Spanish ESCUCHA CON EL OÍDO DE TU CORAZÓN SIMPOSIOM

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ESCUCHA CON EL OÍDO DE TU CORAZÓN
SIMPOSIOM DE LA CIB, 2014 – Sister Judith Ann Heble, OSB
Al final del simposio de 2010, se pidió a los participantes que ofrecieran ideas
para un posible tema para este simposio. A partir de lo que recibimos vimos bastante
claro que deberíamos centrarnos en la ESCUCHA durante este simposio. Por ello,
hemos titulado este simposio: “Escucha…con el oído de tu corazón.” 1
En la espiritualidad benedictina hay cuatro componentes de la escucha. Estamos
llamadas a escuchar las Escrituras, la Regla, el mundo que nos rodea y a escucharnos
las unas a las otras.
Tendremos tres presentaciones principales –dos cada día se centrarán en tres de
estos componentes de la escucha.
1. Escuchando a Dios. Ponente: Dr. Maria Pina Scanu
Estas presentaciones se centrarán en la “escucha” de la Escrituras.
En la Escrituras hebreas o Antiguo Testamento, escuchamos el gran SHEMA’,
Escucha, Oh Israel… El Dios de los hebreos es descrito como un Dios que escucha el
clamor del pueblo. Dios dice: “Bien visto tengo la aflicción de mi pueblo…he escuchado
su clamor...conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo…y para subirlo…” 2
En el Antiguo Testamento, hay un evidente movimiento que va de la "escucha" a la
"dureza de corazón". Los profetas son directos al condenar el pecado de Israel como
un "no escuchar", se han convertido en tercos y obstinados. Una y otra vez, los
Profetas advertían: "Si tan sólo escuchaseis la voz de Dios..."
En las Escrituras cristianas o Nuevo Testamento, Jesús es descrito como el que
escucha atentamente al Padre. Tan atento y compenetrado que Él y el Padre son uno.
Desde su bautismo hasta su muerte, Jesús es nuestro modelo de escucha. A lo largo
de su vida, Jesús es descrito dejando las multitudes y yendo a un lugar desierto para
estar absorto en Dios, en silencio, orando y escuchando. En su trato con los demás,
escucha a quienes se acercan a él. Escucha su clamor y los atiende con un corazón
amoroso y compasivo. Mientras se prepara para la muerte, él se separa de sus
discípulos para estar en comunión con su Padre y para escuchar el plan que el Padre
tiene para Él.
La Dr. Maria Pina Scanu, es profesora aquí, en San Anselmo. Ella nos guiará a
través de las Escrituras y nos invitará a escuchar de nuevo la invitación que Dios nos
hace a escuchar con el oído de nuestro corazón.
1
2
Regla de San Benito, Prólogo, 1
Exodo 3, 7-8. (N.T: la cita está tomada de la Biblia de Jerusalén.)
2
2. La escucha en la Regla de san Benito. Ponente: Sister Aquinata Böckmann
La escucha es la disposición básica que se requiere a todos los benedictinos.
Nuestro Padre San Benito así nos lo inculca desde la primera página de la Santa
Regla: Escucha, hijo, estos preceptos de un maestro, aguza el oído de tu corazón,
acoge con gusto esta exhortación de un padre entrañable y ponla en práctica.” 3
“‘Escucha,’ ‘Escucha,’ dice la Regla. ‘Escucha,’ dice la campana. ‘Escucha,’ dice
la espiritualidad monástica. Y escuchar es lo que la espiritualidad benedictina hace en
una cultura que mira pero que raramente escucha.”4
San Benito nos invita a escuchar en nuestra comunidad: a la Priora o Abadesa, a la
anciana y a la joven, al enfermo, al huésped; a escucharnos las unas a las otras, a
escuchar en la oración y en el silencio.
San Benito nos llama a escuchar, a dialogar con Dios, y a llevar a la acción lo que
escuchamos.
¿Quién mejor que nuestra querida Hermana Aquinata Böckmann puede ofrecernos
una mirada penetrante sobre este tema de la escucha en la Regla de San Benito?
3. Escuchando los signos de los tiempos.
Mananzan
Ponente: Sister Mary John
“¡Oh, si escucharais hoy su voz!: ‘no endurezcáis vuestro corazón…’ 5 ¿Qué es lo
que la voz de Dios nos dice hoy? ¿Dónde encontramos la voz de Dios? ¿Cómo
respondemos a la voz de Dios?
Nos bombardean con voces a nuestro alrededor: los gritos de los pobres y
necesitados, la situación de las mujeres, jóvenes y ancianos. Estas voces no sólo
están "allá afuera" para que las observemos a distancia sin que toquen nuestras vidas,
sino que forman parte de nuestra realidad y requieren nuestra atención y respuesta.
Estas voces nos invitan a estar atentas a todas las voces que nos rodean. Debemos
responder tanto si somos moniales como sorores. Todas debemos escuchar con el
oído de nuestro corazón y responder desde nuestras respectivas tradiciones de vida
monástica. Tenemos una voz profética que se debe oír entre todas las otras voces que
nos rodean. ¿Cómo hablamos? ¿Qué decimos? ¿Dónde y cómo lo decimos?
Escuchar bien nos preparará a responder bien.
La Hermana Mary John Mananzan, una mujer que ha estado escuchando los
signos de los tiempos toda su vida y respondiendo con gran compasión y coraje, nos
3
Regla de San Benito, Prólogo, 1 (N.T.: Esta cita está tomada de la traducción del P. Aranguren, BAC 1980)
Chittister, Joan D., OSB, Wisdom Distilled From the Daily, Living the Rule of St. Benedict Today, (San Francisco, CA:
Harper & Row, 1990), p. 15.
5
Biblia de Jerusalén, Sal 95,8.
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3
desafiará a mirar alrededor para ver, escuchar, y poner en acción lo que hemos visto y
oído.
4. Escuchándonos las unas a las otras.
El cuarto componente de la escucha será la oportunidad que tendremos estos días
de escuchar en nuestros momentos de silencio, durante nuestras liturgias, cuando se
nos proclama la Palabra de Dios, en nuestra oración privada y lectio. "Prestar atención
a la capacidad de escuchar al otro, de sentarse en silencio en la presencia de Dios
para escuchar con serenidad y reflexionar, es el núcleo de la espiritualidad benedictina.
La palabra que buscamos está hablando en el silencio dentro de nosotros". 6
¿Cómo escucharemos en medio de todo lo que estamos viviendo y durante estos
días? ¿Cómo podemos dejar de lado lo que está pasando en el país; los problemas y
retos de nuestras comunidades, nuestros cuidados y preocupaciones para centrarnos
en lo que se está diciendo?
Durante nuestros debates y sesiones de intercambio, vamos a tener múltiples
ocasiones de practicar la escucha mutua. En estos días, decidámonos a practicar el
Ob audire: escuchar, oír, prestar atención a.
Practiquemos la inclusión intencional y hospitalaria en nuestro escuchar en el
refectorio, durante los descansos y en nuestros debates de mesa. Esto requiere una
profunda escucha de todas las voces de nuestra mesa, no sólo la de aquellas que
hablan nuestro idioma o expresan nuestro punto de vista. Todo el mundo es
importante y merece ser escuchado y respetado. Cada una con su propia voz y
perspectiva del asunto.
Este tipo de escucha requiere una mente abierta y un corazón que sepa
escuchar incluso cuando quizá el otro pueda decir algo que no compartimos. Nadie
posee o sabe todo, vale la pena escuchar y conocer. "Significa poner nuestras propias
necesidades y actividades “entre paréntesis” mientras ofrecemos hospitalidad al otro.
La forma de hacer esto es estar abierto y participativo en la conversación.”7
“Un buen conversador es aquel que respeta el turno de los otros para hablar.
Como se suele decir: tenemos dos orejas y un sola lengua: debemos escuchar el doble
de lo que hablamos.”8
Que nuestro compartir sea de modo acogedor y respetuoso. Escuchad bien;
responded con hondura. No tenemos que proporcionar soluciones a lo que la otra dice.
Escuchad las necesidades de las personas de vuestra mesa. Escuchad, oíd y sentid lo
que la otra está diciendo.
“Cuando nos negamos a dar lugar a los demás, cuando consumimos el espacio
de nuestros mundos con nuestros propios sonidos y nuestras propias verdades y
6
Chittister, La Regla de San Benito.
Casey, Michael, OCSO, The Art of Winning Souls, (Collegeville, MN: Cistercian Publication, Liturgical Press, 2010),
p. 118-119.
8
Ibid., p. 120.
7
4
nuestra propia sabiduría y nuestras propias ideas, no hay espacio para las ideas de
nadie más. No queda nadie de quién aprender.” 9 “No escuchar, entonces, es no
crecer. Pero más que eso, ser incapaz de escuchar es también ser incapaz de dar.”10
“Requiere mucha capacidad de escucha el percibir las necesidades de aquellos
que nos rodean antes incluso de que ellos nos las digan. Pero, sin esto no existe una
buena comunidad humana. La escucha y el amor forman una unidad. Todos debemos
aprender a escuchar las verdades de los que nos rodean. Escuchar tiene algo que ver
con estar dispuestas a cambiarnos a nosotras mismas y a nuestro mundo. Escuchar
es una disciplina religiosa de primer orden que depende del respeto y conduce a la
conversión.” 11
Juntas, mediante nuestra ESCUCHA, podremos determinar cómo y quién
queremos ser la una para la otra, y que es lo que deseamos ser y hacer. Para,
escucha, y atiende al mensaje de este momento. Inclinemos el oído de nuestro corazón
en amorosa escucha de una para con la otra de modo que podamos ser el instrumento
mediante el cual el carisma monástico sea compartido y alimentado por cada una de
nosotras y en cada una de nosotras.
Para escuchar bien tenemos que hacer sitio al SILENCIO. Hagamos de los
tiempos de reflexión silenciosa de cada día una fecunda oportunidad para que esa
”vocecita” pueda ser escuchada del cualquier modo que venga. El silencio hace que
seamos sensibles a todas nuestras dimensiones y nos capacita para llegar al meollo de
lo que el otro dice. En el silencio hagámonos conscientes, esperemos y escuchemos en
profundidad lo sencillo. Mantengamos un ámbito pasivo, receptivo.
“Escucha con el corazón de Cristo. Escucha con el oído del amante. Escucha la
voz de Dios. Escucha en tu propio corazón el sonido de la verdad, ese que se oye
cuando un pedazo de cristal de calidad es golpeado por una barra de metal”. 12
“Escucha. Simplemente escucha. Continua escuchando.”13
Al inicio de este simposio, deseo expresaros esta bendición:
Que por nuestra actitud de escucha nuestras almas se conviertan a Dios. Amén.
Que por nuestra actitud de escucha nuestros corazones se vuelvan el uno hacia el otro.
Amén.
Que por nuestra actitud de escucha todo nuestro ser se vuelva hacia un mundo
necesitado que necesita cuanto cada una le pueda dar. Amén. 14
9
Chittister, Rule of Benedict, p. 60.
Chittister, Wisdom Distilled From the Daily, p. 18.
11
Chittister, Wisdom Distilled From the Daily, p.19.
12
Ibid., p. 23.
13
Ibid., p. 16.
14
Antes del Capítulo, Federación de Sta. Escolástica, junio de 2013, folleto de liturgia. Pre-Chapter of Federation of
St. Scholastica, June, 2013, Liturgy booklet.
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