I. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve

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TERCER PROGRAMA DE TRABAJO DECENTE POR PAÍS PARA ARGENTINA
PERÍODO 2012 A 2015
I.
INTRODUCCIÓN
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve oportunidades para que
mujeres y hombres consigan un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad,
igualdad, seguridad y dignidad humana. Su misión es promover la justicia social como
base para lograr una paz universal y duradera. Este cometido ha sido reafirmado en
2008 en la Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa.
Concordantemente, el 5 de julio de 2012, el Gobierno argentino, representado por el
Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; los representantes de las
organizaciones de empleadores y de trabajadores ante el Consejo de Administración de
la OIT y el Director de la Oficina de País de la OIT firmaron un Memorandum de
Entendimiento en el que manifiestan su decisión de ejecutar el Tercer Programa de
Trabajo Decente por País (3° PTDP) para Argentina durante el período 2012 a 2015 y
encomiendan su coordinación a la Oficina de País de la OIT.
La OIT se compromete a apoyarlo con asistencia técnica a ser provista por la Oficina de
País, los Equipos de Trabajo Decente en las Américas, los servicios técnicos en Ginebra y
el Centro Internacional de Formación, según corresponda, en función de la
disponibilidad de recursos. Convertir los productos que se obtengan en resultados
concretos requiere del compromiso y la participación activa de los mandantes y de las
instituciones beneficiarias.
II.
CONTEXTO DE PAÍS
El Gobierno argentino ha manifestado en numerosas oportunidades y al más alto nivel
político su compromiso con el “crecimiento con inclusión y justicia social”, que centra el
empleo decente como eje importante de la estrategia de desarrollo nacional y de la
articulación entre las políticas macroeconómicas, financieras, monetarias y comerciales
con las laborales y sociales.
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II.1 Situación económica y socio-laboral
Argentina ingresó al nuevo milenio sumida en una de las peores crisis de su historia: la
denominada Crisis de la Convertibilidad, que se inició en 1999 e hizo eclosión en 20012002. En este cuatrienio, el Producto Bruto Interno (PBI) acumuló una caída del 18,4%.
El magro desempeño del mercado de trabajo, se vio reflejado en un aumento del
desempleo y la informalidad laboral, lo que a su vez afectó la cobertura de los seguros
sociales. Esto, sumado a la reducción en la actividad económica, provocó un profundo
deterioro de la mayoría de los indicadores sociales. Con el abandono de la
Convertibilidad y luego de una corta etapa de transición entre este modelo y la crisis de
2002, se estableció un nuevo esquema macroeconómico orientado a favorecer la
producción y el empleo.
En este contexto, entre 2003 y 2011, el PBI creció a una tasa promedio del 7,8%, a pesar
de la desaceleración registrada en 2009 producto de la crisis financiera internacional y
de la importante sequía que afectó al sector agropecuario. El crecimiento económico fue
acompañado por superávits fiscal y de cuenta corriente. Ello, sumado a la recuperación
de la política monetaria (al haberse abandonado la convertibilidad), otorgó mayor
margen de maniobra a las políticas públicas.
El mayor dinamismo de la actividad económica reactivó el mercado de trabajo. Entre
2003 y 2011 la tasa de desempleo cayó del 16,1% al 6,7% y la tasa de empleo aumentó
más de 4 puntos porcentuales, alcanzando el 43,0% en 2011. Este incremento del empleo
estuvo motorizado en particular por el empleo formal en relación de dependencia. A su
vez, al actuar el trabajo como articulador entre la esfera económica y la social, tuvo un
gran impacto en la mejora de las condiciones de vida de la población. Mejoraron los
indicadores de pobreza y distribución del ingreso, ubicándose en niveles inferiores a los
registrados antes de la crisis de 2001. También contribuyó a estos resultados la mayor
inversión social por parte del Estado.
En este período, las políticas macroeconómicas se articularon con las políticas sociales y
laborales para favorecer la generación de trabajo decente, el que a su vez fue instalado
en la agenda de políticas públicas como el núcleo central para el crecimiento, la inclusión
social y la gobernanza democrática.
Luego de once años de inactividad, en 2004 se relanzó el Consejo Nacional del Empleo, la
Productividad y el Salario Mínimo Vital y Móvil, a través del cual se actualiza el salario
mínimo. Ese mismo año, la sanción de la Ley de Ordenamiento Laboral (Ley N° 25.877)
dio mayor impulso a la negociación colectiva, transformándola en una pieza
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fundamental para la determinación de los salarios. Junto con el salario mínimo, es un
instrumento clave para mejorar la distribución del ingreso.
Con la puesta en marcha del Plan Nacional de Regularización del Trabajo en 2003 se
reconstruyó la capacidad institucional del Ministerio de Trabajo de la Nación para combatir
el trabajo no registrado. Al incremento de la capacidad inspectora se agregó la articulación
con otras instituciones clave del Estado nacional, como la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP), la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) y la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), y con los gobiernos provinciales.
Una vez estabilizada la economía, se fortalecieron las intervenciones destinadas a la
activación y la mejora de la empleabilidad de aquellos trabajadores con problemas de
empleo. Se crearon la Red de Servicios de Empleo, la Red de Formación Continua y un
conjunto de programas de sostenimiento del empleo y de ocupación transitoria, como el
Seguro de Capacitación y Empleo. Resaltan asimismo, el Programa de Recuperación
Productiva (REPRO), como instrumento de protección y sostenimiento del empleo en el
contexto de la crisis financiera internacional, y las reducciones temporales en los aportes
patronales a la seguridad social, como mecanismo de promoción a la generación de empleo.
Para los jóvenes, el gobierno impulsó diversas iniciativas entre las que destaca el
Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo, que combina una transferencia de ingreso
con acciones de mejora de la empleabilidad (principalmente a través de la terminalidad
educativa). Asimismo, existe una incipiente pero sostenida línea de apoyo a la iniciativa
empresarial juvenil y recientes revisiones normativas sobre los contratos de aprendizaje
laboral o “pasantías educativas”.
En materia de protección social, se avanzó en la extensión de la cobertura. En 2005 se
implementaron políticas de inclusión previsional que permitieron elevar la cobertura
entre los adultos mayores. En 2009 se extendieron las prestaciones por hijo del sistema
de seguridad social a trabajadores desocupados, de la economía informal, del servicio
doméstico y monotributistas sociales a través de la creación de la Asignación Universal
por Hijo (AUH) para la Protección Social (luego se extendió la cobertura a mujeres
embarazadas a partir del tercer mes de gestación con la denominada Asignación por
Embarazo). Asimismo, se amplió la cobertura de las pensiones no contributivas para
madre con 7 o más hijos y por invalidez.
Argentina cuenta actualmente con una protección social desarrollada que ha contribuido
a mejorar el bienestar de la población. Los datos de cobertura de los programas de
transferencias muestran indicadores alentadores: al menos un 80% de los niños, niñas y
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adolescentes tienen cobertura de prestaciones por asignación familiar o deducción fiscal
en el impuesto a las ganancias, alrededor de un 90% de los adultos mayores de 65 años
reciben una prestación de jubilación o pensión y al menos 650 mil personas en edad de
trabajar están cubiertas por programas del gobierno nacional para atender situaciones
de desempleo, dificultades de inserción laboral o riesgo de pérdida del empleo.
Estas acciones, sumadas a otras políticas sectoriales en materia de salud, educación y
empleo, significaron importantes avances hacia la consolidación de un Piso de
Protección Social, en línea con la reciente Recomendación de la OIT (núm. 202).
Las acciones en materia de seguridad y salud en el trabajo (SST) desarrolladas durante
los últimos años dan muestra del compromiso político en la materia. Con la aprobación
de la “Estrategia Argentina de Salud y Seguridad en el Trabajo 2011-2015”, Argentina se
propuso objetivos específicos en materia de SST. Esta Estrategia, elaborada en consenso
con los actores sociales, fue precedida de una propuesta de política nacional de SST.
II.2 Legislación laboral y diálogo social
En 2011, declarado el “Año del Trabajo Decente, la Salud y Seguridad en el Trabajo”, se
adoptaron los Convenios sobre norma mínima de seguridad social (núm.102), seguridad
y salud de los trabajadores (núm.155), marco promocional para la seguridad y salud en
el trabajo (núm.187) y trabajo en el sector pesquero (núm.188), quedando pendiente el
depósito de los respectivos instrumentos de ratificación ante la OIT, a excepción del
C.188. Además, se sancionaron diversas normas para los trabajadores a domicilio.
Por otra parte, en diciembre de 2011, el Congreso de la Nación aprobó un nuevo
Régimen de Trabajo Agrario (Ley N° 26.727) y, desde 2010, tiene en tratamiento varios
proyectos de ley referidos al régimen de trabajo del personal de casas particulares.
En 2006, mediante la Ley N° 26.206, se extendió a 13 años la educación obligatoria,
estableciendo la obligatoriedad de la educación secundaria, y en 2008 la Ley de
Prohibición del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente (Ley N° 26.390)
elevó a 16 años la edad mínima de empleo, explicitando además las condiciones de
protección para el trabajo adolescente. Existen actualmente varios proyectos de ley para
tipificar como delito penal la contratación de niños.
Se han observado, asimismo, importantes transformaciones en las respuestas sociales
hacia el trabajo infantil, coherentes con los objetivos propuestos por el Gobierno en los
Planes Nacionales 2006-2010 y 2011-2015. Las distintas iniciativas de articulación
gubernamental y con organizaciones de empleadores y de trabajadores, en su mayoría
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se distinguen por el enfoque intersectorial, lo que implica un verdadero ejercicio de
diálogo social. Un ejemplo de ello, es la existencia de las Comisiones provinciales para la
erradicación del trabajo infantil (COPRETI) que se han constituido en referentes locales
del tema y como ámbitos para su abordaje.
En 2008 se sancionó la Ley de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia
a sus Víctimas (Ley N° 26.364). Se estableció un protocolo de actuación de las fuerzas
federales para el rescate de víctimas de trata de personas y se crearon el Sistema
Integrado de Información Criminal del Delito de Trata de Personas (SiSTrata) en el
ámbito del Ministerio de Seguridad de la Nación y la Oficina de Monitoreo de Publicación
de Avisos de Oferta de Comercio Sexual. Simultáneamente, se incrementó la cantidad de
inspecciones laborales, en conformidad con las observaciones formuladas por el Comité
de Expertos en la Aplicación de Convenios y Recomendaciones (CEACR) de la OIT.
La política migratoria argentina experimentó también avances importantes durante los
últimos años. La Ley de Migraciones (Ley N° 25.871 de 2004), la ratificación de la
Convención de Naciones Unidas para trabajadores migrantes y los acuerdos del
Mercosur sobre residencia migratoria conforman un nuevo paradigma de normas con
un enfoque de respeto a los derechos humanos. La normalización documentaria de los
trabajadores migrantes, en un contexto de crecimiento del empleo, ha tenido impacto en
el empleo registrado y en la formalización laboral dado que anteriormente estos
trabajadores residían en el país de manera ilegal.
Finalmente, es de destacar la experiencia de diálogo social desarrollada en el marco de
las relaciones laborales en Argentina en el período 2003-2011. Esta ha tenido incidencia
en las políticas económicas y de ingresos (por ejemplo, la negociación colectiva; el
Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo Vital y Móvil; la
Comisión Nacional de Trabajo Agrario; la Paritaria Nacional Docente) y en temas
relevantes de igualdad y equidad social (tales como los Consejos Sectoriales de
Formación Profesional; la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil y
la Comisión para el Trabajo con Igualdad de Oportunidades).
El Estado ha tenido un rol protagónico en la organización y respaldo del proceso de
concertación, tanto al nivel de las políticas económicas y sociales expansivas y
redistributivas y la recuperación de las capacidades de negociación de los sindicatos,
cuanto al protagonismo del MTESS como ámbito promotor y coordinador de los
institutos tripartitos. Todo ello ha generado un clima favorable al intercambio entre los
actores productivos en condiciones de un nuevo equilibrio.
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II.3 Compromisos internacionales
Como Estado Miembro del Mercosur, el Gobierno argentino ha asumido una serie de
compromisos a nivel internacional entre los que destaca la Segunda Declaración
Presidencial sobre Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en el Mercosur (junio
de 2012) y la elaboración de un Plan Regional de Empleo Juvenil, en el marco de la
Estrategia Mercosur de Crecimiento del Empleo, incorporando como prioridad el acceso
de los jóvenes a empleos de calidad.
Por su parte, los gobiernos de Argentina y Brasil han sido actores clave en la incorporación
de la OIT al G-20 y en el posicionamiento de una agenda laboral en este ámbito. En la
primera Cumbre de Ministros de Trabajo y Empleo del G-20 (Washington, 2010), Argentina
propuso conjuntamente con la OIT promover más explícitamente la inclusión de los
objetivos de empleo entre los de política macroeconómica. Nuevamente en 2012, durante la
Presidencia mexicana, se ratificó el compromiso de poner el empleo en el centro de las
políticas para recuperar el crecimiento y se estableció un Grupo de Trabajo sobre Empleo,
con participación de los organismos internacionales. Este tema fue discutido asimismo en
las reuniones del B-20 y del L-20 durante la Presidencia de Francia (2011).
Asimismo, Argentina ha sido país piloto del Pacto Mundial para el Empleo (PME) en
2010-2011. Los ejes estratégicos definidos tripartitamente en el contexto de crisis
priorizaron lo acordado en el 2° PTDP 2008-2011, ratificándolo como instrumento
principal de programación con la OIT: globalización, macroeconomía y empleo;
distribución del ingreso; empresas sostenibles, empleo y productividad; profundización
del diálogo social; e inclusión sociolaboral de los jóvenes –como eje transversal–.
En la IV Cumbre de las Américas de la Organización de los Estados Americanos (2005) se
adoptaron una serie de acuerdos en materia de creación de empleos y fortalecimiento de
la gobernabilidad democrática. Los Jefes de Estado definieron acciones para promover el
desarrollo a través de la generación de empleo, alentando la cooperación entre los
gobiernos, fomentando el diálogo social incluyente y promoviendo las inversiones en
áreas clave para la creación de empleos.
Por último, Argentina afirmó en 2003 su compromiso con los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM)1 y sumó un ODM adicional para el país Promover el trabajo decente, con
indicadores sobre el mercado de trabajo y la protección social. El Sistema de Naciones
Unidas en Argentina acordó con el Gobierno nacional en 2009 el Marco de Asistencia de
Objetivos de Desarrollo del Milenio. Argentina: la oportunidad para su reencuentro. Naciones Unidas,
2003. 63p. http://www.politicassociales.gov.ar/odm/PDF/InformePais2003.pdf
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Naciones Unidas para el Desarrollo (MANUD) 2010-2014, como catalizador de los
esfuerzos para planificar e implementar políticas tendientes al logro de los ODM en 2015.
II.4 Desafíos estratégicos y perspectivas
Argentina ha logrado avances importantes en los objetivos estratégicos a través de los
cuales se plasma el trabajo decente: promover el empleo productivo; ampliar la
protección social; alentar el respeto por los derechos fundamentales en el trabajo, y
fomentar el diálogo social y el tripartismo. Estos avances en la última década se explican
en gran parte por un conjunto de políticas y programas desarrollados desde el Estado,
con el acompañamiento de los actores sociales, en un contexto global generalmente
favorable para el país.
Sin embargo, persisten diversas problemáticas socio-laborales que demandan mayores
esfuerzos desde el Estado y los actores sociales y que deben ser enfrentadas a través de
la implementación de políticas públicas de amplio alcance.
Por otra parte, desde el estallido de la crisis financiera internacional de 2008-2009, las
perspectivas económicas a escala global se han modificado producto de la incertidumbre
acerca del comportamiento futuro de las economías desarrolladas y la posible
desaceleración en el ritmo de crecimiento de las principales economías emergentes. De
este modo, el riesgo de una nueva crisis y las perspectivas sobre el margen de maniobra
para sortear una situación similar a la de 2009 afectan el desempeño de la economía local.
En este contexto, el trabajo decente se transforma en un objetivo de las intervenciones
para el desarrollo y también en la respuesta a las situaciones de crisis.
A partir del análisis precedente de los avances logrados y de los problemas pendientes, los
mandantes argentinos han acordado otorgar prioridad, en el marco del 3º PTPD, al
abordaje de los desafíos que a continuación se presentan: mejorar la calidad del empleo,
reducir la precariedad e informalidad laboral y el empleo no registrado; mejorar las
condiciones de empleabilidad y el acceso a puestos de trabajo (prestando especial
atención a aquellos grupos con mayores déficits de trabajo decente); mejorar la
distribución del ingreso y reducir las asimetrías regionales; consolidar la extensión de la
cobertura de la protección social; promover la cultura de la prevención de los riesgos del
trabajo; prevenir y erradicar el trabajo infantil; combatir el trabajo forzoso; propender a la
igualdad de género y de oportunidades; y, fortalecer el diálogo social institucionalizado.
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En primer lugar, la creación de empleo de calidad es clave para avanzar en la reducción
del trabajo no registrado, que alcanza aproximadamente al 32% del empleo asalariado.
Algunas características del fenómeno de la informalidad en Argentina y la elevada
rotación entre empleos precarios, desempleo e inactividad, dificultan el alcance de las
políticas vigentes.
En el actual contexto de ralentización de la economía es fundamental diseñar estrategias
que coadyuven a la implementación de políticas integradas para el trabajo decente que
permitan ampliar la cobertura de las políticas laborales, mejorar la calidad del empleo,
adaptar los programas de formación a las necesidades del sector productivo y fortalecer
los servicios públicos de empleo. En este sentido, la educación y la formación son
herramientas fundamentales para mejorar la empleabilidad de las personas y la
productividad de las empresas, lo que a su vez redunda en un aumento tanto del empleo
como de la inclusión social. Además, dado que las empresas sostenibles son una fuente
de crecimiento, creación de riqueza y de empleo, su promoción es una herramienta
importante para el logro del trabajo decente y el desarrollo sostenible. Dichos esfuerzos,
por su parte, no deben perder de vista la dimensión regional, necesaria para cerrar
brechas históricas de desarrollo productivo y social.
Si bien el mercado de trabajo es, y seguirá siendo, el principal mecanismo para
redistribuir ingresos entre la población, las reformas en el sistema previsional y de
asignaciones familiares han brindado una garantía de ingreso a millones de hogares. La
consolidación del proceso de extensión de su cobertura constituye uno de los mayores
desafíos, al cual se suma la necesidad de profundizar la articulación de las políticas de
protección social con las del mercado de trabajo a fin de asegurar que el empleo de
calidad sea el eje de la inclusión social.
A pesar de los avances producidos en materia de legislación en seguridad y salud en el
trabajo, se requiere un mayor fortalecimiento de los instrumentos y acciones relativos a la
prevención de los riesgos laborales. Un ámbito en el cuál podrían ampliarse las acciones
de promoción es el relativo a las empresas micro, pequeñas y medianas, las cuales tienen
menor desarrollo de los sistemas de gestión de la seguridad y salud en el trabajo.
En el plano de los derechos fundamentales del trabajo, dos desafíos centrales son la
prevención y erradicación del trabajo infantil y el combate al trabajo forzoso. Si bien las
acciones desarrolladas en las áreas de salud, educación, transferencias monetarias y
sensibilización son de suma importancia para la erradicación del trabajo infantil, es
preciso avanzar en la consolidación y articulación de los esfuerzos en todas estas
dimensiones. Por su parte, la producción de información sobre la naturaleza y el alcance
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del trabajo forzoso y la articulación con otros organismos del Estado competentes en
este ámbito es decisiva para la elaboración de políticas eficaces destinadas su
eliminación, la sensibilización sobre la gravedad del problema y la promoción de
acciones urgentes para combatirlo.
También en relación a los derechos fundamentales, se debe continuar profundizando la
aplicación efectiva de los principios de igualdad de género y de no discriminación en el
trabajo.
Por último, la articulación entre las instituciones públicas, el fortalecimiento de las
capacidades de los mandantes tripartitos y el diálogo social son clave para la adopción e
implementación coherente y coordinada de las políticas públicas. Los avances en
materia de diálogo social y el fortalecimiento del sector sindical y empresario han sido
destacables en los últimos años, sin embargo, existen ámbitos para mejorar la calidad y
el papel protagónico que debe cumplir el tripartismo.
II.5 Riesgos o supuestos
A mediados de 2012, momento de la revisión final de este documento, las perspectivas
sobre la evolución de la economía global no son alentadoras debido a la crisis en la zona
Euro. Se observa una desaceleración en numerosas economías del mundo, en especial de
las desarrolladas, con fuertes impactos en los empleos y los ingresos. Un posible
recrudecimiento de la situación internacional podría obligar a replantear o revisar las
prioridades estratégicas del Programa. El mecanismo de implementación del PTDP es
suficientemente flexible como para poder reaccionar con rapidez y responder
eficazmente a las necesidades que puedan surgir.
El riesgo de un posible cambio en alguna de las áreas temáticas priorizadas en el PTDP al
pasar a un primer plano otras prioridades nacionales urgentes podrá atenuarse si se
respalda el desarrollo de la capacidad de los interlocutores sociales para impulsar
acciones en tales ámbitos.
Otro eventual riesgo es que los conocimientos y las propuestas de políticas
desarrollados con la asistencia de la OIT no se concreten en medidas nacionales. Sin
embargo, la adopción de estrategias de comunicación e intercambio de conocimientos
debería reducir este riesgo al posibilitar una buena comprensión del tema y su
incorporación al debate nacional sobre políticas.
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III. PRIORIDADES DEL PROGRAMA DE TRABAJO DECENTE POR PAÍS (PTDP)2
1)
Reducir la precariedad laboral, el empleo no registrado y la informalidad,
promoviendo la protección social y la calidad y cantidad del empleo; generando
condiciones propicias para el desarrollo de empresas sostenibles y una mayor
articulación y coherencia de las políticas económicas, sociales y laborales;
2)
Mejorar las condiciones de empleabilidad y accesibilidad, impulsando una mayor
articulación entre la educación, la formación para el trabajo y los requerimientos
del sector productivo, con particular atención a la juventud, promoviendo el
trabajo decente y la iniciativa empresarial;
3)
Promover el efectivo cumplimiento de los derechos y principios fundamentales en
el trabajo, con especial atención a la prevención y erradicación del trabajo infantil
y el trabajo forzoso;
4)
Consolidar la extensión de la cobertura de la protección social y promover la
cultura de la prevención de los riesgos del trabajo;
5)
Promover un diálogo social efectivo que contribuya a la elaboración e
implementación de políticas socio-laborales que permitan avanzar en la agenda de
trabajo decente.
El diálogo social será promovido de manera transversal en todos los objetivos
prioritarios, así como el principio de igualdad de género.
IV. ESTRATEGIA DEL PTDP, RESULTADOS E INDICADORES
La metodología utilizada para formular este Programa representa un avance en la gestión
basada en resultados que se practica en la OIT. La focalización en los resultados y en planes
de trabajo centrados en la obtención de resultados, así como la integración sistemática de
los intereses de los mandantes son aspectos distintivos de este tercer PTDP.
El Programa combina la planificación con la posibilidad de adaptación en caso de que se
presenten necesidades imprevistas. Disponer de márgenes de flexibilidad es esencial
para poder reaccionar con rapidez y responder eficazmente a las necesidades que
Acordadas de manera tripartita en el Memorandum de Entendimiento para la puesta en marcha en la
República Argentina del Tercer Programa de Trabajo Decente por País para el período 2012-2015.
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puedan surgir, así como para prevenir los riesgos y evitar o reducir los daños
resultantes en el mundo del trabajo.
Por otra parte, el actual contexto de crisis exige un esfuerzo constante de la OIT y sus
mandantes a nivel nacional para extremar los esfuerzos en la movilización local de
recursos y para mejorar el nivel de ahorro, eficiencia y gestión general en aras de la
eficacia. La cooperación Sur-Sur y triangular brindan la posibilidad de multiplicar el
impacto, intercambiando experiencias relevantes en torno al Trabajo Decente.
En este sentido, la articulación con otros organismos internacionales y regionales y las
agencias del Sistema de Naciones Unidas, en el ámbito del Marco de Asistencia de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (MANUD), será una prioridad.
Prioridad 1:
Reducir la precariedad laboral, el empleo no registrado y la
informalidad, promoviendo la protección social y la calidad y cantidad del empleo;
generando condiciones propicias para el desarrollo de empresas sostenibles y una
mayor articulación y coherencia de las políticas económicas, sociales y laborales.
Estrategia
La estrategia del Gobierno argentino en los últimos años ha sido ubicar al empleo
decente en el centro del modelo de desarrollo económico, para recuperar la centralidad
del trabajo como eje estructurante de la ciudadanía. Adicionalmente, Argentina ha dado
muestra de su capacidad y experiencia para orientar los instrumentos de política
económica a fin de proteger el empleo en contextos de crisis.
Sobre la base de estas medidas y de la aplicación del Pacto Mundial para el Empleo, se
dará prioridad a mejorar los conocimientos acerca de la relación entre los resultados
macroeconómicos y del mercado de trabajo, promoviendo nuevos métodos para evaluar
el impacto de las estrategias económicas sobre el empleo y el mercado de trabajo.
Las enseñanzas extraídas del proceso de elaboración de perfiles de trabajo decente por
país (Country Scans) permitirán perfeccionar los indicadores para evaluar los progresos
e incrementar la capacidad de los mandantes para analizar estadísticas e informaciones
cualitativas, mejorando la información sobre el mercado de trabajo y la eficacia de los
mecanismos para la coordinación, seguimiento y evaluación de las políticas nacionales.
En el marco del 3º PTDP, se hará mayor hincapié en la calidad del empleo, el análisis de
las nuevas modalidades de empleo precario y de informalidad y la difusión de las
políticas que facilitan el aumento de la productividad y la transición a la formalidad así
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como el desarrollo de empresas sostenibles. Particular atención merecerán los grupos
vulnerables y algunas categorías particulares de empleo, como por ejemplo los
trabajadores domésticos y los trabajadores rurales.
Los esfuerzos se orientarán de modo prioritario al fortalecimiento de la capacidad de los
mandantes tripartitos, ya sea individualmente o de manera conjunta, para aplicar
enfoques innovadores, establecer prioridades e influir en la formulación y aplicación de
políticas de empleo coordinadas.
La OIT colaborará con otras agencias de Naciones Unidas a fin de apoyar al Gobierno
para alcanzar las metas nacionales fijadas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
apoyándose en las iniciativas conjuntas de las Naciones Unidas frente a la crisis, en
particular la Iniciativa de un Piso de Protección Social, y en otros programas conjuntos.
Por último se continuará abogando por el trabajo decente en diversos ámbitos, incluyendo
por ejemplo a las universidades, centros de investigación y think-tanks vinculados con el
mundo laboral a nivel nacional, provincial y municipal. Ello posibilitará ampliar el
respaldo y aceptación de las acciones promovidas por los mandantes.
Resultado 1.1: Se fortalecen las capacidades del MTESS y de los actores sociales para
coordinar adecuadamente las políticas laborales con las económicas y sociales con miras
a mejorar la cantidad y calidad del empleo. ARG-101
Indicador de logro 1.1 [19.1]: Con el apoyo de la OIT, el Gobierno sitúa el objetivo del trabajo
decente como un elemento cada vez más central de la formulación de políticas, de acuerdo a por lo
menos dos de los cuatro primeros criterios siguientes, y al último:
a) se adopta la generación de oportunidades de trabajo decente como objetivo político general de
la estrategia nacional de desarrollo junto con otras prioridades nacionales;
b) la ejecución de un Programa de Trabajo Decente por País integrado respalda la aplicación de la
estrategia nacional de desarrollo;
c) los programas nacionales o sectoriales en ámbitos tales como la educación, la salud, la igualdad
de género, el comercio, las finanzas, el desarrollo empresarial, el desarrollo rural y la reducción de
la pobreza integran aspectos del trabajo decente;
d) se perfeccionan los servicios estadísticos con el fin de mejorar la medición de los progresos
logrados en la consecución de los objetivos del trabajo decente de conformidad con lo dispuesto en
el Convenio núm. 160;
e) la elaboración de la estrategia global de desarrollo incluye la celebración de consultas con los
mandantes de la OIT de conformidad con lo dispuesto en el Convenio núm. 144.
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Prioridad 2:
Mejorar las condiciones de empleabilidad y accesibilidad,
impulsando una mayor articulación entre la educación, la formación para el
trabajo y los requerimientos del sector productivo, con particular atención a la
juventud, promoviendo el trabajo decente y la iniciativa empresarial.
Estrategia
En el actual contexto económico es fundamental fortalecer y consolidar estrategias que
potencien el desarrollo económico y productivo, que permitan mejorar la calidad del
empleo, adaptar los programas de formación a las necesidades del sector productivo y
fortalecer los servicios públicos de empleo, generando al mismo tiempo una cultura del
empleo formal. A tal fin, se continuará apoyando un enfoque que combine el desarrollo
de las competencias, la experiencia laboral, los servicios de empleo y la formación en el
ámbito de la iniciativa empresarial, con énfasis en la atención de aquellos grupos que
enfrentan mayores dificultades, como son los jóvenes, migrantes y trabajadores de edad.
Ante la necesidad de elaborar mejores herramientas de evaluación de las políticas en
curso que permitan a los mandantes dar seguimiento a sus resultados, se apoyará la
aplicación de tales herramientas a las políticas en materia de competencias
profesionales y su incorporación en las políticas nacionales de empleo y las estrategias
de desarrollo sectorial.
Asimismo, se fortalecerá la capacidad de los consejos tripartitos sobre competencias
profesionales y otras instituciones de diálogo social para adaptar la formación a las
necesidades del mercado de trabajo y garantizar una distribución más equitativa de los
beneficios resultantes de las mejoras de la productividad, evitando los estereotipos de
género y la segregación profesional. A tal fin, en el marco del Plan estratégico de
formación profesional propuesto por el gobierno, se acompañará la consolidación de la
Red de Formación Continua con el objetivo de especializar, potenciar y fortalecer sus
acciones de formación con miras a incrementar la capacidad instalada, desarrollar la
industria y promover la competitividad en diversos sectores de la economía.
Se promoverá, también, la implementación eficaz de políticas de empleo a nivel local que
permita asegurar la sostenibilidad de los servicios públicos de empleo brindados a
partir de una adecuada comprensión de las necesidades locales e incorporando los
avances desarrollados en la Red de Formación Continua, lo cual redundará en la
reducción de las asimetrías regionales y una mejor distribución del ingreso.
Se recopilarán buenas prácticas y se promoverá el desarrollo de investigaciones sobre
las competencias profesionales y la negociación colectiva, el desarrollo de las
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competencias profesionales en las pequeñas empresas, la migración juvenil y los
vínculos entre el trabajo infantil y el empleo de los jóvenes y adolescentes en edad de
trabajar, a fin de proponer mejoras en la estrategia de formación en un contexto de
recuperación económica con creación de empleos de calidad. Asimismo, se desarrollará
una línea de trabajo que analice y promueva las condiciones propicias para la iniciativa y
desarrollo empresarial, así como aquellas que inciden de forma directa o indirecta en la
promoción del empleo, la productividad y el desarrollo de empresas sostenibles.
Se reforzará la capacidad técnica del gobierno y los actores sociales para, por un lado,
evaluar y revisar el diseño e implementación de las políticas de empleo juvenil en curso
de manera que permitan ampliar la cobertura de la población en riesgo y, por otro lado,
articular las políticas en marcha desde diferentes áreas gubernamentales (por ejemplo,
educación, trabajo, industria y desarrollo social) a fin de generar sinergias, evitar
superposiciones y profundizar sus impactos.
Se promoverán espacios de diálogo social que posicionen el empleo juvenil en la agenda
de los actores sociales. Para ello, se pondrá énfasis en la generación de evidencia que
permita cubrir brechas de conocimiento sobre la magnitud, heterogeneidad y
particularidades de la situación de los jóvenes en el mercado de trabajo, con particular
referencia a las mujeres jóvenes; la capacitación de los actores sociales a partir de estos
hallazgos y diagnósticos; el asesoramiento técnico para perfeccionar las intervenciones
en marcha, promover una mayor integración entre las existentes y desarrollar
innovaciones que permitan abordar la heterogeneidad de la población juvenil.
Resultado 2.1: Se fortalece la capacidad técnica del MTESS y otros niveles de gobierno,
así como de los actores sociales, para desarrollar y aplicar políticas de empleo y
extender las redes de Servicios Públicos de Empleo y de Formación Continua. ARG-126
Indicador de logro 2.1.1 [2.1]: Con el apoyo de la OIT, el Gobierno integra el desarrollo de las
competencias profesionales en las estrategias sectoriales o nacionales de desarrollo, de acuerdo
con por lo menos uno de los criterios siguientes:
a) en el proceso nacional de redacción o de revisión de las estrategias nacionales de desarrollo se
incluyen explícitamente políticas de desarrollo de las competencias profesionales;
b) se establece o refuerza una entidad gubernamental (interministerial, en la mayoría de los
casos) encargada de integrar las competencias profesionales y la educación en las estrategias
sectoriales o nacionales de desarrollo;
c) hay a nivel nacional o local instituciones tripartitas que se ocupan de coordinar la oferta y la
demanda de competencias profesionales;
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d) se aplican medidas específicas para vincular las competencias profesionales con las estrategias
de desarrollo que requieren capacidades en los ámbitos de la tecnología, el comercio, el medio
ambiente, o la ciencia y la investigación.
Indicador de logro 2.1.2 [2.4]: Con el apoyo de la OIT, el Gobierno fortalece los servicos de empleo
para cumplir los objetivos de la política de empleo, de acuerdo con por lo menos dos de los criterios
siguientes:
a) se establece o revitaliza una entidad administrativa compuesta por funcionarios públicos
encargada de desempeñar las funciones descritas en el Convenio núm. 88;
b) se establece o revitaliza una bolsa de trabajo que tiene por cometido asegurar de forma
dinámica la correspondencia entre las ofertas de empleo y los solicitantes de empleo;
c) se está aplicando un plan de prestación de servicios de promoción del empleo de los grupos
típicamente excluidos del mercado de trabajo, según lo confirman la asignación presupuestaria
correspondiente y los informes de avance presentados con regularidad;
d) se adopta legislación nacional relativa a la reglamentación de las agencias de empleo privadas.
Resultado 2.2: Aumentan las capacidades del Gobierno y de los actores sociales para
analizar, evaluar y revisar las políticas y programas en curso destinados a promover el
empleo y la iniciativa empresarial de los jóvenes, promoviendo la articulación entre
instituciones relevantes. ARG-128
Indicador de logro 2.2 [2.5]: Con el apoyo de la OIT, el Gobierno desarrolla y aplica políticas y
programas integrados para promover el empleo productivo y el trabajo decente para mujeres y
hombres jóvenes, de acuerdo con al menos dos de los criterios siguientes:
a) el empleo de los jóvenes es una prioridad de las estrategias nacionales de desarrollo o las
políticas nacionales de empleo;
b) el gobierno y los interlocutores sociales elaboran planes nacionales de promoción del empleo
de los jóvenes que contienen medidas prioritarias y prevén los recursos humanos y financieros
para su ejecución;
c) el gobierno, con el apoyo de los interlocutores sociales, pone en práctica programas nacionales
de promoción del trabajo decente para los jóvenes desfavorecidos;
d) uno o varios mandantes tripartitos aplican una estrategia de difusión de información,
sensibilización, formación o acercamiento relativa al empleo de los jóvenes, según lo confirman
pruebas como, por ejemplo, el establecimiento de líneas directas de asistencia telefónica y la
divulgación de folletos, cursos de capacitación y servicios o campañas de contratación.
Prioridad 3:
Promover el efectivo cumplimiento de los derechos y principios
fundamentales en el trabajo, con especial atención a la prevención y erradicación
del trabajo infantil y el trabajo forzoso.
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Estrategia:
A fin de alcanzar la meta de erradicar el trabajo infantil fijada por el Gobierno argentino
en el marco de los ODM, se hace necesario intensificar los esfuerzos nacionales y
provinciales dirigidos a eliminar las peores formas de trabajo infantil. Para ello, se
promoverá el desarrollo de estrategias diferenciadas según los diferentes tipos y grados
de incidencia del trabajo infantil en las distintas regiones del país. Para tratar las causas
profundas, como la pobreza y la falta de educación, se continuará promoviendo una
combinación de medidas en los planos de las políticas, la investigación y la promoción de
proyectos y alianzas estratégicas, incluidas las asociaciones público-privadas. Basándose
en las necesidades y prioridades nacionales, se colaborará con el gobierno en la revisión
de sus políticas y programas para fomentar una educación de calidad, desarrollar un
sistema de cuidados, un piso de protección social eficaz, la mejora de los mercados de
trabajo y de la productividad, el aprendizaje permanente y el empleo para los padres de
familia y los jóvenes y el fortalecimiento de la inspección del trabajo.
Asimismo, se continuará reforzando la capacidad del Gobierno para llevar a cabo
encuestas nacionales sobre trabajo infantil y/o integrar módulos específicos en otras
herramientas de investigación existentes. Para compensar la falta de conocimientos
sobre aspectos específicos, se realizarán estudios sobre el trabajo infantil en la
agricultura; sobre los vínculos entre el trabajo infantil, el empleo de los jóvenes y el
trabajo de los jóvenes en condiciones de seguridad y sobre la protección social para los
hogares vulnerables ante el peligro del trabajo infantil.
Además, se potenciará la capacidad de las organizaciones de trabajadores y de
empleadores para promover políticas y prácticas empresariales que aborden las causas
profundas del trabajo infantil. Se seguirán ofreciendo cursos encaminados a fortalecer la
capacidad de los mandantes para elaborar programas efectivos de lucha contra el
trabajo infantil, ampliar los programas existentes y mejorar la información relativa a los
Convenios núm. 138 y 182. Aprovechando las experiencias en curso, se ampliarán las
actividades conjuntas con otras agencias de Naciones Unidas y se continuará apoyando
las iniciativas público-privadas y la cooperación Sur-Sur. La estrategia de comunicación
seguirá centrándose en la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil y la
difusión eficaz de información a través de los medios de comunicación, como la radio, la
televisión y la prensa escrita, y de las redes sociales.
A los efectos de combatir el trabajo forzoso y la trata de personas, se promoverán
estrategias de investigación y comunicación que permitan profundizar el conocimiento y
la comprensión de las distintas formas en que se manifiestan y de los factores que
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pueden hacer derivar un proceso migratorio hacia una situación de trabajo forzoso o de
trata de personas, prestando una atención específica a los sectores reconocidos como
más vulnerables ante estas prácticas y a las vulnerabilidades específicas de género.
Se apoyará el diálogo y la acción tripartitos a fin de prevenir y resolver los problemas de
las prácticas laborales abusivas, con inclusión de la trata de personas y del trabajo
forzoso. Se promoverá el análisis de las políticas más exitosas que se hayan aplicado a
nivel internacional contra las diversas formas de trabajo forzoso conjuntamente con los
mandantes y otros asociados. A tal fin, se trabajará en colaboración con el Sistema de
Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Resultado 3.1: El Gobierno implementa una política nacional multisectorial para la
erradicación del trabajo infantil, en estrecha articulación con los gobiernos provinciales
y los actores sociales en el territorio. ARG-151
Indicador de logro 3.1.1 [16.1]: Los mandantes, con el apoyo de la OIT, adoptan importantes
medidas sobre políticas y programas para erradicar el trabajo infantil en conformidad con lo
dispuesto en los convenios y recomendaciones de la OIT, de acuerdo con por lo menos uno de los
criterios siguientes:
a) uno o más mandantes de la OIT adoptan o aplican políticas, programas y/o planes de acción a
fin de ponerse en conformidad con las normas internacionales del trabajo que tienen por objeto
prohibir y erradicar el trabajo infantil;
b) uno o más mandantes de la OIT aplican medidas de duración determinada para eliminar con
carácter de urgencia las peores formas de trabajo infantil;
c) en las políticas y programas pertinentes en materia de desarrollo, asuntos sociales o lucha
contra la pobreza se incluyen las preocupaciones relativas al trabajo infantil, teniéndose en cuenta
la situación específica de las niñas;
d) por intermedio de organizaciones o agrupaciones intergubernamentales económicas y sociales
de nivel mundial, regional o subregional se adoptan y promueven políticas para abordar el trabajo
infantil.
Indicador de logro 3.1.2 [16.2]: Los mandantes, con el apoyo de la OIT, adoptan medidas
encaminadas a modificar su legislación sobre el trabajo infantil o a reforzar su base de
conocimientos en la materia, de acuerdo con por lo menos uno de los criterios siguientes:
a) los órganos de control de la OIT han tomado nota con satisfacción o con interés de los
progresos registrados en la aplicación de los convenios núm. 138 y 182;
b) se establecen o fortalecen mecanismos y sistemas capaces de suministrar datos e información
actualizados y desglosados por sexo que den cuenta de la situación de los niños que trabajan;
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c) los mandantes y/u otros interlocutores nacionales emprenden actividades focalizadas de
recopilación y análisis de datos y de investigación para ampliar la base de conocimientos sobre el
trabajo infantil y dejar constancia documental de las enseñanzas adquiridas.
Resultado 3.2: El MTESS y los actores sociales fortalecen su capacidad para intervenir, de
manera informada, en los programas de combate al trabajo forzoso y la trata de personas y
mejora su articulación con otros organismos con injerencia en el tema. ARG-154
Indicador de logro 3.2 [15.1]: Los mandantes, con el apoyo de la OIT, ponen en práctica políticas,
programas o actividades específicos para mejorar la aplicación de los convenios, los principios y los
derechos relativos a la erradicación del trabajo forzoso, de acuerdo con por lo menos dos de los
criterios siguientes:
a) los órganos de control de la OIT toman nota con satisfacción o interés de los progresos
registrados en la aplicación de los convenios núm. 29 y 105;
b) se adoptan o se modifican en el plano nacional una legislación, una política o un plan de acción
para erradicar el trabajo forzoso, se incluye la erradicación del trabajo forzoso entre las prioridades
de la política nacional de desarrollo o se establece una estructura institucional encargada de dirigir
o coordinar la acción contra el trabajo forzoso;
c) según la documentación disponible, ha aumentado el número de acciones judiciales y condenas
contra las personas que imponen trabajo forzoso;
d) se establecen o fortalecen sistemas para permitir que quienes han sido víctimas del trabajo
forzoso, inclusive de la trata de personas, cuenten con una asistencia apropiada en función de sus
necesidades;
e) Se establecen o fortalecen sistemas para facilitar datos e información actualizados y
desglosados por sexo acerca del trabajo forzoso y proponer soluciones para erradicarlo.
Prioridad 4:
Consolidar la extensión de la cobertura de la protección social y
promover la cultura de la prevención de los riesgos del trabajo.
Estrategia:
La estrategia relativa a la protección social se vinculará con los demás objetivos
prioritarios, en especial aquellos dirigidos a estimular el empleo productivo y el
crecimiento sostenible. De esta manera, se promoverá el fortalecimiento de un círculo
virtuoso compuesto por políticas de empleo eficaces, una creciente formalización de la
fuerza de trabajo y mayores niveles de crecimiento sostenible y equitativo que permitan
profundizar la estrategia bidimensional de ampliación de la protección social acorde a la
Recomendación núm. 202.
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Se hará especial hincapié en colaborar con el gobierno nacional, en articulación con
otras agencias de Naciones Unidas y organismos internacionales, para integrar el Piso de
Protección Social en las estrategias nacionales vinculadas al crecimiento con equidad. A
tal fin, se profundizarán los conocimientos sobre el impacto de las políticas destinadas a
ampliar la cobertura de la seguridad social a los hogares en la economía informal,
tomando en cuenta las necesidades y situaciones específicas de mujeres y hombres.
Asimismo, se analizarán las repercusiones que la ampliación de la cobertura de la
seguridad social tiene en la inclusión social y la igualdad de género, como también los
factores que garantizan la sostenibilidad de dichos avances. Estos conocimientos serán
presentados y debatidos en ámbitos tripartitos y ampliamente difundidos.
En el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo (SST), se proporcionará orientación y
asesoramiento en materia de políticas y formación participativa para la formulación de
planes de acción sectoriales a fin de fortalecer la capacidad de los mandantes tripartitos
en la elaboración conjunta de programas y políticas de SST eficaces. Especial atención
tendrá la problemática en las micro, pequeñas y medianas empresas. La asistencia a las
organizaciones de empleadores y de trabajadores se centrará en proporcionarles
formación sobre prevención de riesgos en el lugar de trabajo, de carácter práctico y
orientada a la acción. Proseguirán asimismo las iniciativas de promoción y difusión con
ocasión del Día Mundial para la Seguridad y Salud en el Trabajo.
La estrategia en materia de migraciones laborales se centrará en profundizar la base de
conocimientos a fin de fortalecer la capacidad de los mandantes para mejorar la
gobernanza de la migración laboral y la protección de los trabajadores migrantes,
mediante la adopción de un enfoque integrado. Se abarcarán cuestiones tales como las
condiciones de trabajo, la protección social, el reconocimiento de las competencias
profesionales, el flujo de las remesas y el vínculo entre la política de migración laboral y
las políticas más amplias de mercado de trabajo y protección social.
Se buscará, asimismo, una mayor comprensión de los factores concretos que pueden
convertir un proceso migratorio en una situación de trabajo forzoso o de trata de
personas y en la necesidad de ofrecer una información adecuada a los migrantes
potenciales. Estas acciones promoverán una mayor y más eficaz coordinación con otras
organizaciones que trabajan en este ámbito. Proseguirán asimismo las iniciativas de
promoción y difusión con ocasión del Día Internacional del Migrante.
Resultado 4.1: El gobierno pone en marcha o fortalece políticas de protección social
(integradas y coordinadas con las políticas de empleo) que permiten dar respuesta a la
estrategia bidimensional de ampliación de la seguridad social (Convenio núm.102 y
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Recomendación núm.202 sobre el Piso de Protección Social), a partir de conocimientos y
análisis sólidos para garantizar su sostenibilidad. ARG-176
Indicador de logro 4.1 [4.1]: Con el apoyo de la OIT, Argentina mejora la base de conocimientos e
información sobre la cobertura y los resultados de su sistema de seguridad social. Se dispone de
información desglosada por sexo sobre la cobertura de la población y/o los gastos en por lo menos
cinco de las diez categorías de prestaciones (las nueve señaladas en el Convenio núm.102, más el
apoyo a los ingresos en concepto de asistencia social general) y es accesible al público a través de la
Encuesta de Seguridad Social, base de datos de la OIT y/o la plataforma de conocimientos en línea
de la OIT sobre la ampliación de la seguridad social.
Resultado 4.2: Los mandantes tripartitos aplican programas de prevención de riesgos
en el lugar de trabajo. ARG-177
Indicador de logro 4.2.1 [6.1]: Con el apoyo de la OIT, Argentina adopta políticas y programas
para promover una mejor seguridad y salud en el trabajo, de acuerdo con los criterios siguientes:
a) el Estado ha adoptado una legislación, un perfil nacional o sectorial, una política o programa
destinado a mejorar las condiciones de SST en consonancia con las normas de SST e inspección del
trabajo de la OIT, en particular los Convenios Núm. 81, 129, 155 y 187;
b) la formulación de leyes, perfiles, políticas o programas se basa en la consulta tripartita,
documentada en declaraciones escritas de opinión de los interlocutores sociales o en registros de
su participación en mecanismos tripartitos nacionales para el desarrollo de la SST.
Indicador de logro 4.2.2 [6.2]: Con el apoyo de la OIT, los mandantes tripartitos aplican
programas para promover una mejor seguridad y salud en el trabajo, de acuerdo con por lo menos
uno de los criterios siguientes:
a) el Estado ha incorporado las cuestiones de SST en los marcos nacionales de desarrollo o en
documentos nacionales de política similares;
b) se ha establecido o renovado un mecanismo tripartito nacional para la SST que funciona de
forma eficaz (se reúne periódicamente y se formulan recomendaciones al gobierno);
c) el gobierno o las organizaciones de empleadores o de trabajadores diseñan y aplican una
estrategia para la divulgación de información, la sensibilización y la formación en materia de SST, a
fin de contribuir a poner en práctica programas destinados a mejorar las condiciones de SST, según
lo confirman la programación y la asignación presupuestaria a tales efectos y los informes de
actividades al respecto;
d) los servicios de inspección del trabajo llevan a cabo inspecciones más eficaces y eficientes para
velar por la aplicación de las normas de SST, que se documentan a través de pruebas en informes
anuales;
e) la autoridad competente establece, mejora o mantiene a nivel nacional un registro y análisis,
con datos desglosados por sexo, de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.
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Resultado 4.3: El gobierno nacional y los actores sociales fortalecen su capacidad para
mejorar la gobernanza de la migración laboral y la protección de los trabajadores
migrantes, en línea con los Convenios de la OIT. ARG-178
Indicador de logro 4.3 [7.2]: Con el apoyo de la OIT, Argentina adopta políticas y prácticas de
migración laboral que tienen en cuenta la dimensión de género y en las que se refleja el Marco
multilateral de la OIT a fin de promover el empleo productivo y el trabajo decente para los
trabajadores migrantes, en base a por lo menos dos de los criterios siguientes:
a) se formula un programa nacional o política que tiene en cuenta la dimensión de género para
mejorar el acceso de los trabajadores migrantes al empleo productivo y al trabajo decente, lo cual
se documenta a través de un plan de desarrollo nacional, de planes y programas de desarrollo
locales o regionales, legislación laboral nacional aplicable a trabajadores migrantes, o de leyes y
políticas de integración;
b) la política o programa aborda específicamente por lo menos uno de los siguientes ámbitos:
desarrollo de las competencias laborales y formación de personal calificado; prevención de la
pérdida de competencias; reconocimiento de diplomas y competencias; fuga de cerebros; ajuste de
los flujos de remesas y/o su utilización productiva; vínculo entre las remesas y las instituciones
financieras socialmente responsables; empleo productivo de los trabajadores migrantes tras el
regreso a su país; vínculo que existe entre la política de migración y la exigencia de satisfacer las
necesidades del mercado de trabajo;
c) se establecen o renuevan las capacidades institucionales del gobierno para administrar la
política de migración laboral, en particular gracias a servicios eficaces de inspección del trabajo
capaces de controlar las condiciones de trabajo decente en los lugares de trabajo de los países de
destino;
d) se establecen o refuerzan las capacidades institucionales del gobierno para administrar las
políticas y los programas destinados a los migrantes que regresan a su país, en particular gracias a
servicios de empleo eficaces para la orientación profesional, la colocación y la reintegración en el
lugar de trabajo.
Prioridad 5:
Promover un diálogo social efectivo que contribuya a la elaboración
e implementación de políticas socio-laborales que permitan avanzar en la agenda
de trabajo decente.
Estrategia:
En el contexto nacional de recuperación económica, la OIT sigue comprometida con el
fortalecimiento tanto de los mecanismos e instituciones tripartitos como también de sus
mandantes, en tanto constituyen herramientas vitales para la cohesión social y el Estado
de derecho.
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A pesar de los avances de los últimos años, el diálogo social en Argentina tiene agendas
pendientes tales como: la creación de un consejo económico y social o instancia similar;
la formalización de mecanismos de coordinación intersectorial de la negociación
colectiva y la federalización del diálogo social. A estos efectos, se apoyará el
fortalecimiento de las instituciones y los mecanismos de diálogo social tripartito, la
negociación colectiva y la solución de conflictos, al tiempo que se promoverá el análisis
comparativo de las tendencias e innovaciones en estos ámbitos y se promoverán
mecanismos de articulación que propendan a la adopción e implementación coherente y
coordinada de las políticas públicas en un marco de diálogo social.
Se ayudará a las organizaciones de empleadores a fortalecer sus estructuras de gestión
para hacer frente a las exigencias propias de una economía globalizada, incluido el
establecimiento de nuevos servicios para sus afiliados y la creación de capacidad técnica
para sustentar las distintas opciones en materia de políticas y mejorar los métodos de
promoción correspondientes. Se continuará apoyando el trabajo en redes como medio
para reforzar la base de conocimientos en ámbitos de política específicos.
De la misma manera, se ayudará a las organizaciones de trabajadores a profundizar el
conocimiento sobre las normas como elementos centrales para incluir una dimensión
social en la economía globalizada. Se brindará asesoría técnica en materia de políticas y
se fortalecerá la capacidad en materia de investigaciones y desarrollo de materiales de
formación sobre las diferentes dimensiones del trabajo decente.
Resultado 5.1: La Unión Industrial Argentina y/o sus afiliados en el interior del país
brindan nuevos o mejores servicios y fortalecen su capacidad institucional para
promover el trabajo decente entre sus afiliados. ARG-801
Indicador de logro 5.1 [9.2]: Con el apoyo de la OIT, la UIA crea o refuerza considerablemente sus
servicios para responder a las necesidades de sus miembros efectivos y potenciales, en base a por
lo menos a uno de los criterios siguientes:
a) se adopta oficialmente un plan presupuestado para ampliar los servicios a sus afiliados
efectivos y potenciales;
b) la UIA y/o sus organizaciones afiliadas en el interior del país prestan servicios nuevos o
mejorados, documentados a través de los registros de servicios (formación, sistemas de
información, publicaciones, servicios de consultoría).
Resultado 5.2: Las organizaciones de trabajadores aplican programas de formación y
fortalecen su capacidad de investigación en las distintas dimensiones del trabajo
decente. ARG-802
Versión 5.2 – 12 Ago.12
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Indicador de logro 5.2 [10.1]: Con el apoyo de la OIT, las organizaciones de trabajadores incluyen
el Programa de Trabajo Decente en su planificación estratégica y programas de formación, de
acuerdo con los criterios siguientes:
a) la planificación estratégica y los programas de formación abarcan una o más de las siguientes
esferas: normas internacionales del trabajo y derechos sindicales; diálogo social; reducción de la
pobreza; salarios; relaciones de trabajo; trabajo infantil; migrantes; igualdad de género; empleo;
seguridad social; economía informal; seguridad y salud en el trabajo; VIH/SIDA en el lugar de
trabajo; inspección del trabajo; zonas francas industriales, y empleos verdes y decentes;
b) la planificación y los programas de formación incluyen uno o más de los siguientes elementos:
Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo; Declaración
tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social; Programa Global de
Empleo; Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa.
Resultado 5.3: Se fortalece la institucionalidad de los mecanismos existentes de diálogo
social tripartito y se establecen mecanismos para su articulación que propenda a la
adopción e implementación coherente y coordinada de las políticas públicas. ARG-803
Indicador de logro 5.3 [12.1]: Con el apoyo de la OIT, se fortalecen las instituciones y los
mecanismos de diálogo social de conformidad con las normas internacionales del trabajo. Para ello,
se establecen instituciones tripartitas nacionales de diálogo social o se revitalizan las ya existentes
para que dispongan de los recursos humanos y financieros necesarios y funcionen eficazmente
(dichas instituciones se reúnen periódicamente y toman decisiones comunes) como foros de
consulta entre el gobierno y las organizaciones más representativas de empleadores y de
trabajadores acerca de las normas internacionales del trabajo, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 2 del Convenio núm.144.
V.
ACUERDOS PARA LA IMPLEMENTACIÓN, MONITOREO Y EVALUACIÓN DEL PTPD
A los efectos de la ejecución del PTDP Argentina 2012-2015, se mantendrán vigentes las
instancias tripartitas creadas en 2008 para la implementación, monitoreo y evaluación
del PTDP anterior, lo que coadyuvará al logro de los resultados propuestos, en el marco
de la gestión basada en resultados y la política de seguimiento y evaluación de
rendimiento de la OIT.
El Comité de Coordinación del PTDP, constituido por el Ministro de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social; el Presidente del Departamento de Política Social de la
Unión Industrial Argentina (UIA); el Secretario de Relaciones Internacionales de la
Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT-RA) y el
Director de la Oficina de País de la OIT para la Argentina (OIT Argentina), tendrá la
función de acordar las prioridades estratégicas del PTPD, revisar el avance de su
ejecución y proponer los ajustes que fueran pertinentes.
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El Comité de Coordinación se reunirá al menos una vez al año o cuando lo
consideren conveniente sus miembros. La Secretaría estará a cargo del Director de
la OIT Argentina, quien realizará las convocatorias correspondientes por propia
iniciativa o por pedido de alguno de sus miembros.
La OIT Argentina será responsable de preparar y someter al Comité de
Coordinación informes bienales de implementación del programa.
El Grupo Tripartito de Seguimiento del PTDP –integrado por representantes del
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS); la UIA; la CGT-RA y de
OIT Argentina– tendrá la responsabilidad de acordar el documento del PTDP y su
plan de implementación; monitorear periódicamente la marcha de las actividades
previstas; formular recomendaciones al Comité de Coordinación para asegurar el
logro de los resultados propuestos; y participar de las instancias de evaluación del
PTDP. A tal fin, dispondrá de una Guía de Procedimientos, previamente acordada.
El Grupo de Seguimiento se reunirá al menos una vez cada tres meses o cuando lo
consideren conveniente sus miembros. Estará coordinado por la OIT Argentina,
que realizará las convocatorias correspondientes por propia iniciativa o por pedido
de alguno de los miembros.
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