El liberalismo en tiempos de Isabel II

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El liberalismo en tiempos de Isabel II
Los partidos políticos del siglo XIX constituían agrupaciones alrededor de algún noble, civil o militar.
El sistema político liberal configurado por la constitución de 1837 se artículo a través de dos grupos, el
moderado y el progresista. Con el paso del tiempo, a la izquierda de este último se formaron los
primeros núcleos de demócratas y republicanos.
Los moderados eran un grupo homogéneo formado por terratenientes, comerciantes e intelectuales
conservadores. Defendían el derecho a la propiedad como garantía del orden que querían preservar y
restringían el sufragio según la riqueza de los electores. Además anteponían los principios de autoridad
y orden social. Asimismo, defendían el principio de la soberanía compartida entre las Cortes y la corona.
Los progresistas estaban compuestos por las clases medias y pequeña burguesía, la oficialidad media
del ejército y las clases populares urbanas. Defendían el principio de soberanía nacional y el predominio
de las Cortes en el sistema político. Eran partidarios de robustecer los poderes locales y de otorgar
amplios derechos individuales y colectivos. A pesar de esto mantenían el principio del sufragio
censitario.
En 1849, una escisión de los progresistas dio origen a la formación del Partido Demócrata, que
defendían la soberanía popular y el sufragio universal masculino. Abogaba por la existencia de una única
cámara electiva, la ampliación de las libertades públicas y el reconocimiento de los derechos colectivos.
Su fuerza se hallaba principalmente entre las clases populares urbanas y los grados bajos de la Milicia.
En 1854, se formo un nuevo partido, la Unión Liberal, que pretendía establecerse como una opción
centrista entre los dos partidos clásicos. Sus impulsores fueron O´Donnell y Serrano.
Las elecciones de 1844 dieron la mayoría a los moderados, presididos por Narváez, quien impulsó el
liberalismo moderado. Su pretensión era normalizar el funcionamiento de las instituciones liberales. De
este modo, es sus primeros gobiernos hubo una gran represión contra los progresistas. Asimismo, el
régimen se asentó sobre la burguesía terrateniente.
El gobierno preparó una reforma de la Constitución progresista de 1837, y aprobó la nueva
constitución de 1845, que recogía las ideas básicas del moderantismo: soberanía compartida entre el
rey y las Cortes, ampliación de los poderes del ejecutivo y disminución de las atribuciones del legislativo.
De este modo, se suprimió la Milicia Nacional, creándose la Guardia Civil y se conferían amplios poderes
a la Corona. En 1845 se reguló la liberta de imprenta y en 1846 se planteó un sufragio censitario muy
restringido (<1%).
Los moderados intentaron también mejorar sus relaciones con la Iglesia, firmando en 1851 un
Concordato con la Santa Sede, en el que se establecía la suspensión de la venta de los bienes
eclesiásticos desamortizados y el retorno de los no vendidos. A cambio reconocía a Isabel II y aceptaba
la obra desamortizadora, mientras que el Estado se comprometiera al sostenimiento de la Iglesia
española.
Por otro lado se pretendió consolidar la estructura del nuevo Estado liberal bajo los principios del
centralismo, la uniformidad y la jerarquización.
Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política al Estado: en 1846 hubo tres
gobiernos, y al año siguiente cuatro. Además actuaron de forma arbitraria y excluyente, manipulando
las elecciones y reduciendo la importancia del poder legislativo.
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Historia de España
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El autoritarismo se agudizó durante el gobierno de Bravo Murillo de 1852, que propuso una
dictadura tecnócrata. Pero la propuesta fracaso, por lo que se fue desplazado del poder. De este modo,
una nueva revolución en 1854 (pronunciamiento de Vicálvaro) a cuyo frente estaba el general
O´Donnell, permitió que los progresistas regresaran al poder, poniendo fin a diez años de gobierno
moderado.
La presidencia recayó de nuevo en Espartero, y O´Donnell fue nombrado ministro de la Guerra, de
este modo dio comienzo el bienio progresista. El nuevo gobierno intentó restaurar los principios del
progresismo. Además preparó una nueva constitución (1956), que no llegó a ser promulgada.
La actuación de mayor trascendencia para el futuro fue un ambicioso plan de reformas económicas
en defensa de los intereses de la burguesía urbana y de las clases medias. De este modo, se reanudó la
obra desamortizadora y se produjo la extensión de la red ferroviaria.
La nueva Ley Desamortizadora de Madoz afecto a los bienes del Estado, de la iglesia, de las órdenes
militares, de las instituciones benéficas y sobre todo de los ayuntamientos. Con esto, se pretendía
conseguir recursos para la Hacienda e impulsar la modernización económica de España. Una buena
parte de los ingresos fueron invertidos en la red de ferrocarriles.
Sin embargo, las medidas reformistas del bienio no remediaron la crisis de subsistencia, generando
un clima de grave conflictividad social. El malestar social condujo a un importante levantamiento
campesino en tierras castellanas y a la extensión de motines populares en muchas ciudades del país.
El gobierno acabó presentando la Ley de Trabajo, que introducía algunas reformas y permitía las
asociaciones de obreros. La creciente conflictividad social significo la irrupción del movimiento obrero
en la escena política del país. Además las discrepancias dentro de la coalición gubernamental se
agudizaron. Espartero dimitió y la reina confió el gobierno a O´Donnell, que reprimió duramente las
protestas.
El nuevo gobierno unionista intentó un equilibrio político combinando los elementos fundamentales
del proyecto moderado con algunas propuestas progresistas.
Se intentó revitalizar el parlamentarismo y ejercer una política más tolerante con la oposición.
Aunque las elecciones eran amañadas por el Ministerio de la Gobernación, también fijaban una minoría
opositora en el Congreso.
Una de las medidas más relevantes del gobierno fue una política exterior activa, que buscaba
recuperar el prestigio internacional. De este modo, se llevaron a cabo tres campañas de carácter
internacional:
 La expedición a Indochina (1858-63) con colaboración con Francia, motivada por el deseo de
castigar una matanza de misioneros realizada en 1858.
 La intervención en México (1862), que se realizó junto franceses e ingleses para exigir al
gobierno mexicano el cobro de una deuda atrasada con ese país.
 Las campañas militares en Marruecos (1859-60) estuvieron motivadas por disputas fronterizas y
se saldaron con el triunfo en las batallas de Tetuán y Castillejos. La paz de Wad-Ras permitió a España la
incorporación del territorio Ifni a la Corona y la ampliación de la plaza de Ceuta.
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Historia de España
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Pero en el año 1863 se evidenció la descomposición interna de la coalición gubernamental. El
unionismo fue incapaz de afrontar la oposición de los moderados y de la propia Corona. O´Donnell
presentó su renuncia y la reina entregó el poder a los moderados.
Los años que transcurrieron entre 1863-68 su pusieron el retorno de Narváez al poder y la reposición
de los antiguos principios del moderantismos. De este modo, se impuso de nuevo la forma autoritaria de
gobierno y se ejerció una fuerte represión contra los progresistas.
En 1866 el gobierno de O´Donnell reprimió duramente una revuelta de los sargentos del cuartel de
San Gil que pedían reformas del sistema político, los sublevados fueron fusilados. O´Donnell fue
apartado del gobierno por la reina, pero los siguientes gobiernos moderados de Narváez o Gonzales
Bravo, siguieron gobernando por decreto, cerraron las Cortes e hicieron oídos sordos de los problemas
del país.
La situación del gobierno empeoró a raíz de la crisis de subsistencia iniciada en 1866. De este modo,
hacia 1868, una gran parte de la población tenía motivos suficientes para alzarse contra el sistema
isabelino.
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