,
salvará a su pueblo.
Es también Lucas quien nos advierte que
el bautismo se realizó “mientras oraba
Jesús”.
A su vez el apóstol Pedro, en la casa de
Cornelio, nos hace hoy esta presentación
de Jesús:
La oración es un tema favorito para
nuestro compañero del ciclo C, que nos
invitará frecuentemente a imitar a Jesús
orante.
“Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido
por Dios con la fuerza del Espíritu Santo,
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En el bautismo de Jesús encontramos
tres puntos interesantes en los que vamos
a seguir la explicación de nuestro Papa
Benedicto XVI.
Según esto, las palabras del Bautista
señalando a Jesús, pueden referirse ante
todo al siervo de Dios que con sus
penitencias carga con los pecados del
mundo.
Sabemos que los pecadores se acercaban
a Juan para pedir el bautismo, confesar
sus pecados y purificarse de sus culpas.
Pero, ¿qué hizo Jesús si Él no tenía
pecado?
Pero también se podría reconocer en ellas
al verdadero cordero pascual que, con su
expiación, borra los pecados del mundo.
Como nos podemos dar cuenta, con esa
explicación
se
enriquece
nuestra
reflexión.
“Jesús había cargado con la culpa de toda
la humanidad; entró con ella en el Jordán.
Inicia su vida pública tomando el puesto
de los pecadores. Es por así decirlo el
verdadero Jonás que dijo a los marineros
“tomadme y lanzarme al mar”… El
bautismo de Jesús es la aceptación de la
muerte por los pecados de la humanidad,
y la voz del cielo (“Éste es mi Hijo
amado”) es una referencia anticipada a la
resurrección”.
Finalmente, en la voz del Padre y la
presencia del Espíritu en forma de
paloma, el Papa ve “un preanuncio del
misterio trinitario”.
El Padre se manifiesta en la voz, el Hijo
está en el Jordán bautizándose, el
Espíritu Santo en forma de paloma.
“El bautismo que desde entonces
administran los discípulos de Jesús, es el
ingreso en el bautismo de Jesús, el
ingreso en la solidaridad que Él ha
anticipado con su bautismo.
El Papa nos explica también lo que
significan las palabras de Juan “Éste es el
Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo”.
Así se llega a ser cristiano”.
Esta frase hace referencia a muchos
textos bíblicos, sobre todo al de Isaías
que habla del siervo del Señor.
Algo muy bello para meditar. Y desde
mañana entraremos en el tiempo
ordinario.
Nos advierte el Papa que, de todas
maneras, “la palabra hebrea taljá significa
tanto cordero, como mozo y siervo”.
José Ignacio Alemany Grau, obispo
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