Reverendísimo señor Obispo de la Diócesis de Palencia, D

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Reverendísimo señor Obispo de la Diócesis de Palencia, D. Esteban Escudero
Hace un año la comunidad Cristiana de Paredes de Nava recibía a su nuevo
párroco, D. Marino Bravo, cuya ceremonia de toma de posesión fue presidida
por usted.
Todo el pueblo la recuerda con emoción por lo emotiva y solemne que resultó.
En ella usted nos presentó al nuevo párroco cuya función, nos dijo, debía ser
fundamentalmente pastoral: en la catequesis, en la cercanía a los ancianos y a
los que sufren, en la cura de las celebraciones litúrgicas, en acrecentar la fe de
la comunidad cristiana y en el servicio de la caridad.
Tras un año como guía de nuestra comunidad hemos experimentado su calor
de padre y de guía.
Hemos comprobado como se preocupa de las catequistas y de los
niños y niñas de la catequesis, y como se responsabiliza de su
formación cristiana.
Hemos comprobado su dedicación exhaustiva a los enfermos y a los
ancianos, dedicándoles tiempo y cuidados.
Hemos comprobado su dedicación a los jóvenes, a los matrimonios y a
todos los vecinos de Paredes por igual.
Hemos comprobado como prepara las celebraciones litúrgicas para
que toda la comunidad pueda, en ellas y por medio de ellas,
encontrarse con nuestro Padre Dios.
Hemos encontrado en él un guía y un estímulo en nuestra fe.
Le hemos visto multiplicar sus atenciones hacia tantas personas
necesitadas de lo más elemental para vivir, acompañándoles a los
supermercados para que hicieran la compra que pagaba en nombre de
la parroquia, proveyéndoles de la ropa necesaria que recibía desde
cáritas, sosteniéndoles en sus dificultades personales más íntimas.
Hemos encontrado, además, en él, a un amigo. Una persona cercana
que se ha hecho querer por los vecinos de nuestro pueblo por su
sencillez y su implicación en la vida de nuestras gentes.
Creemos, por lo tanto, que en este año al frente de la comunidad parroquial
de Paredes de Nava D. Marino ha cumplido, y con creces, el mandato recibido
de usted hace un año.
Por eso queremos manifestar nuestra sorpresa ante la comunicación, por parte
de D. Marino, de que abandona nuestra parroquia.
Nuestra perplejidad, en este caso, es grande, porque se trata de una persona
que ha llegado, en poco tiempo, a los corazones de todas las personas, por su
sencillez, cercanía y preocupación por cada uno de nosotros.
Comprendemos que el trabajo en la unidad pastoral de Paredes de Nava es
grande. Se trata de ocho pueblos, de los cuales uno, Paredes, de considerable
envergadura pastoral.
Por eso apreciamos aún más la dedicación y el trabajo de nuestro párroco.
Queremos, por lo tanto, manifestarnos, no sólo contentos con él, sino también
con la gran cantidad de trabajo que ha realizado, incluso sin tener en cuenta
su salud.
Nuestro deseo es, pues, que D. Marino siga con nosotros durante muchos
años, porque valoramos su labor pastoral entre nosotros y porque le
valoramos como persona.
Quisiéramos que se atendiera a sus necesidades de tener la ayuda de un
sacerdote durante varios días a la semana, ya que nos damos cuenta que,
como cualquier persona necesita sus ratos de tranquilidad y de asueto, un
sacerdote necesita, también, momentos para dedicar a su tranquilidad y a
profundizar en su vida espiritual.
No sabemos si hay algún motivo más detrás de esta decisión, pero sí sabemos
que esto no es manera de hacer iglesia.
Lo que pedimos, con sencillez y buscando lo mejor para nuestra comunidad
parroquial, es una explicación por su parte, de los motivos que han llevado a
esta situación, para nosotros tan desagradable.
Pedimos, también, que se reconsidere la decisión tomada de privar a nuestra
comunidad de la presencia, en el inicio de su actividad pastoral, de un
sacerdote tan querido.
Nuestra comunidad quiere a D. Marino y, somos conscientes de que D. Marino
nos quiere a cada uno de nosotros.
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