MIÉRCOLES, 29 NOVIEMBRE 2006 VIVIR 7 LA VANGUARDIA RAFAEL WIRTH CATALUNYA CIUDAD Cambiar de vida TARRAGONA Dalt del tren Xavier Arias i Sunyer es socio de Gelade, en Esplugues de Llobregat, director en Barcelona de La Escola de Muntanya en el Club Excursionista de Gràcia y guía profesional MONTSERRAT PALAU E JORDI BELVER H ay trabajos menores y muchas veces temporales pero necesarios, a la espera del gran salto. Durante algunos lunes y una vez a la semana el alpinista, en estado de gracia, Xavier Arias i Sunyer ha retirado, con otros tres compañeros, las piedras peligrosas que caían de las paredes verticales de las montañas de Sant Miquel del Fai, entre Sant Feliu de Codines y Bigues i Riells. Han repasado poco a poco, cuerdas y mosquetones Dios mediante, una pared de ochenta metros de alto y un recorrido de derecha a izquierda de unos doscientos metros, derrotando a aquellas piedras que ya optaban por no poner resistencia a la ley de la gravedad y amenazaban al ciudadano, allá abajo. El alpinista, de profesión electricista, nacido en Barcelona el 10 de octubre de 1970, con 36 años a sus espaldas, cree, por otra parte, que por mucho que sea necesario trabajar aquí o allá, pues debe ingresar lo suficiente para vivir, ha llegado el momento de dar el gran salto. Y un buen día, después de momentos de soledad, pidió consejo a su compañera, Mercè Vidal, ambos residentes en Esplugues de Llobregat, enamorados él y ella de la alta montaña y dispuestos a llegar a donde el ser humano casi no puede respirar. Y ella le dijo que sí. “A los 35 años decidí cambiar de vida. A los 35 años se puede cambiar de vida”, afirma el alpinista. Y ahora prepara para principios del mes de enero un singular viaje al Aconcagua, con clientes excursionistas que pagan para que el alpinista los lleve a lo más alto y por todo lo ancho. Su primer trabajo totalmente profesional. “Antes y hasta ahora, y de eso no hace mucho, ya iba a la montaña y conducía a grupos de personas. Pero desde ahora mi esfuerzo es ya totalmente profesional”, apunta. Y cree el alpinista: “El mundo asociativo, especialmente en ac- HOY SUGERIMOS... tividades deportivas, sufre un bajón. Se debe, creo, profesionalizar el trabajo. Con el asociacionismo no se puede comer y, claro, te dedicas a otra cosa”. Los padres del alpinista Arias i Sunyer no estuvieron emparentados con la montaña. El padre, Xavier, casó con Mari Fe, de Lleida. Se conocieron en La Granadella y allí se casaron. El padre fue en horas de ocio músico, vocalista por más señas, en un grupo u orquesta frecuente en fiestas mayores y entoldados sin olvidar el trabajo de las tierras, la recogida de la aceituna, las visitas a la cooperativa y el posterior trabajo de albañil en Barcelona. Dedicado a la construcción, llegó a director técnico de obras y, preocupado por la familia, matriculó a Xavier, cuando éste tenía seis años, en el grupo Sant Jordi, un movimiento de excursionismo de Esplugues de Llobregat. Hay momentos de chiruca, cantimplora y mochila para las excursiones, que se plantean siempre sencillas e intensas, y no son raros los caminos de Collsero- Xavier Arias, montañero y alpinista, ha obtenido el título de guía y prepara su primer viaje como profesional la, Collbató, Montseny, Sant Llorenç de Munt o el Pirineo. Estudió en la escuela Puig Coca, de Esplugues, y luego en la Folch i Torres, en el Clot, para dedicarse después profesionalmente al trabajo de las instalaciones eléctricas. A los 16 años ya había subido al Aneto y más tarde se hizo socio del Grup Excursionista Laketans de L'Avenç d'Esplugues, conocido como Gelade, núcleo creado en 1973 por jóvenes de la localidad. En ese grupo excursionista fue cap de agrupament y monitor a los 18 años. El alpinista tiene un historial impresionante. Preparado técnica y físicamente, hizo diversos cursos de escalada en hielo, socorrismo y rescate de montaña y alpinismo, todos ellos en el ámbito de la Federació Catalana d'Entitats Excursionistes. Ha llevado a cabo más de 150 ascensiones a cumbres de 3.000 metros, participó en carreras de larga distancia, resistencia, raids de aventura y rallies de alta montaña, como la Matagalls-Montserrat, la Matagalls-Vic o la de Núria a Queralbs. Fue primer clasificado en la Copa Catalana de rallies de alta montaña en el año 2003 y subcampeón de Catalunya en los rallies de alta montaña en el 2004. Estuvo en los Alpes y luego en Perú a lo largo de la cordillera Blanca y en Bolivia en la cordillera Real, entre los 5.000 y los 6.000 metros como escenario habitual, y ha trepado por encima de los ocho mil en el Dhaulagiri, Cho Oyu, el Annapurna o el Shisha Pangma. “Hace pocos meses en la expedición Esplugues al Everest conecté brevemente con el periodista Miquel Molina, de La Vanguardia, que iba con una expedición por la cara sur”, apunta. Recientemente fue nombrado director de la Escola de Muntanya del Club Excursionista de Gràcia, campamento base para la práctica del excursionismo y para conocer la realidad del país. “Estos dos últimos años –añade el alpinista– han sido, sobre todo, de esfuerzo para obtener las titulaciones necesarias. A través de la Escola Pia, obtuve el de guía acompañante y el título de técnico deportivo, y formo parte de la Asociación Española de Guías de Montaña y de la Escola Catalana d'Alta Muntanya”. Ya en el verano del año 2006 el alpinista Xavier Arias hizo de guía profesional por el Pirineo y por Catalunya con grupos de clientes de entre 30 y 50 años. “Había veces que me preguntaba: y todo este trabajo ¿por qué no lo he cobrado?, ¿por qué no hago todo esto ganando dinero si además los acompañantes me han dicho que me lo pagarían si yo quisiera?”. En eso estamos: trabajos menores y mayores esfuerzos, preparación para estar en forma y para evitar lesiones. Trabajo constante y cabeza clara, manteniendo la afición a la imagen grabada, a los libros antiguos de montaña y a remover páginas y papeles en el mercado de Sant Antoni. Y a partir de ahora, más de lo mismo, pero ya con clientes que confían en un profesional. O sea, el gran salto adelante.c LA TIENDA DEL GORDO CABRERA. Consell de Cent, 336, Barcelona. Tel. 93-487-91-74 Buena cocina n Tiene un nombre peculiar: La Tienda del Gordo Cabrera. Es un homenaje que Álvaro, el dueño de este restaurante recomendable del Eixample, le hizo a su mejor amigo, uruguayo como él y también amante de la mejor gastronomía. Esta casa tiene una distribución especial. A la entrada está la tienda, en la que se distribuyen los mejores vinos; le siguen una amplia barra y algunas mesitas y, finalmente, al fondo del local, está el restaurante, amplio, tranquilo y bien atendido. Con precios razonables y una bodega impecable (la misma que la de la tienda, y por lo tanto con referencias ANNA CANO Un restaurante con precios razonables de lo más variado para satisfacer todos los gustos y todos los bolsillos), aquí se sirve una cocina de mercado con ciertos toques de innovación. Pero para comenzar es imprescindible la tapita de jamón ibérico, que es una de las principales señas de identidad de esta casa, así como el pan con tomate crujiente y regado con el mejor aceite. Y luego ya resulta más complicada la tarea de elegir entre primeros como los huevos estrellados al plato, las verduras de temporada asadas o la torre de boniato, queso fresco e hígado de pato sobre coulis de frutos rojos y segundos contundentes como la excelente espalda de cabrito al horno o el solomillo con manzanas y foie a la reducción de Southerm. – MARGARITA PUIG scolto per la ràdio que tant l'Ajuntament de Barcelona en ple com l'Organització de Consumidors i Usuaris de Catalunya, conjuntament amb alguns sindicats i altres organitzacions, es queixen del mal funcionament de la xarxa de rodalies de Renfe i convoquen actes i manifestacions de protesta. Tot això ho vaig sentint quan aparco el cotxe en un solar sense enquitranar, sense il·luminació i sense seguretat a prop de l'estació de Torredembarra, una única habitació, que no arriba als 30 m2, guixeta inclosa. No em puc queixar, m'anuncien que el tren només porta mitja hora de retard, que aquest cop la culpa són les obres a la línia de Tortosa. No hi ha rebaixes, però, i l'import del bitllet l'he de pagar trinco-trinco. I, com que els abonaments i les facilitats de rodalies només arriben fins a Sant Vicenç, la gentada que va i ve de Barcelona des de Salou, Reus, Tarragona o Torredembarra, hem de pagar el cau i el recau de ciutadania perifèrica. La mitja hora de retard es convertirà en tres quarts, mentrestant però, perquè no m'avorreixi o no se m'alterin Baixo del tren amb pensaments històrics, recordant la vaga de tramvies del 1951 més els nervis, un xicot, a l'andana, em fa una enquesta sobre els serveis de l'estació. És tot un consol comprovar que hi ha inquietud per saber les necessitats de les persones usuàries, tot i que em venci l'escepticisme de pensar que malaguanyats diners i temps que s'haurien pogut estalviar simplement fent una foto de l'estació. No hi ha aparcament en condicions, hi has d'anar cagada i pixada com a la Barcelona de l'ara ministre Clos perquè res de serveis, no hi ha a penes vestíbul ni senyalització, pocs passos i accessos, cap aixopluc amb cara i ulls, hi ha poc mobiliari i una mica malmès... Exceptuant l'amabilitat del poc personal, m'he atipat de posar suspesos en la majoria de les preguntes de l'enquesta. Arriba finalment el tren. Em toca anar dreta, tampoc és cap novetat: sigui l'hora que sigui, els vagons van atapeïts, perquè no hi ha lloc per a tota la gent com diu la cançó. Quan arribem a Sant Vicenç, l'altaveu informa que aquell tren no para a Vilanova. Remor, indignació i presses d'un munt de gent que no en sabien res i han de baixar corrents. A Sant Vicenç, doncs, sóc jo la que fa cau i recau i aconsegueixo un seient, tot i que encara queda gent dreta. Només he perdut dues hores per fer 100 quilòmetres. Baixo del tren amb pensaments històrics, recordant la vaga de tramvies del 1951.c