La pregunta más importante

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NUESTRO MUNDO
Antonio Álvarez
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La pregunta más importante
Camus también afirmó que aunque la pregunta es la
misma para todas las personas, cada quien ha de tener
su singularísima respuesta y nunca será válido imitar
respuestas de otros individuos
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Qué haría usted si tras contarle a un psicoterapeuta
Por su parte, el filósofo Albert Camus, que obtuvo en
los múltiples pesares que han vuelto miserable su 1957 el Premio Nobel de Literatura por libros tan meriexistencia este inesperadamente le respondiera con torios como La Peste, El Extranjero y El Mito de Sísiuna lacerante pregunta? Esta sería: ¿por qué no se sui- fo, aseguró que la pregunta filosófica más importante y
cida usted? Es muy probable que tal pregunta le pare- que tarde o temprano todo ser humano debe plantearse
cería totalmente impropia de un profesional de la salud es la siguiente: ¿Vale la pena vivir? Camus argumentó
mental y quizá hasta se sentiría motivado a abandonar que esa pregunta jamás será superflua pues resulta
esa terapia. No obstante, si de verdad usted procurara fácil constatar que a donde quiera que volvamos la midar un respuesta honesta a tal pregunta, posiblemen- rada encontraremos abrumadoras manifestaciones del
te encontraría motivos fuertes para apreciar la vida y mal. Efectivamente, por doquier hay dolor, odio, resenpara asumir compromisos que darían un noble sentido timientos, celos, envidia, corrupción, injusticia, abusos,
a sus días.
explotación, negligencia, ignorancia, frivolidad, egoísmo,
Viktor Frankl, el célebre psiquiatra creador de la incomprensión y -por si fuera poco- nadie escapará de
logoterapia, hizo esa pregunta a infinidad de pacientes. la muerte. Ante esas manifestaciones del mal la pregunTodos ellos se sorprendieron, algunos se enojaron, hubo ta revela su pertinencia y este pensador asevera que si
incluso quienes abandonaron la terapia, pero ninguno se nuestra respuesta es negativa, que si respondemos que
suicidó. Y venturosamente muchos pacientes aprendie- no vale la pena vivir, entonces -aunque parezca cruel deron a contemplar con mejores ojos su existencia.
cirlo- el suicidio sería un genuino ejercicio de congruenEl doctor Frankl conocía en carne propia el sufri- cia, una opción que debería ser considerada seriamente.
miento más atroz ya que estuvo en campos de concentraCamus también afirmó que aunque la pregunta es la
ción nazis. Asimismo tuvo que soportar que murieran en misma para todas las personas, cada quien ha de tener
otros campos su madre, su padre, su hermano, su cuñada su singularísima respuesta y nunca será válido imitar
y su amada esposa Tilly, con quien apenas llevaba casado respuestas de otros individuos. La respuesta personal
nueve meses. Privado de sus seres queridos, de su pro- de Camus fue que la vida merece vivirse. Y entre las rafesión, de sus pacientes, de su hogar, del libro que estaba zones que lo movieron a abrazarla señaló la inocencia de
por publicar e incluso de su nombre, pues ya no era el los niños, la sabiduría de los ancianos, el esplendor de la
doctor Frankl, sino únicamente el insignificante prisio- naturaleza, los libros, la música, la reflexión filosófica, el
nero 119,104. “Me encontraba solo con mi existencia li- compromiso solidario y la acción política.
teralmente desnuda”, diría Frankl, pero de todos modos
El fotógrafo Sebastião Salgado, agobiado por ser tesse esforzó por seguir viviendo. Supo encontrar razones tigo de tantos sufrimientos injustos (alguno de ellos apapara vivir y encarar hasta las más difíciles jornadas en recen en la conmovedora película La sal de la tierra), cayó
el amor que sentía por su familia, en la naturaleza (mi- en honda depresión y perdió las ganas de vivir. Afortunaraba con admiración el bosque y el firmamento), en el damente encontró otra vez sentido a la existencia trabaarte (recitaba poemas, cantaba y evocaba relatos), en el jando denodadamente junto con su esposa por la restaurahumor (riendo con otros), en su propia historia personal ción de la naturaleza en la selva atlántica del Brasil.
(los buenos momentos pasados le ayudaron a soportar su
Una vida sin reflexión, según Sócrates, no merece
menguada actualidad), en la oración (individual y grupal) vivirse. Reflexionemos entonces sobre la pregunta más
e incluso en la ocasional soledad (con silencios propicios importante y demos nuestra respuesta con el valor que
para la introspección).
mostraron Frankl, Camus y Salgado.
SIGLO NUE V O
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