Vincularidad en el campo pasional

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Vincularidad en el campo pasional
* Carlos Antar (coord.), Silvia Chajud,
Daniel Kitainik, Cristina Pouso, Silvia Reisfeld,
Mónica Schmajuk, Gilberto Valdéz Herrera
"En algún lugar entre el miedo y el amor.
en algún lugar entre el pantano y las montañas.
en algún lugar entre el miedo y el sexo,
en algún lugar entre Dios .Y el Diablo está la pasión:
el camino a la pasión es súbito y el regreso es peor. "
Jeanette Winterson
Introducción
En el lenguaje común hablar de pasión alude en general a un fuerte
compromiso con determinado sentir, abrazar una causa y entregarse por
entero a ella, a los que luchan por una idea o un deseo. Se llama apasionados a estos audaces que afrontan la vida como una aventura infinita
y tentadora y para quienes la mejor empresa es la imposible.
Los términos pasión, apasionado, referidos a la relación amorosa
pasional, sugieren ideas diferentes e incluso podrían parecer opuestas,
ya que remiten a un vínculo de intenso placer y, al mismo tiempo, están
asociados al sufrimiento y dolor psíquico.
Este supuesto contraste lo observamos también entre el saber popular y los estudios psicoanalíticos. Ni un deseo exacerbado, ni un gran
amor, ni un intenso erotismo, nos terminan de dar cuenta de la pasión,
salvo en la ideología corriente.
Etimológicamente pasión, del latín passio, deriva de padecer. Refiere
a sufrir, soportar, pasivo, paciente (el que soporta males), impaciente,
impasible. (Diccionario de la Lengua Española, 1992, Corominas, 1996).
, Direcciones: Migueletes 1203, 80 "60", (1426); Rep. Arabe Siria 3144, 60 "A", (1425);
El Salvador 4232, (1414); Paraná 1132, 100, (1018); Avda. Cnel. Díaz 1725,40 "A", (1425),
todos de Capital Federal; Wineberg 2281, (1636) Olivos, Pcia. de Buenos Aires;
Rodríguez Peña 507, 30, (1425) Capital Federal. R. Argentina, respectivamente.
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Estas distintas acepciones nos dicen del nivel de padecimiento presente
en los estados pasionales. Empero, la pasión está presente más allá de
las palabras. El testimonio de su fuerza en la experiencia humana se
muestra en creaciones esenciales del arte y la cultura. Podríamos simplemente recordar "La Piedad" de Miguel Angel, síntesis acabada del padecer, pero también el hecho de que la pasión atraviesa toda la creación
literaria, sobre todo en sus obras maestras. Son los poetas y los literatos, los que para el deleite del público, expresan a cabalidad y sin disimulo, las fantasías más recónditas del ser humano, las mismas que al
ser abordadas por el hombre de ciencia, generan rechazo. En el decir
de Freud, "el tema del drama son todas las variedades del sufrimiento"
(Freud, 1942 [1905]). Si tomamos los poetas griegos hasta William
Shakespeare y Friedrich Schiller, esta modalidad literaria es esencialmente pasional, desde su inicio ominoso hasta su desenlace de muerte.
destino casi inexorable de la pasión en su desarrollo natural.
Nos encontramos con una permanente oscilación entre el placer y el
sufrimiento, entre el erotismo y lo destructivo, entre la vida y la muerte. Quizás surja como reflejo de la intensa lucha entre Eros y Tánatos.
Freud no ha desarrollado en forma expresa el concepto de pasión, dedicándose a estudiar el estado de enamoramiento y la relación de amor.
Pero dice al respecto: en la "conducta amorosa plenamente normal
(confluyen) dos corrientes que podemos distinguir entre ellas, como la
tierna y la sensual" (Freud, 1912).
Más adelante afirma que el amor: "es la relación del Yo con sus fuentes de placer" (Freud, 1915). Si la fuente es el mismo cuerpo estamos
ante el autoerotismo, si la fuente de placer es el Yo y la libido se vuelca
a él, estaremos ante el amor narcisista y si la libido se vuelca al objeto
externo y la fuente de placer está fuera del Yo estaremos ante el amor
objetal, que constituye "el amor por excelencia". (Valls, 1995).
La pasión no corresponde a ninguno de estos tipos, pero seguramente
recoge elementos de todos ellos.
Es así que nos preguntamos si la pasión es una forma de amor ya que
encontramos en ella sensaciones tan intensas que podríamos llamar "lo
máximo" y al mismo tiempo aparece siendo distinto. "Hay en la pasión
algo que, por una parte, lleva el amor a su paroxismo y por la otra, lo
subvierte, al punto que cabe preguntarse si todavía se trata [de amor!"
(Assoun, 1993).
Partimos de la concepción de Freud, acerca de la vida amorosa, para
delimitar y precisar la relación amorosa pasional como una modalidad
con características propias, que se despliegan dentro de un espacio que
denominamos "campo pasional" y que da lugar a una dinámica vincular específica.
Al hablar de vínculo hacemos referencia a una relación intersubjetiva
en la que existe una articulación de aspectos inconscientes de cada uno
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de los participantes que determina las particularidades de dicha unión.
Estas se expresan en un nivel que llamamos relacional que remiten al
lenguaje y la interacción, y determinan conductas acorde a una causalidad circular.
Intentamos diferenciar la vincularidad pasional del sadomasoquismo,
el amor y el enamoramiento en sus aspectos comparativos.
Vincularidad Pasional
La pasión amorosa se despliega con un otro fuertemente investido, que
se torna totalmente necesario e indispensable para la subsistencia del
sujeto apasionado. Se establece un vínculo con un objeto dotado de
inmenso poder, todo está concentrado en él, es la fuente de absoluto placer y absoluto sufrimiento; ya no es objeto de amor sino de necesidad.
(Aulagnier, 1994)
Relación adictiva, extrema dependencia con un objeto exclusivo y al
mismo tiempo, de algún modo inaccesible. El apasionado se siente
desprovisto y dominado por la pasión. La padece, lo posee, lo aliena y
así su capacidad racional queda anulada.
El sujeto en quien recae la pasión y que caracterizamos como "prescindente", no sólo acepta el lugar idealizado en que se lo ubica sino que
lo induce de diferentes modos. Generalmente aparece como alguien que
"está y no está". Doble discurso que da cuenta de una cierta y sutil promesa de presencia y, al mismo tiempo, un distanciamiento que lo vuelve inalcanzable.
De acuerdo a nuestra experiencia clínica proponemos la existencia de
distintas modalidades de vínculo pasional. Los sujetos implicados participan de una relación de tipo narcisista:
1.
2.
3.
el
Relación pasional "apasionado" - "prescindente".
Relación pasional mutua: los lugares son intercambiables.
La pasión delirante de la psicosis, como en la erotomanía, donde
amado no es un objeto posible en la realidad.
En este desarrollo nos centramos en los puntos 1 y 2, dado que ambos
implican vincularidad.
1. Relación apasionado - prescindente: Piera Aulagnier (1994) plantea la pasión como una relación de asimetría entre un sujeto destinado
a sufrir y otro posicionado en la obtención de placer. Uno de ellos busca
"desesperadamente" a otro que funcione como una parte de sí, con
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quien espera frenar sus angustias más primarias. El otro, al que
describimos como "prescindente" por su distancia afectiva, quien cree
no necesitar ni desear. Es una persona que tiende a la autosuficiencia
y a negar su dependencia. Teme necesitar irremediablemente al otro,
ya que su miedo es perder sus propios límites y su individualidad. Lo
paradójico es que ambos pueden incluirse en un tipo de vínculo donde
el otro juegue los aspectos tan rechazados y temidos de sí mismo.
Mientras el apasionado busca un tipo de relación fusional y dependiente, su partenaire levanta barricadas contra lo que siente como esclavitud. Como el apasionado garantiza que el otro le será siempre imprescindible, el prescindente puede negar su propia necesidad: ser
"todo" para alguien.
En este interjuego de dos modalidades opuestas, cada uno intenta llevar al extremo su posición; así se generan mutuamente. Cuanto más
anhelo de posesión en uno, más alejamiento del otro y viceversa. Queremos remarcar un "ir y venir", un tipo de inducción en la que uno
estimula y acentúa la posición del otro.
A modo de Narciso, el apasionado ama a su partenaire como éste se
ama a sí mismo, quien ve en el rostro y en el sufrimiento del otro el
acuoso espejo donde se refleja y puede verse perfecto. En apariencia,
el conflicto del prescindente se resuelve: es el apasionado quien puede
morir frente a la imposibilidad de acceder a Narciso y no Narciso mismo. Este mito se despliega y se juega entre dos personas. En el mito
de Narciso (Kristeva, 1987) queda explicitado el sufrimiento que es
parte de la pasión amorosa: todos los sufrientes enamorados de Narciso, frente a su indiferencia, le piden a la diosa Ramnunte que lo
castigue con el mismo sufrimiento; que "cuando ame se desespere como
yo desespero", así Narciso muere al enamorarse de sí mismo. Este es
el riesgo que corre el apasionado cuando va a la búsqueda del objeto
de su pasión.
2. Relación pasional mutua: a diferencia de la anterior se produce una
alternancia de roles, no discriminada por sus integrantes. Cada uno
se ha convertido en apasionado y, al mismo tiempo, en prescindente
para el otro. Ambos reclaman simultáneamente desde el lugar del necesitado, sin percibir que también funcionan como prescindentes. Hay
una tendencia a establecer un tipo de vínculo donde cada uno siente
que "no puede vivir sin el otro".
La unión pasional reasegura, al modo de un objeto fetiche, el cubrimiento de la falta. "Lo que los liga y subyuga, por el tiempo que dura
la pasión, es ese "objeto falta" ante el cual dejan de angustiarse por
un acuerdo tácito; lo que quiere decir que la angustia funda aquí el
vínculo pasional". (Assoun, 1993).
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en el campo
pasional
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Acerca de la Teoría
A. En relación
al objeto.
Green (1990) afirma que la intensidad de la pasión y el apego a su objeto
darán la medida de la fuerza de las pulsiones y la naturaleza de la fijación. A semejanza del temprano vínculo madre-hijo, en la relación
pasional el objeto es "único e irreemplazable"; aunque de todos modos,
el desplazamiento ha tenido su lugar ("objeto desplazado y metaforizado").
A nuestro criterio, Green explica el fundamento de la experiencia
pasional y brinda una concepción que permite entender la relación pasional en la vida amorosa ulterior.
La pasión está dirigida siempre hacia un objeto que cumple con determinadas características para el sujeto que la vive. Hay un intenso anhelo
de fusión, recreando un ilusorio estado de plenitud con "ese" y únicamente ese objeto.
La pasión se despliega en una relación especular donde el otro adquiere
las características de un Yo Ideal y es dotado de atributos omnipotentes. En este vínculo, ambos comparten una ilusión: la de completud.
Predomina un narcisismo que ya no es trófico sino consecuencia de una
regresión y retracción libidinal. Conduce a un Yo convertido en Yo Ideal,
grandioso y todopoderoso, que no reconoce los objetos del mundo externo y que en esencia se relaciona consigo mismo. La condición patológica de este narcisismo es resultado de esta doble enajenación: la del
Yo y la de la realidad.
En la relación pasional se constituye un universo con leyes propias,
donde está presente la transgresión. Se hallan privados de toda individualidad o subjetividad. No reconocen la autonomía de uno ni del otro,
no aceptan límites, falta, ni frustración, espera o ausencia del objeto.
B. Lo Pulsional
Piera Aulagnier, (Aulagnier, 1994) en sus consideraciones metapsicológicas acerca de la pasión amorosa, expresa que el objeto y la meta están
catectizados por dos pulsiones que siguen siendo antinómicas y paralelas.
En el encuentro con el cuerpo del otro se produce una fusión momentánea. El sujeto apasionado catectiza el Yo del otro con la intención de
hacerlo capaz de satisfacer la demanda infantil; quiere ser amado y
protegido como lo harían sus padres y que al mismo tiempo, se le proporcione placer sexual.
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Esta demanda, imposible de satisfacer, hace que se produzca una defusión; una parte de la agresividad se desprende de lo sexual y se dirige
al otro o a sí mismo; la agresión está inducida por el rechazo del otro,
por la frustración que se impone.
La pulsión de muerte aprovecha esta decepción ya que la fusión sólo
es posible si Eros halla objetos para catectizar, objetos acordes con la
satisfacción narcisista de ciertos ideales. Es esta imposibilidad la que
deja libre a Tánatos.
La pulsión sexual domina a la pulsión de muerte a través de la ligadura pulsional, que a su vez se fortalece en la relación objetal. Toda
regresión a una fijación a nivel primario favorece la desmezcla pulsional,
esto es, la predominancia de la pulsión de muerte. (Aulagnier, 1994).
En "Más allá del Principio del Placer" (Freud, 1920), se enuncia el principio de Nirvana como una tendencia a la reducción, a la constancia,
a la supresión de la tensión de excitación interna.
"El término 'Nirvana', difundido en Occidente por Schopenhauer, está
tomado de la religión budista en la cual designa la 'extinción' del deseo
humano, la aniquilación de la individualidad que se funde en el alma
colectiva, un estado de quietud y felicidad perfectas". (Laplanche-Pontalis, 1971).
Freud encuentra en él una correspondencia con la noción de pulsión
de muerte. "El principio de Nirvana expresa la tendencia de la pulsión de muerte" (Freud, 1924). Esta idea de quietud, de deseo de fundirse, de borrar lo individual, juega en las fantasías del sujeto apasionado.
El deseo es más allá del principio del placer que regula la meta de
Eros, lo tan ático se presenta en esta búsqueda del goce absoluto.
En tanto que la necesidad del objeto conduce a una dependencia
extrema, existe una alienación del sujeto a su pasión por el objeto. Esto
da cuenta del carácter regresivo, su compulsividad y el ingrediente
masoquista en cuanto al sufrimiento en juego.
Para Freud, toda regresión comporta una desagregación de componentes libidinales, lo que se observa en el papel que adquieren en la relación pasional las manifestaciones pregenitales.
Decimos entonces que se produce una situación en la que Eros va agotando sus posibilidades de ofrecer medios de descarga pulsional y
Tánatos sale al encuentro con variantes teñidas de sufrimiento que
imprimen a la relación un valor altamente erógeno.
El amor pasional es la perpetuación regresionada de un amor a sí mismo, encubierto en un encuentro con el otro. Predominan el despliegue
motor o la acción, probablemente como un intento reiterado y fallido de
erotizar la relación.
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Se trata de una sexualidad dañada en el crucial momento de apuntalamiento que busca una y otra vez, en medio de un despliegue de acción
establecer una ligadura sin lograrla.
Es así que la relación pasional generalmente no arma una historia con
proyección de futuro, no tiene continuidad en el tiempo y cada experiencia se agota en sí misma o quizás más precisamente, en una repetición
de la anterior, a la manera de una compulsión repetitiva que no se
traduce en experiencia.
Pasión, Enamoramiento,
Amor y Sadomasoquismo:
aspectos comparativos
Pasión y Enamoramiento: El enamoramiento,
en su fase inicial, puede
transitar por una etapa pasional. En el pasaje del enamoramiento al
amor es donde encontramos las diferencias.
Se considera al enamoramiento como un estado narcisista y al amor
como objetal. En cambio, resulta más complejo diferenciar enamoramiento y pasión al ser ambos pasibles de ser consideradas relaciones
narcisistas. El siguiente cuadro comparativo muestra las diferencias
entre ambos:
PASION
ENAMORAMIENTO-AMOR
Elección de objeto
Elección narcisista
de objeto
Gradiente que va de elección narcisista a elección
analítica u objetal.
Tipo de vínculo
Grado máximo de indiscriminación en el "apasionado". Grado máximo
de discriminación en
el "prescindente".
(Hiperdiscriminación
defensiva).
Gradiente que va desde la
indiscriminación a la altoridad.
Cualidad del vínculo Vínculo imposible ante
la inaccesibilidad del
objeto.
Posible pasaje del
enamoramiento inicial al
amor, acorde a gradientes
anteriores.
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Modalidad de
funcionamiento
Asimetría intercambiaElección y enamoramiento
ble. Uno elige, el otro se mutuo.
deja elegir. Uno ama, el
otro ama ser amado.
Posicionamiento
Un "apasionado" y un
sujeto "prescindente".
Dos enamorados.
Temporalidad
Relación atemporal.
No hay historia ni
proyecto compartido.
Existe un proyecto aunque
pueda fracasar.
Interjuego
pulsional
Pulsión de muerte ligada durante el apasionamiento. Se defusiona
con la consolidación de
la pasión misma y/o con
el alejamiento del
partenaire, provocando
autodesinvestidura o
agresión hacia el objeto.
Pulsión de muerte ligada.
Si se defusiona, produce
desinvesti-dura del otro y/o
del proyecto.
Mectividad
Uno cree amar en
función del sufrimiento. El otro muestra
distanciamiento emocional.
Amo, por lo tanto siento
placer. Se ama en función
del placer de compartir con
el otro.
Sexualidad
Lo sexual como modo
de poseer y controlar
al otro.
Lo sexual como placer cornpartido.
Tipo de objeto
Para el "apasionado", el
otro es objeto de necesidad y para el "prescindente" objeto de poder.
Básicamente. objeto erótico
(aunque sea transitoriamente)
Amor: La relación amorosa presenta características claramente diferen-
ciables. Podemos mencionar: discriminación sujeto-objeto, reconocimiento de la situación triangular
y aceptación de la castración,
un
funcionamiento acorde al principio de realidad, afectos ambivalentes,
sentimiento de autoestima que no depende exclusivamente del objeto,
reconocimiento de la alteridad, menor idealización en el vínculo (no todo
el Ideal del Yo se coloca en el objeto), autonomía junto a flexibilidad de
roles y funciones y por último, aceptación de la indefensión y muerte.
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Pasión y Relación sadomasoquista: en ambos vínculos está presente la
expectativa de la relación sexual, contienen en su conformación aspectos destructivos y degradantes
de la subjetividad; buscan sostener un
imposible.
Tanto uno como otro intentan afirmar que poseen todo si el objeto está
"ahí". Para conseguirlo, apelan a cualquier recurso, incluso la muerte.
Aunque el vínculo pasional y el perverso pertenezcan en su esencia a
entidades psi cap ato lógicas distintas, debemos señalar que en la pasión
intervienen algunas modalidades similares a la perversión, especialmente por los contenidos sadomasoquistas
que se perciben en el vínculo. El
siguiente cuadro comparativo muestra las diferencias entre ambos:
VINCULO
PASIONAL
VINCULO
SADOMASOQUISTA
Modo de
funcionamiento
Asimetría intercambiable: uno elige y el
otro se deja elegir.
Simetría: Ambos se comprometen en el vínculo.
Mectividad
El sufrimiento o el maltraApasionado: Cree
to como condición del piaamar en función del
cero
sufrimiento.
Prescindente:
Muestra
distanciamiento
emocional.
Temporalidad
Pueden tener una historia
Atemporalidad:
no
hay historia ni proyecto y un proyecto en común.
compartido.
Interjuego
La pulsión de muerte
aparece ligada en el
momento del apasionamiento, luego se
defusiona.
Amalgama entre pulsión
de muerte y libido con predominio tanático.
Posicionamiento
Un apasionado y un
prescindente (con
posible alternancia).
Mayor esterotipia y fijeza.
Tipo de objeto
Apasionado: el otro
está investido por el
ideal proyectado y convertido en un objeto
de necesidad.
El otro es impulsado a la
división subjetiva y converti do en un objeto "fetiche".
Pulsional
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Prescindente: el otro
es un objeto de poder
y dominio.
Sexualidad
El componente sexual
El componente sexual es
está presente pero si no condiciónindispensable.
se realiza se sostiene
con la expectativa
futura.
Mecanismos de
defensa
Identificación proyectiva.
Renegación.
Conflictiva edípica
Relación dual: el tercero no tiene lugar.
Importancia del lugar del
tercero en el vínculo: hay
un intento de desafiarlo.
Campo Pasional
En la pareja pasional se observan distintos aspectos: activo-pasivo, sometedor-sometido, víctima-victimario. Creemos que desde la dinámica
vincular latente estas polaridades quedan relativizadas, existe un interjuego de proyecciones mutuas dentro de un funcionamiento circular,
constituyéndose un espacio que denominamos campo pasional.
Definimos campo como una situación témporoespacial donde se desarrollan una serie de conductas observables que se repiten, sostenidas
por el vínculo, dando una determinada singuralidad a la relación. Entendemos por relación a las múltiples posibilidades de interacción humana.*
Este campo pasional está conformado por:
1. La mirada: Ocupa un lugar de privilegio desde el momento inicial.
El "amor a primera vista" juega un papel muy importante, con carácter
de "evidencia enceguecedora, en contraste con esas otras variantes del
guión amoroso que requieren tiempo y rodeos". (Assoun, 1994).
* El concepto de campo referido a la situación analítica fue desarrollado por Willy y
Madeleine Baranger y definido como "... una situación nueva, ahistórica, recorrida por
líneas de fuerzas que tanto parten de uno de los componentes como del otro". Tomamos
algunos aspectos de su definición.
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Freud(1917) utiliza la expresión coup de foudre referido a lo intelectual, advirtiendo del riesgo de una rápida adhesión al psicoanálisis. Este
"amor a primera vista" aparece como "convicciones súbitas", "conversiones fulminantes" y "repulsiones instantáneas". Para nosotros, "flechazo",
a la manera de una descarga, es también lo que Freud nos traía como
"súbito", "fulminante" e "instantáneo". Alcanza una mirada para que un
sujeto sea embargado; un poderoso atractivo lo ata, lo captura y ya no
puede desviar la mirada. Una paciente decía: "Lo vi y supe que era él.
No me pregunte por qué, no podía sacarle los ojos de encima".
Ella está segura que es "él", certeza, convicción que anula su capacidad de pensar y produce un "enajenamiento erótico", donde no hay
duda ni mediación. Se produce una enorme descarga de afecto en ese
amor a primera vista que genera una total adhesión a ese objeto.
Si este flechazo da lugar a una relación pasional, sabemos que fulmina el pensamiento. Mientras se encuentre bajo este efecto de atracción
irresistible, el sujeto pierde su capacidad racional.
La mirada tiene un lugar importante, no sólo en el primer encuentro,
sino a lo largo de la relación. Una paciente expresó que, luego del encuentro con el hombre que tanto la hacía "desear y sufrir", se llevaba
una imagen de él en sus ojos y esto la mantenía viva para poder esperar el próximo encuentro. En otra ocasión, tras una violenta pelea,
relató que sentía su "mirada llena de odio". La mirada puede llevar
en sí el recuerdo de lo placentero, el odio, una escena detenida o una
acción repetida infinitas veces.
2. La voz: También es de la voz que la pasión se prende. "Sucede que
la pasión se declara en un verdadero flechazo vocal". (Assoun, 1993).
No quiere decir que la voz sea melodiosa o especialmente bella, sino
aquello capaz de despertar en el sujeto "algo" que será sostén de su propia existencia. Podría decirse que es de esa voz que el sujeto queda
capturado, voz como objeto parcial que luego se desplaza al otro en toda
su persona. Primera mirada, primera voz en el lenguaje amoroso, el
"quiero verte", "necesito escucharte".
Una paciente relató: "Llamo por teléfono sólo para escuchar su voz y
luego corto. Sólo así puedo dormirme; es como un somnífero para mí".
El bebé viene al mundo con una gran sensibilidad perceptiva a la voz
humana y con una capacidad sorprendente para reconocer la voz maternal. Esa voz calma al bebé y él ama la voz de su madre mucho antes
de amarla a ella toda.
Escenas: Generalmente fugaces y de alto contenido erótico, pueden
o no acompañarse de actividad sexual. Se da predominantemente en el
inicio de la relación, cuando todavía Eros tiene fuerza pulsional y la
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pareja puede lograr encuentros jubilosos y creativos a pesar de su fragilidad. El fantaseo es aún intenso.
4. Actos: A medida que lo deseado no ocurre, la espera se torna en
angustia, las expectativas no cumplidas en cada encuentro resultan intolerables y Tánatos va ganando terreno. Es en este tiempo donde están
dadas las condiciones para un desenlace trágico. Falla el fantaseo y surge
el acto. La pasión siempre implica acción, es escena actuada, es puesta
en acto. No es discursivo, no hay reflexión, es del orden del hacer, de
la pulsión en juego. Desde el primer momento, en las miradas, en las
voces, en el primer encuentro, la pasión tiene toda esa fuerza que, de
un modo arrasador, desencadenará la aventura pasional.
5. Atracción sexual: Estado de insaciabilidad
con respecto al placer
sexual, que incluye la fantasía de apoderamiento a través de la relación sexual. El intercambio es agresivo, el contacto compulsivo, la "sexualidad adictiva" (Me Dougall, 1993), los componentes sadomasoquistas
están siempre presentes. La posesión del otro es a través de una suerte
de "todo vale" y desde esa posición regresiva las pulsiones pregenitales
están a la orden del día. Existe una prevalencia de lo pulsional que
se actúa en exceso; un plus, un "más allá", un poner en juego las pulsiones en bruto.
6. Violencia: El odio surge frente a la demanda no satisfecha en esta
posición narcisista. Los actos no pueden dejar de presentarse sin violencia, componente insoslayable en el campo pasional y que se da como
respuesta a la frustración.
"Hablar de pasión impide ignorar uno de sus componentes esenciales:
la violencia. Violencia que ya a veces se expresa incluso contra uno
mismo y entonces se desea morir ..." (Ollier - de Sagastizabal, 1994).
Otras veces el odio y la violencia se dirigen hacia el otro. Aparece
entonces la venganza como uno de los recursos para ponerse en acción,
y buscar castigarlo para reparar así, ilusoriamente, la injuria o el daño
recibido. Los sentimientos son intensos: amor loco, odio mortífero, indiferencia abismal. La venganza canaliza la violencia y entra en juego
como Ley del Talión. Es un modo que instrumenta el que se siente
víctima para invertir la posición y ubicarse como victimario.
7. La amenaza de un desenlace: siempre está presente, ya sea como: al
Un hecho a ocurrir, "algo va a pasar". Aunque no suceda siempre se
teme; es corpóreo como el acto.
b) Una intimidación al otro como posibilidad del abandono. Produce
angustia y sufrimiento por miedo a perder el objeto que se ha tornado
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imprescindible. Es la "amenaza de un desenlace" en un doble sentido:
- Acto final: momento de cierre, un "no va más".
- Es la ruptura de un enlace.
Ambos significados refieren a una defusión en la que se advierte el
despliegue de Tánatos.
La mirada, la voz, las escenas, los actos, la atracción sexual, la violencia y la amenaza de un desenlace, conforman el conjunto de elementos
presentes en el "campo pasional". Sus articulaciones, y no cada una de
ellas por separado, constituyen este espacio conformado por dos sujetos
en un vínculo singular.
Los aspectos individuales (activo-pasivo, sometedor-sometido, víctimavictimario) prestan elementos a los interjuegos, pero el resultado final
no es una sumatoria; es una articulación que da lugar al vínculo, y constituye el campo.
En sus orígenes ...
Connotada de este modo, la pasión marca el estigma de un trágico destino y un desenlace signado por un estado de servidumbre, aunque
quizás las cosas no se presenten siempre de ese modo.
En sus orígenes, en el "primer encuentro" podríamos decir que el ser
humano establece una relación a modo pasional, sin ninguna otra posibilidad: objeto de necesidad, objeto de placer, dependencia absoluta,
incondicionalidad, relación especular. Momento necesario en la constitución del sujeto. De ese encuentro "pasional", según pueda atravesarse y desasirse, quedará o no expuesto a este tipo de ligazón.
Si se ha producido un déficit, una marca, una injuria narcisista por
falta de respuesta del objeto, quedará como algo enquistado y abierta
la posibilidad de repetirse en un intento de hallar "ese objeto maravilloso" con el que fusionarse. Podría entonces ser éste uno de los destinos posibles en los sujetos signados por una fragilidad narcisista. Por
el contrario, de esa estrecha relación, si se produjo un logrado investímiento libidinal, quedará inscripta como una capacidad amorosa, como
un capital a desplegarse en un interjuego erotizado en su relación con
el mundo.
Una experiencia inicial de "carácter apasionado" dejará como saldo una
capacidad que, en su posibilidad de ligarse en su componente vital, hará
espacio al encuentro de diferentes tipos de relaciones intensas y placenteras.
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Antar y otros
Consideraciones
finales
Nuestro propósito en este trabajo ha sido investigar una particular temática de la relación amorosa y delimitar su especificidad en el marco
de las interacciones vinculares.
Hemos destacado que los sujetos implicados participan de una elección y de un tipo especial de relación narcisista. Si bien es frecuente
observar que uno aparece como el "apasionado" mientras que el otro se
conduce como "prescindente", entendemos que existe un funcionamiento circular e incluso intercambiable, donde ambos se necesitan mutuamente y comparten una misma ilusión de completud.
Sugerimos la hipótesis de un fallido encuentro entre el bebé y la madre
en la temprana constitución de su psiquismo, marca que dejará la huella
de una herida narcisista con consecuencias variables en la disposición
del sujeto para desplegar su capacidad amorosa.
Si bien toda relación pasional admite aspectos sadomasoquistas, la
diferenciamos de la estructura perversa masoquista. Asimismo, intentamos distinguir la pasión del enamoramiento y el amor. Algunos cuadros comparativos dan cuenta de ello.
El estudio de la pasión aplicado a las relaciones vinculares nos lleva
a un conjunto de observables que conforman un espacio específico. Cada
uno de estos observables, no tendría, por sí mismo, fuerza suficiente para
darle singularidad, pero sí todos o varios de ellos articulados otorgarían su especificidad. A este conjunto de observables lo hemos denominado campo pasional porque describe la constancia de un espacio en
sus múltiples posibilidades de interacción amorosa. Sus características
son: 1) la mirada, 2) la voz, 3) escenas, 4) actos, 5) atracción sexual, 6)
violencia y 7) la amenaza de un desenlace.
Consideramos que el concepto de campo pasional es un aporte al abordaje clínico psicoanalítico tanto individual como de pareja.
Aún cuando la pasión comporta un potencial riesgo destructivo, no deja
de ser cierto que también están presentes las tendencias libidinales.
Dicho de otro modo, en un proceso pasional el final no está escrito.
Resumen
Nuestro propósito en este trabajo ha sido investigar la relación amorosa pasional y delimitar su especificidad, como una entidad con características propias en el marco de
las interacciones vinculares.
Hemos destacado que los sujetos implicados participan de una elección y de un tipo
especial de relación narcisista. Si bien es frecuente observar que uno aparece como el
Vincularidad
en el campo pasional
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"apasionado" mientras que el otro se conduce como "prescindente", entendemos que
existe un funcionamiento circular e incluso intercambiable, donde ambos se necesitan
mutuamente y comparten una misma ilusión de completud.
Sugerimos la hipótesis de un fallido encuentro entre el bebé y la madre en la temprana constitución de su psiquismo, marca que dejará la huella de una herida narcisista
con consecuencias variables en la disposición del sujeto para desplegar su capacidad
amorosa.
Si bien toda relación pasional admite aspectos sadomasoquistas, la diferenciamos de
la estructura perversa masoquista.
El estudio de la pasión aplicado a las relaciones vinculares nos lleva a un conjunto
de observables que conforman un campo específico. Cada uno de estos observables no
tendría, por sí mismo, fuerza suficiente para darle singularidad, pero sí todos o varios
de ellos articulados otorgarían su especificidad. A este conjunto de observables lo hemos
denominado campo pasional porque describiría la constancia de un espacio en sus
múltiples posibilidades de interacción amorosa. Sus características son: la mirada, la
voz, las escenas, actos, atracción sexual, violencia y la amenaza de un desenlace.
DESCRIPTORES: PASION / VINCULO / ENAMORAMIENTO
/ SADISMO-MASOQUISMO
Summary
BONDS
IN THE FIELD OF PASSIONS
The aim of this paper is to research into passion and define its specific nature as an
entity with its own characteristics within interaction in human bonds.
We underscore the fact that the subjects involved partake of a choice and a certain
type of narcissistic relationship. Although it is often observed that one of the two is
"impassioned" while the other behaves dispassionately so to say, we understand that
there is a circular, or even exchangeable pattern of behaviour between the two where
both need each other and share the same illusion of completeness.
We hypothesize the existence of an unsuccessful encounter between a baby and its
mother in the early constitution of the psyche, whose mark shall leave the traces of
a narcissistic injury, which has variable consequences upon the subject's disposition to
develop his or her capacity to love.
Although every passionate relationship includes masochistic aspects, we draw a line
between passionate relationships and the perverse masochistic structures.
The study of passion as applied to bonds has led us to find a set of observable facts
that make up a specific field. Each one ofthese observable facts seems to lack sufficient
force in itself to make this kind of relationship unique, yet when all or several of these
features hinge upon each other, they render this kind of relationship unique. We cal!
this set of observable factors "the field of passion" beca use it seems to describe the continuity of a space in its manifold potential forms of amorous interaction. Its characteristics are: the regard, the voice, scenes, actions, sexual attraction, violence and the
threat of its coming to an end.
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