Fragilidad ósea

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En alerta
Fragilidad
ósea
Las enfermedades
de los huesos y articulaciones
representan el 50%
de las patologías de la vejez.
La osteoporosis, quizá
la más silenciosa, es la segunda
amenaza de salud pública
en el mundo después
de las enfermedades
cardiovasculares. Conocer sus
factores de riesgo y las formas
de prevenirla contribuye
a permanecer al margen
de las estadísticas / adriana gibbs
• La vitamina D juega un papel clave en la
• El calcio, el mineral más abundante en
absorción del calcio y del fósforo, minerales
necesarios en la formación del esqueleto y
los dientes. Sintetizada en la piel mediante la
exposición solar, 10 a 15 minutos tres veces
por semana son suficientes para producir los
requerimientos del organismo.
el organismo, no sólo es vital para la salud
ósea. Es, además, esencial para el funcionamiento normal del corazón, los músculos,
los nervios y la coagulación. Más del 99%
del calcio corporal está en huesos y dientes.
El resto, en la sangre y los tejidos blandos.
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osteoporosis
¿A quiénes afecta?
Principalmente, aunque no de manera exclusiva, a mayores
de 50 años y del sexo femenino. Las causas principales son
la disminución de los niveles de estrógenos en las mujeres
a partir de la menopausia, así como el descenso de la testosterona en los hombres. Tienen más riesgo de padecer la
dolencia las mujeres blancas, en especial aquellas con un
antecedente familiar de osteoporosis. Otros factores que
inciden son el consumo de cigarrillo, los trastornos de alimentación, el bajo peso corporal, la poca ingesta de calcio
en la dieta, el alto consumo de alcohol, la menopausia temprana, la ausencia de períodos menstruales (amenorrea) y
el uso de ciertos medicamentos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Con el objetivo de promover la investigación, reducir su
incidencia y mejorar la calidad de vida de quienes padecen
enfermedades osteoarticulares, la Organización Mundial de
la Salud y la Organización de las Naciones Unidas declararon los diez primeros años del milenio como la Década del
hueso y la articulación.
José Weisinger, nefrólogo y especialista en osteoporosis
–coordina la Unidad de Osteoporosis de la Policlínica Metropolitana– responde las preguntas más frecuentes sobre
una dolencia que puede ser prevenida desde la misma
adolescencia.
¿Qué es la osteoporosis?
Es una enfermedad caracterizada por un descenso de la
masa ósea, lo que se traduce en huesos frágiles. Se presenta
cuando el organismo no es capaz de formar suficiente hueso
nuevo o cuando es reabsorbido por el cuerpo en cantidad.
El calcio y el fósforo son dos minerales esenciales en la
formación normal del hueso y, a lo largo de la juventud,
el cuerpo los utiliza para llegar a lo que se conoce como
pico de masa ósea. Si el consumo o la absorción de calcio
es insuficiente, puede afectarse la formación del hueso. La
manifestación clínica más importante de la osteoporosis es
la fractura y las complicaciones que se derivan de ella.
Es una enfermedad totalmente asintomática hasta la
existencia de una fractura ósea (las más frecuentes son los
aplastamientos vertebrales y, la más temible, la del cuello
del fémur o de cadera).
¿Cómo se diagnostica?
La densitometría ósea mide el contenido mineral del hueso
y es una prueba esencial en la evaluación de la osteoporosis (debe realizarse en las mujeres con factores de riesgo o
antecedentes familiares). Otros métodos de diagnóstico son
la tomografía computarizada o la ultrasonografía de hueso.
¿Qué se puede hacer para prevenirla?
Se sabe que la masa ósea de una persona aumenta durante la infancia y la adolescencia, alcanza un pico en la
tercera o al inicio de la cuarta década de vida y, a partir
de ese momento, comienza a descender progresivamente.
En consecuencia, se han propuesto diferentes estrategias
para prevenir la osteoporosis: consumir calcio y vitamina D,
evitar el tabaco y el alcohol y hacer ejercicio regularmente.
Se ha visto que las mujeres que caminan 1,6 kilómetros
diarios tienen entre cuatro y siete años más de reserva
ósea que aquellas que no lo hacen. Entre los ejercicios más
recomendados se cuentan:
• De soporte de peso: caminar, trotar, jugar tenis o bailar.
• De resistencia: pesas libres y máquinas de pesas.
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osteoporosis
No se automedique. Antes de comenzar
a tomar un suplemento de calcio y vitamina D
consulte con su médico, especialmente
si padece una enfermedad renal; tiene o ha
tenido cálculos renales; sufre del corazón,
de trastornos circulatorios o problemas
en las glándulas paratiroides; o si toma
antibióticos con tetraciclina.
Cuando se tiene osteoporosis,
¿qué actividad física es recomendable?
Un programa de ejercicio individualizado que combine actividades aeróbicas y de fuerza, y considere las limitaciones
propias de la enfermedad. Si existen fracturas múltiples,
pérdida severa de hueso o dolor de espalda, se recomienda
ejercitarse en el agua.
“
Las mujeres que caminan
1,6 kilómetros diarios
tienen entre cuatro y siete
años más de reserva ósea
que aquellas que no lo hacen”
¿Cuál debe ser la dieta
para prevenirla y tratarla?
Se debe mantener un régimen que incluya calcio y vitamina D. Entre los alimentos ricos en calcio están la leche
baja en grasa, el yogurt, el helado, el queso, el salmón, las
sardinas (con espinas) y los vegetales de hoja verde. Es bueno
saber, además, que el consumo excesivo de proteínas aumenta la pérdida de masa ósea, y es preciso recordar que
los suplementos de calcio se deben tomar en la medida de lo
necesario para alcanzar el nivel de ingesta recomendado.
¿Qué cantidad de calcio
se debe consumir diariamente?
En los adolescentes se recomienda entre 1.000 y 1.200 miligramos por día, en las mujeres que están menstruando (y
no estén embarazadas) 1.000, en las mujeres embarazadas
1.200, y en las posmenopáusicas y en madres lactantes
1.500 mg/día.
¿En qué consiste el tratamiento
médico de la osteoporosis?
Los tratamientos se centran en retardar o detener el proceso de desmineralización, previniendo las fracturas óseas
–al minimizar los riesgos de caídas– y controlando el dolor
asociado con la enfermedad. Se prescriben diferentes tipos
de medicamentos:
• Bisfosfonatos. Los más comunes son alendronato (Fosamax y Fixopan) y risedronato (Actonel). Se trata de fármacos que disminuyen la reabsorción de hueso existente y
reducen el riesgo de fracturas de cadera y columna. Existen
nuevos bisfosfonatos –como el ibandronato– que permitirán
tratar a los pacientes con sólo una tableta mensual (pronto
estarán disponibles en el mercado nacional). Aunque los
efectos secundarios son poco frecuentes, se puede producir,
sobre todo en pacientes que ingieren el producto en forma
inadecuada, malestar estomacal e irritación del esófago.
Debido a que los bisfosfonatos son difíciles de absorber, se
deben tomar con el estómago vacío y el paciente no debe
acostarse ni consumir alimentos o bebidas distintas al
agua, durante al menos 30 minutos después de tomar el
medicamento.
• Raloxifeno. Es similar a un fármaco para el cáncer de
mama –llamado tamoxifeno– y puede reducir el riesgo de
fracturas de columna en casi 50%. Su efecto secundario
más serio es un pequeño riesgo de incremento de coágulos sanguíneos, especialmente en las venas de las piernas
(trombosis venosa). Además, puede aumentar los calorones
en mujeres posmenopáusicas. Su gran ventaja, aparte del
incremento de masa ósea, es la reducción de la incidencia
de cáncer de mama.
• Calcitonina. Retarda la velocidad de pérdida ósea y alivia
el dolor en los huesos. Los principales efectos secundarios
son la irritación nasal (si la presentación es en aerosol)
y náuseas (si es inyectable). Su eficacia es muy pobre y
está siendo utilizado en pacientes con intolerancia a los
bisfosfonatos.
• Teriparatide (Forteo). Es un medicamento que impulsa significativamente la formación de hueso. Se debe usar cuando
no existe una respuesta adecuada a los bisfosfonatos o en
casos de osteoporosis severa con fracturas óseas.
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