Armonía Por Rubén A. Dalby, F.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. El sumo deber del místico es el encontrar los medios a través de los cuales puede liberar a la humanidad de toda clase de sufrimientos o de la falta de ARMONIA. Todos los seres vivientes desean la felicidad y la comodidad, y huyen del sufrimiento. Por otra parte, este deseo de ser feliz no es innato sólo en las criaturas inteligentes, sino en todos los seres vivientes, aún en las formas de vida más insignificantes. Ya sean ustedes, yo o todos los seres del reino animal, todos tenemos el deseo de tener más placer y menos dolor. Pero la Armonía sólo se logra mediante el esfuerzo individual. El hecho de que tengamos aspiraciones sublimes no va a lograr que estemos en armonía, si nos sentamos a esperar que esto ocurra; esta actitud de pereza no logrará que nuestro estado cambie y que las causas inarmónicas desaparezcan. Es necesario, pues, que analicemos todos los aspectos que generan las condiciones del sufrimiento que impide nuestra felicidad, que causan los estados inarmónicos; debemos encontrar las causas, investigar sus orígenes y ponerles fin. Encontrando la raíz de las causas que producen la falta de Armonía y luego destruyéndolas, la vida humana se torna feliz y próspera. Para lograr esto es esencial que practiquemos en nuestra vida una conducta que conduzca a estados felices, impidiendo así que operen aquellas causas que den manifestación a las condiciones inarmónicas. El conocimiento que adquiere el estudiante Rosacruz le enseña el camino hacia la Armonía. Aparte del conocimiento, no existe otra forma por medio de la cual podemos lograr la felicidad y eliminar el sufrimiento, porque es mediante éste que se logra la comprensión que ha de motivarnos para que nos perfeccionemos hacia el estado de Armonía que es nuestra meta. Viviendo armónicamente no sólo podemos lograr que esta vida tenga sentido y valor, sino también nuestras vidas futuras, pues serán felices, prósperas y armónicas. Para lograr este bienestar, tenemos que aplicar el conocimiento, entender qué es ARMONIA, comprender cómo funciona la Naturaleza, nuestro cuerpo y, sobre todo, la mente. Aquel que no sabe vivir en Armonía o no conoce cómo funcionan las Leyes Naturales, vive alejado de la felicidad. En aquel que comprende lo que es ARMONIA se nota una gran diferencia pues, por ejemplo, el que carece de conocimiento se muestra desesperado ante la enfermedad, sufriendo así el doble, física y mentalmente; mientras que el que tiene conocimiento ve estas experiencias no satisfactorias como algo natural en el proceso del vivir. Además comprende que ciertos estados de infelicidad son el resultado de la Ley de Causa y Efecto. (Karma, el producto de una acción perversa intencional cometida en el pasado o en una vida anterior.) Así podría hasta pensar que los sentimientos dolorosos son simplemente parte de la experiencia de vivir y nacer, donde hay que experimentar todas estas cosas. Nuestra capacidad de sobrellevar las penas es proporcional a nuestro saber y a la práctica del conocimiento. En otras palabras, es posible subyugar el dolor físico con una calma sin par debido a la fuerza mental que empleamos. Todo sentimiento que experimentamos, sea placentero, doloroso o neutral, tiene su motivo y no nos viene sin causa. Recordemos que el placer y el dolor son el resultado del principio de Causa y Efecto. El que no conoce estas leyes piensa que el placer y el dolor ocurren al azar. El estudiante sincero de misticismo acepta como su verdad primordial que el placer y la desdicha que experimenta son el fruto de su propia creación, pues siendo responsable del uso de su libre albedrío, va tejiendo con cada decisión los velos que cubren su futuro (esto es la ley del Karma o Ley de Causa y Efecto). El que no conoce estas leyes, se angustia doblemente en la adversidad y vive entre lágrimas y lamentos, y así pierde la oportunidad de experimentar la verdadera felicidad que consiste en la dicha de saber vivir cada instante a plenitud, radiante de prosperidad, felicidad y amor. Recordemos que el humano está compuesto de un cuerpo físico y de unos procesos mentales y emocionales a los que llamamos mente o cuerpo psíquico. De estas dos partes o secciones de las cuales estamos compuestos, la principal es la mente. La mente es la que rige al cuerpo; entonces, cabe pensar que las experiencias placenteras o dolorosas tienen su origen en la mente. Al salirse de la senda de la ARMONIA, uno puede experimentar quizás gran sufrimiento y pena. Por ejemplo, puede desear los placeres del rico y así afanarse en ganar mucho dinero. Desde que empieza esta faena de enriquecerse, comienzan sus preocupaciones; pensará, por ejemplo, que a pesar de sus esfuerzos físicos y mentales no le será posible alcanzar sus deseos anhelados. Para llegar a obtener la riqueza tendrá que afrontar distintas clases de angustias. Con certeza, sentirá inseguridad, temor a perder lo adquirido por robo o pérdida, en fin, se angustiará por un sinnúmero de causas. En su búsqueda de mayores riquezas materiales y la forma de protegerlas provocará el odio, pues sus intereses estarán en conflicto con otros, perdiendo así la ARMONIA y creando fricción en su trabajo y en la sociedad donde se desenvuelve. La mayor riqueza es ser querido, pues el AMOR trasciende las barreras del tiempo y el espacio. Aún al hombre más rico le llega al fin la muerte y sus propiedades, tan celosamente guardadas, llegan a ser patrimonio de otro. En el libro titulado "En Vos Confío", hay un pensamiento que dice: "El pobre no conoce la fiebre del rico". Analicemos lo importante de este mensaje, dejemos a un lado las cosas que producen desarmonía y tratemos siempre de vivir dentro de la sinfonía de la vida presente, vibrando en Armonía con la belleza de lo Infinito. En una de nuestras reuniones, uno de nuestros estudiantes explicó lo siguiente: "ARMONIA" dijo, "es la habilidad de acomodarse". Acomodarse a las circunstancias que nos rodean. Así lograremos ser capaces de cambiar aquellas cosas que deben transformarse, así tendremos la fortaleza para acomodarnos a las situaciones adversas. Pero que siempre la búsqueda de la Armonía nos acerque a lo que para nosotros es "El Bien Absoluto", la fuente de todo lo creado.