El Abrazo como terapia - Arquidiócesis de Mérida

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En Familia
El Abrazo como terapia
El Departamento de Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Venezolana ha
venido lanzando la campaña del “Abrazo en Familia” durante diez y ocho años
consecutivos, trabajando incansablemente en todos los rincones del país, para hacer
sentir la necesidad vital que tenemos todos los seres humanos de amar y sentirnos
amados de verdad, y el abrazo contiene un carga de afectos y sentimientos de tal
magnitud, que sería imposible expresarlos con palabras. Actualmente, se ha estado
empleando insistentemente el término “Abrazoterapia”, el cual se le atribuye a Kathleen
Keating quien escribió un libro titulado “Abrázame” (ED. Javier Vergara), de lectura
muy agradable por su alto contenido de humor y calidez, en un singular enfoque de este
tema.
El fundamento científico de la abrazoterapia se pone de manifiesto en el gesto de la
madre al cargar a su hijo y, así como en el momento del parto o de la lactancia, el
cerebro del bebé empieza a producir la oxitocina (hormona del apego), sintiéndose
seguro y bien protegido. Ahora bien, el abrazo también estimula la segregación de
endorfinas como la serotonina y dopamina que son las responsables de crear
sensaciones de bienestar, sedación, armonía, plenitud, reduce la presión arterial, la
ansiedad, el estrés y la depresión. La terapia del abrazo se usó por primera vez con niños
autistas en los años 50´s y, comprobado su éxito, se aplicó con resultados positivos en
niños con apego severo causado por el abandono físico o emocional, o por el cambio
continuo de cuidadores. Kathleen Keating, explica que los abrazos ayudan no solo a
sentirnos bien, sino también favorece el buen desarrollo de la inteligencia en los niños, a
superar los miedos y es un factor anti-envejecimiento. Además, puede disminuir el
apetito, combatir el insomnio y alentar el altruismo y la autoestima.
Los expertos recomiendan de cuatro a doce abrazos diarios para contribuir de manera
significativa a la salud de las personas.
Uno de los testimonios más conmovedores que he conocido acerca del abrazo, es el
descrito en un artículo denominado “El Abrazo del Rescate” el cual narra el nacimiento
de un par de gemelos que fueron introducidos en incubadoras diferentes y sin aparente
posibilidad se salvarse. Una enfermera los puso juntos en contra de las normas del
hospital. El bebé más sano “abrazó a su hermanita”. El ritmo cardíaco de la bebé se
estabilizó y su temperatura se normalizó. Ambos recién nacidos sobrevivieron y las
normas del hospital fueron cambiadas después de ver el efecto que produjo el estar
juntos los bebés.
Pese a todos estos beneficios, hemos desplazado esta hermosa expresión a ciertos
momentos muy específicos, como el abrazo año nuevo, aniversarios o como una pose
social para “tomarnos la foto”. Y en el peor de los casos, lo negamos a nuestros
semejantes por diferencias políticas o de otra índole, que hemos convertido en muros
infranqueables y que nos separan inexplicablemente. El abrazo es una actitud, una
posición, una filosofía ante la vida. Es un maravilloso lenguaje que no conoce las
barreras de los idiomas. Es una lástima desperdiciar de esta forma un gesto que debería
ser de permanente entrega. No se trata de salir ahora, como desquiciados, a abrazar a
todos los que nos encontremos, si no de regalarnos y regalar todos estos beneficios a las
personas de nuestro entorno –familiares, amigos, vecinos- y demostrarles que los
apreciamos.
Pienso que por encima de todas estas prerrogativas que nos ofrece el abrazo, está el gran
valor espiritual que significa el poder transmitir los más hermosos afectos y
sentimientos a quienes amamos.
Jesús nos da, categóricamente, un mandamiento nuevo: “Ustedes deben amarse unos a
otros como yo los he amado” (Juan 13,34). Descubramos en el abrazo una de las
formas más expeditas de cumplir con este mandamiento y así, acercarnos más a Él y a
nuestros semejantes.
No hay tiempo que perder…
¡Brazos a la obra!
Franklin Hernández
Agente de Pastoral Familiar
Arquidiócesis de Mérida
Correo:[email protected]
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