sumario AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 457-463 OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 Original AJH- Valor pronóstico de la masa del ventrículo izquierdo y su evolución durante el tratamiento de la serie de pacientes hipertensos de Burdeos Claire Cipriano, Philippe Gosse, Laurent Bemurat, Denis Mas, Philippe Lemetayer, Gilbert N’Tela y Jacques Clementy La hipertrofia del ventrículo izquierdo (HVI) se asocia con un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares, independientemente de otros factores de riesgo conocidos, pero hasta ahora se ha estudiado relativamente poco el valor predictivo de su evolución a lo largo del tratamiento. Desde 1986 hemos seguido a una serie de pacientes hipertensos, no tratados inicialmente, con medidas ecocardiográficas de la masa del ventrículo izquierdo (MVI). Analizamos los datos de 474 pacientes con más de cinco años de seguimiento para determinar el valor pronóstico de la MVI y su evolución durante el tratamiento de la presión arterial alta. No realizaron el seguimiento 40 pacientes. El período de seguimiento medio fue de 89 ± 31 meses. Se observó una complicación cardiovascular en 40 individuos. Hubo una relación fuerte entre el aumento de la MVI y la incidencia de complicaciones (p<0,001). Se realizó al menos una segunda determinación de la MVI a 311 pacientes y se mantuvo el último valor anterior a cualquier complicación (60 ± 38 meses después de L a hipertrofia del ventrículo izquierdo (HVI) se asocia con un aumento del riesgo de complicaciones cardiovasculares, independientemente de otros factores de riesgo conocidos, y últimamente están aumentando las pruebas de que la regresión de la HVI después del tratamiento antihipertensivo se acompaña de una mejoría del pronóstico5-8. Sin embargo, es prematuro concluir que la HVI sea un parámetro para valorar el resultado que pueda servir de ayuda en los estudios de morbilidad/mortalidad durante el tratamiento de la presión arterial (PA) alta9. Sigue sin demostrarse que la masa del ventrículo izquierdo (MVI) y el riesgo cardiovascular estén relacionados de forma proporcional en todas las poblaciones. Desde 1983 hemos seguido a una serie de pacientes hipertensos inicialmente no tratados con medidas ecocardiográficas de la MVI de buena calidad. Hospital San Andrés, Centro Hospitalario de la Universidad de Burdeos, Burdeos, Francia © 2001 by the American Journal of Hypertension, Ltd. Published by Elsevier Science, Inc. la exploración inicial). En este subgrupo, 28 pacientes presentaron un episodio cardiovascular. Se constató una tendencia a la reducción de la incidencia de episodios en el grupo que experimentó regresión de la HVI en comparación con el grupo con persistencia de ésta, pero no hubo diferencias cuando los pacientes se dividieron en cuartiles según la evolución de la MVI desde el inicio hasta el seguimiento. Por tanto, la reducción de la MVI durante el tratamiento no fue un buen marcador de episodios cardiovasculares futuros y es prematuro considerar a la MVI como un instrumento complementario para valorar la evolución de la morbilidad/mortalidad de pacientes hipertensos. Am J Hypertens 2001; 14: 524-9. Palabras clave:Hipertrofia del ventrículo izquierdo, hipertensión, pronóstico, ecocardiografía. Durante los primeros meses de 1999, analizamos los datos de todos los pacientes sometidos a más de cinco años de seguimiento para valorar la importancia pronóstica de la MVI y su progresión durante el tratamiento de la PA alta. Métodos Población La población se extrajo de una serie de pacientes hipertensos seleccionados desde 1983 de acuerdo con los siguientes criterios: PA en consulta > 140/90 en dos ocasiones al menos, sin antecedentes de complicaciones cardiovasculares y sin patología asociada que pudiera afectar al pronóstico. Todos los pacientes habían sido remitidos a nuestro departamento antes de administrarles ningún tratamiento antihipertensivo y a todos se les habían realizado medidas ecocardiográficas de buena calidad de la MVI. Los pacientes en 0895-7061/97/$17.00 PII S0895-7061(97)00327-0 458 AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 457-463 los que no pudieron obtener buenos trazados ecográficos no se incluyeron en la serie. La presión arterial se midió en condiciones estándar (media de tres medidas con un esfigmomanómetro de mercurio después de diez minutos de reposo en posición supina, determinando el mismo médico (P.G.) la PA diastólica en la fase V). Después de estas exploraciones, la mayoría de los pacientes comenzaron un tratamiento antihipertensivo que fue supervisado por sus médicos de familia. Estos pacientes se evaluaron de nuevo en nuestro departamento, dependiendo de las necesidades individuales, y se midió la MVI por el mismo ecocardiografista (P.G.). En intervalos regulares se telefoneó a los pacientes para determinar el resultado. La primera fase de observación del resultado de este estudio fueron los primeros seis meses de 1999 y mantuvimos en el estudio a todos los pacientes que habían sido controlados ≥ 5 años. En el caso de que se hubiera producido cualquier complicación cardiovascular, se solicitaron los detalles al médico de familia; en el caso de que hubiera más de una complicación en el mismo paciente, sólo se tuvo en cuenta para el análisis el primer episodio. Se registraron las siguientes complicaciones: angina confirmada por coronariografía con al menos una estenosis significativa (> 70%), infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca que originó el ingreso en el hospital, ictus, insuficiencia renal con necesidad de diálisis, artritis sintomática de las extremidades inferiores, confirmada por eco-doppler y aneurisma de la aorta abdominal con necesidad de cirugía. En el caso de que hubiera más de un resultado final, sólo se tuvo en cuenta el primero. Estos datos se registraron por un médico que desconocía los resultados iniciales (C.C.). Medida ecocardiográfica de la MVI La masa del ventrículo izquierdo se midió inicialmente en todos los pacientes antes de administrarles ningún tratamiento antihipertensivo. En la mayoría de los casos, se llevó a cabo una nueva determinación 6 a 12 meses después de comenzar el tratamiento antihipertensivo. En los pacientes en que se habían realizado varias medidas de la MVI durante el tratamiento, consideramos la última determinación realizada durante el tratamiento, antes de que se produjera cualquier complicación (la última MVI). En todos los casos se midió la MVI a partir de dos trazados del ventrículo izquierdo de tipo M guiados bidimensionalmente mediante una imagen paraesternal izquierda. Los trazados se registraron en papel de registro de gran calidad corriendo a 100 mm/seg y se leyeron al menos tres ciclos consecutivos de acuerdo con la convención de Penn. Todos los trazados se leyeron después de ser codificados por operadores que desconocían los datos clínicos y la fecha de la exploración. La MVI se calculó a partir de la fórmula de Devereux y Reichek10 y se indexó respecto a la superficie corporal. Aunque este método de desarrollar un índice puede no ser ideal, es el más extendido11,12 y lo empleamos para poder desarrollar una comparación entre AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 nuestros datos y los de otros estudios publicados. Usamos un nivel de corte de 125 g/m2 para definir la HVI8. Análisis estadístico Utilizamos para el análisis estadístico la aplicación informática SPSS (SPSS, Chicago, Illinois). Se compararon las variables cuantitativas de los grupos mediante análisis de varianza con un test de Neumann-Keuls, cuando el análisis de varianza era significativo (p<0,05) y con el test de χ2 para las variables cualitativas. La población se dividió en cuartiles en función del cociente: masa del ventrículo izquierdo inicial/superficie corporal (MVI/SC) y de la variación de la MVI desde el comienzo hasta la última medida. La supervivencia sin complicaciones de los diferentes grupos se analizó mediante el método de KaplanMeier y se comparó usando el test de rangos logarítmicos. La supervivencia sin complicaciones de la población se estudió en un modelo de Cox, en el que se incluyeron los siguientes parámetros: edad, sexo, PA en consulta y MVI (índices) y sus variaciones, peso, hábito de fumar (sí o no), hipercolesterolemia (sí o no) y diabetes (sí o no). Resultados Hasta el 6 de enero de 1999 se incluyeron en nuestra serie 741 pacientes hipertensos, de los cuales 474 habían sido controlados durante ≥ 5 años y que fueron, por tanto, los sujetos de este estudio. Cuarenta pacientes no realizaron el seguimiento, pero no hubo diferencias significativas entre este grupo y el resto de la población. El período medio de seguimiento fue de 89 ± 31 meses. En 40 individuos se encontró al menos una complicación cardiovascular: 16 pacientes con coronariopatías (6 con infarto de miocardio), 9 con ictus, 4 con arteritis de las extremidades inferiores, 5 muertes súbitas, 1 insuficiencia renal, 3 con insuficiencia cardíaca y 2 con aneurisma de la aorta abdominal, que necesitó cirugía. No hubo diferencias significativas en el tratamiento entre los pacientes con o sin complicaciones. Los tratamientos fueron: dieta y medidas sanitarias generales en el 2% (no hubo complicaciones en este grupo), β-bloqueantes en el 19%, inhibidores de calcio en el 14%, inhibidores de la ECA en el 10%, diuréticos en el 5% y una combinación de dos o más antihipertensivos en los otros casos. La prevalencia de HVI fue del 44% en esta población, del 41% en el grupo sin complicaciones y del 75% en el grupo que desarrolló una complicación. Las variables iniciales y el resultado se presentan en la Tabla 1, de acuerdo con los cuartiles del cociente MVI/SC inicial. Hubo una relación fuerte entre la MVI y la incidencia de complicaciones cardiovasculares o muerte. Como se observa en la Figura 1, las curvas de supervivencia sin episodios de los grupos, de acuerdo con los cuartiles iniciales de MVI/SC, fueron significativamente diferentes (p<0,001). El riesgo de episodios cardiovasculares VALOR PRONÓSTICO DE LA MASA DEL VENTRÍCULO IZQUIERDO 459 TABLA 1. Comparación entre las variables iniciales y el resultado según los cuartiles de masa del ventrículo izquierdo inicialmente indexados en relación con la masa corporal Primero (61-100,9) Número Segundo (101-120) Tercero (120,1-142,9) Cuarto (143-281) 110 108 108 108 Hombres/mujeres 45/65 58/50 71/37 95/13 Edad (años) 48 ± 12 48 ± 11 51 ± 11 53 ± 11 Peso (kg) 67 ± 13 74 ± 15 74 ± 13 80 ± 14 <,0001 PAS en consulta (mm Hg) 155 ± 19 161 ± 17 165 ± 18 168 ± 19 <,0001 PAD en consulta (mm Hg) 95 ± 10 100 ± 11 101 ± 8 103 ± 9 <,0001 FC en consulta (latidos/min) 76 ± 15 73 ± 12 73 ± 13 70 ± 12 ,005 Creatinina sérica (µmol/l) 85 ± 19 86 ± 15 90 ± 16 93 ± 15 ,01 Glucosa sérica (mmol/l) 5,3 ± 0,7 5,4 ± 0,9 5,6 ± 0,9 5,8 ± 1,2 ,006 Colesterol sérico (mmol/l) 5,7 ± 1,2 6 ± 1,2 6 ± 1,2 6,3 ± 1,3 ,04 Hipercolesterolemia (%) Sokolow (mm) 166 ± 9 ,002 163 ± 10 Fumadores (%) 166 ± 9 <,001 Altura (cm) Diabetes (%) 166 ± 9 valor de p <,0001 4% 4% 4% 8% NS 13% 26% 23% 28% NS 12% 10% 12% 19% 23 ± 5 23 ± 8 24 ± 7 26 ± 8 NS ,01 DTD (mm) 48,4 ± 4,1 51,6 ± 4 52,4 ± 4,1 56,4 ± 4,4 <,0001 DTS (mm) 29 ± 4,4 32,2 ± 4,5 31,9 ± 4,7 35,2 ± 4,9 <,0001 GT (mm) 8,4 ± 1,1 9,6 ± 1,3 10,7 ± 1,5 12,3 ± 2 <,001 GPP (mm) 7,9 ± 1 8,8 ± 1,2 9,7 ± 1,1 10,7 ± 1,2 <,001 MVI/SC (g/m2) 87 ± 10 110 ± 6 131 ± 7 169 ± 27 <,001 Episodios cardiovasculares 3 5 8 Porcentajes de episodios (por 100 pacientes-años) 0,38 0,62 0,96 24 2,9 <,001 <,001 Mortalidad total (cardiovascular) 2 (0) 4 (0) 5 (3) 13 (9) ,02 PAS = presión arterial sistólica; PAS = presión arterial sistólica; PAD = presión arterial diastólica; FC = frecuencia cardíaca; DTD = dimensión telediastólica del ventrículo izquierdo; DTS dimensión telesistólica del ventrículo izquierdo; GT = grosor del tabique; GPP = grosor de la pared posterior; MVI/SC = índice de masa del ventrículo izquierdo respecto a la superficie corporal aumentó particularmente en el cuarto cuartil (MVI > 143 g/m2). El valor de corte de 125 g/m2 tuvo una sensibilidad del 75% y una especificidad del 59% para predecir la incidencia de complicaciones cardiovasculares. En el modelo de Cox sólo la edad y la MVI contribuyeron de forma independiente y de manera significativa a la predicción de la supervivencia sin complicaciones cardiovasculares. Además, el tipo de remodelado del ventrículo izquierdo tuvo consecuencias importantes sobre la incidencia de episodios cardiovasculares. Usando los valores de corte de 0,43 para el grosor relativo de la pared y de 125 g/m2 para el cociente MVI/SC, la incidencia de episodios cardiovasculares fue, respectivamente, del 3,7% en el grupo con ventrículo izquierdo normal (n=215, 8 episodios), 7,1% en el grupo con remodelado concéntrico (n=28, 2 episodios), 14,3% en el grupo con HVI excéntrica (n=139, 20 episodios) y 19,2% en el grupo con HVI concéntrica (n=52, 10 episodios). En esta población se había realizado al menos una segunda determinación de la MVI a 311 pacientes, por lo que consideramos el último valor antes de que se produjera cualquier complicación (60 ± 38 meses después de la exploración inicial y del comienzo del tratamiento antihipertensivo). Puesto que la ecocardiografía de control se basó principalmente en indicaciones clínicas, los pacientes de este grupo fueron significativamente mayores en edad (51 ± 11 frente a 45 ± 12 años, p<0,001), más hipertensos (PA en consulta 167 ± 18/102 ± 9 frente a 150 ± 15/94 ± 10 mm Hg, p<0,001) y tuvieron valores iniciales de MVI/SC más altos (130 ± 33 y 109 ± 31 g/m2, p<0,001) que los del grupo sin ecocardiografías posteriores. En esta población, la PA en consulta se redujo significativamente (147 ± 17/89 ± 11 frente a 167 ± 18/102 ± 9 mm Hg, p<0,001), junto con una disminución en la MVI indexada (122 ± 28 y 130 ± 33 g/m2, p<0,001, variación media 8 ± 25 g/m2). Hubo una correlación significativa pero débil entre la MVI y las reducciones de la PAS (R=0,20, p<0,001) y la PAD (R=0,17, p=0,002). El período medio de seguimiento para esta población en la fase de control de resultados fue 460 AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 Probabilidad de supervivencia sin episodios cardiovasculares AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 457-463 MVI/SC en cuartiles Período hasta el episodio (meses) FIGURA 1. Supervivencia sin episodios cardiovasculares en los cuatro cuartiles de masa del ventrículo izquierdo (MVI) indexados respecto a la superficie corporal (SC) en la visita inicial. La supervivencia empeoró significativamente en los pacientes en que aumentó la MVI (p<0,001). de 95 ± 33 meses. En este subgrupo, 28 pacientes presentaron una complicación cardiovascular y 11 murieron por enfermedades cardiovasculares. Los pacientes que habían presentado una complicación tuvieron una MVI significativamente más alta al comienzo y durante el tratamiento que aquellos del subgrupo que no experimentó complicaciones. La PAS en consulta y la edad también variaron significativamente entre los dos grupos. El nivel de corte de 125 g/m2 en la última medida de la MVI tuvo una sensibilidad del 61% y una especificidad del 58% para predecir las complicaciones cardiovasculares. En este grupo, sólo la edad y la MVI determinada inicialmente surgieron como variables predictivas significativas en el modelo de Cox que incluía la edad, el sexo, los valores iniciales de la PA y la MVI y sus variaciones en las últimas determinaciones. El porcentaje de episodios fue más bajo en el grupo sin HVI inicial y en la última determinación de la MVI (n=125, 0,62 por 100 pacientes-años) que en el grupo con HVI inicial y en la medida final de la MVI (n=109, 1,87 por 100 pacientesaños), y fue intermedia en el grupo cuya HVI había remitido en el seguimiento (n=52, 1,1 por 100 pacientes-año); sin embargo, las diferencias entre los grupos no alcanzaron significación estadística. En la Tabla 2 se presentan las variables iniciales y el resultado, en función de los cuartiles, de la evolución de la MVI (desde la MVI inicial a la final) y las curvas correspondientes de supervivencia se presentan en la Figura 2. No hubo diferencias en la incidencia de complicaciones cardiovasculares en los cuatro grupos. El mismo análisis se realizó usando la segunda determinación de la MVI 6 a 12 meses después del comienzo, en vez de la última medida, y los resultados fueron similares. Las variaciones en la MVI desde el origen hasta la última medida mostraron una regresión a la media, puesto que el primer cuartil (progresión de la MVI) corresponde a los valores iniciales más bajos y el último cuartil (progresión media 26 g), a los valores iniciales más altos. Discusión Encontramos una relación entre la elevación de la MVI determinada por ecocardiografía antes de realizar trata- VALOR PRONÓSTICO DE LA MASA DEL VENTRÍCULO IZQUIERDO 461 TABLA 2. Comparación entre las variables iniciales y el resultado según los cuartiles de la diferencia entre la medida inicial y la última de la masa del ventrículo izquierdo Primero (-76 to 16,9) Número Segundo (-17 to 9,9) 77 78 Tercero (10 to 39) 78 Cuarto (39,1 to 86) valor de p 78 Hombres/mujeres 52/25 44/34 43/35 61/17 ,008 Edad (años) 50 ± 11 52 ± 10 51 ± 11 53 ± 11 ,002 Peso inicial (kg) 72 ± 14 75 ± 13 70 ± 15 78 ± 15 ,001 PAS inicial en consulta (mm Hg) 165 ± 17 166 ± 19 166 ± 16 171 ± 19 NS PAD inicial en consulta (mm Hg) 101 ± 7 100 ± 10 102 ± 8 104 ± 10 ,02 FC inicial en consulta (latidos/min) 74 ± 12 74 ± 15 73 ± 11 72 ± 12 NS PAS en consulta, valor inicial – valor último (mm Hg) 14 ± 20 19 ± 21 21 ± 19 26 ± 24 ,006 PAD en consulta, valor inicial – valor último (mm Hg) 10 ± 13 13 ± 13 14 ± 11 16 ± 13 ,01 Sokolow inicial (mm) 23 ± 7 23 ± 7 25 ± 8 25 ± 8 NS DTD inicial (mm) 51,5 ± 4,9 51,9 ± 4,6 51,9 ± 4,9 54,9 ± 5,5 ,0001 DTS inicial (mm) 31,4 ± 5,3 32,6 ± 4,2 31,1 ± 5,1 33,8 ± 5,7 ,005 GT inicial (mm) 9,8 ± 1,7 10,4 ± 1,7 10,1 ± 1,9 11,9 ± 2,5 ,0001 GPP inicial (mm) 8,9 ± 1,4 9,4 ± 1,4 9,2 ± 1,3 10,6 ± 1,5 ,0001 MVI/SC inicial (g/m2) 115 ± 24 124 ± 28 123 ± 24 158 ± 38 ,0001 MVI inicial- último valor de MVI -39 ± 25 -2 ± 7 22 ± 19 26 ± 24 Episodios cardiovasculares 3 9 7 9 NS Porcentajes de episodios (por 100 pacientes-años) 0,49 1,57 1,1 1,4 NS Mortalidad total (cardiovascular) 4 (1) 7 (4) 4 (2) 6 (5) NS Las abreviaturas se corresponden con las de la Tabla 1 miento antihipertensivo y la incidencia de complicaciones cardiovasculares en una población de pacientes hipertensos de la región de Burdeos. Éste es el primer estudio de este tipo realizado en Francia y confirmó que la HVI es un factor de riesgo fuerte e independiente de complicaciones cardiovasculares. Por otra parte, la relación entre la progresión de la MVI y el pronóstico fue menos clara. En nuestra serie hubo una tendencia a mayor incidencia de complicaciones en los pacientes cuya HVI persistió a pesar del tratamiento, en comparación con aquellos cuya HVI remitió; sin embargo, los pacientes cuya MVI se redujo por el tratamiento no desarrollaron complicaciones significativamente menores que aquellos en que la MVI permaneció estable o aumentó. El valor predictivo de la progresión de la MVI durante el tratamiento ha sido poco estudiado y, según nuestros datos, sólo se han publicado tres estudios ecocardiográficos en total. En el estudio de Yurenev et al.5, 304 pacientes hipertensos con HVI fueron controlados durante 4 años y 54 de ellos desarrollaron complicaciones cardiovasculares. Estos pacientes se dividieron en tres grupos en función del grado de la MVI al final de este período de 4 años: el primero con regresión de HVI (> 20 g de reducción de la MVI), el segundo sin variaciones en la MVI y el tercero con progresión de la MVI (> 20 g de aumento). El último presentó significativamente más complicaciones que los otros dos grupos. En el estudio de Muiesan et al.7, 151 pacientes hipertensos fueron controlados durante un período medio de 10 años con un estudio ecocardiográfico al comienzo y al final del período de seguimiento. En este grupo, 23 pacientes desarrollaron una complicación cardiovascular. Los 34 pacientes con HVI persistente presentaron significativamente más complicaciones que los 32 pacientes cuya HVI regresó (13 y 4, p=0,01). Sin embargo, una limitación de este estudio fue que la última determinación ecocardiográfica de la MVI se hizo después de la posible incidencia de una complicación. Puesto que el estudio de Verdecchia et al.8 fue muy similar al nuestro, empleamos los mismos criterios para definir la HVI. En este estudio, 430 pacientes fueron controlados durante un período medio de 3,2 años y se observaron 31 complicaciones cardiovasculares sin muertes. La segunda medida ecocardiográfica de la MVI se hizo en promedio 2,8 años después de la exploración inicial. Verdecchia et al. publicaron que los 275 pacientes que experimentaron una reducción de la MVI durante el tratamiento presentaron significativamente menos complicaciones (n=15) que los 145 pacientes cuya MVI permaneció estable o aumentó (n=16, p=0,03). Las poblaciones de estos AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 457-463 Probabilidad de supervivencia sin episodios cardiovasculares 462 AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 Evolución de la MVI Período hasta el episodio (meses) FIGURA 2. Supervivencia sin episodios cardiovasculares según los cuartiles de evolución de la MVI entre la primera y la última ecocardiografía. No hubo diferencias significativas entre las cuatro curvas (test de rangos logarítmicos). Las abreviaturas se corresponden con las de la Figura 1. cuatro estudios fueron bastante similares, con edades y presiones arteriales parecidas. La prevalencia de HVI fue más alta en nuestra población que en la de Verdecchia et al. (44% y 26%), usando los mismos criterios, pero idéntica a la de Muiesan et al. con diferentes criterios. También hubo una respuesta similar de la PA y de la MVI al tratamiento en los cuatro estudios. Las principales diferencias se debieron al intervalo entre las últimas medidas ecocardiográficas de la MVI y la duración del seguimiento. En los estudios de Yurenev et al. y Muiesan et al., las últimas medidas de la MVI se hicieron al final del período de seguimiento y, en el estudio de Muiesan et al., la última determinación podría haberse hecho después de aparecer una complicación. En el estudio de Verdecchia et al., la última medida de MVI fue anterior a cualquier complicación, pero el intervalo entre esta última medida y el final del período de seguimiento fue relativamente corto (5 a 6 meses). En nuestro estudio, la segunda determinación de la MVI fue anterior al final o a la incidencia de una complicación en 30 meses como promedio; por tanto, carecemos de información sobre la MVI en este intervalo, lo cual pue- de explicar la ausencia de valor predictivo de la reducción de la MVI durante el tratamiento por riesgo cardiovascular. Hay otro fenómeno que puede contribuir a reducir el valor predictivo de la variación de la MVI. Como observamos en nuestro estudio, la variabilidad de las medidas de la MVI puede producir una regresión a la media en medidas seriadas y, así, un descenso en la MVI en pacientes con valores altos iniciales, pero un aumento en pacientes con valores iniciales bajos independiente del efecto del tratamiento y de la reducción del riesgo. Finalmente, debe tenerse en mente que en los cuatro estudios se produjeron relativamente pocos episodios y no pudimos concluir en función de nuestros resultados que la MVI cumpla todas las condiciones que debe tener un parámetro del resultado para servir de ayuda en la evaluación de la morbilidad/mortalidad de los pacientes hipertensos. No parece haber una relación estricta entre la progresión de la MVI y el riesgo cardiovascular en pacientes tratados por presión arterial alta. Nuestros resultados están más a favor de un aumento del riesgo cardiovascular por encima de un valor de corte determinado de la MVI. Los pacientes sumario VALOR PRONÓSTICO DE LA MASA DEL VENTRÍCULO IZQUIERDO con MVI > 125 g/m2 tuvieron una tendencia mayor a desarrollar complicaciones que los pacientes cuya MVI se mantuvo por debajo de este valor y los pacientes que presentaron complicaciones estando en tratamiento antihipertensivo tuvieron una MVI mayor que aquellos que no experimentaron complicaciones. Sin embargo, debido al número bajo de complicaciones observadas no pudimos establecer un verdadero valor de corte predictivo de la MVI; debemos esperar a que se publiquen los resultados de estudios controlados con poblaciones de mayor tamaño. Bibliografía 1. Casale PN, Devereux RB, Milner M, Zullo G, Harshfield GA, Pickering TG, Laragh JH: Value of echocardiographic measurement of left ventricular mass in predicting cardiovascular morbid events in hypertensive men. Ann Intern Med 1986;105:173-178. 2. Koren MJ, Devereux RB, Casale PN, Savage DD, Laragh JH: Relation of LVM and geometry to morbidity and mortality in uncomplicated essential hypertension. Ann Intern Med 1991;114: 345-352. 3. Levy D, Garrison RJ, Savage DD, Kannel W, Castelli W: Left ventricular mass and the incidence of coronary heart disease in an elderly cohort. The Framingham heart study. Ann Intern Med 1989; 110: 101-107. 4. 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