COMPONENTES DE UNA EMPRESA ÉTICA Aunque pueden mencionarse múltiples elementos esenciales para construir la ética que debe caracterizar a una empresa moderna, existen 8 componentes vitales en la dinámica de la economía y el mundo de hoy. Son 8 componentes que Adela Cortina, estudiosa del tema, ha propuesto en repetidas ocasiones y que en resumen buscan que algunos principios universales de convivencia y armonía no se desliguen de la labor diaria de una organización: 1. Tener claro que el talento humano es esencial para la empresa. Toda persona posee innegablemente dignidad; debe ser tratado como un fin y no como un medio, no como un objeto. 2. Poseer una cultura organizacional fuerte comúnmente conocida y construida por los miembros de la empresa. De ello dependerá en parte la cohesión de la empresa, hacia adentro y hacia fuera. 3. Mantener el deseo de un máximo de calidad en sus prestaciones, un objetivo que se descubrirá en los directos implicados de ello: los públicos externos, y no tanto a través de cartones y certificaciones que así lo revelen. 4. Armonizar mejoramiento continuo de lo tangible con el fortalecimiento de aspectos intangibles como la cooperación, la armonía, la cordialidad, entre otros, una combinación que sin duda aumentará las utilidades de la empresa. 5. Asumir una permanente preocupación tanto por los accionistas e inversionistas de la empresa como por quienes no hacen parte directamente de los rendimientos de la empresa: trabajadores, proveedores, clientes e incluso la competencia, tratando al máximo que las actuaciones de la empresa sean claras y mantener con ellos unas relaciones óptimas. 6. Comprometerse con la responsabilidad social que representa la realización de determinadas actuaciones; toda empresa implica acciones de diferente tipo y quien actúa produce consecuencias cuyas responsabilidades tienen que ser asumidas y compensadas. 7. Ejecutar una dirección empresarial por valores que supere la mera conducción por instrumentos, por objetivos o por resultados. Es decir, valores impulsados, defendidos y practicados de arriba a abajo del organigrama. 8. Tener conciencia que existe un contrato moral de la empresa con sus públicos internos que predomina por encima de lo legal. Es un contrato moral que no significa garantía de empleo pero sí empleabilidad, crecimiento profesional permanente.