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Buenos días, estimado / a
He regresado de un corto viaje por las Islas Azores, donde el buen tiempo (el anticiclón,
vaya) nos ha acompañado por todo el recorrido. Se trata de un archipiélago, nueve islas de origen volcánico, surgido en medio del
Atlántico, y que fue descubierto por portugueses hacia 1430. Se aprendieron rápidamente
cómo ir y cómo regresar (están entre 1500 y 1800 Km al oeste de Lisboa), y la
colonización empezó inmediatamente. Salvo un breve período en alguna isla, que fue
tomada por los castellanos, siempre han sido portuguesas. Queda un rastro de esa
presencia: una cultura taurófila en la isla Terceira, donde las "touradas" están muy
arraigadas.
La Azores que he visto son muy recomendables para visitar, quizá un poco menos para
vivir. Un paisaje amable, muy verde; volcanes, más o menos apagados pero visitables;
unas ciudades y pueblos muy agradables; una comida y bebida más que satisfactoria, y
unas gentes siempre sonrientes son argumentos muy sólidos para recomendar el viaje.
Os acompaño algunas imágenes de las islas. Espero que os gusten,
Cordiales saludos, Josep Mª Oliver
Empezamos en la isla de Faial, cuya capital (Horta) tiene un puerto que es parada
obligada para los veleros que atraviesan el Atlántico Norte. La montaña que se ve es de la
isla próxima, curiosamente llamada Pico, y que es la más alta de Portugal, con sus 2500m
Es tradición que los veleros que recalan en Horta dejen un recuerdo de su paso, en forma
de pintura, en las paredes y suelos del puerto
Esta estelada es del 2011
La iglesia principal de Horta tiene sus azulejos azules reglamentarios, en este caso junto
al altar mayor
Este apacible puerto es Horta, desde un mirador próximo
Primera visión del territorio, que ya no nos dejaría en todo el viaje. Verde, casas blancas o
de colores, acantilados, y el mar casi siempre en el horizonte.
Vista desde Faial: a la derecha Pico, y a la izquierda Sao Jorge, allá en lontananza
Primer volcán, en Faial. Si el cráter es grande, lo llaman "caldera", y éste ya se ha ganado
el título: 2 Km de diámetro. En su centro, un volcancillo aparecido en una erupción
posterior.
Lejos de todo, como se ve
Pico desde Faial
Los hierbajos de las cunetas, en estas islas, son generalmente hortensias, que por aquí
son silvestres. En este tramo de carretera, están especialmente presentes
Otra de las plantas de cuneta, omnipresente. No sé cuánto dura su floración, pero a
mediados de agosto estaban espléndidas
El extremo oeste de Faial es una zona volcánica, cuya configuración actual data de una
erupción de 1958. No hay casi nada de vida vegetal, todavía está sin colonizar. Es Parque
Natural, y un Centro de Interpretación explica muy bien todo el proceso.
Horta tiene un local marinero clásico (Peter Sports Café) para comer y beber, lleno de
ambiente. Justo encima del bar / taberna / restaurante tiene un sorprendente museo… de
dientes de cachalote, en bruto o trabajados. Los bastones de la foto están obtenidos de
dientes de narval.
Cambio de isla. Ahora estamos en Terceira, cuya capital es Angra do Heroísmo: una
ciudad espléndida, Patrimonio de la Humanidad desde 1983
Angra estaba preparando sus fiestas locales, y sus calles principales lo mostraban
La iglesia del convento de los jesuitas, diseño colonial puro
El agradable jardín botánico de Angra, no muy grande pero muy bien cuidado. En general,
todos los pueblos y ciudades que vimos se ven limpios y ordenados, un poco al estilo de
Lanzarote.
La catedral de Angra, y el fuerte del siglo XVI, promovido en el reinado de Felipe II, que
durante unos años también fue rey de Portugal con el nombre de Felipe I. Es muy grande,
y sigue albergando unidades del ejército; no es visitable.
Una calle representativa del tejido urbano de Angra. Los pavimentos son de piedra
basáltica blanca y negra, que combinan con gracia en calzadas y aceras.
Angra tiene un interesante Museo, ocupando un antiguo convento, cuya iglesia forma
parte de la muestra. Los paneles de azulejos del coro son magníficos.
En Angra y frente al mar, una antigua iglesia desafectada espera destino. Se ve que la
van repintando regularmente, porque la hemos visto en fotos antiguas de otro color.
Angra está construída sobre varias colinas, y algunas calles necesitarían funicular.
Una gran parte de la isla Terceira es una gran caldera, de unos 20 Km de diámetro. Se
accede a un magnífico mirador en uno de sus bordes, y se identifica perfectamente su
topografía. El interior, plano como un plato de sopa, está completamente cultivado
como muestra esta imagen. Las Azores tienen dos vacas per cápita, y producen el 30%
de la leche portuguesa. La planicie de la caldera. Para poder labrar la tierra, hubo que retirar las piedras, y se
aprovechó para hacer los muros, que son inmemoriales.
Una iglesia de Praia da Vitória, mostrando sus avatares en su fachada.
Praia da Vitória, segunda ciudad de Terceira
El culto popular de Terceira es para el Espíritu Santo. La isla está llena de estas
construcciones (hay como un centenar), pequeñas capillas que pueden ser urbanas o
rurales, y que se llaman "Impérios". Ésta es particularmente polícroma, se ve que su
cofradía es como más artística.
Señoras y señores, la primera iglesia que se construyó en las islas. Gótico sencillo, pero
gótico al fin y al cabo: de 1560
Esto no es un socavón, es nada más y nada menos que la cámara magmática de un
volcán apagado. Se puede acceder desde los años 70, en que se localizó y se abrió un
pasadizo hasta él. Se ve también, y desde abajo, la chimenea que expulsó la lava al
exterior y vació esta oquedad. Por lo que nos dijeron, es algo excepcional: los volcanes
no suelen conservar vacía su parte superior, que queda llena de lava solidificada.
Nuevo cambio de isla. Ahora estamos en Sao Miguel, la mayor de las islas (es un poco
mayor que Menorca), y esto es el centro de su capital: Ponta Delgada
Flores por todas partes, aquí frente al Ayuntamiento y a la estatua de San Miguel
El trabajado altar mayor de la Iglesia Principal de Ponta Delgada
Las lagunas de Sete Cidades: la verde, delante, y la azul, detrás
Las omnipresentes hortensias
Alguien se empeñó en cultivar piñas tropicales, en medio del Atlántico, y lo consiguió con
la inestimable ayuda de unos invernaderos (estufas, en portugués). Son buenísimas, muy
dulces.
El pueblo de Ribeira Grande se llama así por un río que allí desemboca: grande y
relativamente caudaloso, fue un punto de asentamiento muy temprano.
Energía de los volcanes para la isla: varias plantas como ésta explotan la geotermia para
producir electricidad, hasta un 30 - 40 % del total consumido. El resto, inevitable en áreas
restringidas como las islas, es por motores térmicos y algo de eólica.
A menudo los cráteres están ocupados por un lago. Está documentado que la erupción
que conformó este cráter fue hacia 1560, y el agua es de lluvia. Se llama "lagoa do fogo":
quien la bautizó así sin duda la vio antes de estar llena de agua.
También hay zonas de alto standing en la costa
Inimitable sistema de cocción: se abre un agujero, se mete la olla, se tapa, se esperan
seis horas, y el estofado está listo. Es una zona pública, y el ciudadano de la foto es un
funcionario del Ayuntamiento local, que se cuida del servicio. Se me olvidaba: ha de haber
un volcán cerca.
Aquí se ven unos "buracos do cozido" en servicio, con una poza de agua hirviente a su
lado
Un magnífico jardín botánico tiene este estanque con Victorias Regias, la reina de los
nenúfares
También tenían helechos arborescentes. Aquí vemos la punta naciente de una rama,
desplegándose
Una fase más avanzada del desarrollo de un helecho
No sé que flor es, pero es magnífica
Estanque practicable de aguas sulfurosas, muy buenas para la piel según parece. Está en
el jardín botánico como uno más de sus atractivos para el visitante.
Otra más de las zonas termales de la isla. Sorprende su inmediatez con la vegetación, se
podría esperar una zona de transición más amplia; nada de eso, están contiguos.
Florecillas de cuneta (otra de las habituales), con fondo del lago de Furnas
Resulta que el área tiene cetáceos de paso y otros residentes, según nos contaron.
Tomamos un barquito para ir a saludarlos, y vaya si lo conseguimos. En tres horas
debimos ver un par de centenares de delfines, y certifico que es difícil cazarlos cuando
empiezan el salto; tengo muchas más fotos de cuando entran nuevamente al agua.
Otro salto bien capturado
Los bichos llegaban a nadar bien cerca de la embarcación
También por parejas, y hasta por tríos, como aquí.
Véase la distancia del salto
Los faroles de Ponta Delgada tienen dispositivos antimosquitos, bien operativos como se
ve.
Agradecemos al cielo azul que nos permita tanto cromatismo. Esta foto, con cielo
nublado, no vale un pimiento.
Escena callejera de Ponta Delgada
y su puerto, donde se ha habilitado una zona pública para baño. Las aguas son
limpísimas.
Puerta lateral de la Iglesia Principal de Ponta Delgada, bien florida.
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