HAITI RESPUESTA Y EXPERIENCIA DEL BANCO MUNDIAL Un desastre natural puede llegar a destruir años de desarrollo, por lo que el Banco Mundial ha desarrollado una importante capacidad para ayudar durante las fases de recuperación y reconstrucción posteriores a este tipo de calamidades. El martes 19 de enero, una semana después de que un terremoto de magnitud 7,0 causara la peor catástrofe en la historia de Haití, un grupo de expertos del Banco Mundial arribó a la escena. Desplegados a pedido del gobierno haitiano, el equipo trabajará junto con funcionarios locales en el lanzamiento de un ambicioso plan de recuperación y reconstrucción post terremoto. 1. ¿Qué implica dicho plan? Las actividades posteriores a un terremoto o cualquier otro desastre natural se llevan a cabo en tres grandes fases. Durante el transcurso de éstas, es necesario tener presente la mitigación de riesgo. Solamente después de que la mayor parte del trabajo correspondiente a esas tres fases iniciales se haya completado se podrá proseguir con los esfuerzos de desarrollo. FASES TRAS EL IMPACTO DEL DESASTRE NATURAL Respuesta al desastre natural Rescate de vidas y propiedad 0 a 10 días Ayuda para desastres naturales 0 a 25 días Donaciones en efectivo, ayuda alimenticia, restauración de servicios públicos críticos, generación de empleo temporal, evaluación de las necesidades de emergencia Evaluación de daños y pérdidas 14 a 45 días Datos de base, daño físico, perdidas económicas, impacto, necesidades, manejo de riesgos ante desastres naturales Recuperación y reconstrucción 20 días hasta unos pocos años Donaciones en efectivo, reemplazo de activos, generación de empleo temporal, proyectos de infraestructura, proyectos de micro finanzas, planeamiento a mediano y largo plazo Reducción de riesgos Continuo Códigos de construcción, modificaciones retroactivas, mecanismos de transferencia de riesgos, evaluación de riesgos, planeamiento del ordenamiento territorial, aumento de la concientización, desarrollo institucional Desarrollo 20 días hasta continuo Desarrollo de la infraestructura con base en recursos locales, proyectos de micro finanzas regulares, estudios de base locales, asesoría de gobiernos locales • Respuesta (0-10 días) y ayuda (0-25 días): La situación se ha estabilizado, se proporcionan labores de rescate y ayuda médica inmediata, se distribuyen alimentos y se instalan refugios de emergencia. Los cuerpos de las víctimas han sido atendidos y las estructuras peligrosas se han identificado y aislado o están bajo control. Durante esta fase, también se llevan a cabo la planeación para la recuperación y los primeros estudios de reconstrucción. Además de asegurar que la población afectada tenga acceso a comida y salud básica, una de las decisiones cruciales que deben ser tomadas durante los primeros días concierne a la vivienda. Si un gran número de personas ha sido desplazado, se debe tomar una decisión respecto a donde deberán refugiarse durante las fases de recuperación y reconstrucción: ¿dentro de la zona afectada o fuera de ella? Esto es: ¿pueden movilizarse recursos para proporcionar refugios temporales (no de emergencia) in situ o muy cerca de su antigua morada, o deberán construirse grandes “campos de refugiados” a cierta distancia del lugar donde vivían? • Evaluación de daños y pérdidas (14 a 45 días): En el período de transición que va de la respuesta a la recuperación, también tiene lugar la evaluación de daños y pérdidas, que ayuda a determinar los efectos directos e indirectos del desastre natural. Una cabal compresión de dichos efectos y las necesidades creadas sentará las bases de una recuperación y reconstrucción efectivas. La evaluación de daños y pérdidas abarca dos dimensiones: Evaluación del daño físico: consiste en una inspección física de los daños por parte de ingenieros y otros especialistas. Esta inspección puede dividirse en tres sectores: • Sector público: consistente en edificios públicos, caminos, represas, suministro de agua y otras instalaciones. Los departamentos de ingeniería involucrados deberán completar las inspecciones iniciales en unos pocos días. Existe un número de referencias técnicas disponibles para asistir a estos departamentos. • Sector industrial privado: al igual que el sector público, los recursos dirigenciales y técnicos deberán ponerse a disposición para completar una inspección en unos pocos días. • Sector privado residencial/comercial: este es el sector más problemático, dado que los propietarios no poseen los recursos necesarios para detectar o comprender la importancia de los daños. Las personas responsables de estas inspecciones se encuentran en los departamentos de construcción, cuyo personal deberá incrementarse con funcionarios de otras áreas. La normativa global estandarizada para la evaluación de daños posteriores a un terremoto es el documento “ATC-20”, que deberá traducirse y utilizarse en caso de que Haití no posea una normativa al respecto. Evaluación de pérdidas económicas: La normativa global estandarizada para la evaluación de daños y pérdidas económicas es la metodología Evaluación de daños y pérdidas (Damage and Loss Assessment, DaLa) de la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe, utilizada por el Banco Mundial para evaluar los efectos de un desastre natural. La DaLa mide el impacto sobre la economía general del país afectado, así como a nivel hogar. La metodología proporciona una evaluación completa del daño, tanto de las pérdidas directas como de las indirectas (p. ej.: pérdidas económicas derivadas de la inmovilización de bienes productivos). Una DaLa idealmente se lleva a cabo dos a tres semanas después del desastre natural. Durante los primeros días posteriores al desastre, la coordinación y la recopilación de datos se ven dificultados por la complejidad de la situación. Sin embargo, si pasa demasiado tiempo luego del desastre, los daños ya no serán visibles y los planes de reconstrucción pueden estar siendo implementados, con la posibilidad de que se pierda la oportunidad de integrar las lecciones del DaLa. Completar la evaluación toma de dos a cuatro semanas, según el alcance del desastre. Dadas la preocupación respecto a la seguridad de las represas, se recomienda iniciar un exhaustivo programa de acciones inmediatas, y de mediano y largo plazo, para asegurar una evaluación y rehabilitación apropiadas de las que se encuentren en la zona afectada por el terremoto. • Recuperación y reconstrucción (de 20 días- a unos pocos años): La situación regresa a una relativa normalidad (aunque no totalmente). La primera prioridad es mudar a la población de los refugios de emergencia (carpas, casillas) hacia un tipo de vivienda más tolerable (éstas pueden ubicarse en campos de refugiados en los que pueden permanecer por meses o años) donde tengan acceso a agua, saneamiento, nutrición y salud pública (incluyendo psicológica). Las escuelas también vuelven a funcionar. Una prioridad casi igual de importante es la restauración de la economía, del transporte, de los servicios y de la actividad económica. Las carreteras dañadas son reparadas de manera temporal, regresa la electricidad, se respalda el regreso de las actividades comerciales (de ser necesario, en carpas) y las fábricas vuelven a funcionar. Estas actividades se llevan a cabo en forma parcial durante los primeros días o semanas, pero al cabo de pocas semanas o meses, las funciones sociales (familias, trabajo, escuela, comercios) ya están todas funcionando (de ser necesario en instalaciones temporales). En paralelo, durante esta fase también se lleva a cabo el planeamiento para la reconstrucción, en el que el área afectada regresa plenamente a la normalidad. El principio rector para la reconstrucción es: no se debe construir el próximo desastre. La reconstrucción abarca dos dimensiones principales: Reconstruir funciones: Construir nuevamente o realizar reparaciones permanentes para alcanzar la misma función efectivamente. Por ejemplo, reemplazar o reparar un puente dañado: la carretera no puede moverse, la ubicación es la mejor para un puente; todo lo que se necesita es construir un puente que no sufra daños la próxima vez. Las normas para la reparación o el reemplazo deben ser mejores que las anteriores. Reconstruir de manera diferente: la fase de reconstrucción brinda una oportunidad única de reconstruir de manera diferente. Los planes maestros para la comunidad pueden elaborarse e implementarse de manera que aseguren que la reconstrucción no se lleve a cabo, por ejemplo, en un suelo demasiado blando o cerca de posibles aludes. • Reducción de riesgos ante desastres naturales (continuo): La imprevisibilidad de los terremotos, combinado a la importancia de los métodos de construcción, hacen que la mitigación y la preparación sean especialmente relevantes en regiones sísmicamente activas. Si bien es tentador hacer uso de la ventana de oportunidad que existe después del desastre natural para introducir reformas institucionales y regulatorias que promuevan la prevención y la mitigación de desastres naturales, se debe ser realista sobre lo que efectivamente puede lograrse dentro de un contexto de proyecto de recuperación de una emergencia. Por lo tanto, es imperativo desarrollar o reforzar el marco institucional para el manejo y mitigación del riesgo ante desastres naturales. 2. ¿Cuál es la mejor estrategia? La DaLa es la base de una estrategia de recuperación y reconstrucción exhaustiva que combine las necesidades inmediatas con el mediano y largo plazo. La estrategia se vincula a la asistencia humanitaria y se combina con al planeamiento para el desarrollo, a la vez que incluye la reducción de riesgos antes desastres naturales. Toma en cuenta la capacidad administrativa, frecuentemente debilitada por el desastre, a la vez que mantiene un equilibrio entre las oportunidades y una mayor posibilidad de reforzar las capacidades de corto y largo plazo para el manejo de riesgos ante desastres. La experiencia muestra que los esfuerzos de mitigación luego de un desastre natural siguen tres líneas principales de intervención, cada una altamente relevante en su momento específico. • Servicios básicos y protección social para garantizar una respuesta veloz que asista a grandes grupos de personas afectadas que ya han perdido sus pertenencias, hogares y medios de vida. Además de la tradicional ayuda humanitaria, la asistencia inmediata puede proporcionarse a través de instrumentos como los esquemas de transferencia de efectivo, donaciones en especie, donaciones para nuevas empresas, etc. Esto es muy importante durante el período de transición entre la respuesta y la recuperación, o fase de ayuda. Los esfuerzos por restaurar los servicios básicos como la salud y la educación también son críticos. • Reconstrucción y desarrollo de infraestructura que combine reparación con creación de oportunidades de trabajo intermedias a través de programas de obras públicas. Esto es muy importante durante la fase de recuperación. Mejora el poder adquisitivo de las familias afectadas al mismo tiempo que reconstruye infraestructura crítica. Asimismo, proporcionarles oportunidades de ingreso relacionadas con el trabajo físico parece ayudar a los sobrevivientes tanto como el apoyo psicológico. • Recuperación y desarrollo económico para restablecer los medios de vida y reducir la pobreza. Este tipo de asistencia aumenta mientras los esquemas de protección social son reducidos y retirados paulatinamente. Esta ayuda, en forma de activos y capital de trabajo, se dirige a restablecer la normalidad en la vida productiva de las familias y negocios. Existen tres campos adicionales que también son importantes: (1) fortalecimiento de las capacidades institucionales; (2) fortalecimiento de los mecanismos de información y coordinación y (3) la introducción sistemática de la reducción de riesgos ante desastres naturales en todas las fases y sectores de la recuperación y reconstrucción. Por último, al desarrollar una estrategia de recuperación y reconstrucción, sería bueno tener en cuenta que los problemas complejos y enraizados difícilmente podrán solucionarse durante la recuperación y reconstrucción. Esto se puede ejemplificar perfectamente con los intentos de aplicar los códigos de edificación, así como la construcción de capacidades. Ambos representan problemas de larga data que solo pueden ser abordados a través de cambios incrementales. 3. ¿Qué lecciones se pueden tomar de los desastres naturales del pasado? Se han aprendido algunas lecciones importantes de las experiencias derivadas de asistir a países de alto riesgo para recuperarse luego del impacto de un terremoto: • Manejo de la recuperación o gobernabilidad: Las acciones llevadas a cabo durante las semanas y meses posteriores a un desastre natural tienen un gran impacto en el proceso de recuperación subsiguiente y necesitan ser planificadas e implementadas adecuadamente. La creación de un punto focal o agencia para todas las operaciones mejora la coordinación entre agencias ejecutoras, maximiza la focalización y minimiza la tensión entre beneficiarios y funcionarios. Existen puntos a favor y en contra de los diferentes arreglos institucionales para el manejo de la recuperación y reconstrucción. Tabla 1. Arreglos institucionales para el manejo de la recuperación y reconstrucción en desastres naturales seleccionados País Tipo de evento Fecha del evento Tipo de arreglo institucional Agencias ejecutoras Indonesia (Aceh y Nias) Tsunami y conflicto Tsunami: 26 de diciembre de 2004; acuerdo de paz: 15 de agosto de 2005 Agencia especial descentralizada (Badan Rahabilitasi dan Rekonstruksi/BRR). Durante el primer año, BRR mantuvo una estructura centralizada. Agencia de reconstrucción, gobierno central (limitado), gobierno provincial y local, donantes, ONG. Indonesia Terremoto 27 de mayo de 2006 Directorio de coordinación centralizado (Tim Teknis Gobierno provincial, gobierno local, donantes, (Yogya) National), coordinado por el Ministerio Coordinador para la Economía ONG. Sri Lanka Tsunami y conflicto Tsunami: 26 de diciembre de 2004; conflicto: continúa Agencia especial centralizada (Taskforce to Rebuild the Nation/TAFREN, Reconstruction and Development Agency/RADA) Gobierno central, donantes, ONG. Maldivas Tsunami 26 de diciembre de 2004 Directorio coordinador centralizado (National Disaster Management Center/NMDC) Gobierno central, donantes, ONG. Colombia Terremoto 25 de enero de 1999 Agencia especial descentralizada (Fondo para la Reconstrucción de la Región Cafetera/FOREC) Gobierno local y ONG. Pakistán Terremoto 5 de octubre de 2005 Agencia especial descentralizada (Earthquake Reconstruction and Rehabilitation Authority/ERRA) Gobierno provincial y local, fuerzas armadas, organizaciones asociadas, donantes, ONG. Granada Huracán Iván 7 de septiembre de 2004 Agencia especial centralizada (Agency for Reconstruction and Development/ARD) Gobierno central, donantes, ONG, y socios externos. Honduras Huracán Mitch 25 oct. – 1 nov. de 1998 Agencia especial centralizada (Comisión Permanente para Contingencias/COPECO) Gobierno central, gobierno provincial y local, donantes, ONG • Transparencia: Es clave a la hora de una reconstrucción exitosa, le permite a todas las partes involucradas seguir el progreso de la reconstrucción –– quién hace qué y en dónde. Esto es esencial a la hora de coordinar una respuesta efectiva y es bueno para la moral pública. A medida que se avanza en la recuperación y la reconstrucción, se necesitará de una comunicación más amplia y detallada a nivel regional y local. Una propuesta innovadora utilizada en Indonesia fue el establecimiento de un periódico que proporcionaba información vital sobre la reconstrucción. Otras regiones han logrado este objetivo a través de Internet. • Financiamiento: Cuando un desastre natural acontece, la principal preocupación del país afectado es qué hacer, cómo hacerlo, y, obviamente, cómo financiarlo. Se necesita financiamiento inmediato y, quitando la generosa asistencia de emergencia internacional, estos fondos generalmente son desviados del desarrollo a largo plazo. Una vez que la fase de asistencia humanitaria ha terminado, el país afectado tiene dificultades para acceder a financiamiento que le permita implementar acciones de recuperación antes de que los programas de reconstrucción y desarrollo a largo plazo puedan comenzar. El desembolso oportuno de financiamiento para la recuperación, que sea capaz de cerrar la brecha entre la asistencia humanitaria y el desarrollo, es crucial para garantizar una recuperación acelerada. Existen varias formas de financiamiento para la recuperación: • Para los países más vulnerables, el establecimiento de fondos de contingencia (ya sea a escala nacional, regional o global) resulta en la entrega oportuna de recursos financieros adecuados. • La transferencia de riesgo es otra opción. El Consorcio de Seguros para Catástrofe de Turquía, establecido luego del terremoto de Mármara en 1999 y respaldado por el gobierno de Turquía, el Banco Mundial y la compañía privada de reaseguros Milli Re, es un buen ejemplo de una asociación público-privada que ha proporcionado transferencia de riesgos ante catástrofes y un mecanismo para el financiamiento. • El enfoque seguido por el gobierno de Pakistán, en términos de haber separado con claridad los papeles y las responsabilidades de los distintos protagonistas (agencias bilaterales, instituciones financieras internacionales, sociedad civil y agencias ejecutoras) en casos de ayuda y reconstrucción ha ayudado a cerrar las brechas de financiamiento de manera eficiente y efectiva. También creó complementariedades entre diferentes proyectos, minimizando las divergencias estratégicas y evitando superposiciones geográficas y programáticas. • El gobierno de Indonesia obtuvo un total de US $7,800 millones de la comunidad internacional y aprobó una suma propia de US $ 2,300 millones para un programa de rehabilitación y reconstrucción de cinco años. El gobierno estableció un fondo de múltiples donantes (Multi-Donor Fund, MDF) como mecanismo de financiación que asegurase una entrega eficiente y coordinada de la ayuda financiera, en forma conjunta con la comunidad internacional y la sociedad civil. 4. ¿Cómo lograr una implementación exitosa? Varios aspectos técnicos son claves para lograr una recuperación y reconstrucción exitosas. • Normas y regulaciones: Se debe aprovechar cualquier oportunidad de adoptar y ejercer códigos de construcción a prueba de terremotos, tanto antes como después de un terremoto. La sencillez del mensaje es esencial para la adopción de tecnologías a prueba de desastres naturales. En Pakistán, por ejemplo, se promovieron sencillas técnicas de albañilería sin ingeniería que fueran a prueba de terremotos y pudieran ser comprendidas, adoptadas y aplicadas por los aldeanos. De nuevo, en Pakistán se desarrollaron diseños típicos que fueron examinados por expertos sísmicos y promocionados en el terreno. Los edificios terminados luego fueron cotejados con los diseños originales y los errores comunes fueron resaltados. Se promulgaron pautas que mostraban cómo arreglar esos mismos errores comunes. La promulgación de normativas no es suficiente; el proceso de construcción debe ser visto como un proceso o como una serie de eslabones entre el diseño, funcionarios locales, constructores, artesanos locales y propietarios, en donde el proceso puede colapsar en cualquier punto. La reconstrucción efectiva significa la creación de un sistema de medidas – educación, capacitación, ejecución, etc. – que fortalezcan cada paso del proceso. • Vivienda: Como mencionamo, las decisiones respecto a la vivienda son fundamentales para el proceso de recuperación y reconstrucción. Numerosos desastres naturales apuntan a dos lecciones clave: Las personas no quieren mudarse. En la máxima medida en que sea posible, las personas desplazadas deben regresar tan pronto como sea posible al lugar más cercano a su antigua residencia. Si su vivienda ha sido destruida, una solución podría ser darle prioridad a la remoción de escombros, para luego construir núcleos habitacionales en el mismo lugar, que luego pueden mejorarse a medida que pasa el tiempo. Si la densidad de población u otras condiciones no lo permiten, entonces se deberían proporcionar viviendas temporales en las inmediaciones de su antiguo lugar de residencia – parques, campos deportivos escolares, etc. La renuencia a mudarse está sólidamente fundamentada, las personas tienen antiguos lazos con su comunidad y viven en donde viven por muy buenas razones. Mudar a las personas a campos de refugiados lejanos destruye a las comunidades y trastoca sus vidas por muchos años. Un atajo hacia la vivienda permanente. Tradicionalmente, las viviendas luego de un desastre natural han pasado por tres fases – emergencia (carpas), transicional (campos de refugiados) y permanente. Una lección clave de muchos desastres naturales es que se debe eliminar o minimizar la fase transicional y mudar a las personas directamente de los refugios de emergencia a las viviendas ‘permanentes’. Claro que una vivienda permanente completa no se puede suministrar instantáneamente, pero la entrega de módulos con núcleos habitacionales (o los materiales para que los residentes los hagan) en el lugar mismo de su antigua residencia les permite a los residentes regresar y continuar con sus vidas. A medida que pasa el tiempo, estos módulos nucleares son ampliados y se convierten en viviendas permanentes. • Infraestructura crítica: La reconstrucción de edificios e infraestructura pública debería incluir tecnología a prueba de terremotos. La reconstrucción es una oportunidad única para mejorar la infraestructura crítica y esa oportunidad no debe ser desperdiciada. • Medios de vida: A menudo, se presta muy poca atención al impacto de las operaciones de recuperación sobre los medios de vida. En el caso de los desastres naturales que causan un daño significativo a las viviendas, hay que tomarse el tiempo para asegurar que todos los materiales de construcción utilizables sean recuperados y reciclados, convirtiéndose en una forma de garantizar que los pobres puedan pagar la reconstrucción. • Protección social: Los mecanismos tales como las transferencias en efectivo son intervenciones normalmente administradas por los gobiernos centrales y luego ejecutadas y supervisadas por gobiernos locales y redes de la sociedad civil. Como parte de los esfuerzos de planeamiento gubernamentales, los países deberían planificar respuestas que apunten a una distribución rápida, equitativa y consistente de la ayuda. • Servicios de salud: Es crítico asegurar el acceso a servicios esenciales de salud primarios y secundarios a medida que el sistema es reconstruido, enfocándose en poblaciones con necesidades especiales, especialmente las mujeres y los niños. Para mejorar la coordinación, podría ser útil movilizar a jefes y personal de salud de áreas que no hayan sido afectadas para que trabajen temporalmente en las zonas afectadas por el terremoto. También es importante cuidar de los trabajadores de la salud, dado que el impacto psicológico de un terremoto puede llegar a manifestarse en un mayor ausentismo laboral, insomnio, y pasividad. El sector de la salud también enfrentará la carga adicional de atender a los nuevos subgrupos vulnerables de la población, incluyendo a los discapacitados, las viudas y los huérfanos, quienes requieren de servicios y atención especializados. Probablemente surjan graves problemas ambientales, tales como el riesgo de epidemias causadas por la acumulación de deshechos y basura así como la recolección y disposición de escombros en las áreas afectadas. Esto seguramente genere un ambiente propicio para la transmisión de enfermedades contagiosas o vectoriales, incluyendo el sarampión y la meningitis, así como enfermedades de transmisión hídrica como la fiebre tifoidea, la hepatitis A y el cólera. • Infraestructura comunitaria: La reconstrucción generalmente es administrada por gobiernos locales, organizaciones de la sociedad civil, agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales con experiencia en el tema, y es ejecutada por organizaciones comunitarias o, en donde sea posible, por contratistas locales, utilizando materiales y fuerza de trabajo locales. La preparación e implementación de políticas y directrices adecuadas sobre normas de ingeniería, normas laborales, contrataciones, adquisiciones, supervisión y control de calidad acelerará la velocidad de implementación sin comprometer la calidad.