`Baraka`: pequeña comedia, grandes actores

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PURO TEATRO
Por
Marcos Ordóñez
‘Baraka’: pequeña comedia, grandes actores
La obra de Maria Goos triunfó en Londres y en Argentina, y va camino de hacer lo propio en el teatro Goya
barcelonés. Floja comedia, pero enormísimos actores, entre los que relumbran Darío Grandinetti y Jorge Marrale
Q
yo está peor que Carioco: la situación es vo, porque la trata mal y quiere tirársela polvo no es un polvo normal, aunque lo
UÉ ES LO MELODRAMÁTICO? Lo melodramático es la hinchazón inor- muy graciosa, pero nadie puede tragarse urgentemente. La prostituta tampoco es parezca. Es un polvo adscrito al negogánica. Traduzco: la emoción esa petición de defensa. Poco más tarde que tenga mucho brillo: calla, escucha, y ciado “amistades traicionadas”, primer
añadida forzadamente en una llega Martín, a punto de estrenar una cuando le toca hablar dice unas frases en acorde de un gran finale, tremebundo y
obra artística. Baraka, de la dramaturga función que ninguno de sus amigos quie- ruso. No deja de ser curioso, por cierto, operístico, con la historia de los cuadros
holandesa María Goos, cuya versión ar- re ver y en la que realizará un desnudo que una autora conceda tan poco espa- por medio, que no les cuento: ya lo adivigentina, a las órdenes de Javier Daulte, integral la hija del político: si los conflic- cio al único personaje femenino. Volvien- narán ustedes a media función. En una
acaba de estrenarse en el Goya barcelo- tos de los anteriores son delgaditos, los do a Martín, su urgencia priápica no re- obra de Mamet o Reza, dramaturgos antinés, estaría cerca (por la brillantez de de Martín tienen el grosor de un papel de sulta muy orgánica, porque al cabo de sentimentales, el final sería tan lógico
algunos diálogos y lo afilado de ciertas fumar. Reunidos los cuatro, Pedro propo- un rato se nos informa de que se está como imprevisible. Aquí no es ninguna
de las dos cosas: es tan melodraréplicas) del teatro de Mamet o
mático como inverosímil. Sin
Reza si no fuera por a) su inconembargo, algo le vería a Baraka
sistencia estructural y b) la soKevin Spacey, que la dirigió en
brecarga sentimental de su últiel Old Vic en 2004. Y Josep Maria
mo tercio. Protagonizan Baraka
Mestres, en La Latina, en 2008. Y
cuatro amigos que se conocen
el público bonaerense, que
desde hace treinta años. Tiempo
aplaudió la versión que nos ocusobrado para saber, por ejempa, dirigida por Javier Daulte, duplo, que Juan (Juan Leyrado) es
rante dos temporadas. Y José
un trepa profesional, o sea, alMaría Pou que, entusiasmado,
guien capaz de vender a su mase la ha traído al Goya, donde la
dre con tal de salir con bien de
aplaude un público que abarrocualquier apuro. O que Martín
ta el teatro. Quizás el equivoca(Vando Villamil), director de teado sea yo. En algo no creo equitro (“de vanguardia”, para más
vocarme: los intérpretes están
inri), es capaz de tirarse hasta el
sensacionales y vale la pena acerpalo de una escoba con falda escarse al Goya para verles en accocesa, aunque, nos dicen, está
ción: pasma contemplar cómo
sufriendo una crisis de impotensirven, respiran y apuran hasta
cia. Para María Goos, Juan y Marla menor de las réplicas. Los retín son los malos de la función.
yes de la velada, para mi gusto,
Que Juan es egoísta y marrullero
son Grandinetti y Marrale. El priy Martín torvo y pretencioso se
mero compone un Pedro de orfeadvierte tan pronto aparecen.
brería, medido hasta el último
Lo advierten los espectadores y
detalle, cercano en sus obsesiodeberían advertirlo Pedro (Danes al glorioso Sheldon Cooper
río Grandinetti) y Tomás (Jorge
(Jim Parsons) de The Big Bang
Marrale), pero es que Pedro y
Theory. Marrale gana con una
Tomás son los buenos. Baraka
apuesta muy arriesgada: compocomienza como la versión trianner un Tomás apayasadísimo,
gular de La extraña pareja. Pesiempre al borde de la sobreacdro, homosexual, refinado, con- J. Leyrado, J. Marrale, V. Villamil y D. Grandinetti (de izquierda a derecha), en Baraka (amigos), de Maria Goos. Foto: David Ruano
tuación, pero convincente y pletroladísimo, recibe en su casa a
tórico de energía psicótica, un
Juan: ha venido a quedarse porverdadero torbellino actoral. Juan Leyraque le está poniendo a su mujer unos ne celebrar una fiesta de cumpleaños y
do está impecable inyectando veracidad
cuernos como la catedral de Burgos. Que recordar los viejos tiempos, así que se
a un personaje al que no le pueden caber
Juan, forrado de pasta y en vísperas de visten de esmoquin, cantan y bailan Mi
más defectos. A Vando Villamil le ha tocaun nombramiento ministerial, se aloje gran noche, y cuando uno se las promete
do un doble riesgo del que también sale
en casa de Pedro, con el que parecen muy felices, María Goos envía a paseo a
triunfante: reemplazar a Hugo Arana una
existir escasos vínculos, en vez de ir a un Pedro, Tomás y Martín, y deja a Juan en
semana antes del estreno y pechar con el
hotel de lujo, es lo que suele llamarse compañía de Elena (Carla Pandolfi), una
rol de Martín, el más opaco y, ya se ha
“una necesidad de guión”. La segunda prostituta alquilada para alegrarle la onodicho, falto de conflicto del cuarteto. Ponecesidad es que Pedro, funcionario de mástica. Malísima señal: es el equivalenco hay que decir de Carla Pandolfi, salvo
cultura al que acusan de haberse queda- te del “¿alguien se apunta a un tenis?”
que cumple con su breve cometido. Jado con unos cuadros carísimos, recurra a que utilizaban en las comedias antiguas
vier Daulte ha dirigido el espectáculo
los servicios legales de Martín. Hemos de para sacar a los personajes de escena
con gran inteligencia, sin buscar la comicreer que Pedro ignora que Martín, ex cuando sus problemas no daban más de
cidad fácil, tensando las líneas dramátiabogado de Juan, fue detenido cuando, sí. ¿Para qué sirve la irrupción de la proscas o tratando de crearlas actoralmente
en lo más alto de un farlopazo, salió a la tituta? Sirve para que Juan le/nos endilcalle vestido de Supermán, enseñó el cu- gue un interminable monólogo sobre el encamando, por lo visto muy satisfacto- cuando no las hay. O
lo en espacio público y pasó varios me- primer parto de su mujer (es decir, para riamente, con la hija de Juan. Ahí empeses en un frenopático, del que ha salido que veamos que tiene un lado bueno) y zamos a entrar ya en el terreno melodra- Baraka (amigos), de Maria Goos. Dirección de
antes de hora, porque también nos perca- para que más tarde, cuando los otros mático. La moza no existe como mujer: Javier Daulte. Teatro Goya. Barcelona. Hasta el 9
tamos en el minuto uno de que el legule- vuelven, constatemos que Martín es tor- existe tan sólo como hija de Juan. Y el de enero de 2001. www.teatregoya.cat.
En una obra de
Mamet o Reza,
el final sería tan lógico
como imprevisible.
Aquí es tan melodramático
como inverosímil
22 EL PAÍS BABELIA 06.11.10
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