Parlamento Europeo 2014-2019 Comisión de Peticiones 29.4.2016 COMUNICACIÓN A LOS MIEMBROS Asunto: 1. Petición n.º 2302/2014, presentada por Rodney Maile, de nacionalidad británica, sobre la exposición de los trabajadores a la radiación electromagnética Resumen de la petición El peticionario está preocupado por la exposición de los trabajadores de numerosos lugares de trabajo a la radiación electromagnética, algo que desconocen por completo. El peticionario culpa al Gobierno británico de no haber hecho nada para evitar esta radiación y crear una mayor concienciación entre los trabajadores. El propio peticionario ha tomado medidas en lugares de trabajo y cerca de escuelas. Propone que sea obligatorio un certificado especial en los lugares de trabajo para indicar la cantidad de radiación presente. 2. Admisibilidad Admitida a trámite el 13 de julio de 2015. Se pidió a la Comisión que facilitara información (artículo 216, apartado 6, del Reglamento). 3. Respuesta de la Comisión, recibida el 29 de abril de 2016 La Comisión solo puede incoar procedimientos en aquellos casos en los que el Estado miembro está incumpliendo claramente sus obligaciones de conformidad con la legislación de la Unión, por ejemplo cuando no ha transpuesto correctamente una directiva. A este respecto, la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores en relación con la exposición a la radiación electromagnética se rige, concretamente, por la Directiva 2013/35/UE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos (campos electromagnéticos), y por la que se deroga la Directiva 2004/40/CE1 (la «Directiva sobre 1 Directiva 2013/35/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de junio de 2013, sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos (campos electromagnéticos) (vigésima Directiva específica con arreglo al artículo 16, apartado 1, de la CM\1094953ES.doc ES PE582.353v01-00 Unida en la diversidad ES campos electromagnéticos»), que entró en vigor el 29 de junio de 20131. La Comisión ha puesto a disposición una guía práctica no vinculante para facilitar su aplicación2. No obstante, el plazo de transposición que concede la Directiva 2013/35/UE todavía no ha finalizado, puesto que los Estados miembros tienen hasta el 1 de julio de 2016 para poner en vigor las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas necesarias para cumplir esta Directiva. Hasta el momento, el Reino Unido todavía no ha comunicado a la Comisión ninguna medida de transposición. Dado que la finalidad de este plazo es, en particular, dar a los Estados miembros el tiempo necesario para adoptar las medidas de transposición, no se puede culpar al Reino Unido de no haber transpuesto la Directiva sobre campos electromagnéticos a su ordenamiento jurídico interno, ni de no haber garantizado su aplicación efectiva antes de que finalizase el plazo. La única posibilidad de que la Comisión ponderase emprender acciones sería si tuviera indicios de peso de que, desde el 29 de junio de 2013, el Reino Unido ha tomado medidas contrarias a la Directiva 2013/35/UE. Sin embargo, de momento la Comisión no dispone de esta información. Con respecto a la Directiva sobre campos electromagnéticos, cabe mencionar que a sus efectos por «campos electromagnéticos» se entienden los campos eléctricos estáticos, los campos magnéticos estáticos y los campos eléctricos, magnéticos y electromagnéticos variables en el tiempo, de frecuencias de hasta 300 GHz3. La Directiva aborda todos los «efectos biofísicos directos», que incluyen los «efectos térmicos», como el calentamiento de los tejidos; los «efectos no térmicos», como la estimulación de nervios, músculos y órganos sensoriales; las «corrientes en las extremidades», así como los «efectos indirectos» causados por la presencia de un objeto en un campo electromagnético que pueda entrañar un riesgo para la salud o la seguridad. No obstante, no aborda los posibles efectos a largo plazo de la exposición a campos electromagnéticos, ya que actualmente no existen datos científicos comprobados que establezcan un nexo causal4. Esta Directiva establece «valores límite de exposición relacionados con efectos para la salud»5, es decir, valores límite de exposición por encima de los cuales los trabajadores Directiva 89/391/CEE), y por la que se deroga la Directiva 2004/40/CE (DO L 179 de 29.6.2013, p. 1). 1 La Directiva 2004/40/CE (DO L 159 de 30.4.2004, p. 1) fue la primera legislación específica de la Unión en el ámbito de la salud y la seguridad para la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores frente a los riesgos derivados de la exposición a los campos electromagnéticos. No obstante, el plazo para la transposición de dicha Directiva (30 de abril de 2008) se amplió hasta el 30 de abril de 2012 mediante la Directiva 2008/46/CE, para que hasta esa fecha pudiera adoptarse una nueva directiva basada en los datos más recientes. La mayoría de los Estados miembros, anticipándose a la adopción de la nueva directiva el 30 de abril de 2012 a más tardar, no transpusieron la Directiva 2004/40/CE. El Reino Unido no comunicó a la Comisión ninguna medida de transposición. La Directiva 2012/11/UE volvió a ampliar el plazo para la transposición hasta el 31 de octubre de 2013. La Directiva 2013/35/UE entró en vigor el 29 de junio de 2013 y derogó la Directiva 2004/40/CE a partir de esa fecha. 2 Guía sobre campos electromagnéticos: volúmenes 1 y 2; Guía para las pymes, disponible en: http://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=738&langId=es&pubId=7845&type=2&furtherPubs =yes. 3 Artículo 2, letra a), de la Directiva 2013/35/UE. Artículo 1, apartado 4, de la Directiva 2013/35/UE. 5 Los «valores límite de exposición» se han establecido a partir de consideraciones biofísicas y biológicas, en particular sobre la base de efectos directos agudos y a corto plazo comprobados científicamente, por ejemplo los efectos térmicos y la estimulación eléctrica de los tejidos. 4 PE582.353v01-00 ES 2/5 CM\1094953ES.doc pueden sufrir efectos adversos para la salud, como el calentamiento térmico o la estimulación del tejido nervioso y muscular; «valores límite de exposición relacionados con efectos sensoriales», es decir, valores límite de exposición por encima de los cuales los trabajadores pueden estar sometidos a trastornos transitorios de las percepciones sensoriales y a pequeños cambios en las funciones cerebrales; y «niveles de actuación», que consisten en niveles operativos establecidos para simplificar la demostración del cumplimiento de los valores límite de exposición correspondientes o, en su caso, para tomar las medidas de protección o prevención correspondientes establecidas en la Directiva. Los Estados miembros deben exigir a los empresarios que garanticen que la exposición de los trabajadores a campos electromagnéticos no supere los valores límite de exposición relacionados con efectos para la salud y con efectos sensoriales, que figuran en el anexo II de la Directiva, para los efectos no térmicos, y en el anexo III, para los efectos térmicos. Con arreglo al artículo 4, apartado 1, de la Directiva, el empresario debe evaluar todos los riesgos para los trabajadores que se deriven de los campos electromagnéticos en el lugar de trabajo, y, si es necesario, medir o calcular los niveles de los campos electromagnéticos a que estén expuestos los trabajadores. A efectos de dicha evaluación de los riesgos, el empresario debe identifica y evaluar los campos electromagnéticos en el lugar de trabajo. Si el cumplimiento de los valores límite de exposición no puede determinarse de manera fiable basándose en información fácilmente accesible, la evaluación de la exposición se debe realizar basándose en mediciones o cálculos. Si la exposición de los trabajadores supera los valores límite de exposición, el empresario debe intervenir con carácter inmediato para garantizar la eliminación o reducción al mínimo de los riesgos. No es necesario realizar la evaluación de la exposición en los lugares de trabajo abiertos al público, siempre que ya se haya procedido a una evaluación conforme a las disposiciones sobre limitación de la exposición del público en general a los campos electromagnéticos, se respeten las limitaciones especificadas en ellas con respecto a los trabajadores y se descarten los riesgos para la salud y la seguridad. Los trabajadores susceptibles de verse expuestos a riesgos derivados de campos electromagnéticos y sus representantes deben recibir toda información y formación necesarias sobre el resultado de la evaluación de los riesgos y las medidas preventivas. Los Estados miembros están obligados a prever sanciones adecuadas que se aplicarán en caso de infracción de la legislación nacional adoptada con arreglo a dicha Directiva, y que deben ser eficaces, proporcionadas y disuasorias. El ámbito abordado por la Directiva 2013/35/UE también está regulado por la Directiva 89/391/CEE1, que se aplica como derecho común2. De conformidad con dicha Directiva, el empresario debe evaluar todos los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores, disponer de una evaluación de los riesgos3, determinar las medidas de protección que deben adoptarse4 y, tras esta evaluación, las actividades de prevención así como los métodos de trabajo y de producción aplicados por el empresario deben garantizar un mayor nivel de protección de la seguridad y de la salud de los trabajadores5. Además, la Directiva 89/391/CEE establece requisitos mínimos sobre la información, la consulta y la participación de los trabajadores. De acuerdo con el artículo 4 de la Directiva, los Estados 1 Directiva del Consejo 89/391/CEE, de 12 de junio de 1989, relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo (DO L 183 de 29.6.1989, p. 1). 2 Artículo 1, apartado 6, de la Directiva 2013/35/UE. 3 Artículo 9, apartado 1, letra a), de la Directiva 89/391/CEE. 4 Artículo 9, apartado 1, letra b), de la Directiva 89/391/CEE. 5 Artículo 6, apartado 3, letra a), de la Directiva 89/391/CEE. CM\1094953ES.doc 3/5 PE582.353v01-00 ES miembros deben adoptar las disposiciones necesarias para garantizar que los empresarios estén sujetos a las disposiciones jurídicas necesarias para la aplicación de la Directiva, y garantizar, en particular, un control y una vigilancia adecuados. La Directiva 89/391/CEE se ha transpuesto al Derecho nacional del Reino Unido. En estas circunstancias, todo aquel que crea que se han vulnerado sus derechos conforme a la Directiva 89/391/CEE puede trasladar la cuestión a las inspecciones de trabajo nacionales o recurrir a los órganos jurisdiccionales nacionales sobre la base de las leyes nacionales que transponen la Directiva. Ni la Directiva 89/391/CEE ni la Directiva 2013/35/UE establece la obligación de que todos los lugares de trabajo dispongan de un certificado especial que indique la cantidad de radiación presente, pero esta última prevé que los datos obtenidos en la evaluación, la medición o el cálculo del nivel de exposición en el lugar de trabajo se conserven en una forma adecuada que permita garantizar el seguimiento y su consulta posterior, con arreglo a la normativa y práctica nacionales. No obstante, de conformidad con el artículo 153, apartado 4, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), estas Directivas no evitan que los Estados miembros mantengan o introduzcan medidas de protección más estrictas compatibles con los Tratados. Con respecto a la protección del público en general, el TFUE otorga la principal responsabilidad de definir la política de salud a los Estados miembros, y la Unión debe respetar esto. El Consejo adoptó, no obstante, un acto no vinculante, la Recomendación 1999/519/CE del Consejo1. Esta Recomendación, con fecha de 12 de julio de 1999, establece un conjunto de restricciones básicas y niveles de referencia con el fin de proporcionar cierta orientación a los Estados miembros. Está basada en una propuesta de la Comisión que empleó la guía de la ICNIRP (Comisión Internacional para la Protección contra las Radiaciones No Ionizantes) «Guidelines for Limiting Exposure to Time-varying Electric, Magnetic, and Electro-magnetic fields (up to 300 GHz)» como base científica. En 2008 la Comisión publicó su segundo informe de aplicación2 sobre la Recomendación del Consejo. Expone que, en general, en los países en los que aún no se aplica plenamente la Recomendación del Consejo se están mejorando las medidas No obstante, las medidas de aplicación específicas varían considerablemente entre los distintos países. Más recientemente, el CCRSERI3 aprobó en enero de 2015 su último dictamen sobre los efectos potenciales sobre la salud de la exposición a campos electromagnéticos. Tras el análisis de la bibliografía científica, que incluye más de 700 estudios de 2009 en adelante, la evaluación general no establecía un vínculo entre la exposición a campos electromagnéticos por debajo de los límites existentes y problemas de salud. En lo relativo al riesgo de contraer cáncer, el dictamen afirma que la incidencia de un mayor riesgo de contraer un tumor cerebral (glioma) disminuyó, mientras que la posibilidad de que haya una relación con el cáncer de oído (neuroma acústico) requiere más investigación. Estudios sobre el cáncer infantil en relación con la exposición a transmisores de radiodifusión no indican ninguna conexión. Nuevos estudios no han determinado efectos adversos en la reproducción ni síntomas asociados a la 1 Recomendación 1999/519/CE del Consejo, de 12 de julio de 1999, relativa a la exposición del público en general a campos electromagnéticos (0 Hz a 300 GHz) (DO L 199 de 30.7.1999, p. 59). 2 Informe de la Comisión sobre la aplicación de la Recomendación del Consejo 1999/519/CE, de 12 de julio de 1999, relativa a la exposición del público en general a los campos electromagnéticos de 0 HZ a 300 GHZ Segundo informe de aplicación 2002-2007 /* COM/2008/0532 final */ 3 Comité Científico de los Riesgos Sanitarios Emergentes y Recientemente Identificados. PE582.353v01-00 ES 4/5 CM\1094953ES.doc exposición a campos electromagnéticos. Estudios recientes no han confirmado la asociación mencionada entre los campos electromagnéticos y el aumento del riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Conclusión En cuanto a la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores frente a los riesgos que se deriven de la exposición a las radiaciones electromagnéticas, el plazo de transposición de la Directiva 2013/35/UE no ha expirado y, por consiguiente, en principio, no se puede culpar al Reino Unido de no haber transpuesto esta Directiva a su ordenamiento jurídico interno ni de no haber garantizado su aplicación efectiva antes de la expiración de dicho plazo. Asimismo, en la petición no hay indicios de que durante el plazo de transposición el Reino Unido haya tomado medidas que puedan comprometer gravemente el resultado prescrito por la Directiva. La Directiva 89/391/CEE, que se aplica como derecho común al ámbito abordado por la Directiva 2013/35/UE, se transpuso correctamente en el Reino Unido, y las autoridades nacionales competentes son los principales responsables de que se aplique de forma efectiva, por lo que cualquier cuestión de aplicación deberá tratarse con ellas. Con respecto a la exposición a los campos electromagnéticos del público en general, existe una Recomendación no vinculante del Consejo que prevé una serie de normas de exposición. Los dictámenes del CCRSERI han determinado reiteradamente que la exposición a campos electromagnéticos no representa un riesgo para la salud si esta se mantiene por debajo de los límites existentes establecidos por la Recomendación del Consejo. CM\1094953ES.doc 5/5 PE582.353v01-00 ES