Cuadro de honor Stephen Jay Gould La montaña de almejas de Leonardo (1998) Un hombre tan grande como Gould siempre se vuelve todo un cataclismo al momento de querer reseñar o sintetizar, porque el renacimiento vuelve con él en cada palabra, esa bella forma de pensar en la que una persona puede englobar el conocimiento de todo el universo porque el universo es la mente del hombre mismo. Biólogo evolutivo, fanático del baseball, astrónomo aficionado, amante de la literatura y la poesía, judío agnóstico que disfrutaba de la ironía de citar a la biblia para explicar la evolución y del sarcasmo de una Historia marcada por las casualidades y contingencias que muchas veces volvían lo honorable risible y lo cómico memorable. El nombre que recibe el libro es en honor a un personaje que es gran inspiración para el autor, Leonardo da Vinci, del cual conocemos su faceta como paleontólogo y sus descubrimientos adelantados a sus tiempo, esto nos deja a los pies de un artista-científico que da pauta para hablar de uno de los temas que aborda este regordete libro, la relación entre el arte y la ciencia, pareciera que estas dos esferas de lo objetivo y lo subjetivo apenas si se tocan, pero resulta ser todo lo contrario, muchas veces el arte inspira a la ciencia y viceversa, a tal grado de que se vuelve complicado disgregar los aspectos subjetivos, ideológicos y personales del científico en su teoría, como a su vez lo es la técnica, el conocimiento y la objetividad de un artista al momento de generar una obra maestra. La ciencia y el arte han estado interpenetradas a lo largo de la historia, a diferencia de lo que muchos pensarían estos campos del conocimiento llevan registro mutuo desde su nacimiento, desarrollo y evolución: Desde los ciervos pintados en cavernas hasta a los toros de Picasso y lo que siguió. A Gould siempre le interesaron las biografías de personas poco conocidas, infravaloradas o que cometieron un error que les costó la Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 73. Padres y Educación: entre la relación "cool" y la deserción individualista reputación, también le fascinaban los relatos sobre animales inusuales que fueron tratados como algo curioso o despreciable de la naturaleza. En ambos casos utiliza estas narrativas como parábolas que conllevan un conocimiento implícito, casi metafórico, pero indudablemente muy entretenido y enfocado en un lector sin que necesariamente tenga una formación biológica o histórica. Es decir, estamos ante un gran divulgador científico que su mensaje muchas veces iba más allá de dar a conocer las maravillas de la evolución, sino que además agrega un componente ético que es imprescindible dentro de todo aquel que busca hacer buena ciencia. Las discusiones sobre el azar, las casualidades y contingencias forman parte esencial de los ensayos de Gould, donde estos componentes muchas veces emergen de sistemas que en apariencia son simples, como las relaciones humanas o las interacciones entre organismos; pero que resultan ser tremendamente complicados. En otras palabras, lo que muchas veces pensamos que es poco común, que se sale de la norma o que es poco probable, puede resultar ser lo más importante, porque a fin de cuentas todos los seres vivos venimos de la variación y creamos más variación; al momento de erosionar la ‘varianza y formar la norma’ eliminamos aquello que de verdad brinda información sobre el mundo. En fin, recomiendo muchísimo no solo este libro de Stephen Jay Gould, sino cualquiera que encuentren de él. Porque la conformación de sus libros es un compendio de artículos que varían en una infinidad de temas que van desde la ínfima molécula del DNA pasando por el largo cuello del brontosaurio y terminan en los enormes “canales” que podemos apreciar en la superficie de Marte. El pensamiento renacentista de Stephen Jay Gould Alí Yólotl Sánchez Paredes Un hombre tan grande como Gould siempre se vuelve todo un cataclismo al momento de querer reseñar o sintetizar, porque el renacimiento vuelve con él en cada palabra, esa bella forma de pensar en la que una persona puede englobar el conocimiento de todo el universo porque el universo es la mente del hombre mismo. Biólogo evolutivo, fanático del baseball, astrónomo aficionado, Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 73. Padres y Educación: entre la relación "cool" y la deserción individualista amante de la literatura y la poesía, judío agnóstico que disfrutaba de la ironía de citar a la biblia para explicar la evolución y del sarcasmo de una Historia marcada por las casualidades y contingencias que muchas veces volvían lo honorable risible y lo cómico memorable. El nombre que recibe el libro es en honor a un personaje que es gran inspiración para el autor, Leonardo da Vinci, del cual conocemos su faceta como paleontólogo y sus descubrimientos adelantados a sus tiempo, esto nos deja a los pies de un artista-científico que da pauta para hablar de uno de los temas que aborda este regordete libro, la relación entre el arte y la ciencia, pareciera que estas dos esferas de lo objetivo y lo subjetivo apenas si se tocan, pero resulta ser todo lo contrario, muchas veces el arte inspira a la ciencia y viceversa, a tal grado de que se vuelve complicado disgregar los aspectos subjetivos, ideológicos y personales del científico en su teoría, como a su vez lo es la técnica, el conocimiento y la objetividad de un artista al momento de generar una obra maestra. La ciencia y el arte han estado interpenetradas a lo largo de la historia, a diferencia de lo que muchos pensarían estos campos del conocimiento llevan registro mutuo desde su nacimiento, desarrollo y evolución: Desde los ciervos pintados en cavernas hasta a los toros de Picasso y lo que siguió. A Gould siempre le interesaron las biografías de personas poco conocidas, infravaloradas o que cometieron un error que les costó la reputación, también le fascinaban los relatos sobre animales inusuales que fueron tratados como algo curioso o despreciable de la naturaleza. En ambos casos utiliza estas narrativas como parábolas que conllevan un conocimiento implícito, casi metafórico, pero indudablemente muy entretenido y enfocado en un lector sin que necesariamente tenga una formación biológica o histórica. Es decir, estamos ante un gran divulgador científico que su mensaje muchas veces iba más allá de dar a conocer las maravillas de la evolución, sino que además agrega un componente ético que es imprescindible dentro de todo aquel que busca hacer buena ciencia. Las discusiones sobre el azar, las casualidades y contingencias forman parte esencial de los ensayos de Gould, donde estos componentes muchas veces emergen de sistemas que en apariencia son simples, como las relaciones humanas o las interacciones entre organismos; pero que resultan ser tremendamente complicados. En otras palabras, lo que muchas veces pensamos que es poco común, que se Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 73. Padres y Educación: entre la relación "cool" y la deserción individualista sale de la norma o que es poco probable, puede resultar ser lo más importante, porque a fin de cuentas todos los seres vivos venimos de la variación y creamos más variación; al momento de erosionar la ‘varianza y formar la norma’ eliminamos aquello que de verdad brinda información sobre el mundo. En fin, recomiendo muchísimo no solo este libro de Stephen Jay Gould, sino cualquiera que encuentren de él. Porque la conformación de sus libros es un compendio de artículos que varían en una infinidad de temas que van desde la ínfima molécula del DNA pasando por el largo cuello del brontosaurio y terminan en los enormes “canales” que podemos apreciar en la superficie de Marte. La montaña de almejas de Leonardo (1998) de Stephen Jay Gould Stephen Jay Gould visite http://palido.deluz.mx Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 73. Padres y Educación: entre la relación "cool" y la deserción individualista