La sala de Música Tradicional del museo se encuentra situada en la tercera planta de casa Batanero, a continuación de la sección específicamente dedicada al Dance de Yebra de Basa. Esta sala cuenta con ocho vitrinas y alrededor de un centenar de instrumentos procedentes de ambas vertientes del pirineo, prestando especial atención al patrimonio musical del Viejo Aragón1. Se complementa con abundante y variado material gráfico: viejas partituras manuscritas, cartelería de época, fotografía antigua, cantos religiosos impresos, etc. Como podrá constatar el visitante de este departamento del museo, la música popular y sus instrumentos asociados son una de las mejores evidencias de los intensos lazos culturales que ligan a las gentes de estas montañas pirenaicas. A tal efecto, un mapa con las provincias históricas ayuda a comprender la procedencia de las distintas piezas representadas. 1 En el museo hay tres salas dedicadas a sendos personajes ilustres, todos ellos hoy ya fallecidos: la biblioteca al sacerdote y etnólogo Rafael Andolz, la de religiosidad popular al profesor de la Universidad de Zaragoza Antonio Beltrán Martínez y la de música popular al antropólogo Julio Caro Baroja, quien visitó el museo en 1980 (su familia donó en 1995 ex profeso para esta sala un dibujo titulado “Posada navarra” realizado por D. Julio años antes; hoy podemos contemplarlo junto a las vitrinas de violines y acordeones). En la sala del “Dance de Yebra de Basa” podemos encontrar un maniquí que porta la indumentaria propia de estos bailadores (traje de calzón, pañuelos de seda atados al hombro y en la cintura, palos de senera –guillomo– y un multicolor sombrero tipo Sástago adornado con abundantes cintas y flores), una reproducción de los instrumentos musicales propios del dance realizada por el artesano José Cuquet (en su acepción local chiflo –flauta de tres agujeros– y salterio –tambor de cuerdas pirenaico–) y una buena colección de imágenes originales a gran tamaño realizadas por el fotógrafo francés André Moliner que recogen distintos momentos de la interpretación de este conocido y prestigiado baile en el puerto de Santa Orosia todos los 25 de junio. Cada una de las vitrinas de nuestra sala está dedicada a un grupo de instrumentos afines, apoyándose en los criterios de clasificación organológica más ampliamente aceptados por la etnomusicología actual. Así, tenemos una vitrina dedicada a los violines, otra a los acordeones, otra a las gaitas, otra a las flautas y oboes, otra a los instrumentos de percusión, dos a la rondalla y por último, una dedicada a la música religiosa. Veamos a continuación, de forma somera, qué podemos encontrar en cada una de ellas: Percusión: rica y variadísima muestra de “idiófonos”: castañuelas, pitos – pequeñas castañuelas de pulgar–, hierros, cascabillos, panderos, panderetas, palos y espedos de danzante... y casi cualquier cosa que permita marcar el ritmo de la música. Violines: en esta vitrina hay dos violines antiguos, un molde para construir nuevos instrumentos y, destacando, algunas partituras manuscritas de los afamados “Violinistas de Acumer”, músicos locales que corrieron toda esta montaña en las primeras décadas del siglo XX con sus músicas de baile y de ronda. Acordeones: colección completa en la que podemos observar varios ejemplares de antiguos acordeones diatónicos (de una y dos hileras), y también cromáticos tanto de teclas –de piano– como de botones. Gaitas: vitrina muy interesante en la que hay una reproducción completa de una gaita de boto aragonesa y de un sac de gemecs catalán. Algunas piezas antiguas originales que aquí se pueden observar son referencia obligada para los investigadores, como el clarín procedente de Santa Justa y la bordoneta de La Muera (ambas localidades en Sobrarbe); ésta última pieza probaría, a ojos de los estudiosos, la existencia de un subtipo pirenaico de gaita de boto aragonesa que utilizaría en este pequeño bordón caña doble en lugar de sencilla para emitir su nota pedal. Flautas y oboes: aquí encontramos una amplia y variada colección de instrumentos de viento presentados de forma muy didáctica que permite constatar las grandes similitudes entre las piezas procedentes de distintas regiones del pirineo. Destaca una completa muestra de flautas de tres agujeros y la reproducción en nogal del antiguo tambor de cuerdas (salterio) de Yebra de Basa realizada por el artesano local Vicente Martínez. Rondalla: dos son las vitrinas dedicadas a los instrumentos clásicos de la rondalla (bandurrias, laúdes, mandolinas y guitarras). Excelentes y variadas piezas que se complementan con las partituras manuscritas de los reconocidos músicos serrableses Antonio Aso Artero y Mariano Laborda Lardiés, quienes dominando guitarra y violín amenizaron las fiestas de los pueblos de nuestra comarca durante los años cincuenta del pasado siglo. Música religiosa: contiene instrumentos propios de la semana santa (matracas, tabletas y carraclas), documentos originales de los Gozos a la Virgen de Ubieto y a la Virgen de la Cueva y, por último y más destacado, una caracola que era utilizada a modo de altavoz por el más avezado cantador del coro masculino durante las celebraciones religiosas. Museo Á. Orensanz (El Puente de Sabiñánigo) LA PIEZA DEL MES: MÚSICA TRADICIONAL DEL PIRINEO: instrumentos de percusión (Del 1 de enero al 29 de febrero de 2016) BIBLIOGRAFIA Imprescindibles para conocer en profundidad las músicas tradicionales del Viejo Aragón son los CD´s publicados por el sello madrileño Tecnosaga “El Viejo Aragón” (Álvaro de la Torre, 1998), “El tambor de cuerdas de los Pirineos” (Álvaro de la Torre, 1999) y “Palotiaus del Viejo Aragón” (Enrique Bayona, José Ángel Gracia, A. Javier Lacasta y Luis Salesa, 2002), todos ellos dentro de la colección “La tradición musical en España”. La Pieza del Mes es un programa que tiene por objetivo destacar piezas singulares de la colección estable del museo, profundizando en el conocimiento histórico, etnológico y material de las mismas.